Resopló por lo bajo, molesto, sintiendo el ardiente tacto de la anatomía del otro sobre y contra la suya, a pesar de las piezas metálicas que las cubrían. Con sus manos, intentó interponer algo de distancia, ansiando tener algo de espacio personal, pero el otro no lo consintió. Volvió a acercársele, anulando la distancia entre ellos, rodeando su cintura con sus brazos con arrolladora fuerza e ímpetu.
Sintió que le asfixiaban, que el aire escapaba de forma forzada de sus pulmones y que le costaba en demasía recuperarlo.
Arrugando el entrecejo, miró a los ojos a la persona frente a él, sintiendo que su fuego interior se embravecía al notar la sonrisa, llena de malicia y de perversión adornado sus labios.
Quiso besarle, pero él no se dejó. Giró su rostro en dirección opuesta haciendo que el otro no llegase a obtener más que un tosco y burdo beso en la mejilla.
No lo miró, pero sintió con claridad el resoplido de fastidio que emitió al ver que nuevamente no podría saberse dueño de su boca.
No sabía que era peor; que pretendiera divertirse con él, como si fuera un mero juguete... o que la persona que lo mantenía atrapado contra su cuerpo, era de su mismo sexo.
¿Qué podía ser peor que eso?
Absolutamente nada.
Ahora más que nunca podía dedicarse a maldecir a la diosa del destino.
¿Quién hubiera pensado que algún día acabaría así con el que era su camarada?
Nadie, ni siquiera Zeus en su magnificencia pudo haber predecido algo así de inmoral, innoble, e incorrecto.
El tacto del otro se volvió insistente y ansioso. Con horror notó sus manos tocando sus muslos, y rosando fuerza su anatomía contra la de él, haciendo que las placas de oscuro metal hicieran un ruido peculiar, para hacerle sentir tales delicias, y nuevamente, quiso alejarse de el.
Homosexual, no. En definitiva no lo era, ni deseaba admitirlo. Aún le gustaban las chicas, y mucho por cierto, pero... había algo en el otro que lo había forzado a "ampliar más sus gustos".
¿Bisexual? Tal vez lo era, aunque, a su gusto, era mucho peor que el ser homosexual...De hecho casi sonaba a depravado sexual. ¡Que horror! ¡Él, uno de los-!
Dejó de pensar de repente, sintiendo claramente la excitación del otro en unos insinuantes roces. Un escalofrió recorrió su espina, expandiéndose hacía sus extremidades, y de inmediato supo que su compañero, ahora estaba decidido a ir hasta el final con el.
No, sencillamente no podía permitirlo. ¡Y menos en ESE lugar!
-"No escaparas de mi "gatito""-
Escuchó el tono de voz del otro, sensual, ronroneante, mientras hablaba de el como si fuera una presa a devorar. En respuesta volvió a verlo a los ojos.
Contempló el fuego y la lujuria en su mirada, luego meciendo la cabeza hacía atrás y luego hacía adelante, le propinó un cabezazo que lo obligó a alejarse de el redirigiendo sus manos hacia su rostro.
-"Hmp, idiota."- Gruñó él limpiando su boca con el dorso de su mano, como deseando borrar la sensación de aquel ardiente beso que aun prevalecía en sus labios-"¿En que demonios estabas pensando?"-
-"En divertirme"-
Atónito entreabrió sus labios para responder el insulto, mientras el pelinegro le miraba con la misma furia.
-"¿Qué mierda pasa contigo?"- Preguntó intentando controlarse, aunque eso no significaba que a su vez intentara disimular el tono de furia de su voz.-
-"Pasa que tengo a un quejica por compañero que ni siquiera me deja divertirme"-
Una vena de rabia palpitó sobre su frente.
¿Y así pretendía acostarse con el? Que bastardo.
En respuesta alzó la voz, lanzando todos los insultos que se sabía en diferentes idiomas antiguos, dejando anonadado al pelinegro.
-"...¡Como si estuviera tan necesitado como para meterme contigo!"- Vociferó por fin haciendo uso del español-"¡Ve a metérsela a otro, cabrón!"- Y volvió a hablar algún antiguo dialecto que el otro ni siquiera supo reconocer.
Edward le miró sorprendido, mientras Chechire le daba la espalda, alejándose.
-"¡Espera, no te vallas!"- Gritó poniéndose de pie-"¡No hemos terminado!"-
-"Ho si que terminamos, estúpido"- Cheshire se volvió haciéndole una seña obscena con la mano y volvió sobre sus pasos, retomando su marcha.
Edwuard quiso gritarle algo, pero en menos de un parpadeo el espectro de Caith Sith ya se había alejado, haciendo uso de las tétricas ramas de los arboles que los rodeaban.
Otra vez había pasado lo mismo.
Siempre que se acercaba lo suficiente al cordero para darse el "banquete" más apetitoso de su vida, tenía que regarla de esa forma tan atroz y bestial, igual que siempre.
-"Al final, rechacé la invitación de las doncellas para quedarme con otra..."chica""- Resopló dejándose caer sentado sobre el piso.
¿Qué, acaso era un crimen tan atroz que quisiera hacer lo propio con su...emm...cual es el termino correcto...? ¿Pareja, amigo, novio, amante, "gatito"?
No tenía ni idea de en que se estaba metiendo. Apenas y si estaba indagando en el mundo de la homosexualidad ¡por dios, y para colmo con el que era su camarada! ¡Que abominación!
Rascó su nuca sin saber que hacer ahora.
No podía afirmar que le quisiera, pero tampoco podía negar que le hacía sentir cosas raras y que le atraía. Al parecer al espectro de Caith Sith le pasaba lo mismo que a él. Si no fuera así, no le habría dejado tocarlo de esa manera...Aunque ahora que recordaba...
Bajó la mirada, sintiendo cierta incomodidad en su entrepierna gracias a una de las partes del surplice que protegía esa zona.
¿Ahora como se supone que iba a calmar "eso"?
-""Gato" hijo de..."-Gruñó.
Chechire sintió un escalofrió mientras se recluía en un rincón más alejado del bosque de la muerte.
Nunca iba a admitirlo, pensó mientras se acomodaba entre algunas ramas.
Nunca en su vida iba a admitirlo, pero era una realidad. De querer... quería pero de poder... no podía. Ya habían roto un tabú cuando ambos se comenzaron a gustar por aquel temible accidente y ahora se negaba dejarlo ir tan lejos.
No. El no lo iba a permitir. Si Edward era tan cabezota como para dejarse llevar por sus bajos instintos, allá él, pero él poseía autocontrol, y mucho por cierto. ¡Sencillamente no podía! ¡No podía acostarse con él! ¿Qué harían si alguien se enteraba? O peor aun ¿si sus compañeros se enteraban, o Pandora, O HADES?
Si algo así llegaba a pasar estaba seguramente de que moriría en el acto por la deshonra y la vergüenza...Sin mencionar que él no era una "chica", no se limitaría a adoptar ese humillante papel en el momento para que el otro presumiera después ser un semental. No, él era un hombre. Si el otro quería convencerlo de tener relaciones tendría que ser él el que hiciera el papel de la "chica".
Por algo tenía orgullo, y no se lo iba a tragar por un idiota y su calentura