Un día mas de un intenso calor en Grecia, pensó Milo mientras subía las escaleras desde su templo hasta el de Camus, donde el santo de acuario seguro se encontraba durmiendo a esas horas, después de la ultima guerra la situación de el había quedado muy complicada y no por el simple hecho que el santo de Acuario no podía ver ni hablar. Entro con sigilo y lo encontró mirado a la nada en la cama.
-Camus- dijo acercándose con lentitud- se que escuchas, estoy aquí.
Milo sabia que no podía esperar respuesta alguna, puesto que Camus era mudo y ciego desde la ultima batalla, ahora se estaba encargando el personalmente de cuidarle, así como Kanon cuidaba de Saga, que no oía ni hablaba y los hermanos Aioros y Aioria de Shura que no veía ni escuchaba. Se quedo allí esperando una reacción, lo que fuera, pero no recibió nada, se digno a mirar solo a Camus y no tardo en llevar su mano a su mejilla.
-Te duele ¿verdad?- dijo con tristeza, a lo que el santo de Acuario asintió moviendo la cabeza- te duele no poder ver ni hablar- Camus automáticamente se recostó sobre la cama tapándose la cara con las almohadas a su alcance- Camus por favor, estoy aquí para ti, dime que necesitas.
Camus se levanto del cama y alcanzo un pequeño aparato, regalo de su alumno para que se pudiera comunicar con los demás, paso su mano con lentitud un poco y luego apretó unos botones del cual salió una vos chillona- Tengo hambre.
-Un desayuno a la orden, francés, italiano, griego, español.
-El primero- dijo la vos chillona de nuevo.
-Quería hacerte uno griego, pero marcha el desayuno favorito de Camus- dijo saliendo a toda prisa a la cocina.
Luego regreso con una charola con una taza de humeante café con leche suave y con mucha espuma, como le gustaba a Camus, acompañado de las cosas dulces favoritas del santo Croissants, Brioches y Baguettes- Provecho- dijo poniéndoselo adelante, luego tomo las manos de Camus para llevarlas a la taza y ayudarlo a tomarla e incluso lo ayudaba a comer esos panes dulces que estaban recién hechos. Para cuando el santo de acuario termino de el desayuno Milo se le quedo mirando, luego se acerco con lentitud a el. Dio un fuerte suspiro cuando vio la marca de que dejo cuando el era un espectro de hades, una marca profunda en su cuello.
-¿Estas aquí?- dijo la vos chillona.
- Si- respondió- No te pienso dejar solo ¿quieres ir al baño?
-No- respondió tocando el aparato que le ayudaba a hablar.
-¿Quieres que llame a Hyoga?
-Le di día libre- volvió a escribir.
-Camus- dijo tomándole la mano con delicadeza.
-Milo perdóname- dijo la vos chillona.
-¿Perdonarte? Yo soy quien debería pedirte perdón, debí pedir explicaciones, mira como estas- dijo con un tono nostálgico- encima casi te mato enserio, no me gusta la cicatriz de tu cuello.
-Quiero estar solo- escribió rápido.
-No, la ultima ves casi te matas- dijo preocupado- ya vuelvo no te me muevas de la cama.
Camus asintió bajando la cabeza y luego sintió como Milo le quitaba la charola para llevársela, sin más que hacer el santo de Acuario se recostó sobre la cama y dio un largo suspiro. Se sintió muy mal en ese momento, con dificultad busco un frasco de pastillas al lado de la cama y lo saco, con lentitud intento sacar una pastilla, no aguantaba esa agonía, pero cuando estaba a punto de sacar la pastilla Milo lo detuvo, forcejeo un poco pero escorpio utilizo su uña para hacerle un poco de daño en la mano a Camus y este soltó el frasco.
-Camus- dijo sorprendido.
-Vete- escribió rápido guardado su llanto
Milo no solo se negó a escucharlo sino que inmediatamente lo abrazo- tranquilo, aquí estoy yo para ti.
-Vete- volvió a escribir.
-No- repitió luego se recostó a su lado, le quito el aparato y luego lo abrazo- vamos a dormir, eso te ara muy bien.
Camus intento quitárselo de enzima con forcejeos pero no logro mucho, para cuando se dio cuenta estaba sobre en el pecho de Escorpio, un fuerte dolor lo regreso a la realidad y comenzó a llorar, Milo no perdió tiempo y tan rápido como pudo lo coloco delante de el, le saco las lagrimas y luego lo comenzó a arrullar.
-Pronto Camus, muy pronto, cuando menos te des cuenta vas a volver a hablar y a ver, pero no te pienso dejar solo, no de nuevo- El acuariano no respondió, se abrazo a Milo pidiéndole cariño, ese que solo el caballero de escorpio podría darle, ambos quedaron así hasta que un profundo sueño los embargo.
Flash Back.
El sol estaba alumbrado muy fuerte aquella mañana de verano, pero dentro del santuario se vivía una gran fiesta, muchos de los caballeros de oro, mejor dicho todos, volvieron a la vida, por obra de Athena quien había intercedido por su padre, todos estaban esperando ansiosas que los doce caballeros estuvieran juntos, pero desde un principio había algo fuera de lo normal, Saga, el caballero de Géminis, el tercero en llegar fue el primero que quedo sorprendido de la situación, para cuando abrió los ojos estaba todo bien pero luego se percato que no podía escuchar ni hablar, lo que lo asusto, al principio se pensó que era el único ya que hasta los de la novena casa estaba todo muy bien, no había mas nada que lamentar, pero la llegada de un Shura ciego y sordo los alarmo a todos, para su suerte el español fue inmediatamente acogido por Aioria y Aioros para tranquilizarlo ante aquello. Para cuando llego Camus, Milo se sentía morir, el mismo se había puesto a llorar al percatarse que no podía ver ni hablar.
Milo no perdió tiempo y en menos tiempo de lo que el se dio cuenta ya tenia al santo de Acuario en sus brazos llorando amargamente ante la situación. Solo fueron tres los afectados, por lo que comenzaron a sacar conjeturas sobre la razón de la falta de sentidos, el mismo Shaka intento revertirlo sin ningún resultado. Poco a poco los tres santos más fuertes pedían la fe en recuperar sus sentidos.
Kanon no tardo en reaccionar ante eso y juro a Athena que el se aria cargo de su hermano hasta el fin de sus días, cosa que a la diosa le agrada bastante. Casi de inmediato los hermanos Aioria y Aioros se ofrecieron a cuidar de Shura, aunque el segundo parecía más decidido. Milo no titubeo y cuando termino el largo discurso de los hermanos, el se levanto y se comprometió a cuidar de Camus.
De pronto se hizo de noche, Camus había llorado todo el día amargamente, logro separase por escasos segundos de Milo y fue hasta el pateo que se encontraba atrás del santuario del Gran patriarca, golpeándose con todo a su paso, una ves allí se sentó sobre el césped, casi de inmediato un fuerte dolor en su pecho lo hizo llorar de nuevo y lo único que se le vino en mente fui quitarse la vida, congelarse así mismo. Justo en ese instante, cuando iba a dar el golpe final a su vida, Milo lo detuvo.
End Flash Back.
Milo despertó tranquilo y luego se levanto al ver que ya se había vuelto de noche, salió a toda prisa a prepara la cena, sabia que una de las cosas que mas le gustaban a Camus era la cena en la cama. Corrió a toda velocidad, quería hacerle una cena especial, una cena de aniversario ni mas ni menos, ya que desde hacia mas de un año ellos estaban juntos. Busco en el recetario algo francés, y solo encontró langosta, la prepara con gran entusiasmo esperando aquello alegrara a su triste Camus, una ves termino fue hasta la habitación y prepara la mesa especial para ambos.
-Camus- le susurro para despertarlo, mas el acuariano no respondió, solo se tapo la cabeza con la almohada- Camus- dijo quitándosela de la cabeza- vamos es hora de cenar, hice tu cena favorita y te traje vino.
El acuariano no se movió, se quedo quieto intentando fijar la mirada, pero todo lo que veía en sus ojos era la oscuridad, aquella que desde que revivió solo veía y no deseaba dejarlo, mas la siempre vos de Milo lo ayudaba a sentirse mejor, a pesar de no verlo podía imaginarlo, mirándolo con esa ternura única con la que solo le miraba a el, ocupándose de cada cosa por mas minúscula que fuera, allí estaba el ayudándolo a sentirse mejor a veces y en otras ocasiones haciéndolo que sonriera como pocas oportunidades. Se sentó con dificultad y algo de ayuda de Milo, luego busco con las manos el alimento y lo toco con la punta de los dedos, Milo temiendo que se quemara le paso una servilleta para que agarrara el crustáceo recién cocinado y le ayudo a comerlo con las manos, a pesar del tiempo que llevaba ciego Camus aun no podía comer con cubiertos debido a que la única vez que Milo lo dejo con ellos este se corto y pincho parte de los dedos de suerte no eran graves las heridas que se hizo, mas Milo decidió que desde ese día el acuariano no comería con cuchillo y tenedor, solo con las manos o con cuchara y si era Milo el que le ayudaba.
Milo sirvió el vino con delicadeza, sabia cuanto le gustaba el vino a Camus, en especial el tinto, así que tenia que servirlo bien ya que el acuariano siempre decía que un vino mal servido no se sentía igual que el bien servido, luego tomo la mano de Camus y le coloco el vaso- Toma- el acuariano lo agarro y se llevo le vaso hasta su rostro donde olfateo el suave aroma que le extrajo una suave sonrisa.
-Esta ves lo serví bien, se lo mucho que te gusta bien servido.
El acuariano volvió a sonreír, tomo un poco y su sonrisa se hizo mas grata lo que hizo sonreír así también a Milo.
-Feliz Aniversario- dijo cuando termino su cosa y vio a Camus terminar la suya.
Milo dejo las cosas a un lado, y se digno a recostarse junto a Camus sentía ganas de tenerlo mas cerca, el año anterior, cuando Milo prometió cuidarle también se juraron amor eterno, pero la situación no llevaba nada bien, puesto que Camus se negaba a recibir los besos de Milo, solo le permitía esas caricias que le daban placer mientras dormía o cuando se sentía triste, nada mas.
-Ya ha pasado un año- recapacito escorpio- un año- luego se acerco al rostro de Camus- y aun no nos hemos dado un solo beso, uno solo te pido.
Camus se sonrojo un poco, busco con sus manos la cabeza de Milo y toco cada parte del rostro hasta encontrar los labios. Milo sonrió con aquello, tomo las manos de Camus y comenzó a besarlas dulcemente, con delicadeza se acercaba al rostro de Camus.
-Se lo que buscas, déjame ser quien te los de- sonrió con lujuria mientras comenzaba a besarlo.
Camus abrió su boca y dejo que la lengua de Milo entrara en el, se deleito al sentirla dando mil y un vueltas dentro de su cavidad, poniendo mas pasión con el beso. Pronto el aire se acabo para ambos, Milo se separo y sintió calor, una ves que recupero algo de aire volvió al ataque, mientras sus manos le quitaba a Camus el pijama a rayas azules, comenzó con la camisa, que no fue difícil, mientras besaba apasionadamente en los labios a Camus sus manos se deleitaban en el pecho de eso, luego bajo hasta los pezones y comenzó a lamerlos y morderlos con excitación hasta endurecerlos. Luego bajo las manos hasta el pantalón del acuariano y le quito la moleste prenda dejándolo solo con la ropa interior, regreso a la boca de este y mientras lo besaba metía su mano en la pequeña prenda y jugaba con el órgano erecto como si se tratara de un juguete. Pronto los ojos de Camus se llenaron de lagrimas, al sentir aquello bajo de forma rápida hasta la entrepierna y con sus manos saco erecto órgano para comenzar a lamerlo y estimularlo, antes de lo que Milo previo Camus eyaculo rápidamente dentro de la boca de escorpio, el cual lo mantenía el erecto pene dentro de el para evitar que algunas gotas mancharan la cama, cuando sintió el leve goteo dejo la entrepierna en paz y dirigió su mano al goteo, donde lleno sus dedos de aquel liquido y se lo dio de beber a Camus.
La noche apenas empezaba para el par, el calor de la habitación se sentía fuera de esta, poco a poco el calor los llevo a mas, cundo ambos estuvieron totalmente desnudos Milo no titubeo y siguió con aquello que sus impulsos le mandaban, con sus dedos comenzó a preparar la entrada de Camus y cuando sintió que estaba lista directamente metió su pene dentro, al principio el vaivén era lento ya que lagrimas escapaban de los ojos de Camus y esto le hacia saber que el dolor estaba presente, cuando estas desaparecieron acelero el ritmo hasta llegar al clímax junto con el.
A la mañana siguiente Milo comenzó a maldecir a los mil demonios al recordar lo que paso durante la noche, su objetivo era solo un beso, pero termino en algo mas. Miro a Camus dormir tranquilo y espero que despertara, el cual al despertar busco a Milo con las manos y una ves que lo encontró lo abrazo, escorpio se sintió tranquilo al parecer todo estaba bien. Le coloco su pijama a Camus y el su ropa, luego salió por el desayuno, cuando regreso, encontró a Camus hablando con el aparato con Hyoga.
-El desayuno francés para el francés- dijo entrando con la enorme charla.
-Huele muy bien- dijo Hyoga- es pan recién horneado.
-Cosas de los franceses, lo recién horneado les encanta.
-Valla, ¿puedo probar maestro?- pregunto mirando con ojos muy gratos el desayuno- en Siberia solo tomábamos café o solo leche depende de que tenia ganas el maestro, para los cumpleaños de Isaac y el mío, el preparaba chocolate caliente con crema y todo.
-Valla que fiestita se armaban- dijo escorpio mirando la sonrisa de Camus al recordad aquello.
-Normalmente la rutina era, un buen desayuno a la mañana, entrenamiento hasta el almuerzo, después almorzábamos como reyes los tres y volvíamos al entrenamiento hasta la noche, cuando regresábamos había un enorme pastel de chocolate esperando- dijo Hyoga notando la gran sonrisa de su maestro- Nosotros para su cumpleaños no podíamos hacer mucho, así que con nuestras propias manos le armábamos un regalo, hacíamos el café, que muchas veces nos salió mal y el pastel que también nos salía mal.
-No sabia tan mal como pensaban- escribió Camus en la maquina y le permitió escuchar.
-Gracias maestro eso es un alago.
-Pero, mi comida le gusta mas ¿verdad Camus?- dijo sonriendo- anoche comimos langosta.
-Estuvo deliciosa- acoto el santo de acuario con la maquina.
-Muy bien será mejor que me retire, a estas horas llegan los demás de oro y uno de bronce esta de mas- acoto Hyoga y se fue.
Milo ya sabia que esperar, pues era lunes y como todos los lunes, todos los santos de oro iban a ver a Camus, ya que era el único que hasta la fecha no se recuperaba de la tristeza que le dejaba no poder ver. Milo acomodo a Camus en la cama poniéndole dos almohadas en la espalda y luego acomodo las cobijas para que ese semblante frio y serio que tenia se resaltara cuando termino entraron como toros los demás santos de oro.
Afrodita trajo un ramo de rosas y se las coloco en un florero cerca de la cama para que Camus pidiera sentir su hermoso perfume y como era costumbre venia con Deatmask, quien había traído dos libros, una novela escrita en francés para que Milo se la leyera y otra en braille por si quería leerla Camus. Shaka entro como si nada y con su rosario intento volver a recuperar la vista de Camus sin ningún resultado, muy en su adentro se culpaba así mismo ya que el uso sus ataques en la guerra de Hades para quitarle la mayoría de los sentidos, y cuando revivió solo le faltaban dos.
-Al menos se ve mejor- dijo Aioria con el enorme oso de peluche que le trajo.
-Sí, sonríe más- acoto Kanon para luego mirar a su hermano quien estaba hablando en sordomudo- dice que le alegra ver a Camus sonriendo de nuevo ¿Cuándo lo vas a dejar salir de la cama Milo?
-Aun es muy pronto- acoro Milo dándole la mano a Camus- necesita mas descanso ¿cierto?- dicho esto le beso en la mejilla lo que ocasiono que el santo de acuario se sonrojara.
-Antes que me olvide, tengo un secreto que contarles- dijo Aioria- hace poco fui al templo de Athena a ver que hay de nuevo y escuche hablar a la diosa con Shion acerca de lo que pensaba que podía ser esa falta de sentidos.
Kanon automáticamente en señas comenzó a hablarle a su hermano y comenzó la traducción delas palabras de Aioria.
-Al parecer en el pasado, hace cientos de miles de años, según Athena ocurrió una guerra entre Zeus, Hades y Poseidón, los tres peleaban porque iban a controlar, una ves que se decidió, Hades no quedo tan bien con la situación y mando a que algunas divinidades malignas hicieran de las suyas desatando una guerra.
-¿Qué tiene que ver la perdida de los sentidos?- dijo Camus a través de la maquina.
- A eso voy- dijo Aioria- Hades se quedo enojado con Zeus cuando le dio a Athena la tierra después de la guerra, mas a un cuando Athena ordeno a Hades que sus guerreros muertos en la guerra que inicio revivieran, Hades decidió hacerles sufrir y le quito un sentido o mas a cada quien, según Athena aquello no podía revertirse, pero Zeus le dio dones aquellos hombres para que la perdida de sus sentidos no fuera en vano.
-¿Qué clase de dones?- dijo Kanon traduciéndolo lo que su hermano le daba.
-Athena no lo sabe aun- dijo Aioria- pero le dijo a Shion que habría que esperar a que pasara algo de tiempo.
-Pronto habrá algo y saldrá a la luz- dijo Milo agarrando con fuerza la mano de Camus- ha pasado un año desde aquello, algo se tiene que manifestar, además tengamos en cuanta que la mayoría de nosotros revivió, que dijo la mayoría, todos fuimos revividos, Hades también pudo quitarnos algo sin darnos cuenta.
-En eso Milo tiene razón- acoto Shaka- si bien de los doce solo tres recibieron aquello, no sabemos que clase de estragos ha hecho Hades con nosotros en el caso, la mayoría ya comenzó una vida normal, emparejándose y toda la cosa.
-Lo correcto es que nos hagan un chequeo completo, en el se sabrá que pasa- acoto Kanon y miro a Saga y tradujo sus señas- mañana iremos nosotros dos a hablar con Athena sobre esta cuestión, para hacer los análisis pertinentes.
-Entonces Saga y Kanon se encargan de eso, el resto no haga cosas riesgosas, hasta que se sepa aun que tenemos y que no- ordeno Aldebarán.
Pasaron las semanas, Saga y Kanon hablaron con Shion, pidiendo permiso para ver a médicos por el problema de los sentidos perdidos, este accedió a que se dieran dichos análisis, pero solo cuando hubiera doce caballeros en el santuario para suplirlos, de los doce ya había cinco, solo necesitaban otros siente, pero al parecer de eso se encargo Seiya quien al saber que faltaban siente caballeros salió de viaje a buscarlos, prometiendo que tardaría poco.
De la noche a la mañana la salud de Camus empeoro, al principio eran vómitos matutinos acompañados de malestar general, falta de apetito y mucha acides estomacal, Hyoga le daba algo de hielo para calmarlo pero el mismo santo de Acuario comenzó a vomitarlo y a odiarlo. Milo intensamente temía por la vida de Camus, temía algo mas le estuviera faltando a Camus que estaba pasando por eso, pero intenta disimular que todo estaba bien, todos los días bajaba por los doce templos para ir a buscar medicinas a una farmacia del pueblo, tan a menudo iba que el farmacéutico le comenzó a preparar la bolsa de medicamentos para que Milo llegara, la pagara y se fuera.
-Muchas gracias- dijo volviendo a tomar la bolsa de medicinas como todos los días.
-Dime los síntomas de la persona que tiene que tomar tantos medicamentos muchachos, quizás no necesites tantos y sea solo uno- dijo el farmacéutico recordado que llevaba mas de diez cajas de pastillas.
Milo esperanzado le conto cada síntoma de Camus con detalle, en su interior deseaba que no fuera nada malo o peor algo que no tuviera cura y mataría a Camus con el pasar de los días, espero paciente cuando termino de detallar cada síntoma, el farmacéutico tomo un enorme libro del mostrador y busco en lagunas paginas.
-Lo sabía, todos los síntomas concuerdan- dijo el farmacéutico- Tu novia esta embarazada.
-¿Qué?- dijo sorprendido.
El farmacéutico le dio una caja y le dijo- has que orine en la tableta larga, luego la pones en esa cosa blanca y si sale verde es positivo.
-Gracias- dijo aun sin salir del asombro.
-Toma, por si las dudas te doy de diferentes marcas lee el prospecto y sabrás como usarlas- dijo dándole quince cajas mas.
-Muy bien- dijo tomándolas y poniéndolas en la bolas, pago y se fue.
Ya en casa de Acuario, Milo espero a que Hyoga se fuera a dormir en la otra habitación, una vez estuvo solo, saco un vaso de los más largos y fue hasta el cuarto donde Camus leía el libro que Deatmask le había regalado.
-Cami, necesito que orines- dijo sacándole las cobijas.
-No- dijo con el aparato que aun tenía en las manos.
Milo abrió el pantalón y le bajo los bóxers, Camus intento resistirse a aquello, pero Milo lo detuvo- Solo orina en el vaso y se acabo la historia, no te molestare mas.
-¿Por qué?- le pregunto la vos de la maquina.
-Porque si mi cielo, necesito orina tuya para un análisis.
-No quiero- volvió a decir la maquina.
-Déjame ayudarte- dijo sentándose a su lado dejando el vaso preparado para recibir el liquido, le agarro las manos y comenzó a acarícialas- contemos hasta diez Cami, anda.
Milo comenzó un largo conteo hasta que en la mitad comenzaron a salir la orina, el santo de Escorpio se apresuro por el vaso para posicionarlo y una ves que Camus termino, al puto de llenarlo, volvió a colocarle la ropa.
-¿Esta todo bien?- pregunto Camus con la ayuda de la maquina.
Milo metió la tableta hasta empapar solo la punta de esta, luego la metió en el aparato que venia con esta instantáneamente salió una luz verde- Positivo, Camus- dijo tragando saliva- vamos a tener un bebe.
-¿Qué?- escribo con la maquina.
-El farmacéutico tenia razón, vamos a tener un bebe.
-Debe ser el don de me dio Zeus por la perdida de mi habla y mi vista- escribió en la maquina en su rostro se notaba una gran mueca de alegría ante la noticia.
Aunque Milo no estaba del todo contento al ver ese cambio de humor en Camus pensó que tal ves las cosas no serian tan malas un pequeño por las doce casas no aria drama, mas aun si era hijo de ambos. Miro la enorme sonrisa de Camus con la noticia, le agradaba saber que ahora algo lo aria seguir su vida a pesar de sus desventajas, pero si de algo estaba seguro el santo de escorpio era que ya no tendría que preocuparse por los intentos de suicidio, muy comunes en Camus desde que volvió ala vida.
Milo se recostó a lado, le dio un beso en la mejilla y acaricio el vientre de Camus con lentitud esperando sentir algo, se conformaba con cualquier cosa por más mínima que sea, se satisfacía con sentir cualquier clase de movimiento, pero al parecer el pequeño dentro estaba a penas en formación ya que no podía sentir nada, lo único que quedaba era esperar. Luego se paro en seco, había un problema o mejor dicho dos problemas, ambos aunque podría ser uno si se ponía a mirarlo desde los puntos de vista posible, ese problema eran los alumnos de Camus, Hyoga e Isaac, por todas las historias que le habían contado el santo de Acuario con anterioridad, los alumnos consideraban a Camus como su padre y el a ellos como los hijos que nunca tuvo, por lo tanto esa relación a la larga podría ocasionar problemas, si los alumnos se comportaban como hijos de Camus ¿Qué harían al saber del pequeño que llevaba en s vientre? Y sobre todo ¿Qué le harían a el por el hecho de ser el padre de la criatura?
-Camus, Hyoga e Isaac todavía no se van a enterar de esto- dijo con vos firme.
-¿Por qué?- pregunto con la maquina para luego tocar su vientre.
-Si esos dos se comportan como tus hijos, mejor ocultémoslo de ellos un tiempo, podría darle a ambos un ataque de celos- dijo con cierto temor en su voz.
-Puede ser- escribió con rapidez- Isaac seria el primero, el fue el que mas celoso se puso cuando Hyoga llego a entrenar a mi tutela y todos los días hacia algo para que este se fuera, no se que pueda llegar a hacer Hyoga, pero de ponerse celoso lo ara, como cuando te armo la escena de celos al saber que eramos pareja.
-Te lo dije- sentencio- no se los diremos hasta que sea inevitable.
Continuara