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Quiero que me quieras por 00_Artema_00

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Notas del capitulo:

Hola! Encatada, soy Artema y este es mi primer fanfic ^^ este primer capitulo es bastante corto porque tan solo es una presentación de toda la situación. Aún así, espero que os guste.

Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen, son todos de Masashi Kishimoto.

 

 

Sasuke apretó más fuertemente el libro que llevaba en las manos. Estaba nervioso, aunque se negaba a permitir que sus piernas temblaran como flanes. Y es que no todos los días se presentaba una ocasión como esa. Desde la primera vez que lo vio, había estado deseando volver a encontrarse con él, poder intercambiar más de una palabra con él. Así que cuando su hermano le pidió como favor que le llevara ese bendito libro, Sasuke casi murió de un paro cardíaco.

 

¡Podría volver a ver a su dios griego personal! Porque un hombre así no podía ser humano. ¿Cuánta gente hay en este mundo que sea capaz de tener un pelo rubio y unos ojos azules tan brillantes? ¡Nadie! Era obvio que ese chico tenía que ser divino.

 

Aunque sólo lo había visto una vez...

 

*****

 

Sasuke estaba leyendo un libro en la habitación que su hermano tenía en la residencia de estudiantes. El moreno odiaba ir a la biblioteca, curiosamente, allí estaban todos sus compañeros de clase, y era imposible tener una lectura decente estando al lado de todos esos adolescentes con las hormonas revolucionadas que, por lo que parecía, pensaban que la biblioteca era un bar.

 

Itachi estaba a su lado, estudiando, y ese silencio lo relajaba. Pero entonces, su paz interior se perturbó por el sonido de unos fuertes golpes en la puerta. Se negaba a levantarse, era la habitación de su hermano ¿verdad? ¡Pues que se fuera él!

 

Los golpes cada vez se volvían más insistentes, y el mayor al parecer no tenía ni la más mínima intención de moverse. Así que refunfuñando, Sasuke se dirigió a la puerta y cuando la abrió...

 

En su vida se había alegrado tanto de que a veces, ese sujeto que llevaba su mismo apellido, fuera un vago rematado.

 

Y es que allí estaba la divinidad personificada, el hombre de sus sueños, el protagonista de sus próximas fantasías sexuales.

 

Sasuke le dio un repaso con la mirada, llevaba unos vaqueros rasgados y desgastados y una camisa blanca holgada. Una parte del moreno quiso arrancar esa tela blanca, ¡seguro que estaría mucho mejor sin ella! Porque esas manos fuertes y bronceadas te inducían a pensar que tenía un torso igual de fuerte y bronceado.

 

Sasuke elevó un poco más la mirada y se encontró con un pelo rebelde y rubio, muy, muy rubio. O se lo teñía cada día para que ese brillo perdurara, o ese pelo era inhumanamente natural.

 

Luego se encontró con sus ojos... Oh dios... Era como si estuviera flotando en un cielo azul. Se preguntó si era posible tener un orgasmo visual.

 

Y por último, sus labios... Mierda, se estaban moviendo, pero no le llegaba ningún sonido. ¿Cuánto tiempo estuvo embobado? Tenía que ser mucho porque su hermano gritó su nombre algo enfadado, seguramente no era la primera vez que lo llamaba.

 

- ¡Sasuke! ¿Se puede saber qué haces?

 

El menor dio un salto al notar a su hermano a sus espaldas.

 

- ¡Itachi! Oye, desmonté el boli y se me escapó el muellín ese que tiene. ¿Por casualidad no tendrás uno de repuesto?

 

Y cuando Sasuke pensó que ese chico no podía ser más perfecto... El rubio hizo una gran sonrisa, enseñando todos sus blancos y perfectos dientes. El pequeño Uchiha volvió a flotar en su nubecita personal.

 

- No, Naruto, no tengo ningún muellín de repuesto - contestó Itachi con voz cansada, como si no fuera la primera vez que el rubio le preguntaba algo así.

 

- Hm, lástima, parece que hoy tampoco podré estudiar...

 

- Claro.

 

- Bueno, muchas gracias de todas formas, ¡nos vemos mañana! - empezó a dar la vuelta cuando se paró, y bajó la mirada hacia Sasuke-. Adiós pequeño.

 

Y Sasuke murió cuando el rubio le dedicó una de esas letales sonrisas antes de irse, aunque la verdad sea dicha, una parte de él quería patearle el culo por haberlo llamado “pequeño”. Un momento... Hablando de su culo... ¡Dios! ¿Por qué tenía que ser tan perfecto?

 

- Toma.

 

El menor bajó la mirada y se encontró con la mano de su hermano sosteniendo un clínex.

 

- No quiero que me hagas un charco de babas en el suelo.

 

Si las miradas pudieran matar...

 

- Que te jodan - Sasuke cerró la puerta y volvió a su sitio intentando concentrarse de nuevo en su libro.

 

- Vaya, veo que al fin y al cabo sabes articular palabras - Era demasiado divertido, ver a su hermano pequeño enfadado y a la vez avergonzado, era demasiado divertido.

 

El menor decidió ignorar su burla.

 

- ¿No quieres saber quién es? ¿De verdad? ¿No te interesa? - Cada pregunta era como una flecha que se le clavaba en la espalda. Maldito Itachi. Y de pronto, apareció en su mente la imagen de ese asombroso rubio. Maldito Itachi.

 

Sasuke se sentó holgadamente en su silla e inclinó la cabeza hacia su hermano.

 

- Sorpréndeme.

 

Itachi hizo una sonrisa victoriosa. El muy cabrón había conseguido salirse con la suya.

 

- Se llama Naruto Uzumaki, tiene veintidós años, está estudiando la misma carrera que yo y está en mi mismo curso. Es hijo único, sus padres murieron cuando era pequeño y se crió con su tío. Su color favorito es el naranja y le encanta el ramen.

 

- ¿Y no sabes su grupo sanguíneo? Me has decepcionado...

 

- B positivo - Añadió con satisfacción al ver cómo se le hinchaba a su hermano pequeño una vena de la frente.

 

Sasuke se enfurruñó y volvió a coger su libro intentando ignorar a su hermano.

 

Itachi también volvió a sentarse en su sitio, no sin antes dirigir una última mirada de diversión al pequeño.

 

- Qué bonito es el amor.

 

Y el libro de las Meditaciones Metafísicas que siglos anteriores había escrito Descartes, salió despedido a gran velocidad contra la cabeza de Itachi Uchiha.

 

*****

 

Sasuke se avergonzaba de la forma con la que había actuado la primera vez que lo vio. No era propio de él comportarse así.

 

Además, después de ese día, había ido cada tarde a visitar a su hermano. Pero el rubio ni siquiera se asomó. Itachi le dijo que Naruto hacía eso muy frecuentemente, el chico se aburría y aparecía en su habitación preguntándole alguna chorrada para pasar el tiempo. El mayor casi estalla en risas recordando la vez en la que apareció preguntándole si podía mascar un chicle por él alegando que acababa de ir al dentista y que le dolía demasiado la boca para hacerlo él mismo.

 

Así que Itachi finalmente, ya sea por piedad al ver a su hermano esperando a ese chico cada día, o simplemente para fastidiarlo un rato y burlarse de él después, recordó cierto libro que le había prestado el rubio y le pidió que se lo llevara. Al parecer su habitación sólo estaba dos puertas más arriba de la suya.

 

Y aquí estaba, nervioso por si le volvía a pasar lo mismo que la última vez. Él era un Uchiha, y los Uchihas no se quedan embobados al ver a la persona más asombrosa, hermosa y perfecta de este mundo... Bueno, tal vez un poco sí... Pero sólo un poco.

 

El moreno sacudió la cabeza para despejar un poco su mente.

 

Tenía que centrarse.

 

Inspiró, llamó a la puerta y ésta se abrió.

 

Oh, ahí estaba, unos vaqueros, una camisa holgada y... Espera... No... No, no, no, no. ¡Este no era su rubio! Su rubio era... ¡Rubio! ¡No tenía el pelo castaño! Y definitivamente, ¡no tenía unos horribles triángulos rojos en las mejillas! ¿Qué le había pasado? Una persona no puede cambiar tanto en una semana... ¿Verdad?

 

- Oye criajo esto no es el instituto ¿sabes?

 

¿Criajo? ¿Pero este imbécil a quién se atrevía llamar criajo? ¡En unos meses Sasuke ya tendría la mayoría de edad! Fuera su rubio o no, este tío ya empezaba a caerle mal.

 

 Sasuke empezó a lanzar una de sus miradas asesinas cuando, oh, su divinidad asomó la cabeza.

 

- ¿Kiba? ¿Quién es? Oh, el clon de Itachi en miniatura.

 

En serio, si continuaba poniéndole motes, no se responsabilizaría de sus actos.

 

Al menor le empezó a aparecerle un tic en la ceja derecha.

 

- Es Sasuke - dijo a regañadientes.

 

- ¡Pero si habla y todo!

 

¿Es que su carácter no podía ser igual de perfecto que su físico? ¿Era eso pedir demasiado?

 

- ¡Míralo! ¡Si hasta se enfada cómo su hermano!

 

Aparentemente sí.

 

- Toma - estiró el brazo, alcanzándole el libro.

 

- ¿Para mi? - dijo el rubio con inocencia fingida y miró la tapa-. Oh, muchas gracias, la verdad, ya no me acordaba de que Itachi lo tenía.

 

Y todo enfado desapareció del moreno cuando ese ser aparentemente perfecto le dedicó una de esas sonrisas que quitan el aliento.

 

- Hn.

 

Con esa escueta respuesta, Sasuke dio media vuelta y se dirigió a la habitación de su hermano.

 

- ¡Espero que nos volvamos a ver pronto, pequeño!

 

Y otra vez ese maldito tic en la ceja.

 

Sasuke no contestó y entró en la habitación de Itachi.

 

- Has tardado. ¿Tan bueno es en la cama?

 

Mira tú por donde qué práctico era a veces tener un cenicero a mano. Por una vez, se alegraba de que Itachi fumara.

 

- En serio, tienes que dejar de arrojar cosas a la gente.

 

Continuará...

 

Notas finales:

Bueno, como he dicho este es mi primer fanfic... Espero que este pequeño fragmento haya sido de vuestro agrado. Me gustaría saber vuestra opinión para ver si lo he hecho bien o mal XD

Muchas gracias por leer, besos.

Artema.


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