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Así nace el Amor por -Mikunami-

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Como ya todos saben Naruto no me pertenece, todos los derechos son de Masashi Kishimoto y demás, sólo escribo esto para ayudar a crecer el yaoi en el mundo y sobre todo el SasuNaruSasu XD.

©Masashi Kishimoto, all rights reserved.

Advertising: Este fic presenta; AU, OoC justificado, Lime; si cualquiera de ellos no son de tu agrado ya estás advertido.

 

Así nace el Amor

 

En la Tienda

 

Naruto Uzumaki se consideraba plenamente bendecido y afortunado en la vida; tenía todo lo que cualquier chico a sus diecisiete jubilosos años podría desear. Salud de hierro, una hermosa y genial familia, fieles amigos, inteligencia, simpatía y gracia; sin contar su carita de pícaro ángel y su perfecto cuerpo de atleta. Definitivamente tenía motivos para sentirse como todo un triunfador.

Especialmente ese día. Una de las chicas más bellas de su escuela le había pedido una cita; la dulce muñequita del colegio Hinata Hyuuga, había quedado con él para pasear por el distrito comercial. Siempre pensó que en realidad le caía mal a la morena, es decir, huida aterrorizada y con la cara de color granate al notar su presencia; quien diría que en realidad se trataba de timidez. Sakura-chan categóricamente estaba en lo correcto al decirle que no comprendía el corazón femenino.

Como aún faltaban horas para el esperado encuentro, y él tenía una buena dotación de películas sin ningún agregado cultural y con buenas dosis de acción, con las cuales entretenerse, se dispuso para verlas en la tranquilidad de su sala. Y lo habría hecho, si sus padres se hubiesen molestado en anunciarle que tanto las palomitas como demás alimento chatarra estaba agotado en su despensa.

Bueno que no era el fin del mundo. Tan sólo tenía que ir donde el mini super en la esquina de su calle, a eso de ocho casas, y surtirse de más basura comestible; no perdería más de diez minutos, lo que le dejaría unas tres horas para ver algo estúpidamente violento y veinte minutos para adecentarse para el gran evento de la tarde.

— Tengo que llevar uno de estos, papas familiares, quizás algo con queso y galletas de vainilla —nada como una dieta saludable para elevar su ánimo. Estaba a punto de tomar las bebidas, lo último en su repertorio comestible cuando un pequeño tirón a su playera, lo hiso girarse encontrándose con una anciana.

— Disculpa hijo ¿Podrías alcanzarme esas galletas?—cuestionó la viejecilla señalando una gran caja muy por arriba de su nivel.

— Claro señora —le encantaba ayudar a quien lo necesitara; esos pequeños actos altruistas eran de las cosas que más sabor le daban a su existencia. Quizás y algún día terminaría haciendo algo realmente importante que le diera algún título heroico, después de todo se valía soñar ¿No?

Naruto dejo sus víveres en el suelo, estirándose por alcanzar el pedido, estaba a punto de tenerlo en las manos cuando…

— No hijo, la caja de la última repisa —corrigió la anciana al ver que era el producto equivocado. El rubio subió la vista para localizar el nuevo objetivo, el cual de verdad estaba fuera de su parámetro—. Si quieres déjalo, iré donde mi nieto para que él la baje.

El hecho de lo frenara antes de siquiera intentarlo lo ofendió; su uno setenta no era para nada despreciable. Podía resignarse a los comentarios de esa señora o encapricharse y querer bajarlo el mismo. Tomó la opción número dos. Esas malditas galletas de nuez no lo vencerían ni en un millón de años.

Tozudo como nadie, buscó un apoyo para su pie, así se podría impulsar lo suficiente para llegar al alimento. Antes de que la mujer volviese él ya estaría listo para entregarse su pedido, y así la obligaría a disculparse por subestimarlo y agradecerle infinitamente que con su ayuda no había muerto de hambre. Quizás estaba exagerando un poco las cosas en su retorcida mente.

— ¿Qué estás haciendo? —buen momento para querer virar la cara y saber quién era la elocuente persona que lo distraía. Su mano derecha apenas sostenida no pudo más con el peso de su cuerpo. Intentó girar para no caer de espaldas, sin contar con que el ente que le habló seguía tras de él, y que al momento de intentar usar el brazo izquierdo para darse algo de equilibrio, sólo provocó encestarle un buen codazo al occiso.

Ambos irremediablemente cayeron de forma tan vertiginosa, que Naruto estaba seguro que de no haber puesto la mano para evitar un buen porrazo, ahora los cerebros de los dos estarían esparcidos por el lustroso piso del mini super. Poco es decir que en el proceso de tal avería, se torció el brazo, su mandíbula terminó chocando con la frente de su acompañante, y estaba seguro que lo que sentía en su tobillo era un desgarre, sin contar daños a terceros ¡Pero vamos hombre, que ambos seguían vivos y eso era ganancia!

Se dio cuenta que estaba totalmente recostado sobre el desconocido cuerpo del sujeto, y de la manera más rápida que su aturdida cabeza le dejó reaccionar, se enderezó lo suficiente para comenzar a pedir disculpas hasta que la vos se le acabara. No era como si se le antojara pagar una indemnización por su torpeza ¿Verdad? Quizás al final todo se arreglaría con un lo siento salido de lo más profundo de su corazón.

Su respiración ya agitada, se paralizó en menos de un segundo al percatarse quien había sido el otro cristiano que sufrió más de una magulladura. Ahora que lo veía bien, eso de quedar con los sesos esparcidos o el cuello roto ya no resultaba tan desalentador.

Mientras la persona frente a él fuese un espejismo y no el insufrible de Sasuke Uchiha, aun podía seguir viviendo con tranquilidad. El hombre que más aborrecía -y que más lo aborrecía- en el mundo era a quien por poco mataba ¿Le creería que todo fue un accidente?

— ¡Serás imbécil! —le rugió el Uchiha, que por muy genes supremos que se cargase, por un momento creyó que la luz blanca se lo llevaría a un mejor lugar. Su única e inocente intención, era burlarse de ese dobe por estar escalando estantes como si de un mono se tratara, y mira ahora en donde -y como- había terminado; la vida no podía ser más injusta. Pensar que salió de su casa por un refrigerio para ignorar por cinco minutos a su hermano, y ahora no sentía medio cuerpo, eso sin contar con que su frente seguro que tendría un bonito recuerdo, que lo acompañaría por unas dos semana; tal chichón no se la bajaría de un día para otro. Tampoco el golpe en toda su columna.

— Vaya, vaya. Si sus hermanos los vieron ahora, seguro que estarían la mar de dichosos —ambos jóvenes voltearon ante el cínico comentario, topándose con un pelirrojo que miraba aburrido la situación.

Sus caras estaba dignas de una foto -cosa que no se desaprovechó ya que Sasori sacó rápidamente su celular para preservan el momento-. Hasta ese instante tanto Sasuke como Naruto, se percataron que estaba recostados, con las piernas entrecruzadas, prácticamente abrazados, y con la cara tan próxima al contrario, que pocos se tragarían que la situación fue involuntaria.

Por tres razones el día del Uzumaki estaba oficialmente jodido;

Primero su cuerpo estaba tan adolorido, que no se sentía ni en condiciones de llegar a su casa. Adiós a la hermosa Hinata y el paseo dominguero por la ciudad.

Segundo, en ese momento lo único que quería era ir a su cama y enterrarse en las cobijas hasta que la vergüenza por todo lo ocurrido -y quizás también lo moretes- desapareciera.

Y tres, la cara de estupefacción que mostraba la anciana que había arribado al lado, del que ahora estaba seguro era su nieto, mientras cuchicheaba lo impúdicos que eran los jóvenes de hoy en día, estaba sacando unas tremendas ansias homicidas de su interior.

No tanto por la mala interpretación de la vieja, que va, eso no se podía evitar, hasta él admitía que la posición era simplemente escandalosa.

Lo que más lo hería era que esa vieja de los mil demonios se negó a recibir su ayuda, y en cambio llamó al enano de Sasori, dios que el tipo era como diez centímetros más bajo que él.

Era la última vez que se ofrecía a socorrer a una viejecilla.

 

Notas finales:

Entre todas mis responsabilidades, el hecho de que están "renovando" mi casa, el clima que termina inundando la colonia o derritiendo el ánimo; que mi cuarto es un caos porque se me ocurrió "acomodarlo", y que no tengo plata ni para salir a la tienda de la esquina; llegó esta idea.

No se preocupen, serán episodios la mar de cortos -sólo un acto lo juro-, más que nada para entretenerme en algo y desestresarme de los fics con más peso; así que si gustan regalarme un review por esta cosa, es más que bienvenido.

Cuídense mucho y espero leernos pronto.


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