Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Habitación 115 por kuromokona

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

bueno la histora es del punto de vista de tsuna
se desarrolla en un hotel
es muy corta
mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm
mejor leanla
(in tsunayoshi)

 

Notas del capitulo:

bueno los personajes de khr no me pertenecen son de akira amano y la historia del acesino tampoco es mia yo solo hice una adaptacion al yaoi (y ademas pedi permiso para hacerla)

Con el cadáver a mis pies y sangre fresca aun en las manos, mi cerebro trabajaba en una dirección muy diferente a la que la lógica dictaría. Había llegado a una conclusión: si no nos empeñáramos en pensar en nuestras cosas, posiblemente tomásemos mejores decisiones. Actuar irreflexivamente, en contra de lo que pudiera parecer, nos conduce a mejores resoluciones y nos libera de la incómoda y dolorosa sensación que produce el desatino y la equivocación.

Si esperas algo, te duele no conseguirlo. Por la misma razón, las hazañas inesperadas proporcionan doble placer, el que provocan por sí mismas y el que les añade la sorpresa.

Me reafirmé en esta idea después de matarle. Estaba claro que mi intención inicial era hacer el amor con él. Tal vez por eso, disfruté mucho más asesinándole, ya que actué sin pensar, sin planearlo de antemano.

Una noche de placer sexual no me habría excitado como la visión y el olor de toda aquella sangre. A decir verdad, su cuerpo desnudo ahora no me estimulaba lo más mínimo. Aunque hay que decir a su favor que era muy guapo.

Claro que al salir del baño completamente desnudo, tenía mejor aspecto y sí me provocó una agradable punzada, un goloso cosquilleo en el bajo vientre. Lástima que lo estropeara con aquella sinceridad suya tan molesta y que, al principio, tanto me atraía. Si se hubiera callado, si sus labios únicamente hubieran jugueteado lentamente con mi cuerpo, posiblemente su lengua arrancada no se ahogaría en aquel vaso de vodka turbio. Ni su miembro amputado se arrastraría sangrante por la gastada alfombra, hacia mi ropa interior, tal vez intentando cobijarse bajo la seda negra.

¿Por qué no podíamos seguir viéndonos en impersonales y anónimas habitaciones de hotel?, ¿si el sexo funcionaba, qué más quería aquel imbécil? Todos los hombres con los que estoy son  iguales tras un tiempo de relación. Unos imbéciles. Todos ellos. Y para no olvidarlo, había grabado profundamente aquella palabra, clavando firmemente el cuchillo en su suave pecho.

- Imbécil-

El trazo final de la L partía de la clavícula izquierda y terminaba en el vientre, que vertía sus tripas sobre las sábanas y el suelo. Había tirado de ellas hasta casi vaciarle, repugnando el tacto cálido y resbaladizo de las vísceras calientes. Le introduje parte de ellas en el hueco que había ocupado la lengua, en el pequeño estanque rojo que brotó en su boca, pero faltaba un detalle. Antes de que el ahora pequeño miembro consiguiera ocultarse bajo mi ropa interior, lo agarré fuertemente, insertándolo en el hueco dejado por uno de los ojos. Aquel bonito, aunque frio, ojo ónix descansaba ahora junto al otro sobre la mesilla, acompañando con su muda mirada al vodka surcado por delgados hilos rojizos. Se diría que la lengua había caído en la red de una araña cuya telaraña eran pequeños hilos de sangre


Aquel imbécil parecía un espantapájaros deforme, con parte del relleno escapándosele por grandes agujeros sanguinolentos. Los testículos eran ridículos sin el telón del pene sobre ellos. No los reconocía. No parecían los mismos que había chupado alguna vez, sintiendo las cosquillas del vello púbico en los labios. A decir verdad, ni siquiera el fláccido pene que sobresalía en la cuenca del ojo, recordaba al potente miembro que había llenado mi boca tantas noches.

-Tuve buen sexo con aquel cuerpo que lastima-

Podíamos haber seguido igual, pero él no quiso. Y no pudo darme una buena explicación, un motivo convincente. Aquello de que no nos compenetrábamos sonaba a excusa y no me convencía. Llevaba meses "compenetrándome" y nunca se había quejado. No tenía de qué quejarse. Soy bueno en la cama, lo sé. Si me hubiera dado una sola razón creíble, no estaría muerto.

- Lo habría entendido.-

Pero no convencerme le costó la vida. Estaba harto de tíos así. Por eso llevaba el cuchillo en la mochila desde hacía meses. Por si lo necesitaba de nuevo. Lo veía venir. Sabía que tarde o temprano, lo usaría otra vez. Es uno de los problemas de liarse con ese tipo de hombres. Un día se aburren de ti y quieren dejarte atrás, como un mal recuerdo o una estación de paso, confortable sí, pero de paso. Los hoteles, las mentiras, las excusas y el temor son compañeros fijos en estos viajes repletos de inconvenientes y soledad. Pero si llega el día en que el trayecto termina, exijo una buena razón para no utilizar el libro de reclamaciones que llevo afilado en el bolso.

Pero, volviendo al principio, realmente no pensaba que esta relación fuera a acabar así. No con él. Este brusco desenlace me había sorprendido, debo reconocerlo. Creí que esta vez había acertado, que él era el hombre de mi vida, mi príncipe azul de cuento. Su sinceridad, que, por cierto, esta vez le había matado, me conquistó cuando le conocí. Te conquistaba desarmándote con su ataque frontal, a cara descubierta, sin máscaras, poses ni actitudes fingidas. Pudo conmigo y me duele aceptarlo.

- Me engañó.-

Me hice ilusiones, como un adolescente inexperto e infantil. Hoy debía haber sido un día más en el paraíso. Al menos, eso creía. Llevaba semanas soñando con su pecho, imaginando su congestionado pene surcando los mares de mi entrepierna y cruzando el estrecho de mi trasero, que para él sería estrecho y acogedor. Yo deseaba sentirle detrás de mí, con las manos sudorosas apretándome las caderas, abrasándome la nuca con su aliento al poseerme. Cada mañana añoraba el sabor de su semen en la garganta, irritándomela. Y hoy íbamos a resasiarnos del vacío de las semanas que llevábamos sin vernos. Pero sus palabras,  tras un primer beso, me pillaron desprevenido.

- "Tsunayoshi esta es la última vez que nos vemos"- dijo, sellando sin saberlo su propia sentencia de muerte y mutilación.

No lo esperaba. De golpe, deshizo todas mis fantasías .No fue bueno para los ojos, la lengua, el pene ni las tripas de quien pretendía borrarla con una sola frase. "Es la última vez que nos vemos" Ya me he encargado yo de que así sea. Los ojos que me vieron desnudo y entregado ya no verían nada más. La lengua que saboreó los fluidos que mi pasión le entregó, sólo lamería ya el cristal de un vaso sucio. El pene que escarbó rabioso mis rincones más íntimos ahora no era más que un pellejo hueco dentro de otro pellejo hueco y el dolor que desgarró lo más profundo de mis tripas, había logrado que él lo sintiera también. Sí, por supuesto que no nos veríamos más.

Ahora, después de horas contemplándole, me marcho de aquí. Parece mentira la profunda limpieza, tanto interior como exterior, que una buena ducha representa. Tras la puerta de la habitación 115 queda la sangre, la rabia y el dolor. Atrás quedan también una historia ¿de amor, quizá?, una autentica e irrefrenable pasión. Ya no tengo ganas. Debo empezar una nueva vida y estoy tan cansado. Después de todo  empiezo a preocuparme

-Arrivederchi  Hibari-san-

Porque empiezo a acostumbrarme igual que la primera vez solo buscare una nueva víctima que se deje atrapar por mis encantos eso será fácil lo difícil será encontrar a alguien para acompañarme  al que no pueda matar para no terminar solo.

Notas finales:

mmmmm que les parecio
si le va bien a la historia pongo el punto de vista de hibari para saber porque lo dejaba o puedo poner su pareja anterior
quien fue y porque lo mato
jojojojo bueno eso solo si le ba bien


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).