Los arboles se encontraban rebosantes, decorados algunos únicamente con sus hojas de un resplandeciente verde, mientras que otros eran grácilmente adornados por bellas flores, que ante la suave brisa caían con sutileza al piso.
El sol brillaba en el cielo cubierto de manera moderada por nubes de diferentes formas, brindando su calor a todo ser vivo.
La primavera era la época del año donde la naturaleza mostraba su lado más bello, pero igual era la época en la que el amor se podía sentir en el aire.
Por donde caminaras podías observar a las múltiples parejas de enamorados, algunas conformadas por adultos, por personas de mayor edad, pero la mayoría de las parejas eran conformadas sin duda alguna por adolescentes plenamente enamorados.
No había lugar en donde no encontraras alguna parejita abrazándose, besándose, dándose la mano, y moviendo su felina cola de un lado a otro con delicadeza, escapándose de sus labios suspiros que mostraban su estado de enamoramiento.
Aunque había personitas que no entendían el porque de aquella extraña actitud y mas que nada de esos molestos sonidos de “Ah” que hacían los demás.
Caminando despreocupadamente iban dos pequeños de unos aparentes ocho años, frunciendo el ceño o haciendo gestos raros que demostraban su inconformidad al encontrarse a cada paso que daban con las abundantes parejas que circulaban en las calles de Konoha.
No habían cruzado palabra desde que habían salido de clases, solo se dedicaban a caminar uno a lado del otro, observando con inconformidad y duda su alrededor.
-… Están haciendo esos extraños ruidos- susurro uno de los niños, deteniéndose viendo como una nueva pareja de adolescentes se agarraban de las manos, mirándose fijamente uno al otro, escapándose de sus labios un suspiro. El pequeño pelinegro de nombre Sasuke Uchiha, frunció levemente su ceño ante esa imagen y más que nada por ese insoportable sonido.
Paso unos segundos mas mirando a la pareja, viendo como sus colas se meneaban de un lado a otro felices.
Tan ensimismado estaba viendo aquella pareja, que se olvido de su rubio e hiperactivo acompañante.
El pequeño Naruto, un niño un tanto diferente a las demás personas por tener una cola y orejas de zorro en vez de unas felinas, que al no sentirlo caminar a su lado se tuvo que detener buscando confundido a Sasuke, cuando por fin lo localizo con sus ojos de un bonito color azul, hizo un gracioso mohín yendo hasta donde estaba el otro, dispuesto a reprocharle el porque lo había dejado caminando solo.
Pero detuvo cualquier impulso de reclamo al verlo tan concentrado y a la vez enojado por la parejita que estaba enfrente de ellos.
Parpadeo seguidamente viendo a su amigo confundido, pero lo esperaría, le daría un poco de tiempo a su amigo…
Grrr… Grrr… Grrr
Un extraño pero a la vez conocido ruido provino del estomago del zorrito, haciéndolo abrir sus ojos de par en par, aquel sonido le advertía de algo… quería comer.
Esto lo hizo cambiar de opinión: No esperaría a Sasuke, ¡Tenía hambre!
Con decisión, y medio marchando se acerco al otro niño que se encontraba perdido todavía en su mundo.
Una gotita de sudor se resbalo por su frente, meneando su esponjosa cola, nervioso.
-¿Sasuke?-le llamo, cuando llego hacia donde estaba el pequeño Uchiha, tocándole el hombro.
El moreno al sentir una mano en su hombro se sobresalto un poco, parpadeando de forma rápida, como si de esta forma saliera de ese mundo en el que había estado sumergido por unos segundos.
Frunció levemente el ceño volteando a ver a Naruto, soltando un pesado suspiro de resignación al ver una nueva pareja de enamorados pasar enfrente de el.
-Sasuke, ¿Qué pas…- Naruto no pudo terminar de articular su pregunta porque fue interrumpido de forma tosca por el otro.
-Naruto… Dobe, cállate y camina- sentencio el moreno retomando de nuevo la marcha para ir cada uno a su casa.
-Pe…pero Sas…-sus palabras se le volvieron a quedar en la boca al ver como el otro comenzaba a caminar dejándolo sin remordimiento alguno hablando solo- Tonto Uchiha presumido- bufo por lo bajo, corriendo para alcanzarlo.
… … … …
Habían caminado en silencio en todo el camino, ya pronto se tenían que separar para tomar cada uno por su cuenta la ruta para su casa.
Pero en ningún momento de su caminata dejaron de escuchar esos insoportables sonidos.
El Uchiha ya fastidiado, y sin poder evitar mostrar su enojo, volteo a ver fúnebremente a una parejita que estaban sentadas en una banca produciendo de manera continua y rápida suspiros.
-¡No puedo soportarlo! ¡Son tan ruidosos!- dijo de forma áspera a Naruto emitiendo un bufido, el tigreño le veía de forma nerviosa por esa mirada malhumorada, pero prestando atención a su comentario.
-Este…-dijo dudando en lo que iba a decir, pero continuo al ver que había captado la atención de Sasuke, quien alzo una ceja por el hecho de que no continuaba hablando- Este…alrededor de temporada así es como está en todas partes, ¡Incluso Iruka-sensei a estado con sus “Ahh~”!
Todo esto lo dijo Naruto moviendo sus bracitos de un lado a otro, caminando aun con Sasuke a su lado.
El otro solo asintió la cabeza en silencio, serio.
El rubio hizo un gesto de pensar, que no capto el moreno, para preguntar un poco después algo a su amigo- ¿Han estado así en tu casa Sasuke?
Pregunto intrigado Naruto, no pudiéndose imaginar al papá de su amigo baka suspirando por alguna caricia de su amable esposa… ¡Ese hombre le daba miedo! ¡Nunca sonreía!
Con una ceja alzada, la boca levemente torcida en una mueca que atribuía que estaba pensando Sasuke recordaba los pocos momentos que se había encontrado a sus papás de esa forma tan propiamente tonta, a jurisdicción del moreno.
Y con aquel gesto, ante la atenta y ansiosa mirada del de ojos azules, recordó algo del día anterior…
… … …
Caminaba con tranquilidad por los amplios pasillos de la casa que pertenecía al líder del Clan más poderoso de toda Konoha, el Clan Uchiha, siendo el líder su padre. Este era un hombre estricto, soberbio y muy dedicado a su trabajo, pero no tanto a su familia.
Sus pasos eran lentos pero constantes, escuchándose únicamente estos resonar entre las paredes, que eran pulcramente decorados por cuadros en los que los protagonistas eran los miembros de esa familia, junto con algunos antepasados que en algún instante de sus vidas marcaron un momento importante en la existencia de los Uchiha. Las fotos o pinturas eran enmarcadas en un marco de madera tallada a mano.
En el pequeño pelinegro había surgido un deseo imperioso de poder contarle a alguien de su familia lo que le había ocurrido ese día, conjuntamente de su insatisfacción por un extraño sonido que las personas mayores estaban empezando a producir. Realmente quería hablar con alguien.
Siguió caminando fijándose de no entrar por el pasillo equivocado.
El pequeño pelinegro empezaba a sentir un extraño vacío en su interior, al no encontrar a ningún integrante de su familia.
-Madre, padre… Itachi-menciono Sasuke bajando sus felinas orejas al sentirse solo, en ese momento no le importaba si se encontraba con su impávido padre, que simplemente se limitaría a verlo cuando le diera una reverencia a modo de saludo… Realmente no le importaba.
Era en esos momentos en los que se preguntaba, ¿Cómo podía Naruto vivir solo?, sin duda alguna su amigo rubio era alguien demasiado valiente, pero eso era algo que nunca aceptaría. Nunca.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando de una de las habitaciones de la casa logro escuchar la voz de su mamá, aquella dulce y reconfortante voz.
Una pequeña sonrisa se asomo en sus labios, golpeándose mentalmente por no haber buscado antes en “ese” lugar.
Corrió rápidamente hasta donde supuso que se encontraba su madre. Al llegar a su destino, que era la habitación que usaba la familia para relajarse, sin miramientos ni tapujos deslizo de forma rápida la portezuela de estilo oriental, con la intención de llamar a su mamá, e irla a abrazar.
-¡Oka…-cometido que no logro.
Se quedo estático en su lugar, en el marco de la portezuela japonesa, guardando silencio ante la señal que le hacia su madre para que no hablara, poniendo su dedo índice en la boca con una sonrisa cálida.
La mujer se encontraba sentada en el suelo, con su largo cabello cayéndole por la espalda, y viendo con amor a su marido, que dormía plácidamente en su regazo. Mikoto no pudo evitar emitir un suspiro de completo enamoramiento al tener de esa forma tan poco usual a su marido, al gran patriarca, Fugaku Uchiha.
Sasuke simplemente se quedo callado, mirando y escuchando el sonido emitido por su madre, frunciendo el ceño, mejor se iría a su cuarto y se guardaría su molestia, esperaba algún día poder platicar con sus padres.
… …. …
-No he visto mucho pero... Si-contesto el moreno mecánicamente. Su regreso al pasado había durado apenas unos segundos.
-¡Wow!-dijo el rubio sorprendido, no creyéndose que aquello fuese posible. Aunque claro, hay que decir, que esa exclamación de sorpresa no solo se debió a lo contado por el mas pequeño de los Uchiha, sino debido a su desbordante imaginación la cual trabaja a mil por hora, en la que en esos momentos el protagonista y victima era el padre de Sasuke, imaginándoselo suspirar una y otra vez, mientras ponía la típica cara de tonto que ponían las demás personas.
¡Oh si! Sin duda alguna la imaginación de Naruto era sorprendente. Una risita se escapo de los labios del pequeño ante aquellas imaginadas proporcionadas por su infantil mente.
-¿De que te ríes?
-De nada ´ttebayo-contesto el otro niño rascándose el cuello, sobresaltándose un poco, ante la pregunta y el tono usado por Sasuke.
El Uchiha simplemente le miro sin creerse aquello, pero no quiso protestar, sabiendo que con eso echaría lecha al fuego, y comenzarían una pelea sin sentido.
-Hm…- fue lo único que pronuncio, para fijar su vista al frente siguiendo su camino.
Tras esta pequeña charla, de nuevo se produjo un silencio entre ambos infantes, que caminaban con tranquilidad uno a lado de otro, cada uno pensando diferentes cosas.
En el cielo se podía observar como el tono azul empezaba a desaparecer para dar paso a los diferentes matices que podía tener, colores que embelesaban a los enamorados, y causaban fascinación a los más pequeños.
Ya estaban a unos escasos pasos de llegar a la dichosa esquina, que les indicaba que debían seguir sus rumbos a sus respectivas casas solos, provocando que inconscientemente sus pasos se volvieran más lentos. Mas aquel acto no logro evitar que llegaran a su destino.
Ambos niños se detuvieron, uno enfrente de otro, mirándose fijamente, este era el momento en el que con sus característicos insultos se despedían del otro, mofándose inocentemente del contrario.
Comenzando con esta tradicional forma de despedirse el pequeño azabache que tenía posado en sus labios una arrogante sonrisa.
-Dobe, nos vemos mañana, ten cuidado no vaya ser…-
-Sasuke- le llamo el rubio con tono dudoso, interrumpiendo el monologo de despedida de su amigo.
El pequeño azabache le vio dudoso- ¿Qué sucede dobe?-pregunto con intriga, debía ser algo importante para que adoptara esa postura un poco tímida.
-Es que… es que-comenzó a decir con indecisión, no sabiendo como continuar por la pena que le daba articular aquella pregunta para su amigo.
-Ya dilo usurutonkachi-ordeno Sasuke, su paciencia era escasa por no decir nula, así que era mejor que se apurara, si no se marcharía, y le dejaría hablando solo sin remordimiento alguno.
-Esta bien-dijo el de ojos azules resignado, inflando una de sus mejillas graciosamente, para continuar hablando- es referente a lo que hacen los grandes.
-Aja… ¿Qué pasa con eso?
-¿¡Me pregunto que si yo también voy hacer eso cuando sea mayor?!-dijo un poco alterado Naruto, no pudiéndose imaginar hacer algo tan tonto como eso. Ya saben el beso, abrazo y suspiro.
El moreno abrió un poco mas sus ojos ante aquella interrogante, viendo el rostro exaltado de Naruto, formulando una respuesta rápida para el menor. Una rápida y tranquilizadora.
-No dobe tu no vas hacer eso de mayor-respondió escuetamente a su pregunta viéndolo con aquella oscura y seria mirada, observando como una radiante sonrisa se posaba en los labios de Naruto.
-…Pero podría que yo si- se dijo para si en un susurro. No sabía porque lo había dicho, no había alguna razón.
Pero tarde se dio cuenta de su acción involuntaria, para cuando lo hizo las potentes y esponjosas orejas de Naruto habían captado y procesado la información.
-¡¿Qué?! ¡¿Tú, Sasuke?! ¡No puedo creer eso en absoluto!- grito alterado el rubio, no dándole el tiempo al moreno de hablar.
El ojiazul había abierto sus ojos de par en par, cerrándolos al instante, moviendo su cabeza de un lado a otro, exagerando, claro esta, lo dicho por Sasuke.
El moreno lo miraba con clara muestras de querer darle un golpe en la cabeza, mas detuvo sus instintos al ver como el rubio se detenía, para voltear a verlo un poco serio, sonriendo a los pocos segundos… ¿Cómo le hacia el rubio para cambiar tan rápido de animo? Se pregunto internamente Sasuke, haciendo una mueca de incomprensión.
Por el contrario el rubio había detenido su acción de moverse como loco, pues entre tanto movimiento a su cabeza llego una genial idea para que el azabache descartara esa tonta idea de que el actuaría igual que los mayores.
-Naru…
-Cierra tus ojos Sasuke-ordeno Naruto con una dulce sonrisa.
-¿Qué?- pregunto dudoso el azabache.
-Tu solo cierra tus ojos, ¿De acuerdo?- insistió Naruto con la misma sonrisa, no queriendo revelarle a su amigo su plan para que dejara de pensar cosas tontas.
El moreno hizo caso al pedido del rubio, ya estaba más oscuro y sabía que si se ponía a discutir con Naruto, se le haría muy tarde.
Cerro sus ojos como se le fue pedido, y sintió como las manitas de Naruto agarraban las suyas-¿Qué…-iba a preguntar, pero no pudo.
Unos suaves labios se posaron en los suyos en un contacto suave, tierno y rápido.
Cuando aquellos labios se alejaron de los suyos, no pudo evitar abrir sus ojos enormemente, como nunca antes lo había hecho, encontrándose con la mirada azul de Naruto a unos escasos centímetros, sintiendo por la cercanía su respiración.
-¿Ves? Tú no vas hacer igual que los más grandes, sino ya estarías de ruidoso-dijo el rubio, completamente serio, para luego sonreír de oreja a oreja.
Sasuke se soltó rápidamente del rubio, respondiendo de mala gana a su anterior pregunta-Si… tienes razón…
El rubio soltó una risa cantarina pero suave- Es confuso cómo los adultos hacen alboroto de esto, ¿Eh?- hablo, refiriéndose a la reacción que tenían los mayores después de darse un beso. Siendo aquella reacción… un suspiro.
Tras aquella acción que dejo a Sasuke con una extraña sensación en su cuerpo, mas específicamente en su estomago, el rubio se despidió de el.
-… ¡Adiós baka!-grito Naruto a lo lejos yéndose del lado contrario hacia donde se dirigiera el azabache. Movía su mano de un lado a otro con su ya conocida energía, mientras que Sasuke apenas y había levantado su mano.
Al ver alejarse a Naruto, apretó levemente sus labios, recordando el momento en que estos habían sido dulcemente tocados por los de su amigo. Ante aquel fugaz recuerdo un potente sonrojo se apodero de sus mejillas blancas, apretando con fuerza su mano, haciendo un puño.
Abrió levemente sus labios para exclamar algún insulto contra el Uzumaki, pero en vez de eso… en vez de un insulto que describiera a su amigo rubio, al enano ese, un sonido extraño, molesto y tonto salió de sus labios por el simple hecho de recordar ese beso.
De sus labios había escapado…
…Un suspiro…
~Fin~
Epilogo.
La noche ya había caído en la Aldea oculta de la hoja, era una noche en la que la luna brillaba de una forma inigualable alumbrando todo aquello que estuviera bajo su tutela, dando así una hermosa vista, que junto con las millones de estrellas que le la acompañaban, hacia de esa noche una de aquellas que no se olvidaban.
Aunque cierto niño no olvidaría esa noche- o día en general- por un suceso que había ocurrido horas atrás con su escandaloso, torpe, hiperactivo, tierno y amigable amigo ojiazul.
Oculto bajo las sabanas de su cama se encontraba el pequeño Sasuke no queriendo salir de ahí, por la pena.
Cada que pensaba en ese simple roce de labios, en ese beso inocente, sus mejillas se encendían de un adorable rojo, y de forma inconsciente un suspiro leve se escapaba de sus labios.
Se sentía como un tonto.
-Usurutonkachi… ¡Tú, estúpido usurutonkachi!-dijo enfadado Sasuke, prometiéndose internamente que Naruto algún día se las pagaría… ¡Y el doble!
Mientras tanto su familia se preguntaba porque el pequeño Sasuke no había salido de su habitación desde que regreso de la escuela.
…Si supieran…