Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Underwater por Cherry-No-Ferry

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Este fic va dedicado a mi Master Gakuhai, Higa-chan. A ti, mi querida y adorada Onee, este one shot lemon & soup de esta hermosa pareja de la Tierra del Sol Naciente. Porque sin ti, este lemon no existiría ni se vería de esta manera. Tú eres el 70% de esta historia. Muchísimas gracias por tu ayuda y por estar conmigo. Me has alegrado una triste noche.

Disfutenlo a pleno. Espero que dejen sus reviews.

Au Revoir, Mon Amouries.
**Cherry-Ferry**

Notas del capitulo:

Si lo consideran o no, pueden considerar esta historia como un preludio de "Caramel".

-¿Y qué es lo celebramos hoy, señor anfitrión?- Preguntó un Miyavi en estado de alcoholismo extremo.

-¿De nuevo tengo que decírtelo, Miyavi-kun? Voy a emprender mi primer por Europa, y necesito tener a todos mis amigos para que me den ánimos.-

-Ay. Qué lindo eres, Gacku-chan.- Mencionó Daigo en tono de burla.

-Sí, es un tierno. Voy a comérmelo de un bocado, como a este pedazo de sushi.- Dijo Takanori devorándose lo que quedaba de la comida en su plato.

-Déjenlo en paz, por favor. Ahora que se está comportando como una persona, se quejan de él.- Adhirió Yoshiki.

Yo proyecté un sonido resoplo y salí del cuarto para ir directo hacia la cocina. Había realizado una pequeña reunión en mi casa con mis amigos más íntimos, o con los que se encontraban en Japón en estos momentos. Y eso también incluía al JOB.
Pero no lo estaba disfrutando. No sabía si era por mis nervios, o porque mis compañeros estaban dispuestos a hacerme la noche imposible quién porque razón.

"Esto es un desastre." Pensé yo cuando llegué a la cocina y vi todo desarmado. "Cualquiera que los viera, diría que nadie los alimenta o les da de beber..."
De pronto, Mi cara se transformó cuando vi una abominable escena en el recipiente de la basura.

-¡You Kurosaki, Yukihiro Fujimura!... ¡Vengan inmediatamente a la cocina o los traigo de los pelos a los dos!- Grité fuertemente para que me escucharan.

Chachamaru llegó primero riéndose con You que caminaba un paso detrás de él.
-¿Qué te sucede ahora?... ¿Por qué... ¡Ay, Dios!- Dijo Chacha sorprendido mientras yo seguía parado con el recipiente en la mano.

-Sí, es lo mismo que pensé. ¿Se puede saber quién les dio permiso de abrir estas dos botellas de Champagne?-

Chacha señaló a You provocando la sorpresa de éste quien ya temblaba por el descubrimiento que había hecho.

-Recuérdame no llamarte de defensor si cometo algún crimen, Chacha.-

-You, ¿por qué se te ocurrió ofrecer estas botellas de Champagne para ser bebidas en esta reunión? Tú sabes muy bien para qué y quién las guardé.-

-La verdad, no.-

-Deberías haberlo imaginado, You-San.- Comentó Chachamaru apoyando un brazo contra la mesada.

-¡Qué fiesta más bella y elegante! Todos mis amigos me están molestando, porque están muertos de hambre o ebrios. Yo me encuentro a la 1 de la mañana, en mi cocina y con un recipiente de basura en la mano, y encima mis Champagnes han sido ultrajados. Y para colmo de males...

De repente, sonó el timbre repetidas veces interrumpiendo mi sermón.

-Limpien esto ustedes dos. Yo voy a atender.-

Salí de la cocina directo hacia la puerta. Reconocí ese timbrazo desde el primer momento, pero no me afectó en lo más mínimo como yo hubiese querido. Abrí la puerta, y estaba el pequeño Haido sentado en el umbral. Otro que había caído bajo los hechizos de alcohol.

-Te iba a preguntar porque llegas tan tarde. Pero obviamente, mi pregunta resultaría estúpida.-

Se levantó y me dio uno de sus abrazos descoordinados y se metió adentro de la casa. Yo cerré la puerta inmediatamente.

-Discúlpame, Gacchan... Por... Por haber llegado para el amanecer, pero es que me... Entre... Entretu... me entretuve catando vinos en una fiesta que ofreció Tetsu... O no sé si era.. Una... Una... Una reunión, pero la cosa es que... que... Tet... Tetsu se fue con Ken y Yuki, y yo me acordé que me habías invitado a tu casa.-

-Gracias por considerarme en tu apretada agenda, Haido.-

-Ah, no es nada. Si, a mí... A mí me gustan las fiestas. A propó... Ay, ¿dónde está la gente?-

-En la sala.-

Y yo creía que Miyavi se encontraba en un estado detestable, pero nunca me imaginé que Haido podría superarlo ampliamente. Normalmente me hubiese reído de él por estar así, pero nada me causaba gracia en estos momentos. Sobre todo porque estando así, había muchas cosas que no podía hacerle.

-¿Hay lugar para un invitado más en este lugar?- Preguntó Haido mientras caminaba tambaleándose entre los sillones.

-Haido. Qué mal te ves.- Dijo Miyavi viendo a Haido como su espejo en potencia máxima.

-Me quise embriagar antes para estar acorde con los invitados.- Haido miró a You y a Chacha que no parecían haber tomado una gota.

-¿Y ustedes por qué no beben nada?-

-¿Nosotros?... No podemos, no nos dejan.- Dijo You apuntando la mirada hacia mí.

-Gacchan, aguafiestas y castrador de guitarristas.

Seguido a este tan desafortunado comentario por parte de Haido, hubo una catarata de carcajadas sonoras. Daigo escupió todo el vino que estaba en su boca, mientras que Miyavi y Takanori se escondían bajos las almohadas, y You y Chacha se tapaban la cara con sus manos para que yo no los viera. El más discreto fue Yoshiki que cortó el ambiente proponiendo un juego.

-¿Qué clase de juego, Yoshi-Sama?- Preguntó Haido mientras encendía su cigarrillo.

-Espera. Primero: GACKT, ven aquí. Siéntate junto a nosotros.- Dijo Yoshi mirando hacia el lado de la puerta donde aún me encontraba yo mirando la escena.

-Sí, ¿qué haces parado tan lejos de la diversión?- Mencionó Miyavi.

-Lo siento. Pero es tarde, estoy ebrio y no tengo ganas de irte a buscar hasta allá.- Comentó Daigo recostándose sobre las almohadas.

-Haido, ve tú a buscarlo. Tú eres el que llegó último.- Dijo Takanori haciéndole un guiño al pequeño.

-Con mucho gusto.- Haido se acercó lentamente con una copa de vino en su mano. Cuando estaba frente a mí, puso un dedo dentro de la bebida para luego chupárselo y después pasarlo por mis labios. -Mira lo que tengo que hacer para que vengas a sentarte al lado mío.- Tomó mi mano y me llevó hasta los sillones mientras yo pasaba mi lengua de un lado al otro saboreando lo que me había dejado ese momento.

Él se acomodó muy cerca de mí. Tan cerca que yo ya comenzaba a sentir escalofríos.

-Ya dinos, Yoshi-Sama. ¿Cuál es el juego?- Preguntó Takanori haciéndole un puchero.

-No es algo que no hayan jugado antes. Pero se me hace que aquí va a resultar mucho más interesante. Es "Verdad o Reto". Tienes la botella, la giras. La botella se detiene, y el pico es quien decide quien es la víctima, y esa víctima elige si quiere: Una pregunta... O un reto. ¿Se animan o son miedosos que no pueden con un juego tonto?-

Todos asintieron emocionados, como si el juego fuese la gran cosa pero no estaba en poder de quejarme. Me estaba empezando a divertir, finalmente.

El primero en girar la botella fue Yoshiki, y el pico se detuvo apuntando a Daigo.

-Ahhhhh. Eres el primero, Don Perversión.- Dijo Miyavi empujando a Daigo.

-Cállate, Miyavi. Deja de molestar.- Le contestó Daigo con un almohadazo.

-¿Qué eliges, Daigo-chan?-

-Verdad.-

-OK.- Yoshi se tomó un minuto para pensar una buena pregunta para Daigo. Mientras tanto, yo observaba de a ratos a Haido que comenzaba a ponerse en plan de mimoso acariciando disimuladamente mi pierna con su mano. -Ya lo tengo. Aquí va. ¿Qué tan cierto fueron aquellos gemidos que se escuchan en "Real Love"?-

La pregunta lo dejó temblando a Daigo. Él era tan o más pervertido que nosotros, pero le costaba hablar sobre esos temas sin que se pusiese de todos los colores. A menos que sea una canción.

-¿Por qué me preguntas esas cosas, Yoshi-Sama?- Dijo Daigo poniendo su mano sobre su colorado rostro, para luego suspirar y contestar. -Muy ciertos. No fueron fingidos para nada-

Todos se rieron y ahora le tocaba el turno a Daigo. La botella tardó un rato en detenerse hasta que se detuvo en mi pequeño compañero de asiento.

-Rompamos las reglas de este juego.- Dijo Haido sacando su mano de mi pierna para encender nuevamente su cigarrillo. -Elijo las dos.-

-Eso me gusta, Hai-chan.- Dijo Miyavi riéndose como loco sin dejar de mirar a Haido.

Takanori se acercó a Miyavi para susurrarle algo en el oído. Miyavi asintió luego de unos segundos. -OK. Yo te hago la pregunta, y Takanori te impone el reto.- Haido sonrió de lado mientras seguía fumando. -¿Es verdad que tu fantasía sexual más anhelada no ha sido cumplida aún?-

Haido se quedó quieto por un momento mirando hacia la nada, mientras pensaba su respuesta. Luego volvió a él esa sonrisa pícara que tanto lo caracterizaba para contestar la pregunta.
-No, aún no. Pero no puedo dejarlos tampoco con esa respuesta. ¿Quieren saber una de mis fantasías sexuales más anheladas?- Haido me miró de reojo dándose cuenta lo atento que estaba a cada palabra que salía de su boca. -Hacerlo en la ducha o en la bañera. Pero me atrae más la ducha. Yo con mi amante y el agua cayendo desde arriba, recorriendo cada parte de nuestro ser, empapándonos de pies a cabeza. Para fundirnos luego en un abrazo cálido e interno. Moviéndonos sin control. Ésa es mi fantasía.-

Esa descripción terminó por estremecer todo mi mundo. A él no le importaba volver locos a todos los presentes en la reunión, sobre todo a mí, que a este paso ya no sabía que hacer para soportar las ganas de comerme ese pequeño cuerpo que Dios le dio.
Aún así, nadie parecía más afectado que yo por toda la situación. Ni siquiera You y Chacha que no estaban alcoholizados. Se veían bastantes familiarizados con esos momentos.

-Haido, eres un travieso diablillo.- Dijo Takanori acercándose lentamente a él por sobre la mesa sin apoyarse demasiado. -Por allí dicen que besas muy bien, más que nada porque tu lengua es bastante juguetona. Te reto a que nos demuestres eso.-

-No tengo problema.- Haido se avanzó hacia Taka y éste luego se corrió.

-Conmigo, no.- Taka se sentó, y Haido lo miró confundido. -Obséquiale un inolvidable souvenir, para que te recuerde cuando viaje a Europa.-

Mis ojos se abrieron de par en par, pero tampoco me iba a negar a lo que el destino me había preparado tan hábilmente. Haido se volvió hacia mí y se sentó sobre mí rápidamente. Luego, pasó sus manos sobre las mías para llevarlas al respaldo del sillón y me besó apasionadamente. Era ese beso el que estaba esperando toda la noche, esos pequeños labios ansiosos por probar los míos, y esa lengua provocadora que luchaba a muerte con la mía. Un rato después, Haido detuvo el beso encontrándose a él mismo entre un excitado jadeo. Se separó de mí y se sentó en el sillón. La sonrisa se le había curiosamente borrado de la cara

-Entonces.- Interrumpió Taka. -¿De uno a diez cuan bien besa?-

*********************************************

Habían pasado unas dos horas desde el juego, y Haido seguía en el mismo lugar con la misma cara de pensativo. Creo que ni siquiera se dio cuenta cuando todos se retiraron de la fiesta, porque la comida y la bebida les empezaron a afectar las pocas neuronas vivas que les quedaban.

-Haido, ven un minuto conmigo.- Él levantó la cabeza y me siguió. Subimos las escaleras y lo llevé directamente para la habitación. Lo dejé pasar primero para luego arrimarlo contra la puerta.

-¿Tanto te afectó?-

-¿Qué crees que me afectó, Gacchan?-

-El beso. Estás prácticamente ido del mundo desde que me besaste hace dos horas. Ni siquiera te diste cuenta que los demás se fueron.-

-¿Los demás se fueron?- Preguntó en voz alta sorprendido. -Y no es eso. Lo que pasa es que yo... Yo...-

-¿Tú qué?- Grité para que me hiciera comprender sus inexplicables excusas.

-Sabes que jamás me comporto así contigo. Ni siquiera sé porque lo hice.-

-Porque querías. Porque te morías de ganas por querer hacerlo. Al igual que yo...- Mientras le decía esto, lo acorralaba más contra la puerta, e incluso hice que mi pierna abriera las suyas para acariciarlo un poco más. Él soltó un dulce gemido de sus labios. -... No me prives de ese placer. Déjame sentirte de nuevo.-

Esta vez fue yo quien lo besó furiosamente. Él volvió a colocar sus manos por sobre mi cuello, y después me atrajo más hacia él. Nuevamente, sentí el sabor de su lengua por sobre la mía, mientras él gemía entre besos y pedía por más. Minutos después, abandoné lentamente su boca y pasé mi lengua por su mandíbula y por su cuello para después morderlo suavemente. Él soltó un grito agudo de placer, me empujó sin separar sus brazos de mi cuello y se colgó de mí.

-Cúmpleme esa fantasía que tanto anhelo, Gacchan. No quiero hacerla realidad con nadie más que contigo.-

Asentí al instante. Estaba feliz que por fin podría tener al pequeño diablillo en mis brazos, luego de tanto tiempo de imaginármelo junto a mí. Probablemente, era una de las tantas fantasías que Haido tenía empolvadas en los cajones de su memoria. Y yo era el elegido para el acto. Una pasión egoista, si se trataba de decirlo de alguna manera.
Llegamos al baño como pudimos, porque yo me estremecía con cada marca que él dejaba por todo mi sensible cuello. Lo bajé con cuidado al piso y le quité su ropa rápidamente. No encontré ninguna resistencia de su parte, tan solo una pasiva mirada cómplice que me insitaba aun mas. Invitándome al pecado. Luego, me quité la mía y lo llevé camino a la ducha.

-Tienes un cuerpo esculpido a mano por los dioses, Gacchan. La estatua de Miguel Ángel es una asquerosa pieza del arte en comparación a ti.- Dijo él apoyándose seductoramente contra la pared de la ducha, y pasándose su mano por su abdomen provocando también un gemido en él por su propio toque.

Yo no podía dejar de mirarlo. Ya no estaba preparado para dirigir y controlar mis impulsos, terminé sucumbiendo ante ellos. Calculando con pericia cada uno de los movientos de Haido.
Su pequeño cuerpo hervía y necesitaba un poco de atención. Me acerqué a él, y moví la mano que tenía en su abdomen para ponerla encima de mí y luego besarlo. Los besos llevaron a que yo mismo emprendiera el mismo camino que él realizó con su mano, pero siendo esta vez, mi lengua. De arriba a abajo sin dejarlo un minuto en paz. Haido se retorcía de un lado al otro por mis caricias. De nueva cuenta, volví a bajar, y sin advertirle, metí todo su erecto miembro en mi boca para saborearlo como si fuese la paleta más deliciosa del mundo.
Uno, dos, tres minutos y no podía detenerme, pero tenía que hacerlo porque si no todo terminase, y ni siquiera habíamos empezado. Me levanté, y lo besé.
Haido estaba completamente fuera de sí, así que en un veloz movimiento, abrí las canillas y el agua caliente comencé a caer sobre el pequeño. Yo me posicioné detrás de él y empecé a besarlo en el cuello, y en los hombros mientras él tiraba la cabeza hacia atrás. Me lami los labios, mientras lograba saborear el deleite prometido que me sería entregado.

-¿Gacchan?- Dijo él entre jadeos.

-Dime.- Yo le contesté como pude también. Y es que seguía perdido en el éxtasis que me provocaba poder estar ahí con él, cumpliéndole su fantasía.

-Enjabóname.-

Yo me detuve por un segundo y lo miré algo sorprendido. Mientras él, seguía con los ojos cerrados, con la cabeza apoyada sobre mi y una ligera sonrisa en su rostro.

-Con mucho gusto.-

Repetí las palabras que él mismo había dicho en el sillón, y tomé la esponja y un jabón nuevo con aroma a vainilla.

Al rato, me encontraba a mí mismo enjabonando la espalda de un excitado Haido. La mano que tenía libre la tomó él, para mojarla con su lengua y pasarla por su pecho y abdomen. Luego él se dio vuelta y comenzó a enjabonar mi pecho. Todos esos momentos eran dignos de un relato puramente erótico: El embriagante aroma a vainilla, el vapor del agua, la suave piel de Haido haciendo fricción con la mía refrendándome una vez más esa entrega, acumulada de una energía que parecia inagotable, incondicional. Después de unos minutos se detuvo, y me volvió a besar. Habíamos llevado hasta el vértigo el preludio de las caricias. Como un espiral sin fin.

-Hazme lo que quieras, Gacchan. Soy todo tuyo.- Me dijo suavemente posteriormente a abandonar mi pecho e irse hacia mis embellecidos oídos. Eso fue lo que estuve esperando escuchar desde hace tanto tiempo. Esas minúsculas palabras fueron música para mis oídos. Sentí que mi corazón se aceleraba a mil por hora, que quería salirse de mí. Ese pequeño amante sabía como inmiscuírse dentro de mi alma, incluso tan solo con respirar encima de mí, con mirarme directo a los ojos. Estaba totalmente rendido a sus encantos, a su belleza, a su entrega y a sus deseos.

Lo di vuelta nuevamente y se inclinó. Suavemente, y bajo el agua de la ducha como testigo, introduje un dedo sobre su estrecha entrada. El jabón ya se habia disipado, y me privilegiaba al ver de nuevo su hermosa piel, permitiéndome sentir un gozo en extremo. Él gimió de dolor y estuvo a punto de caerse, pero pudo detenerse al apoyar las manos en una parte de la pared.

-Tranquilo. No te haré daño.- Le mencioné yo preocupado.

-Ya lo sé. No me hagas caso, tú solo sigue.-

Haido volvio a retorcerse cuando sintió mi segundo dedo y despues el tercero. No tardé mucho en encontrar su próstata y al percibir ese contacto el pequeno gritó sonoramente. Ese grito, que no era otro que el resultado de la satisfacción y el deseo que no podia aplazarse mas. Un grito del placer que nubla los sentidos.
Saqué mis dedos, y delicadamente inserté mi miembro en él, dándole un poco de tiempo para acostumbrarse. Ni siquiera sabía cómo y porqué me estaba conteniendo tanto, si estaba haciendo justo lo que él quería y lo que yo quería.

-No lo hagas de esa manera tan suave, Gacchan. Hazlo más fuerte-

En ese momento, perdí noción de lugar y tiempo, y lo comencé a embestir con todas mis fuerzas, voraz y candente, arrancando en nosotros dos, los más vibrantes y deleitosos sonidos. Es que tenerlo a Haido en posición de perrito, probablemente sea de las cosas más estimulantes que haya visto en mi vida. Toda la escena era para grabar en la memoria. Cada gemido era una melodía, cada embestida, cada entrada y salida de su cuerpo era tocar el cielo con las manos. Mientras el agua seguía fluyendo a través de nuestros cuerpos. Anadía un plus a nuestro ardiente encuentro. Un acoplamiento, que parecia estar en sintonia con el cosmos. Estar yo dentro de él, era el paraíso en la propia tierra. Una adicción extrema. Recién ahora me estaba dando cuenta lo mucho que necesité estar con él, así, de esta manera.

Pasaban los minutos y la danza no cesaba. Queria cocinar el orgasmo a fuego lento, con un deje a eternidad. Aún cuando nuestros cuerpos nos pedían más rapidez. Movimientos transgresores y perfidos de caderas, que se abandonaban a un mismo placer. Él de pronto se levantó para quedar sobre mi pecho. Se mordía el labio inferior en un gesto exquisitamente erótico. Yo aproveche para sujetar su miembro y masturbarlo.

-¡Ay, Gacchan!... ¡Dios Mío!- Su lenguaje me dejaba en claro lo mucho que lo disfrutaba. -¡¡Más, más!! ¡¡No pares!!- Su voz sonó claramente diferente. Como una voz ronca hundida en la cumbre del placer, en la cumbre de excitación, o llegando a ella.

El rigor de mis embestidas, se volvió prominente y en un instante, pude vivir todas las sensaciones. Mi cuerpo tensándose ante la próxima venida, y su miembro llegando hacia ese inevitable momentos. Ambos. Los dos cuerpos unidos en uno.
Haido se corrió primero en mi mano, y enseguida me vine yo sobre él llenando todo mi lí quido en su interior. Nuestras respiraciones estaban en otro mundo, totalmente entrecortadas, regularizándose conforme encontraban su lugar en la tierra.

Haido se volteó hacia mí y me besó en forma tierna. Ese beso relajante luego de haber hecho el amor, fue el más dulce de todos. Sus labios eran adictivos; sus caricias, el cielo y tenerlo allí, era un sueño. Me resultaría imposible olvidarme esta noche, sería una tortura divina recordar lo que vivimos hoy durante la gira, pero lo encontraría mágico cuando nos volvamos a ver.

-Buen viaje, Gacchan. Ya sabes que vas a tener a tu fan esperándote de este lado del mundo.- Yo le sonreí y lo abracé. -Y gracias por haber sido tú.-

Notas finales:

Cualquier problema cardíaco, consulte a su médico de confianza.
Any recommendation, threat or love letter, see you on the reviews. I will answer to all the message because I'm that cute.
And thanks again to my Onee Kiyo for your help!!!... Love you, baby.

SAYONARA, GAKUHAI LOVERS!!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).