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Metáfora (Una Mitología para suicidas) por Natrium

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Notas del fanfic:

Esta historia transcurre allá por el año 1999, que es cuando comencé a garabatearla, porque la versión original era mitad historieta, mitad escritura, asi que sabrán comprender la ausencia de celulares y otras cosillas jeje. 

Mi idea es que cuando este completa puedan leerse grupos de capitulos en diferente orden y vean la historia desde el punto de vista de cada personaje, o desde el q les guste mas XD

Esta historia está siendo publicada como historieta en La Marca de Caín. (pueden ver en facebook el diseño de personajes

 

Metáfora (Una Mitología para suicidas)

 

¿Podrán un rey autoproclamado, un bisexual alcohólico, un hippie de pelo bicolor y un chico con problemas para dominar la ira (más sus respectivos amantes y amig@s) vencer a un demonio que se alimenta de corazones rotos y de poesías que amenazan con volverse realidad?

 

Esta historia es un mensaje para una persona en particular, si tú eres esa persona y estás leyendo esto, entonces la misión está cumplida.

 

I

Metáfora primera:


 Gun - Gabriel - El asesino de hermanitas.

“Esta canción habla de gente que puede ver.

Que puede ver las puertas que comunican

Este mundo con otros.

Ver.

Ver significados.

Ver.

Ver lo que es vivir…”

No. Esta noche no iba a escribir nada. “Eso” estaba aquí. Lo llamaba “La Inquietud”, no sabía cómo más. Le pasaba desde chico. Era como si el aire que estaba encima suyo se pusiera de repente muy pesado y fuera a aplastarlo. Podía suceder en cualquier momento. Entonces tenía, mínimo, que ponerse a caminar de un lado a otro para no ser aplastado.

Se llamaba Gabriel. Se llamaba. Porque hacía dos años que se había rebautizado “Gun” haciendo referencia a un grupo de rock, Guns and Roses, claro, que era lo que estaba escuchando por aquel tiempo. Ahora se había volcado más a la música de su país. Al rock de su país, mejor dicho. Se había afeitado la cabeza (el pelo largo es vanidad, decía) y componía canciones en su propio idioma y tocaba un poco la guitarra también.

Gun respiró hondo y comenzó a caminar recorriendo de un lado a otro su pequeño dormitorio. La ventana abierta de par en par dejaba entrar una leve brisa que no lograba mejorar en nada su estado. Cruzó los brazos sobre el pecho y presionó. Dejó escapar un suspiro largo. Si. Ya estaba pasando. De a poco, el aire volvía a sentirse normal, “la inquietud” se iba. Se abrazó a si mismo sin dejar de caminar, sus dedos toparon cerca de su hombro izquierdo, con un bultito bajo la piel. Era un objeto pequeñito que le había metido un brujo hacía mucho tiempo para evitar que muriera. Había estado muy enfermo. Dio resultado por lo visto.

Sintió la cabeza liviana y comenzó a rezar:

 

“Ave ,María purísima

Y eternamente lo seas.

Pues todo un dios se recrea

En tan graciosa belleza.

A ti celestial princesa,

Virgen sagrada María

Yo te ofrezco en esta noche

alma vida y corazón.

No me dejes madre mía

Ni de noche ni de día,

ni en mi última agonía

morir sin tu bendición…”

 

Por fin se sintió totalmente despejado. El aire ya era normal de nuevo.

Si. Ya había pasado. Rezó un poco más. ¿Cómo podía sentirse tan mal? ¿Habría muerto alguien?

No sabía por qué, pero relacionaba estos episodios con la muerte. Por supuesto que en algún lugar del mundo alguien había muerto en ese momento, seguro. Si fuera cualquier muerte, “la inquietud” sería constante…pero se relacionaba con la muerte, por lo menos con algunas de eso Gun estaba seguro…. Aunque no podía explicarlo ni probarlo. Pero no quería pensar ahora….tenía miedo de que “eso” volviera.

Se calzó una gorrita bordada celeste y blanca, los colores de su bandera, y se dispuso a salir. Miró hacia el rincón oscuro junto al placard, donde su compañera quedaba abandonada el resto de la noche. Sonrió. Tan bonita ella, ”La Criolla”, su guitarra.

La familia ya se había ido a dormir. Excepto su hermano el tercero (Gun era el cuarto, el menor) veía televisión en la sala a oscuras. Le lanzó una mirada acusadora a Gun cuando vio que iba a salir pero no dijo nada. Mejor. Días atrás había tenido el tupé de preguntarle si era homosexual, nada menos él, que llevaba el pelo largo y bien cuidado como una chica, y últimamente le había dado por delinearse los ojos y pintarse las uñas de negro. Era fan de Marilyn Manson y estaba adoptando su look. Incluso sus amigos habían empezado a llamarlo “Marilyn”. Ese personaje había tenido el atrevimiento de cuestionar su sexualidad.

 

Gun rió para sí, saludó a su hermano y salió.

Caminó por las calles oscuras y vacías, era un barrio tranquilo el suyo. Poco a poco se fue internando por callejas más sórdidas. Gun no tenía miedo a nada. Con las manos en los bolsillos, pasó por delante de un pequeño bar “el preámbulo!, en la última cuadra con alumbrado público de esa zona. Adentro estaban tocando bandas. Punk. Pasó de largo. Doscientos metros más allá y girando a la izquierda estaba “El infierno”, un tugurio todavía peor que el anterior, también tenía pretensiones de bar.

Esquivó a dos hombres tirados en el suelo borrachos, drogados o muertos, no se sabía.

Adentro el revoque de la pared se caía a pedazos. Había pocas mesas, en una, un grupo de hombres jugaba a los naipes, en la de más al fondo estaba sentado un chico muy delgado. Se alegró cuando vio entrar a Gun y lo saludó con la mano.

- ¿Cómo has estado? - preguntó mientras Gun se sentaba junto a él.

- Y…más o menos. Hace rato me pasó de nuevo.

- ¿Y supiste si murió alguien?

- No…no. Olvídate de eso, es una idea que tuve, nada más, una sensación, no es que haya comprobado que muere alguien cada vez que siento “eso”.

Tao (así llamaban al chico delgado), se quedó pensativo unos segundos. Tenía el pelo largo y lacio, la mitad pintada de blanco, la otra de negro azabache. También llevaba el flequillo coloreado igual pero la parte blanca delante de la negra y la negra delante de la blanca.

Su ropa, remera y jean estaba vieja y parecía sucia pero Tao no olía a nada, bueno, a veces, a marihuana.

Gun lo había conocido hacia unos días. “La Inquietud” había aparecido de repente y con inusitada fuerza. Él estaba en medio de la calle y anochecía. Comenzó a correr, llegó hasta la puerta del Infierno y  cayó al suelo. Se sentía peor que nunca, tenía revuelto el estómago. Entonces apareció Tao de la nada, lo ayudó a sentarse, le trajo agua y se quedó cerca de él hasta que pasó.

Cuando estuvo mejor, Gun le dio las gracias y le explicó, a grandes rasgos, lo que le había pasado. Era la primera vez que se lo contaba a alguien.

Tao lo escuchó y asintió con la cabeza como si aquello fuera de lo más normal.

Ahora estaban ahí, en la mesa, mirándose. Se acercó una chica con una tremenda cicatriz que le cruzaba la cara, preguntó qué iban a tomar.

- una cerveza - pidió Gun. Ella se fue. A Tao ni le preguntaba. Nunca llevaba ni un centavo encima. Igual lo dejaban estar ahí. ¿Cuántos años tendría?, parecía un poco mayor que él, pensó Gun, que tenía 19, no mucho más dos, tres años no más, aunque a veces hablaba de cada cosa…que bien podría tener 200.

- Estuve pensando - dijo Tao rompiendo el silencio.

- ¿Y?

- necesitas una pareja.

Gun hizo un gesto de fastidio. Sabía de sobra que no era ese tipo de inquietud la que lo agobiaba.

- Tranquilo, deja que me explique.

- ¿Cuándo lo hicimos? ¿Ayer? ¡y esta noche pasó de nuevo! No es eso.

- Déjame hablar, por favor. - Tao se expresaba con calma y parecía estar mirando un punto entre la nada y Gun.

- No digo - continuó - que tener sexo solucione tu problema, pero creo que va a disminuir ese… - movió los dedos en el aire buscando la palabra justa - ese acúmulo de energía.

Gun lo miró divertido ¡usaba cada palabra! “acúmulo”, ¿así se decía?

- Es sólo una idea. También he pensado…en que si quieres hablar con alguien que sabe muchas más cosas, te voy a dar una dirección.

- Momento. Volviendo al tema de la pareja - lo miró con picardía - ¿quién sería?

Tao soltó una carcajada. Habían estado teniendo relaciones en el baño del bar las noches anteriores.

- Yo no. Pienso que necesitas a alguien que esté todo el tiempo contigo…no sé. Y yo… ya sabes tengo sexo como una manera de hacer penitencia, de sanar mi alma. Te lo dije.

¿Sanar el alma? Pues debía tenerla muy pero muy lastimada…por la cantidad de sexo que lo había visto tener (y no sólo con él) - pensó Gun -Pero creí que te gustaba estar conmigo… - dijo - debe ser que no le gusto porque soy un crio…

Tao lo miró con ternura - ¡me gusta! Pero…. Mi vida es un poco…errante, además tal vez es mejor que estés con alguien de tu edad…

- la edad, eso era - se dijo Gun.

- Ro te pongas así,  tengo a alguien para presentarte, no estés triste. Alargó el brazo y le rozó la cara.

Gun sonrió apenas, también se estiró por sobre la mesa y le revolvió el pelo a su amigo.

La chica de la cicatriz trajo la cerveza. Los miró con asco y se fue a la barra de nuevo. En la remera que llevaba puesta tenía estampada una hormiga. Gun sabía que la llamaban “Ant”(hormiga en ingles), la usaría por eso.

Gun le ofreció el vaso a Tao, pero no lo aceptó. Dijo que no estaba consumiendo alcohol en esos días.

- Sobre la persona que quiero que conozcas…

- si - pensaba Gun - Habían estado teniendo relaciones las noches anteriores ¡y cada vez se había arrepentido tanto! La palabra “promiscuo” a Tao le quedaba chica…él siempre se cuidaba…. Pero igual… ¿será que solamente con chupadas  podía contagiarse de algo?

- …¿me estás escuchando?

- si, si. -terminó un vaso de cerveza y se sirvió otro - ¿una persona para qué?

- es alguien que sabe mucho…lo llamamos C.A.T. es toda una leyenda por aquí. Sabe de todo. Enseña matemática, filosofía, latín, historia….de todo.

- Pero….

- De todo. Puedes ir a verlo. Hablar con él y a ver qué opina. Yo voy a pasar por su casa mañana a retirar unas cosas que tengo ahí. Puedes venir conmigo.

Gun soltó una carcajada y bebió medio vaso más.

-¿ y qué?¿voy a ir ahí a hablarle de la inquietud como si tal cosa?

- Si. - respondió Tao y se encogió de hombros.

Gun se quedó pensando…tal vez iba a hacerle caso al flaco Tao, las cosas ya no podían seguir así…se puso a dibujar con el dedo sobre la botella empañada. Hizo una gran letra “G” - ¿Y cobra? - preguntó luego.

- No si vas conmigo. Somos viejos amigos.

Ah! También se acuesta con él. Qué bien - se dijo Gun.

- Bueno, otro consejo antes de irme…sobre nuestro otro tema.

- ¿Nuestro otro tema?

- Sobre lo de conseguir una pareja…

- A…

- Hay un colegio secundario casi frente al bar “el Preámbulo” ¿lo viste?

- Si.

- Deberías darte una vuelta por los baños de varones en el recreo largo, he oído comentarios interesantes sobre ese lugar.

- Pero…¿un colegio?

- Pregunta por Leo. Creo que es la persona indicada. - Tao sonrió sin mirarlo y también se puso a dibujar sobre la botella.

- Bueno, si te decides, nos vemos mañana en “El Preámbulo “al medio día.

- Mm… bien.

- Una última cosa.

- ¿qué?

- si me haces caso y consigues pareja y todo eso, me parecerá muy bien y estaré feliz por ti pero de vez en cuando espero que te acuerdes de mi, ¿eh? Porque voy a extrañar esa enorme cosa tuya…

Gun se miró de reojo la entrepierna y rió a carcajadas. “Esa enorme cosa suya” era otra razón por la que lo llamaban Gun (pistola, arma en inglés).

 

 


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