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Deseos del destino por Tana-chan

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Notas del fanfic:

 

 

 nota:

1er capitulo 27/07/2011

Notas del capitulo:

y sin decir mas. vamos al capitulo.

solo queda agregar que esta historia es mia, pero los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto.

<<Hace tanto que no venía a Konoha, ni siquiera cuando murieron mis padres. Siempre creí que este pueblo era muy pequeño para contener mi talento, trate a los demás como seres inferiores, sin importar quien fuera. A mis 15 años Salí del pueblo en busca de cumplir mi sueño en Tokio, y 7 años más tarde estoy de vuelta, sin cumplir mi sueño, solo con ¥7000 en mis bolcillos y un bebe de 4 meses de gestación. >>

Desde que el Tren abrió sus puertas, un pequeño rubio con el cabello sobre los hombros, de ojos cielos que descansaban bajo un manto de tristeza y una piel bronceada, pero a la vez descolorida, bajo del tren, e inmediatamente fue atacado por otro rubio, de mas estatura, cabellera larga, ojos azules y vivaces y piel clara.

- N-ni-chan… me asfixias… - dijo con dificultad.

- oh! Perdón ototo – dijo soltándolo inmediatamente – te he extrañado mucho – dijo tomando la maleta del menor – me sorprendió que me llamaras y me dijeras que venias

- bueno si, realmente a mí también me sorprende, pero es que me hacías falta, además es lo mínimo que puedo hacer cuando ni a tu boda vine. – Dijo con la mirada gacha – solo espero que a tu marido no le importe que me quede unos días.

- no, que va. La casa tiene 10habitaciones, así que no te preocupes, seguro te haremos espacio y por el tiempo no te preocupes, eso es lo de menos – dijo subiendo las maletas al coche.

 

Luego de eso no hablaron más que tonterías del viaje hasta llegar a casa. Era un palacete de estilo barroco, al entrar pasaron a un enorme recibidor, donde solo había un enorme candelabro colgado al techo y una mesita al centro como decoración. Las paredes tenían un tapiz a cuadro crema y en el techo unos diseños típicos sobre unas líneas blancas.

 

Pasaron a la sala donde se encontraron con un tumulto de personas y tanto el cómo su hermano se asombraron.

- Dei-Deidara, cariño. Mi familia está aquí – reía nervioso un moreno, de ojos tan negros como la noche, un poco más alto que mi hermano, con ojeras muy pronunciadas y una cabellera casi hasta finalizar la espalda, atada a una coleta.

- ¡Uchiha Itachi a la cocina ahora! – dijo el rubio mayor notoriamente molesto.

- sí, cielo – y siguió al rubio tras una pequeña puerta.

- ¿cómo demonios no me dijiste? ¡Mi hermano se quedara aquí un tiempo! – Dijo el rubio iracundo – ¿y cómo le digo que tu numerosa familia decidió venir de improviso?

- pues… ¿diciéndole? – Dijo nervioso – sabes que solo será por unos días. No pasara mucho antes de que se harten y se larguen. Además vinieron a traer a Sasuke, sabes que ha estado dándole problemas a Obito y de paso se quedan para el cumpleaños de Mikoto y Kushina – casi al suplicar piedad, sabiendo que a su esposo no le gustaría la idea de que su familia esperara 2 semanas allí hasta el cumpleaños de las gemelas.

- ¿QUE?!?!  ¡Mira, has lo que quieras, solo asegúrate de que mi hermano tenga una habitación! – dijo el rubio a punto de estallar, hasta que una voz lo interrumpió

-Dei-niisan. ¿No sería mejor que yo me quedara en un hotel unos días? – Dijo el rubio al borde del llanto – no quiero que te pelees con tu esposo por mí – eso fue antes de estallar en lágrimas.

 

 

 

Sasuke decidió ir por agua a la cocina, justo cuando iba entrando vio cómo su hermano y cuñado abrazaban a una rubia que lloraba desconsolada, e intento pasar desapercibido, hasta que vio como la chica se desmayaba y su cuñado era preso de la histeria.

- ¡Sasuke, ayúdame aquí! ¡Llévalo a una habitación! – A lo que Sasuke tomaba a Deidara de la mano y lo sacaba de la cocina – ¡a él no idiota! ¡A Naruto! – y fue cuando noto que no era chica sino un chico.

 

Lo tomo en brazos y vio que era tan liviano como una niña de 10 años. Lo llevo a la habitación de las gemelas y le acomodo en la cama de Mikoto pues era la más ordenada, le desabotono un poco la camisa y mojo un conejo de peluche que estaba sobre la cama de Kushina y lo puso sobre su frente. Unos segundos después sus sobrinas entraron en puntitas de pie, a lo que todos se acomodaron en la cama sobrante a esperar que el rubio despertara.

 

 

<< ¡Maldición! No quería decirle a mi hermano que estoy esperando un hijo, y menos en estas circunstancias. Creo que lo mejor será irme antes de involucrarlo en esto. Sé que si se entera se creerá responsable del bebe y por obligación querrá mantenernos, y eso es algo que no puedo permitírmelo>>

 

 

El rubio empezó a despertar, noto que estaba en una superficie acolchada, abrió inmediatamente los ojos, para encontrarse en una habitación tapizada de rosa pastel, con cortinas de un rosa mas claro, un gran ventanal con marco blanco, acercarse vio que ya había anochecido, y lo tranquila que estaba la noche. En la habitación había dos camas gemelas junto a dos pequeñas mesas de noche y un tocador tipo princesas de Disney. Se puso de pie con cuidado pues aun continuaba un poco mareado, se acerco a la otra pequeña cama, para ver a un moreno, con pelos de punta, unas argollas en las cejas, en el agujero izquierdo de la nariz y debajo del labio inferior. Su piel era blanca, y a simple vista se notaba lo suave que era al tacto, media unos 6 pies, y se veía que un le faltaba por crecer. Llevaba un t-shirt negro, con una carabela en el centro, unos pantalones tipo licras de rayas negras y rojas que se perdían en el interior de sus botas.

 

<< Maldición, no lo puedo creer ¡es un niño! Se ve que no tiene más de 20 años, t mi cuerpo reacciona ante él. Lo bueno es que está dormido y no puede ver lo que causa en mí. Estas malditas hormonas me mataran, cuando no es con llorar es con fo***r. bueno, al perecer es mi nuevo compañero de habitación. Lo mejor será tomar una ducha y a buscar que comer para después irnos, no quiero que Dei me detenga en la mañana>>

 

Inmediatamente se metió al baño y sin hacer mucho ruido tomo una ducha. Tomo algunas cosas de su maleta y las puso en su bulto de mano, salió directo a la cocina y se preparó unos emparedados de pollo con mantequilla de maní y jalea. Los guardo en su bolso al igual que una botella de leche y se dirigió a la puerta.

 

- ¿sabes? Generalmente cuando alguien escapa acostumbra a dejar una nota diciendo que no le busquen y que se va por el bien de alguien más – dijo una sombra desde las escaleras – de la forma más cobarde para qué no le culpen.

- ¿y tú quien te crees para decirme que debo y que no hacer? – dijo mal humorado el rubio

- pues por el momento debo ser yo el ofendido, a mí era a quien te comías con la mirada hace un rato – dijo el moreno acercándose a el – créeme, yo también te encuentro sexy – dijo con una sonrisa de medio lado – sino fuera porque mi hermano me prohibió acercarme a ti, te habría hecho mío antes de despertar – dijo provocando.

- yo… - el rubio no sabía que decir. Sus mejillas le ardían, y el deseo sexual se apoderaba de él. Sus labios estaban entre abiertos y solo alcanzo a susurrar una palabra – yo quiero.

 

El moreno inmediatamente rompió la distancia que los separaba para unir sus labios. El rubio se enganchó a las caderas del menor y hecho la cabeza atrás para darle más acceso a su boca. El moreno tontamente intentaba llevarlo a un lugar más cómodo para consumar esas ganas que les quemaba a ambos el alma, y en medio de la oscuridad tropezó con la mesa del recibidor, el escandalo fue tan grande que en menos de 1 minuto toda la familia estaba ahí, con la luz encendida viendo como la polera del moreno descansaba en el respaldo de las escaleras, sus pantalones estaban desechos, y en calcetines, mientras el rubio mayor, traía un suéter  crema con cuello de tortuga algo estrujado y unos short blancos notoriamente húmedos. Ambos sobre la mesita deshecha.

 

- todos… él es… él es mi hermano Naruto – dijo Deidara rojo de vergüenza.

Notas finales:

espero que les guste. por favor dejen comentarios.


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