PYRO
-Debo terminarlo, no puedo ser exitoso si mi primer trabajo quedo inconcluso, padre siempre lo decía, “no es importante que otros digan que eres bueno en algo, solo tu puedes saberlo”, - Si, solo yo lo se, tu existencia es una prueba de mi fracaso, te ocultaste mucho tiempo y creciste, te hiciste grande y lo mas gracioso es que ahora me persigues tanto como yo te busqué, haré que vengas a mi, es fácil hacerlo, y nuestro encuentro será grandioso, disfrutare cada momento, encuentro y despedida a la vez y al fin podre estar seguro de cuan bueno soy...-
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Desde lejos se podía ver el humo que lentamente cubría el cielo estrellado como si fuera neblina, si tan solo fuera neblina, pero el desagradable olor a quemado contaminaba el aire de la que fue hasta hace menos de un mes, su apacible ciudad, acelero el motor de su auto, la avenida estaba casi vacía, debía llegar antes que ellos, doblo en la siguiente salida, su destino estaba cerca.
Al final de la calle se podía ver los restos humeantes de lo que era la casa no. 12-3, perteneciente a los Wilson. El detective Heero Yuy detuvo su vehículo detrás de dos patrullas pertenecientes al departamento de policía de la ciudad de Wind, dos camiones de bomberos y la ambulancia también se encontraban en el sitio.
A la luz de la luna se podían ver los equipos de emergencia alrededor de la calle, a medida que se acercaba el calor se hacía insoportable, los bomberos apuntaban las mangueras hacia los restos de la casa que amenazaba con caerse.
El detective Yuy bajo del vehículo deseando poder tomar una taza de café fuerte y caliente, se dirigió hacia la escena despacio, no había prisa, debía esperar a que los bomberos hicieran su trabajo. Se detuvo y respiro profundo, era la tercera explosión de una vivienda en menos de un mes y el mismo número de veces que lo llamaban en la mitad de la noche para investigar. Eran tres familias que habían sido quemadas por los incendios que seguían a las explosiones. En el primer caso, tres semanas atrás, una familia de tres miembros padres y un niño de apenas 8 años, había ocurrido en los suburbios sin ningún motivo aparente, el segundo había ocurrido en el otro extremo de la ciudad una semana después, esa vez habían sido 5 miembros de una familia, entre ellos dos adolescentes y un niño de 9 años, los cuerpos desmembrados de los padres calcinados junto a los de sus hijos regados por todo el área habían hecho devolver el estomago a más de uno de los equipos de emergencia, era una imagen dantesca, nunca la olvidaría. Ahora en este caso habían muerto seis personas y estaban en pleno centro de la ciudad, lo único claro en estos casos era la falta de motivos para estos crímenes y el mismo modus operandi, el detective Yuy temía siquiera pensarlo, un asesino en serie estaba suelto y volvería a actuar.
Encorvo los hombros y levanto el cuello de su chaqueta para protegerse del viento que se avivo de pronto y se acerco a un pequeño grupo de policías que estaban junto a una ambulancia.
- Creo que aun es muy temprano para ti – dijo Erick, compañero de estudios y policía también.
- Humm… - fue la respuesta de Heero Yuy.
Los otros dos miembros del departamento de policía se pusieron firmes y Yuy asintió.
- Buenos días. – dijo mirando su reloj para comprobar la hora, 03:30 am
Le devolvieron el seño sin decir nada, era muy conocido por su temperamento irascible, así como sus records de casos resueltos, Yuy pensaba en revisar su carácter, después de algún enfrentamiento con su jefe y hermano mayor, Trowa Barton, jefe de la policía. Trowa y Heero eran medio hermanos, tenían en común a su madre Margaret, que viuda de Terence Barton, se caso con Hiroshi Yuy.
- Cual es la situación – pregunto Heero
- Otra familia asesinada, otro incendio y pérdida total, igual que los otros. – dijo Erick
Podía oír al fondo, los gritos de los bomberos, su lucha para acabar el incendio producido por la explosión y evitar que se propagara a otras casas.
Volvió a revisar la zona y frunció el ceño al reconocer dos figuras a pie, al inconfundible, alto, fuerte, gallardo, majestuoso y terriblemente hermoso, el Alcalde Milliardo Peacecraft y al fiscal del distrito Traize krushrenada enfrascados en una discusión.
- Los bomberos llegaron hace casi una hora – continuo Erick
- Y que sospechas tienen?
No hacía falta que dijeran nada, todos tenían la misma sospecha, un asesino andaba suelto y era muy peligroso.
- Ellos están aquí. – dijo Erick e indico hacia la casa – que dices a eso?
Heero pensó que ya no trabajaría en el caso, no le importaba ya tenía otros en que ocuparse.
Ellos eran el agente especial de la unidad de conducta criminal, el mejor en su área, un prodigio, el Dr. Dúo maxwell, el más joven en la historia de la unidad, especialista en asesinos seriales con tan solo 24 años, y el otro era el agente de gobierno en casos especiales Wufei Chang, Heero no los conocía en persona, Trowa los había llamado para dirigir la investigación, según decían era la mejor pareja resolviendo casos difíciles, Heero no sabía mucho de ellos, solo hablaban de su arrogancia.
- Trowa los llamo – indico Erick, quien cruzo los brazos – nosotros podemos llevar el caso.
- Es probable.
- Diablos Heero!, no necesitamos que ellos lleven el caso.
- No creo que tengamos elección, según he oído que son buenos.
Después de eso se acerco a los restos, observaba con detenimiento cuando lo vio, llevaba jeans, botas negras y chaqueta de cuero negra, estaba arrodillado en el suelo, tenía el pelo castaño con reflejos dorados, brillante y muy largo, recogido en una trenza que tenia sobre un hombro para que no rozara el suelo mojado, la piel cremosa muy blanca, brillante, tersa y un perfil delicado, que contrastaba con la pistolera que se asomo bajo la chaqueta cuando extendió una mano enguantada, para recoger algo entre los escombros en el suelo, se acerco lentamente, sin hacer ningún ruido, deseaba saber si era tan bueno como decían.
- Si yo fuera el asesino ya estarías muerto.
- No es posible, soy consciente de su presencia desde que llego, si fueras el asesino estarías muerto mucho antes de acercarte a mi. – dijo el joven sin siquiera levantar la vista.
- Desde que llegue?
- Lo escuche llegar, vehículo tipo sedan, dos puertas, turbo?
Heero abrió los ojos con sorpresa.
- También pude olerlo desde que bajo del auto, Boss, me encanta ese aroma, se queda en la piel mucho tiempo después de…
De pronto el joven alzo la vista y su mirada clara se clavo en la suya, era el ser más hermoso que había visto alguna vez y quedo hechizado con esos ojos violeta enormes.
- Hola!, debes ser Heero – dijo con una voz sensual, sin formalidad.
- Si – dijo reaccionando y extendió su mano – Heero Yuy.
El se incorporo y estrecho su mano, su piel era como se la había imaginado, suave y cálida.
- Dúo Maxwell, tu hermano me pidió que me ocupara del caso.
- Lo supuse al saber que estabas aquí.
Dúo hizo un gracioso mohín y dijo.
- Por lo general la gente se aparta cuando me ve.
- No lo pongo en duda con semejante armamento.
- Ups!, lo había olvidado – dijo sonrojado – solo esta de adorno, nunca la uso y nunca he tenido la necesidad de hacerlo, mi compañero lo hace por mí.
- Compañero?
- Si, ha estado vigilándote desde que llegaste, está detrás de ti.
Heero volteo sorprendido, no había visto a nadie más.
- Buenas noches – saludo un hombre con rasgos orientales, pelo negro, liso, recogido en una pequeña coleta, tan alto y fuerte como él, y uno ojo negros, profundos que lo miraban con recelo y una mano en su arma.
- Heero Yuy, este es mi compañero el agente especial Wufei Chang.
- Mucho gusto – Heero extendió la mano y la estrecho con fuerza, ambos mirándose a los ojos, retándose, luego volteo hacia Dúo.
- Como que no somos bienvenidos – dijo Dúo con una bella sonrisa que le hizo temblar las piernas.
- Era mi caso antes de que vinieran.
- Y no necesitas que venga nadie de fuera a intervenir en tus dominios.
- Yo puedo llevarlo perfectamente bien, gracias.
- No te queda otra alternativa que trabajar conmigo, … si quieres.
- Si, mi hermano tiene derecho a incorporar expertos si así lo decide – le sonrió.
Dúo le devolvió la sonrisa y lo cautivo, Heero bajo la mirada recorriendo el cuerpo delgado, la pequeña cintura, las estrechas caderas acentuadas por los jeans ceñidos, se veía muy joven para su edad, se acerco a él, deseando tocarlo con sus manos, su corazón latía con fuerza, estuvo a punto de hacerlo, le atraía, de pronto se dio cuenta de lo que iba a hacer, se detuvo, dio un paso atrás.
Wufei hizo un ruido, al parecer esos dos se habían olvidado de el.
- Has encontrado algo? - pregunto Dúo calmadamente.
- Si, algunas piezas de la bomba, no es nada especial, un modelo básico que consigues por internet, será difícil rastrearlo, los componentes se consiguen en cualquier supermercado.
- Es muy inteligente – dijo Dúo – se asegura de que no le sigan pistas, se esconde detrás de la simpleza, estamos ante alguien peligroso y muy astuto.
Heero estaba fascinado por Dúo, sentiría el lo mismo o era solo el un idiota, mirándolo con las manos dentro de los bolsillos hormigueándole por tocarlo.
- Bueno, los dejare trabajar, volveré a mi casa a descansar.
Huía de el, su cuerpo estaba fuera de control, no tenia dominio de sus emociones, eso lo desconcentraba, era la primera vez que le pasaba, debía alejarse.
- Espera!, necesitamos de tu ayuda – dijo Dúo de pronto – Trowa desea que trabaje con la policía local.
- En serio?
- Si, el sugirió tu nombre, dijo que eras el mejor.
Trowa hablando bien de el, ni siquiera se llevaban bien, de hecho les había pedido venir a ellos, solo para molestarlo, haciéndolo quedar como un inepto, no se hablaban desde que Trowa se había casado un año atrás con Quatre Winner, antiguo novio de Heero. Heero en el fondo deseaba ser como cuando eran niños.
- Quien es el encargado de la fiscalía? – pregunto Dúo.
- Traize Krushrenada, esta ahí hablando con el alcalde.
Dúo giro su cabeza y vio a los dos hombres, uno alto, rubio, de cabello largo bien cuidado, vestido impecablemente con un traje blanco y bufanda de igual tono, ojos azules, de unos 30 años, buen cuerpo, y el otro un poco mayor, de cabello castaño y ojos azules, muy atractivo, que por el traje oscuro de buen corte, supuso era el fiscal.
- Hablare con el luego, primero quiero saber que opinas de eso.
- Es un imbécil con ropa cara, auto de lujo, una gran mansión en la parte alta de la ciudad, refinado y sofisticado que se cree lo mejor del mundo, es un cretino.
- No te preguntaba lo que opinas de el, sino del caso, pero igual gracias por la información, debo suponer que hay algo personal en esto, es sospechoso en alguno de tus casos?.
- No, simplemente no me gusta.
- Me parece un tipo agradable.
- No es un tipo agradable – dijo Heero molesto.
- Bien, dime que hay de oscuro en su vida?
- Nada que yo sepa.
- Interesante – Dúo sonrió con un brillo de interés en sus bellos ojos.
- Que es interesante, él?
- No, va a ser interesante trabajar contigo.
Continuara….