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GaHo y los ositos de hyung por arichan

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Pov TOP


 


Todo había ocurrido tan deprisa, todo tan a la carrera, que nunca pensó que se olvidaría de ese pequeño detalle. Nunca se había olvidado de nada, le era muy extraño olvidarse de algo, y aun más si ese algo era tan importante para él. Y era que haberse olvidado de GaHo cuando el dueño del animal se lo había encargado mientras estaba una semana fuera de su casa, era un crimen. Y más cuando el lindo animal casi no hacia nada, tan solo necesitaba que alguien lo sacara a pasear tres veces al día, pero como él era tan despistado, se había olvidado completamente del pequeño perrito que pertenecía a su mejor amigo, y esperaba que dentro de poco novio. Pero si se enteraba de que se había olvidado completamente del pobre animal durante dos días en su apartamento, y que ni siquiera le había dado de comer en los cuatro días que llevaba la semana, seguro que lo enterraba vivo. Ni siquiera su madre se acordaría de que tenía un hijo. Tan solo esperaba llegar pronto a casa para atender al pobre animal, que no tenía la culpa de que él fuera tan despistado. 


 


 


Pero cual fue su sorpresa cuando se acercó a su casa, vió todas las luces encendidas, habían entrado a su casa. Y lo peor de todo era que no podía ser nadie más que un ladrón, puesto que nadie tenía las llaves de su casa exceptuando al chico que estaba en Japón y le había dejado el perro a su cargo. Y ahí en ese momento se percató de que él era la única persona que podía haber entrado a la casa, y deseo que no fuera él, que fuera un simple ladrón. Porque sabía que si había entrado a esa casa habría descubierto a su perro desatendido, enfermo (de eso estaba seguro, porque tan solo recordar las 22 hojas que su amado amigo le había dejado para que cuidara de su perro le daban escalofríos) y envuelto en sus propios orines y deposiciones. 


 


Entró lentamente en su casa, deseando todavía, aun después de ver el coche de su amigo aparcado cerca de la entrada de su casa, que fuera un simple ladrón, y que estuviera equivocado. Que el coche que estaba ahí fuera en la calle, fuera el coche nuevo que se iba a comprar el vecino, o de algún visitante inesperado de alguno de sus vecinos. Pero esa definitivamente no era su semana, con tan solo abrir la puerta escuchó la risa escandalosa que tanto amaba de su querido amigo. Y acompañándole unos ladridos, bajos pero de amistosos de su pequeño shar pei. Miró para todos lados esperando ver todo el desorden que supuestamente el pequeño animal debería de haber causado, pero lo vió todo en su lugar, y no había nada destruido. Todo se encontraba en perfecto orden, a su parecer demasiado. Y esa era la peor señal. E incluso si todo hubiera estado destruido no le hubiera importado, he incluso podía haberse escusado. Pero aquel hombre que se encontraba asomándose por la puerta de la cocina donde se encontraba con su cachorro, había ordenado y arreglado todo. Y con eso no podía debatir. 


 


Pov GD


 


Se le acercó por la espalda mientras le veía quitarse los zapatos, mientras observaba como todo estaba en perfecto orden. Le causaba gracia, cuando había ido a ese apartamento a por su perrito, no espero encontrárselo como estaba y la verdad, era que no pensaba que su pequeño animalito era capaz de hacer una cosa así, pero verle mordiendo uno de los juguetes del gran TOP, le confirmó de que su perrito era un peligro para la integridad del otro rapero de Big Bang. Por eso no podía enfadarse con él, al parecer el animalito llevaba varios días encerrado en aquel lugar sin ser atendido, y la verdad que aquello le hubiera enfurecido, si no hubiera sido a GaHo con el juguete preferido de Seung Hyun en la boca mientras lo zarandeaba.


 


Seguro que el otro rapero pensaba que él estaba furioso, por dejar a su querido bebe sin atender. Pero en realidad aquello era una escusa. Una escusa para pasar más tiempo con él. Claro que se hubiera enfadado, claro que se molestaría, pero tan solo quería llamar la atención de su hyung, quería que solo pensara en él.


 


Se colocó delante del mayor y se agachó, ayudándole a quitarse los zapatos. Parecía que su querido amigo no se quejaría por su atención, y así mejor, a él le gustaba brindarle de todas aquellas atenciones al mayor. Le gustaba jugar con él, ser la esposa celosa, que siempre lo esperaba en casa. Lo único malo que le veía a eso, era que en realidad que no podía reclamarle nada en realidad, no eran nada. Por eso había vuelto antes de su viaje, en realidad se había escapado, nadie sabía que había vuelto a Korea. Se sentía un ninja.


 


Tras quitarle el calzado a su amado, Yong le dirigió hasta el pequeño salón que tenía el piso. E hizo que se sentara en el sofá. Sentándose él en su regazo.


 




  • ¿Qué tal fue tu día oppa? - al parecer TOP todavía no salía de su asombro, tenía una cara de babo. Pero así le gustaba a él. - ¿No me piensas contar nada?




  • Pues... - le miró, y frunció el ceño, le encantaba aquella expresión de confusión en la cara de su amado - ¿Qué haces aquí? No venías hasta el fin de semana.




  • Es que... - en la cara de Ji apareció su mejor puchero de niño regañado - … me escapé porque quería estar con mi bebe.




  • Eh? ¿Has dejado tu amado trabajo para ver a un perro?




 


Narración normal.


 


Ji, todavía sentado en su regazo, le pasó los brazos por el cuello acercándose peligrosamente a los labios del mayor. Quien temblaba bajo su tacto. Se quedaron mirando a los ojos unos minutos, en realidad para ellos no pasaba el tiempo, era perfecto ese momento. Los brazos de Seung Hyun se habían movido solos para atrapar la fina cintura que tenía el menor y atraerlo, más si podía a él.


 


Pero la magia del momento fue rota cuando un sonido procedente de una de las habitaciones del mayor llegó hasta sus ojos. Ambos habían olvidado al tercer ente de aquel piso.


 




  • GaHo... - Ji salió disparado hacía la habitación en cuestión, que para su desgracia era donde su hyung guardaba su colección más preciada, sus ositos.




  • Dios, no. - detrás suyo fue Seung, no quería creer que el sonido hubiera salido de aquella habitación, pero ver la puerta abierta, cuando siempre estaba cerrada, le hizo entrar en pánico.




 


La puerta la terminó de abrir Ji, que era el que estaba más cerca de ella. Pero cuando la abrió no podía creer lo que sus ojos le enseñaron. Todos estaban destrozados.


 




  • Voy a matarte, perro del demonio. Ven aquí. - tras aquellas palabras el mayor comenzó a perseguir a GaHo por toda la casa, sin conseguir atraparlo.




 


Mientras que Ji, él simplemente salió a comprar más ositos para su Hyung, porque de eso estaba claro, le haría comprar toda su colección, la culpa había sido de su perro, y era él el que debería de pagar. Le conocía bastante bien como para decir que esa noche pasarían dos cosas, una tendría que hacer el funeral de GaHo, y otra se arruinaría para poder conseguir la misma colección de su hyung. Eran demasiados ositos, y todos tan caros.


 


Pero estaba feliz, sabía que su hyung sería siempre suyo, así siempre pensaría en él.


 

Notas finales:

Espero que os haya gustado... ^_^


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