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Tú no eres él. por hakusan16

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Notas del fanfic:

Los personajes de Naruto no me pertenecen sino que son total y parcialmente de Masashi Kishimoto.

Notas del capitulo:

Será un muy largo fic, así que los toruraré un poco :3

Capítulo 1


 


 


-Me alegra que por fin hayan decidido hospedarse aquí-hizo una pausa para coger la taza de té que se encontraba en la pequeña mesa de enfrente-, además de que ya pronto llegará el día de su boda y Naruko está esperando un hijo tuyo-terminó sonriendo, sin embargo, no pudo evitar apretar con más fuerza de lo normal la taza.


            La miró de reojo, sabiendo de su molestia, y sonrió.


-Já, mi querida Kushina tiene razón-le pasó un brazo por sus hombros-, es una alegría que al fin podamos estar juntos ahora sí como familia.


            Los padres no sabían si sentirme felices o enojados, tenían en cuenta, que para su querida hija era un gran alivio que al fin haya decidido su prometido en hospedarse junto con ella en la gran mansión que tenían como propiedad, además de que el poco entusiasmo que había logrado captar de su futuro esposo le había dejado muy confundida y a la vez en alerta cuando le dijo que esperaba un hijo suyo. No es que ella no esté igual de confundida o más que su prometido, ya que, tener un hijo a los 20 años no estaba en los planes de hace dos años atrás, sin embargo, al tratarse de un Uchiha, sus planes se habían desaparecido más rápido de lo que habían llegado al toparse con esos hermosos y profundos ojos negros de los que ella tanto deliraba.


            Una pequeña risilla retumbó por el gran salón cuando Minato pronunció las últimas palabras.


-Yo no quepo en la alegría-pronunció cerrando los ojos para llevarse un sorbo de su té verde a sus finos y delgados labios-, de que mi querido hermano haya querido hacer esto por sí solo.


            Unos ya conocidos ojos negros se posaron en su hermano mayor, sabía que no era tonto, y sabía exactamente cual eran sus verdaderos planes desde un principio, desde el día en que conoció al rubio menor. Estaba consciente que su hermano estaba actuando, y era una excelente actuación.


 


            Se llevó la mano izquierda a la vista, notando que ya era demasiado tarde al mirar el reloj, seguramente ya habían llegado a la mansión y que sus padres los habían recibido de una excelente y educada manera al estilo Uzumaki.


Sus padres estarían esperándolo, pero él no llegaría, no quería toparse con unos ojos en específico, no quería ni siquiera saber nada de él. Antes no era consciente del odio que le tenía, hasta que supo que se casaría con su hermana y que ahora ella estaba en cinta gracias a él. No, él ya no quería formar parte de esa familia desde que supo que un Uchiha sería su próximo cuñado.


 


La tensión en el gran salón era del tamaño del salón Uzumaki. La palabras que eran pronunciadas era muy sobre actuadas, Naruko no sabía cuando iba a terminar este teatrillo de sus padres, porque intuía la molestia que arrastraban muy a lo lejos de cada oración que lograban dejar salir con trabajes de sus labios.


Una mano pálida la tomó por sorpresa. Bajó la azulina mirada topándose con que su prometido le había tomado de la mano. Supuso a qué se refería esa acción y suspirando, miró hacia sus progenitores.


-Mamá, papá-llamó la atención de estos-. ¿Cuándo más a tardar esto?


Kushina y Minato, sintieron arder dentro de ellos la mala conducta de su hija. Sabía que no podía llegar a ser peor que su hijo menor, pero era igual a él. Minato cerró los ojos con cansancio, abrió los labios y antes de pronunciar algo la puerta principal se abrió de golpe.


Y ahí estaba él, adosado en el marco de la gran puerta.


-¡Naruto!-bramó su madre al verlo entrar a la casa con un ligero tambaleo, proyectando lo peor.


Su hijo, hizo caso omiso a su llamado, y pasó enfrente de la unida y bella familia que de ahora en adelante, estarían en su hogar.


-Tsk…-pronunció con cansancio, mirando a los ojos de todos, pasando primero por su padre, madre, el Uchiha mayor, su querida hermana y de último, esos ojos que tanto odiaba-. ¿Qué se suponen que hacen? ¿Dándole...-pausó gracias a las constantes contracciones en su diafragma causada por el hipo de la borrachera-, dándole la bienvenida a un Uchiha bastardo?-miró por última vez al azabache menor para luego, pasar sus azulinos y opacos ojos por el odio y el alcohol hacia sus ascendientes- ¡Por favor-alzó el brazo para después dejarla caer sin gana alguna-, ustedes mismos son conscientes de su odio! No sean hipócritas entre ustedes-dijo mirando a todos en general-. No les queda ese papel…-concluyó con un hipido cayendo estrepitosamente por el suelo terminando con su conciencia para que seguramente diera paso a una gran resaca al día siguiente.


Comportamiento del cual logró su objetivo principal, dejar a sus padres y hermana con la boca abierta, y a dos hermanos con un serio rostro, aunque dentro de uno de esos dos y no específicamente el mayor, había una gran satisfacción.


 


-Siento mucho lo que sucedió en el salón-bajó la mirada arrepentida.


Después de la vergonzante actuación de su hermano menor y su borrachera lo llevaron a su cuarto de una vez por todas. Debía agradecer que gracias a eso sus padres se sentieron lo más cansado posibles como para dar a lugar ese momento. Terminando con darle las buenas noches a todos los presentes.


-No te preocupes…-llevó su pálida mano al mentó de su prometida-, supongo que ha sido mejor de lo que esperaba-entendía el odio de sus suegros que desde hace poco tiempo Naruko pudo percibir que era consciente del trato de sus procreadores.


Se llevó una mano a la fina y suave mejilla del padre de su futuro hijo, para acariciarla con cuidado. Jamás había podido creer llegar a estar así con él. En verdad, ahora se podía decir que era la envidia de cualquier mujer al tener a un afamado Uchiha a su lado y por si fuera poco, cargando con un futuro hijo de esa desea sangre familiar. Sí, era la resentir de cada mujer al verla caminar por la calle de la mano con el pelinegro menor. Podía sentir las pesadas miradas femeninas llena de odio y celos clavándose como filosos cuchillos en sus espalda, no obstante, eso le encantaba, le encantaba provocar eso a cualquier mujer, siendo consciente de que era ella la elegida, la que según ella fue la ideal para un verdadero Uchiha.


Sabía que hablaba egoístamente al recapacitar que su prometido no era el único Uchiha y él único apuesto, ya que aún se encontraba su cuñado Itachi, mas en defecto, gracias a su intuición femenina, sospechaba que el mayor de los Uchiha no era muy aproximado a las mujeres. Así que, eso provocaba un deseo recio hacia al padre del feto que esperaba.


-Me voy-avisó antes de que a su prometida se le ocurriera hacer otra cosa, para luego encaminarse hacia la habitación que le habían otorgado los Uzumaki.


Naruko apretó los labios, tenía pensado en pasar esta vez la noche juntos, sin embargo, no reparo en el vergonzoso momento que habían pasado hace unas horas antes ocurrencia causada por su revoltoso Uzumaki menor. Pensado lo último, se encerró en su habitación.


 


Hizo el amago de entrar a su cuarto cuando vio por el rabillo del ojo a su hermano apoyado en la pared con los brazos cruzados.


-Hasta cuando terminarás con esta farsa.


-No sé de qué hablas-susurró, llevando la mano a la aldaba de la puerta para abrirla, sin embargo antes de que hiciera un movimiento más, una mano mucho más larga que la suya lo detuvo con fuerza.


-Sabes a qué me refiero, Tsuke-afiló los ojos.


Chasqueó la lengua y se soltó del agarre.


-Ya no hay más farsa, Itachi-sonrió ampliamente, provocando un fruncido en su hermano mayor-. Ahora en adelante, me deberías de llamar Sasuke-sin importar recibir respuesta, abrió la puerta.


Un quejido de dolor salió inevitablemente de sus labios al ser lanzado hacia la pared dentro de su pieza.


-Que ni se te pase por la cabeza-apretó las solapas de la ropa-, ¿me entendiste?-al no recibir respuesta, le provocó un jalón para luego interceptarlo de nuevo a la pared.


-Ugh... tú no me dirás que es lo que tengo que hacer, Itachi-apretó los dientes llevando las manos a las muñecas de su hermano-, Sasuke ya no está más con nosotros, ¡se ha ido!-vociferó dolido.


Itachi lo soltó.


-El que haya tomado otro camino no quiere decir que puedas tomar su lugar-lo fulminó con los oscuros ojos.


-Soy su hermano gemelo-se encogió de hombros-, eso me puede traer algunas prioridades.


El mayor apretó los puños.


-Tú-señaló con el dedo-, no eres Sasuke, eres Tsuke, lo quieras o no.


La puerta de su habitación siendo cerrada lo hizo resbalar por la pared para quedar sentado en el suelo. Ser el hermano gemelo de Sasuke le había traído muchos problemas desde que empezó a tener uso de razón.

Notas finales:

Ustedes me dice si continuar :)

 


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