Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Tus intentos no servirán… por sweet okashi

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hi! si estan leyendo esto es porque les intereso mi fic ^^ De corazon espero no descepcional@s, he puesto mucho esfuerzo y creo que no ha quedado taaaan mal... bueno eso solo lo pueden jusgar ustedes ^^ 

asike...

por favor...

pasen...

a leer...

^,^!! 

 

 

 

 

PD: como es un internado femenino hare mencion de una pareja de chicas, solo sera una y no habra nada de yuri. solo era para aclarar ^^ asique si no les gusta el yuri no teman en leer que aki solo se sentrara en el yaoi (que es lo ke me encanta xD)

Notas del capitulo:

Aclaro que la introduccion es Horripilante. Lo admito. Pero es necesario que quede claro para el futuro del fic y asi evitar alguna que otra confusion 

La ciudad de Ness. Una de las ciudades mas destacadas y hermosas de todo el mundo. Reluciente con sus bellísimos parques y planes ecológicos, prospera económicamente, de donde salían los mejores profesionales del país. Modelos, ingenieros, arquitectos, astronautas, arqueólogos, profesores, músicos, artistas. Los mejores siempre eran de la ciudad de Ness. Un lugar ejemplar. El paraíso lo llamaban algunos. Y, si, tenia muchos puntos buenos pero, como nada es perfecto, también se podían encontrar “ovejas descarriadas”. Por esta razón la ciudad dividia en tres: la sección empresarial y económica (el centro), la superior norte (clase alta) y la inferior sur (clase baja). Claro esta, que la clase predominante era de la alta sociedad, por lo que no había mucha pobreza, y si la había era muy poca. Asique lo que quiere  decir “clase baja” es, mas que nada, lo ilegal, poco honrado, sucio, pero invisible para la sociedad. Una manzana podrida que seguía siendo verde.

Dentro de esta ciudad se encuentran unos de los mejores internados del país. Dos para ser exactos. El internado Mc. Rosse, exclusivo para mujeres y  el internado Albert Song para varones. El femenino al oeste de la sección de la clase alta, y al otro extremo, al este, se ubica el internado masculino. Cada uno con sus reglas y excepciones pero ambos de prestigio y por sobre todo muy tradicional. O así era hasta el día en que Merry Mc. Rosse, tátara-tátara-tátara nieta de Ana Mc. Rosse, fundadora de el internado femenil de la cuidad, tomara el mando de directora de la escuela heredada hace 8 años. Merry como directora al mando, integro al primer varón al internado Mc. Rosse para mujeres. A su propio hijo. El único chico que estudio entre mujeres.

“desde los ocho años estoy aquí”

“ocho años llevo aquí”

“durante 8 largos años…”

“he sido el único aquí…”

 

 

-          He dicho que no lo hare – hablo fuerte un chico rubio desde su pupitre lo suficientemente fuerte para que todos en el salón lo oyeran

-          ¡Que si lo harás, hombre! – gruño una chica de largos cabellos azabaches levantándose de su asiento

-          ¡No! – aclaro firme el chico

-          ¡que si! – insistió la misma chica – tu, Alex y yo iremos a darles la bienvenida

-          ¿eres estúpida o algo? Te he dicho que no

-          Siento interrumpirlos… -  callo a los participantes de la disputa – pero me temo, joven Maximiliano, que son ordenes directas de la directora – agrego la maestra de la clase.

Era una mujer mayor, con el cabello tomado en un tomate, anteojos alargados, delgada en exceso y algunas arrugas en la frente. En pocas palabras una vieja anticuada y solterona a vista de sus alumnos. En especial para el varón de la clase, el único.

-          Ja , tendras que acompañarnos de todos modos- dijo burlona la chica azabache – debes hacerle caso a tu mami la directora ¿no? – las risas que le saco a la clase entera terminaron por hartar a Max, quien se limito a lanzar un fuerte gruñido para deshacerse de su ira frustrada

-          Ya que… - dijo rendido al fin el rubio

Luego del alboroto la clase paso sin mayores problemas. Solo uno. Las clases de lengua y comportamiento eran tremendamente aburridas para Max. Solo era “deben hablar de esta manera en esta y esta situación” y luego blablablá. Palabras sin sentido para el. Pero en fin, la clase había terminado y era hora de ir a hablar/reclamarle a su madre de el porque lo mando a el a enseñarle la escuela a un puñado de idiotas en rehabilitación. Porque, si, eran unos hijitos de papi que por salir maricas en su otra escuela los mandaban aquí a ver si cambiaban de “gustos”.

.

De camino a la oficina, dos chicas, sus mejores amigas se le unieron. A ambas las conocía desde siempre o desde que entro a ese infernal colegio. Alex y Julieta. Eran las únicas dos mujeres de esa escuela que nunca se le lanzaron encima, ni le jugaron bromas pesadas o se burlaron de el, claro que era por que eran una pareja lesbianas y no les interesa las cabezas huecas de sus compañeras pero eran amigas y compañeras de clase al fin y al cabo. Alex era su mas cercana y desgraciadamente la con el peor carácter. Un horrible carácter. Aparentaba ser la estudiante modelo, perfecta, ordenada, excelentes notas pero, detrás de toda esas farsas, se escondía le verdadera Alexis, la terrible y horrorosa Alexis. La persona mas maléfica y planificadora que podría existir, la intimidante Alexis que solo el y Julieta conocían y, por ende, se cuidaban de ella. Julieta es la novia de Alex desde hace cinco años, por lo que me han contado se conocen desde pequeñas. Ella no es muy femenina que digamos, al menos así es como se muestra. Es una excelente deportista y practicante de boxeo. Por lo que su naturaleza es bastante competitiva, eso explica también que no se lleve bien con ella. Un chico holgazán, como lo era él, no se complementaba estando con una bruta marimacho como ella. Y aun así la consideraba parte de su círculo. A ambas.

-          ¡He Maxi! Presta atención -  hablo su castaña amiga

-          ¿he? Alex, ¿Qué me decías? – comenzó a prestarle atención a las chicas

-          Te estaba preguntando que por que no querías recibir a los tipos nuevos, idiota despistado. -  dijo esta ves la pelinegra, Julieta, molesta con el rubio.

-          Mm eso, pues porque no me interesa estar de guía turístico, no me pega

-          Hehe pero es tu oportunidad para hacerte amigo de chicos, ya que no tienes ninguno – se burlo su mas cercana amiga, claro que lo hizo con una angelical sonrisa en su rostro.

-          He! Para que necesito amigos si las tengo ustedes que son como hombres con tetas ¿no creen? – contrataco molesto por el comentario anterior.

-          Pero no somos hombres somos chicas, no es lo mismo – aclaro Julieta  para hacer entender a su cabezota amigo

-          Tienes razón… tu no tienes tetas – Max se carcajeo de su propio comentario y por la cara que puso su amiga

-          Argh! Maldito! Eso no quitara que seas un maldito antisocial sin novia ¿sabes? – volvió a atacar, esta vez la azabache

-          Claro que no tengo novia, si en esta escuela todas la chicas le pegan al otro equipo

-          Eso lo dices por que solo has tenido malas experiencias – esta ves fue Alex

-          No saben cuanto las odio – siguió caminando en silencio hasta llegar a su destino.

La oficina de su madre era grande, demasiado grande. Tenia un salón donde atendía a las personas o eso aparentaba, porque en realidad lo usaba para tomar el té con sus amigas y visitas. Aparte estaba su despacho que parecía biblioteca, hasta baño  tenia la muy cómoda. Claro esta que para llegar hasta el despacho o la sala de té, se debía cruzar por la oficina de la secretaria que también hacia de recepción. También muy espaciosa, bueno, todo el puto colegio lo era.

-          ¿eh? No esta le Señorita Alice – hablo la castaña peli-corta, Alex.

-          Así parece… -  paso directo el rubio por secretaria hasta llegar a una puerta contigua – vienen o se quedan ahí paradas?.

Los tres entraron a la oficina. Las chicas le seguían, pensando en que pretendía el idiota de su amigo. En la oficina se encontraba la directora del recinto, sentada en su escritorio revisando unos cuantos papeles, levanto la vista en cuanto sintió a las visitas.

-          Pero si esta aquí mi comité de bienvenida – bromeo la joven directora de los recién llegados, especialmente del chico presente. De su hijo que, por su cara venia a reclamarle. – no me digan que vinieron hasta aquí para preguntarme cuando llegan los chicos nuevo.

La mujer tenia una fachada elegante y con clase. Un rostro fino, bellísimos ojos pardos y un rubio cabello rizado. Digna modelo de revista.

-          Al contrario madre, vinimos a decirte que no aremos de guías turísticos – aclaro Max – no se de donde habras sacado esa idea pero búscate a alguien mas ok

-          ¿hee? Pero si fue Alex la que me ha dado la idea. Al principio me extraño su idea cuando me dijo ayer pero, si lo piensas bien es una excelente idea ¿no crees?

-          Que Alex que? – se pregunto volteando su mirada furica a la castaña a sus espaldas y notar que reia tranquila ante la situación ^^

-          Si, bueno tomando en cuenta tu temperamento no es tan buena idea pero, siendo tu el único chico de la escuela eres la persona ideal para enseñarles a esos pobres chicos los secretos para… adaptarse a la escuela, ya sabes reglas de los dormitorios, áreas compartidas, duchas, etc – la mujer hablaba tranquila y segura de sus palabras con la mirada fija en sus invitados. En especial a su querido hijo que gruñía ante sus palabras.

-          Entonces… - hablo por primera ves Julieta – ¿cuando hay que recibir a los nuevos estudiantes? – pregunto sonriente, dando por confirmado que lo harían si o si.

-          Hoy en la tarde después de clases

 

 

Guardaba sus cosas. Normalmente se apresuraría para ir a su dormitorio y luego a comer algo, pero hoy no podría contar con eso. No podría largarse a dormir toda la tarde si quería o tacar algo de música o quizás jugar todo el fin de semana a los video juegos. No podría. Tendría que pasar su tarde de viernes con un puñado de maricas en rehabilitación.

-          Hey estas listo – hablo la pelinegra acercándosele junto a la mas alta.

-          Si… - respondió resignado. Tomo sus cosas

-          Bien, vamos

Caminaron juntos sin hablar mucho. Fueron directamente a la dirección. Al entrar se encontraron con la rubia platicando con cuatro chicos. Dos se encontraban sentados y otros dos de pie cerca del escritorio.

-          Hablando del rey de Roma miren quien esta aquí – señalo a los recién llegados la directora Mc. Rosse

-          Sentimos llegar tarde – se disculpo rápidamente la castaña del grupo

-          ¡ho! no se preocupen, solo les terminaba de explicar algunas cosas a los chicos- miro a los nuevos a la ves que se levantaba de su lugar para ubicarse entre ambos grupos de menores. – déjenme presentarles a su comité de bienvenida, ellos son Alexis, Julieta y mi adorado hijo Maximiliano – termino diciendo con una risita divertida

-          Adorado cuando te conviene… - susurro el rubio, hijo de la autoridad presente.

-          Es un gusto, espero se sientan acogidos en la escuela. – hablo Alex dando una cordial bienvenida a los varones recibiendo el apoyo de su novia a su lado.

-          El placer es nuestro, me llamo Joseph, ya quiero que me enseñen el reformatorio – bromeo levantándose de la silla en la que estaba. Era alto. Un metro ochenta mas o menos. Su cabello alborotado con algunos mechones teñidos y decolorados. Muy guapo hasta para Alex y Julieta, incluso a Max le parecía un poco.

-          Hola, soy Vincent – se presento otro de los chicos, uno casi tan alto como Joseph, usando un gorro que le cubría casi toda la cabeza solo dejando ver su rostro, y usaba unas muñequeras de cuero en ambas manos

-          ¡Hi! ¡Hi! Que tal? – esta ves fue el turno de un pelirrojo que se levantaba de su asiento y saludaba con su mano en alto como todo un niño de primaria – por favor llámenme Puck

-          Haaa~ parece que soy el único que falta – hablo el cuarto. Un chico de mediana estatura pero con un aura “guay” a su alrededor, cabellos castaño y peinado hacia atrás dejando a su delicado rostro a la vista. – mi nombre es  Emet, un placer – hizo una leve reverencia en modo de saludo.

-          Ya que acabaron con las presentaciones, les parece si vemos la distribución de sus habitaciones chicos – dijo Merry, la directora, recibiendo un siseo de los presentes a excepción de su hijo que se mantenía apoyado en la pared desde hace un rato, con lo ojos cerrados y sin prestar demasiada atención a lo que pasaba en la habitación. – Max – lo llamo la mujer – tal vez deberías escuchar, ya que compartirás tu habitación con alguno de estos chicos – esta ves si que Max no pudo ignorar a su madre, ¿acaso creyó escuchar que compartiría SU cuarto con alguien mas?

-          ¿Pero de que estas hablando? Jamás mencionaste algo así – grito enfadado el rubio hijo retomando su postura

-          Ahora te lo estoy diciendo ¿no? Y será mejor que cuides tu comportamiento en frente de ellos, mantén la calma ok, sino ninguno de ellos querrá vivir en la misma habitación que tu – con una expresión mas dura de lo normal regañaba, como lo que era Merry, la directora

-          Ja, como si yo quisiera pasar tiempo con alguno de estos raritos

-          He! Max te estas pasando – regaño Julieta

-          Disculpen, siento interrumpir su conversación pero… - llamo la atención de todos los presentes el chico mas alto, Joseph – si el problema es que rarito dormirá en la misma habitación que él – dijo apuntando a Max – yo no tengo problema con dormir con un rubio tan… divertido – una sonrisa se formo en su rostro al decir la ultima palabra. Una palabra que no le sonó bien a ninguno de los presentes. En especial a uno, que sintió como le recorría un escalofrió por su espina.

 

Max estaba molesto. ¿Por qué?. Pues por muchas razones. Primero, estaba el hecho de que su madre tenia algo contra el, de eso estaba seguro. También estaba que desde ese mismo día tendría que compartir dormitorio con un extraño, y no solo esa noche sino que también el resto del año y tal ves los que vienen. Rogaba por que no fuera así. Lo único que agradecía era que el tour por el colegio se hubiera aplazado hasta mañana, aunque no era algo por lo que agradecer ya que perdería su preciado día sábado. En fin, lo único que deseaba en ese instante era lanzarse a su cama y tal ves tocar algo con su guitarra. Olvidar el mal rato que le había hecho pasar su madre. Esa mujer siempre, recalco, siempre hace lo que quiere con quien sea. Esa no seria la excepción. Todos eran juguetes para ella. Manipulables juguetes con el único propósito de divertirla y eso hoy lo había confirmado. Hoy estaba mas animada que de costumbre. ¿Cómo no estarlo si le llegaban cuatro nuevos muñecos?. Ella, como muchas otras mujeres, venían directamente del mismísimo infierno.

-          Piensas quedarte ahí mas tiempo o prefieres entrar a Nuestra habitación ¿? -  ya estaban en los dormitorios y él se recargaba en el marco de la puerta con una sonrisa de superioridad surcando su rostro. Una molesta sonrisa.

A paso rápido Max entro a su habitación empujando, de paso, al mas alto. Este lo siguió serrando la puerta de entrada.

-          Escucha, si no hay mas remedio que tenerte aquí, al menos debes permanecer de tu lado de la habitación, puedes traer lo que sea siempre y cuando este de tu lado y no me moleste- dijo firme Max

-          Puedo hacerte una pregunta ¿? – el silencio del rubio lo tomo como un si - ¿Por qué te molesta tanto que ahora estemos en el colegio?

-          Eso no te importa… - sentencio enfadado

-          ¿acaso es porque ya no eres el único chico? – insistía el de cabello teñido

-          He dicho que no te importa – hablo mas molesto aun el rubio

-           O… ¿Por qué sabes el por qué estamos aquí? – eso desencajo la cara de Max, es decir, no se lo esperaba

-          Que estupideces dices, claro que lo se y te digo que no me importan idioteces como esa – ahora si se podía decir que estaba enfadado. Claro que no le importaba que ellos fueran gays, sus mejores amigas lo eran ¿y que?

-          Que raro… - su mirada. Lo miraba fijamente y no podía desifrar que quería decir. – entonces… será solo que estas nervioso?

-          ¿he? – nervioso? Claro que no… bueno, tal ves un poco, quizás, es decir, ha vivido toda su vida con mujeres, entre mujeres. Las conoce a la perfección. Las distintas personalidades de las chicas, lo cambiantes que pueden ser. Todo. Pero de los chicos, poco, por no decir nada. Solo se tenia como ejemplo el mismo. El era un chico, que se crio con mujeres. Un extraño podría deducir que al crecer saldría afeminado. Pero el salió del mundo de muñecas rosa, galletas, mariposas  y cuentos de hadas. Pero aun así, solo fue gracias a que conoció internet. Internet le mostro un mundo mil veces mas emocionante que el de cenicienta. Motos, guitarras, rock. Todo se lo enseño internet. Nunca necesito un ejemplo a seguir. y menos amigos con sus mismos gustos o con quien compartir momentos de hombres. Nunca los necesito y nunca lo hará. Y quizás si los necesito fue en el pasado. ya es tarde ¿no? Si llegaban tan tarde… a cualquiera le entran nervios ¿no? Por ser primera vez.

-          ¿te encuentras bien? ¿será que te averiaste? – Joseph se encontraba a escasos centímetros de su rostro. ¿Qué le pasaba a ese tipo? Le seguía sonriendo con superioridad como si supiera todo lo que pasa por su mente. Max se sonrojo al pensarse descubierto.

-          Tu… - hizo una pausa – solo… aléjate de mi – se acercó a su propia cama para sacarse la ropa y poder dormir al fin cuando…

-          Sabias que eres realmente adorable? – le susurro suavemente en su oído. No se percato cuando fue que se acercó tanto, pero era claro que estaba a su espalda. Estaba jugando con el.

El nervio le llego de repente, pero lo sobrepuso enseguida. Con fuerza que había olvidado que tenia lo aparto de si, empujándolo bruscamente haciéndolo caer sobre la cama ajena.

-          No lo vuelvas a hacer… y apaga las luces cuando te duermas - se apresuró a decir, para esconderse bajo las sabanas de su cama con el color rojo estampado en su cara.

Luego de un tiempo oyó como Joseph abría un bolso y removía algunas cosas. Al rato sintió como la luz se apagaba y el otro abría su cama. Seguramente para dormirse. De ahí, Max no concilio el sueño hasta altas horas de la madrugada.

 

 

Continuara.~ 

Notas finales:

espero que les aya gustado aunke sea un poco... realmente me aria mui happy el que asi fuera ^^ seguire acualizando lo mas pronto posible

dejen sus comentarios se les gusta, o si no tambn para ver que deberia arreglar xD suguerencias de todo tipo, si kieren algun personaje o lo ke sea solo diganme. Tratare de no decepcionarlos *u*  

 

Miles de Gracias por leerme xD

Bye~by 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).