EL DIAGNÓSTICO.
Todo el mundo sabe que algún día morirá pero, no es lo mismo cuando sabes que algún día lejano la muerte te reclamará, a saber que esta te quiere aquí y ahora. No sabía que era lo que había pasado de la noche a la mañana se empezó a encontrar mal, sabía que no era normal, por eso fue al hospital.
Pero no se lo dijo a nadie, ni a sus padres, ni a su hermana, ni a su novio, a nadie. Estaba ahí solo tras hacerle las pruebas se disponía a marcharse pero una de las enfermeras le dijo que se esperara, vio en su mirada que aquello no era una buena señal, al parecer las noticias no eran buenas. Y no le iban a gustar. Pero tan solo podía estar ahí sentado esperando a que el médico volviera a llamarlo.
Se levantó un par de veces durante las dos horas que estuvo esperando a que el doctor llegara a su consulta. Pero cuando abrió la puerta no apareció éste, si no que la que entró por la puerta era su madre. Alguien había llamado a su madre. Aquello no podía ser cierto, había dejado claro que nadie quería que se enterara de aquello. Pero ahí estaba su madre delante de él.
- ¿Por qué no me dijiste que venías al médico? Te hubiera acompañado.
- ¿Quién te ha llamado umma? – No quería ser grosero con ella, pero no quería que nadie se enterara de lo que me pasaba.
- Una de las enfermeras. Al parecer tenías que tener a alguien a tu lado cuando te dijeran una cosa.
- Bueno ya da lo mismo, ya estás aquí – se resignó a que su madre estuviera en la consulta a su lado, sabía que aunque le pidiera que se marchara no conseguiría nada – pero, podrías hacerme el favor de no contarle nada a nadie de lo que me diga el médico, por favor. No le digas nada a Dami, ni a oppa, ni a Seung, ¿vale umma?
- Claro cariño. Lo que diga el médico se quedará en estahabitación.
Tras esperar un cuarto de hora más, el médico por fin entró junto con otro hombre a la consulta, y lo saludaron y luego a su madre. Aquello no le gustaba.
- Señor Kwon, tome asiento. Será lo mejor – tras tomar asiento el doctor comenzó a hablar – hemos encontrado en la resonancia unas masas de células que se está reproduciendo de manera alarmante, pero lo que más nos preocupa es que tras las segundas pruebas que le hemos realizado, no solo hemos encontrado esas células en su cerebro, como en un principio habíamos visto, si no que se encuentran en distintas partes de su sistema. Señor Kwon, usted tiene cáncer en fase terminal. En realidad, la metástasis es tanta que no localizamos el foco del cáncer, no conseguimos determinar donde se originó. Pero aunque lo localicemos es imposible hacer algo para salvarle la vida. Mi compañero es el oncólogo del hospital y estima que le queda unas semanas de vida, a lo sumo un mes. El cáncer va mu rápido. Y los síntomas que describe son los de la última fase. Tan solo puedo recetarle algo para el dolor. Pero no se puede hacer nada más. Lo siento.
Ninguno de los dos salía de su asombro. Su madre comenzó a llorar silenciosamente, no podía creer que tuviera que enterrar a su hijo pequeño, a su ojito derecho. No podía creer que se estuviera muriendo. No lo quería creer. Mientras que Ji Yong, no podía dejar de pensar en que había echo mal en esta vida para que le dijeran aquella noticia, para que se mereciera esto.
Ahora quien cuidaría de su pequeño GaHo, como reaccionaría Seung Hyun. No, había llegado a la conclusión de que sería lo mejor no decir nada a nadie. Y cuando se muriera pues se había muerto, así no les haría pasar el calvario de verle morir. No podía dejar que sus amigos y familiares pasaran por aquello. Y si su madre se había enterado no era por que él quisiera. Pero les habían dado a firmar unos papeles, y también los tenía que firmar su madre. Había decidido no tomar nada para el dolor, ni se hospitalizaría, quería pasar lo que le quedaba de vida con las personas a las que quería. Quería disfrutar las semanas que le quedaban de vida.