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Agua por Zafira

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Notas del capitulo:

Lo prometido es deuda... ahora si, el primer capi... ojala les guste...

Capítulo 1°: Primera Jugada, Nubes de Tormenta


Llevaban exactamente dos semanas con falsas alarmas, por lo que en esa ocasión, no habían tomado los recaudos necesarios… no hubo avisos a los hermanos del joven demonio, ni a su madre, solo estaban con él, su suegro, su consorte y su tío. Gisela había permanecido en el castillo desde la primera llamada de atención, asi que al menos ella, si los acompañaba.


Los sonidos desde la habitación prácticamente lo estaban enloqueciendo, Gisela le había ordenado salir del lugar debido a que, según ella, mas que tranquilizar a su consorte con su presencia lo alteraba más… y es que verlo en ese estado le hacía arrepentirse mil veces de no haber tomado los cuidados suficientes para impedir el embarazo... un grito proveniente de la habitación le provocó un escalosfrío en todo el cuerpo.


¡Hijo… tranquilo, él va a estar bien…! – habló Alberos sujetando el hombro de Adalberto - ¡Gisela va a cuidarlos a ambos, no te preocupes!


¡Debería estar ahí! – soltó con frustración.


¡Waltorana está con él… pronto acabará! – el mayor realmente esperaba que su nieto nazca pronto, era bien sabido que los partos en jóvenes demonios eran muy peligrosos, pues debido al esfuerzo solían cansarse demasiado y eso dificultaba bastante las labores de parto.


Un silencio muy incómodo reinó minutos después de aquel grito…


¿Por qué hay tanto silencio? – Adalberto se disponía a irrumpir nuevamente en la habitación cuando el suave llanto de un niño lo detiene en seco.


No pasaron muchos segundos antes de que el líder de los Bielefeld saliera de la habitación con un pequeño bulto en brazos, unas pequeñas manos se dejaban ver, cuando se acercó al rubio de ojos azules, descubrió el rostro del infante.


Mi hijo… - susurró casi sin aliento… todos los pensamientos que hasta ese preciso momento había tenido desaparecieron de su mente, una sensación de calidez que nació en su pecho se extendió por todo su cuerpo, no se había percatado desde qué momento de sus ojos comenzaron a salir cristalinas lágrimas… - ¡Mi hijo…! – volvió a decir mas eufórico.


¡Es hermoso! – dijo entonces Alberos con una genuina sonrisa en sus labios…


¡Su excelencia… si desea, ya puede entrar! – Gisela parecía muy cansada, sin embargo su voz denotaba la emoción que sentía.


¡Si… voy a entrar! – habló nuevamente Adalberto ingresando a la habitación.


---*---


Llevaba dormido casi tres horas, se veía más indefenso que nunca, y sin embargo, el pequeño que dormía sobre su pecho, era prueba fiel de su fuerza y fortaleza. Gisela le había informado que estaba estable, pero que no despertaría en un par de horas debido al cansancio de las labores de parto, también le dijo que Wolfram había sido muy valiente.


Claro que es valiente… eres un príncipe demonio, después de todo – murmuró al tiempo en que acaricia el rostro de su consorte – Nunca pensé… sentir tanta felicidad…


¡Hijo… te traje algo para comer! – Alberos traia consigo una bandeja con unos pocos alimentos - ¡Waltorana ya mandó un mensaje a Pacto de Sangre informando de la novedad!


¡Seguramente me acusaran de hacerlo adrede! – soltó el más joven volviendo a observar a los durmientes…


¡Es idéntico a ti cuando naciste… aunque tú berreaste más! – soltó el mayor sonriendo - ¡Yo también… me siento muy feliz, hijo… ¿ya pensaste en algún nombre?!


No… estoy esperando…. – comenzó a decir Aldalbeto pero…


Albert… me gustaría que se llame Albert – la voz de Wolfram interrumpió a los mayores, las esmeraldas del joven ex príncipe observaban envelezadas a su pequeña criatura… - Si es que estás de acuerdo… - entonces esas mismas gemas observaron a su esposo… quien asintió sin poder apartar la vista de la de su consorte.


¿Necesitas algo, Wolfram? – Alberos pregunto entonces… y como no recibió respuesta alguna, entendió que la reciente familia necesitaba privacidad - ¡Los dejo entonces!


¿Cómo te sientes, quires comer algo? – Adalberto se acomodó en el lecho junto a Wolfram, acercó a ellos la bandeja y con cuidado de no incomodar mucho a su hijo, ambos comieron un poco.


¡Me siento un poco adolorido… y cansado… pero… lo vale, es hermoso! –los ojos de Wolfram estaban agnegados en lágrimas, un suave beso en su frente le obligó a apartar la vista de su hijo…


¡Jamás pensé… que tendría un hijo tan hermoso…  tendré que contratar varios chaperones! – dijo en forma burlona el mayor, provocando una suave risa en el mas joven - ¡Cierto…  Gisela dijo que recuperarías tus poderes en aproximadamente un mes!


Un mes… supongo que si esperé todos estos meses, uno más no será la gran cosa – Wolfram se acomodó mejor en la cama, no podía creer como algo tan delicado podía haber salido de él… - ¡Mi madre… ella va a matarme por no haberla esperado!


¡Debió quedarse como lo hizo Gisela! – murmuró el mayor, aunque considerando que la mujer se fue para llevarse con ella a sus cuñados, se sentía muy agradecido por ello, después de todo, a pesar de todos sus intentos, ellos lo detestaban a él, tanto como él los detestaba a ellos.


Si se parece a ti… creo que no necesitará muchos chaperones… y si se parece a mí tampoco… lo más seguro es que quiera incinerarlos… - el oji esmeraldas acaricio la manita de su pequeño con delicadeza, su esposo rio sonoramente ante el comentario, mientras que en la puerta, tanto Alberos como Waltorana observaban silenciosos.


---*---


¡Estoy seguro que Cecilia vendrá, pero no podrán hacerlo Gwendal ni Conrad! – comento Waltorana tomando asiento en uno de los sillones dispuestos en la sala.


¿Por qué lo dices? – Alberos le sirvió una copa y se ubicó junto a él.


¡Por el mismo motivo por que le yo debo irme esta misma noche! – comento aceptando la copa que le era ofrecida - ¡Mañana deben reunirse en asamblea los diez nobles!


La expresión de Alberos demostraba que no se sentía muy contento con la noticia de que el noble debía partir, pues a pesar de haber hecho, ya las pases con la corona, aún no había asistido a ninguna de esas reuniones, y con su nieto recién nacido, no tenía intensiones de marcharse.


¡Eso quiere decir que ya no tendré su agradable compañía! – hablo el mayor dejando su copa sobre la mesita – Voy a sentir mucho su ausencia, Waltorana


¡No será por mucho tiempo… no me emociona mucho estar allá de todas maneras, mi única motivación antes era estar con mi sobrino, además…! – el oji verde guardó silencio ante la memoria de los sucesos que acontecieron ya hace unos cuantos meses en el cumpleaños del líder de los Grantz, realmente no estaba muy seguro de quererse encontrar con Gwendal, ya de por si había sido incómodo todas aquellas ocasiones cuando, debido a las falsas alarmas de parto, él había estado también en aquella mansión.


¿Además…? – preguntó el mayor, aunque bien sabía que era lo que incomodaba al noble… y no lo culpaba, aun se recriminaba no haberte roto la cara el hermano de su yerno por lo ocurrido la noche de su cumpleaños.


¡Además… yo tampoco quisiera estar mucho tiempo lejos de mi sobrino… vaya, mi sobrino nieto! – sonrió al pronunciar aquellas palabras, volvería tan pronto como le fuera posible…


¿Solo eso? – murmuró Alberos aproximando su rostro al del otro noble - Pensé que quizás también sentiría nostalgia de mi compañía – una de las cosas que al mayor mas le estaba gustando del líder de la familia Bielefeld era lo hermoso que se veía cada vez que lograba que el rubor se pintara en sus mejillas.


Alberos… - murmuró muy apenado el más joven sin poder apartar la mirada de la de su acompañante…


¡Me interesa mucho,Waltorana… sólo diga que no siente el mismo interés que yo, y prometo detener mi avance! – sus labios casi se estaban rozando, Alberos sabía bien que al menor gesto de disgusto debía detenerse… lo que no sabía era si iba a poder hacerlo.


La mano del mayor rodeó la cintura del noble al tiempo en que juntaba sus labios en un beso apacionado… se sintió rejuvenecer al sentirse correspondido, igual que aquella noche, antes de la interrupción del hermano mayor de Wolfram… con su otra mano acarició el rostro del más joven una vez que ambos rostros se separaron…


Ambas miradas no podían apartarse la una de la otra, las mejillas de Waltorana indicaban que aquella situación estaba superando sus límites de tolerancia… agarro con su mano la que le acaricia tiernamente…


Yo… tengo que prepararme… - susurro sin apartar la mirada de la del mayor - Realmente, debo irme ya…


Quédate conmigo… esta noche, todas ellas… - Alberos sabia que estaba pisando terreno difícil, pero no podía evitarlo, sintió el impulso de abofetear al noble, pero sabía que aquella mano en la suya, indicaba que aún no era conveniente.


Waltorana no sabía como reaccionar ante aquella propuesta, se sintió como un niño sin experiencia alguna, quizás por ser Alberos quien le estaba hablando, así que reaccionó de la misma manera en que lo haría un adolescente… en un súbito movimiento besó los labios del mayor, retirándose imediatamente después rumbo a su habitación…


Esperaré con ansias tu regreso – murmuró el de mirada azul al tiempo de sonreir con felicidad.


---*---


Mi tío se veía raro cuando vino a despedirse – murmuró Wolfram recostándose sobre el pecho de su consorte - ¿Qué le habrá hecho tu padre, en esta ocasión? – el tono del menor era soñadora y burlona… a pesar que los últimos meses de su embarazo lo tenían un poco cansado, no se le habían escapado los detalles en el trato que Alberos le daba a su tío, como tampoco se le escapo la fricción que había entre estos y su hermano Gwendal…


¡No te burles… tengo la impresión de que a tu tío no le es indiferente mi padre… y por supuesto, mi padre ya no disimula en lo más mínimo su interés! – Adalberto acarició uno de los brazos de su niño dormido junto a ellos.


Sería divertido una boda entre ellos… ¿no crees? – el menor recordó fugazmente que de niño temía que su tío lo dejase de querer al enamorarse de alguien más, aunque ese temor aún persistía, mas que nada deseaba que el hermano de su padre fuera feliz con alguien.


Unos suaves balbuceos llamaron la atención de ambos padres, quienes sonrieron al ver a su pequeño quien minutos antes estaba dormido… sus grandes ojos parecían azules y puros, Wolfram se preguntaba si cambiarían a un tono más verde o serían azules como los de su esposo.


Ya despertaste, pequeño… quieres sentir el calor de tu mami… - Adalberto sabía que esas palabras iban a encender una chispa en su consorte… pero se sorprendió cuando este solo sonrió y cargo con todo el cuidado del mundo a su pequeño – Pense… que no podías verte más hermoso… una vez más… me equivoque.


Según la tradición debemos hacer su presentación ante la sociedad mazoku… y debe ser bautizado… - aquellas palabras Wolfram las dijo sin mucho ánimo, pues sabía que al menos el baustismo, debía ser en el templo de Shinou…


Su presentación oficial será al cumplir los seis meses… su bautismo debe ser a más tardar siete días… no me agrada mucho eso, no quiero que él se acerque a ustedes – el oji azul levantó el mentón de su niño y besó suavemente sus labios – Cuando tengamos que ir, no quiero que te separes de mi…


Por favor… Yuuri no intentará nada, está mas resignado… deja de ser desconfiado, nada hará que me separe de ti… te amo, y me gusta como se siente – las mejillas del de cabellera dorada tenían un oscuro color carmín. Adalberto, por un momento estaba en estado de shock, no podía dar crédito a lo que sus oídos acababan de escuchar.


¿Me amas? – preguntó como queriendo ratificarlo, a lo que el más joven simplemente asintió… - ¡Por Shinou, yo te amo tanto que no podría sobrevivir si llegara a perderte!


Alguien había sido testigo mudo de aquellas palabras, Alberos sonreía mientras observaba a su bella familia, sabía que su hijo Albert seguramente estaría muy feliz con todo aquello… aunque no se engañaba, sabía que probablemente la tormenta solamente se estaba preparando para llegar… sin hacer ruido salió del lugar, un momento tan íntimo debía respetarse.


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La novedad que había traido la llegada de aquel noble, le daba la señal que necesitaba para poner en marcha el plan, sintió la presencia de alguien mas en aquella habitación, sin necesidad de voltearse a ver, sabía que estaba disgustado, él comprendía el motivo, le hubiera gustado estar ahí junto a su hermano para asegurarse de que estaba bien…


¿Ya no tienes dudas, Gwendal? – observó su reflejo en el vidrio de la ventana, su semblante era iracundo, sonrió con cierta malicia viéndolo así…


¡Es hora de cenar, Heika…! – habló el mazoku mayor, aunque el menor entendió perfectamente cual había sido su respuesta.


En la mesa estaban todos los nobles representantes de las nueve familias nobles…


¡Pensamos que Lord Alberos asistiría a esta reunión, Waltorana! – habló Gunter y tuvo el asentimiento de la mayor parte de los nobles.


¡En la próxima no faltará, estoy seguro de eso, von Christ… ahora no deseaba abandonar a su nieto recién nacido… y de serles honesto, hubiera deseado quedarme también con él… es una belleza encantadora! – respondió el rubio oji verde con una sonrisa que logró sonrojar a sus pares.


¡KYAAAAAAAAA…. MI NIETO YA NACIOOOO! – Cherry sama justo había entrado en ese preciso momento, se acercó presurosa a Waltorana y colocándole ambas manos en los hombros le instó a hablar - ¡Dimelo… ¿se parece a mi Wolfy?!


¡Cecilia… lamento decir que no ha heredado tus bellos ojos, y por lo que Alberos comento, es idéntico a Adalberto cuando nació! – el líder de la casa Bielefeld no parecía nada disgustado por la actitud de su antigua cuñada, por el contrario se notaba dichoso por el nacimiento del nuevo miembro de su familia.


¡Debe ser tan bello… iré ahora mismo a visitarlos! – los ojos de la mujer estaban inundados en lágrimas, parecía estar tan feliz que se marcho sin darle importancia a ninguno de los presentes…


¡Vaya, lord Von Voltaire… su madre parece estar muy feliz, ni ha notado que estábamos todos aquí…! – comento el líder de las tierras Khrenikov.


¡Disculpen a mi madre, por favor! – habló el peli oscuro, aunque este no había apartado la vista de la expresión alegre del tío de su hermano.


¡Descuida Gwendal… por todos es sabido que mi hermana ha querido nietos desde que tu cumpliste la edad de hacerla abuela… yo también quisiera conocer a mi sobrino nieto…! – comento Stoffel y todos en la mesa parecieron compartir esa alegría, todos, menos un oji oscuro que no se había pronunciado desde que se sentó en la mesa.


¿Y dinos, Waltorana, cómo está el amigo Alberos? – lord von Wincot había preguntado amablemente - ¡Fue una sorpresa para todos el que haya festejado su cumpleaños, lo vimos bastante bien… ambos parecían muy cercanos! – terminó de decir el peli celeste.


¡Es cierto, las malas lenguas… y las buenas, claro esta, andan diciendo que son realmente muy cercanos… incluso, hay quienes hozan decir que quizás la familia Bielefeld se una aún más a los Grantz! – esta vez era Stoffel quien hablaba, sus palabras habían tomado por sorpresa al orgulloso tío del menor de sus sobrinos, y eso particularmente le gustada, aunque se ganó una mirada furiunda de su sobrino mayor.


¡Por favor, Stoffel, prestar oídos a ese tipo de rumores no es muy sensato! – comentó Gunter para cortar el extraño ambiente que se había formado…


¡Quizas… pronto dejen de ser solo rumores! – aquellas palabras dichas por Waltorana dejaron  mudos a todos…


---*---


Sabía muy en el fondo que no debió haber reaccionado de aquella manera, pero le pareció demasiado descaro por parte de aquel noble hacer semejante afirmación… probablemente haya sido su venganza por la manera en que lo tratara después de haberlo encontrado en su habitación en Grantz, aquella noche. La sonrisa de quien entrara a su despacho le hizo entender que sabía a la perfección de su enfado, así como sabía de la oscuridad que comenzaba a formarse en su alma…


¿Y bien, señor Von Voltaire… qué piensa hacer? – el brillo de la luna reflejado en sus gafas ocultaron su expresión… aquel chico siempre parecía estar a varios pasos frente a él.


¿Qué tengo que hacer? – soltó con rabia…


Creo… que eso usted ya lo sabe… esta noche, sería perfecta – Murata no dijo más, simplemente salió del cuarto en dirección a la habitación real… una diminuta imagen se sentó en su hombro… - Shinou, no estoy seguro de esto Shinou…


Yuuri observó entrar a su amigo y sonrió, uno de sus ojos daba fe de que en ese momento se encontraban en presencia de ambas entidades, Yuuri y el Maou, Shinou fue a colocarse en el hombro del otro moreno…


Es hora de que tu plan, mi querido maou, de inicio… ten cuidado de herir a cualquiera de mis desendientes… - hablo la pequeña imagen del primer rey


He sido bastante paciente, Shinou… ambos lo hemos sido – comento el moreno, cerrando sus ojos… “Pronto, mi demonio de fuego… pronto volveras a mi”…


Waltorana ingresó a su habitación bastante cansado… no pensó que decir semejante cosa pudiera tener un impacto tan fuerte, los otros nobles simplemente no pudieron disimular su sorpresa… el propio Stoffel le dijo que de haber sabido que deseaba formar una alianza política bien pudo habérselo dicho, que él encantado hubiera unido su destino al de él… la sola idea le daba nauseas… Gunter tampoco había podido disimular su asombro, y más después de haber sido abandonados de esa manera por Gwendal, que sin disimular su enfado se puso de pie y dejó la habitación provocando un leve temblor en todo el castillo…


¿A qué le temes Gwendal?… no podría quitarte el amor de Wolfram aunque me lo propusiera… nunca he podido – se decía el rubio sentándose sobre el lecho – entiendo a qué le temen todos, pero no hay nada mas fuera de la realidad, son ustedes quienes se alejan de él… no yo, y menos, Alberos…


Una parte de Waltorana se sentía tan cansada, jamás se vio a si mismo siendo cortejado por nadie desde la muerte de su hermano, cuando tuvo que sentarse en el papel del líder de la familia Bielefeld… él había estado comprometido en aquella época, ciertamente… pero se disolvió al cambiarse su papel dentro de la familia… sonrió nuevamente al recordar lo nerviso que lograba ponerlo el suegro de su sobrino…


¡Tal vez… la idea de casarme, no sea tan mala! – murmuró poniéndose de pie, encaminándose hacia su equipaje… el sonido de la puerta al ser tocada lo detiene… - ¿Quién…?


¡Necesito hablar contigo! – aquella era la inconfundible voz del primer hijo de la 26° maou…


Ya me parecía demasiado tanquila esta noche… - sontó con un suspiro el rubio, abrió la puerta sin invitar a pasar a quien, ya lo esperaba enfadado - ¿En qué puedo ayudarle, Lord von Voltaire?


---*---


Bien, tú diras… ¿de qué quieres hablar? – Waltorana había aceptado la copa que antes le sirviera el hermano mayor de su sobrino, se sentía ciertamente nervioso, aunque intento enmascararlo como buen Bielefeld que era…


Supongo… que de hacer las paces… al fin y al cabo, tú y yo, antes nos llevábamos mejor – aquellas palabras lograron sorprender al de ojos verdes, por lo que para evitar tener que decir alguna palabra opto por beber mas de su copa – Antes de que te combiertieras en el líder de Bielefeld… y disputaras la custodia de Wolfram con mi madre…


No voy a hablar sobre eso contigo, Gwendal… jamás estuvo en mi otra cosa que no sea proteger a mi sobrino… - Waltorana comenzaba a sentirse incómodo, era evidente que esa conversación terminaría igual que todas… muy mal.


No estoy reclamando nada… Wolfram tiene un amor ciego hacia ti, y admito que has cumplido un papel importante en su educación… has llenado todos los vacíos que nosotros dejamos… no puedo negar eso – el mayor mostraba una tranquilidad propia de él, aunque aquellas palabras dejaban por demás sorprendido a Waltorana - ¿Sabes…? en aquellos días, incluso antes de que Wolfram naciera, yo estaba comprometido… aún no se había hecho formal debido a que, mi prometido, según su padre, era muy joven…


No sabía eso… - susurró el rubio volviendo a beber de su copa… a él siempre le había resultado raro que el poderoso demonio que estaba frente a él, no estuviera unido ya con alguien, considerando su status… ahora, saber que si lo estaba o más bien… - ¿dijiste… que estuviste?


Así es… como te estaba diciendo, él era joven… y yo el hijo de la reina, asi que mi madre no quiso apresurar las cosas por respeto al hermano mayor de mi prometido… aunque su situación cambio… y debido a eso, solicito anular aquel compromiso,  yo accedí al igual que mi madre… aunque… por lo que sé él jamás se enteró de con quien su padre lo había comprometido – Gwendal observó fijamente a quien ya había acabado con toda la bebida de su copa, sonrió al ver esa verde mirada pasando de la duda, a la sorpresa…


Pues fue muy noble de su parte dejarlo ir… la verdad, siempre supuse que estaba enamorado de Lady Annisina, lord von Voltaire… aunque al parecer presumí mal, pues ya es un secreto a voces que sientes debilidad por el líder de las tierras Christ – Waltorana comentaba tranquilamente sin apartar la vista del hijastro de su hermano… - Debió de ser algo grato para usted que ese compromiso hubiera terminado sin llamar demasiado la atención…


Aquellas palabras lo habían descolocado, el que mencionase a Gunter le hizo considerar nuevamente lo que estaba pensando hacer, una sonrisa de suficiencia se formó en los labios del noble de piel más clara, al notarse ganador de aquel raund…


¿Realmente piensas unirte a ese anciano? – el peli oscuro bajo su copa casi intacta, la expresión de su rostro se había agriado por completo…


Creo que es hora de ir a descansar, lord von Voltaire… es mi deseo marcharme a Grantz una vez terminada la junta – Woltorana sentía su pecho apretado, aquella reacción lo intimidó sólo un poco… dirigió sus pasos a la puerta, aunque un mareo le nublo la vista y casi consigue que pierda el equilibrio…


Parece que bebió de más, lord von Bielefeld – susurró el peli oscuro al oído del rubio al tiempo de sujetarle con fuerza… - dudo que pueda llegar solo a su lecho… sin embargo… el mío está cerca…


¿Gwendal?... – intentó soltar el agarre del peli oscuro, sentía como si todas sus fuerzas  hubieran abandonado su cuerpo repentinamente - ¿Qué sucede…? – susurró al verse cargado por el general…


Aquella no era una actitud propia de él, sabía que se estaba dejando manipular por el maou, y que aquello estaba mal… pero por primera vez no le importaba, colocó con cuidado al tío de su hermano sobre su propio lecho… mientras iba despojándose de sus prendas podía notar los esfuerzos del orgulloso mazoku para salir del efecto de aquel narcótico… esa noche renunciaría a todo lo que quería… todo por mantener a quien mas amaba a su lado, por que él amaba a Wolfram, y si para que él volviera era necesario unirse a Waltorana y renunciar a Gunter… lo haría.


El fuego parecía estarle consumiendo, cuando por fin se hicieron uno… su mente estaba perdida y no lograba comprender si aquello era un sueño o estaba pasando en realidad… sintió aquellas manos recorrer por completo su estalda para luego colocarse en sus caderas a fin de imponerle el ritmo, el sabor de aquellos labios se mezclaban con los suyos, y le hacían olvidar otros, que su mente anciaba antes de probar estos… se sintió venir al borde del avismo, por lo que con todas sus fuerzas se sostuvo de aquellos fuertes brazos… sus ojos notaron que aquellos zafiros no pertenecían a alguien de cabellera dorada… por lo que mareado cerró sus ojos… y se quedó dormido.


Sonrió al ver su sonrojo y como lentamente se dejaba vencer por el cansancio… él se había corrido en su interior, y ahora no podía evitar contemplar a quien yacía completamente dormido sobre su lecho… ya estaba hecho…  besó nuevamente aquellos labios de miel…


¡Ahora soy tu dueño… mi orgulloso demonio de fuego!


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Despertó de aquel sueño sumamente agitado… Adalberto estaba aún profundamente dormido, su vista se dirigió a su pequeño que al parecer ya estaba despierto… le sorprendía que su hijo fuera tan tranquilo… estaba quietito en su cuna sin llorar… se acercó a él, y lo cargó en brazos, aún tenía el mal sabor dejado por aquella pesadilla, era como si su tío estuviera mal, en peligro…


Que tontería… él sabe cuidarse bien – se dijo acariciando los cabellos de su ángel…


¡Ustedes no deben temer, mi querido descendiente… yo siempre velaré por su bienestar! – a Wolfram casi le da algo al ver frente a sí, al mismo Shinou… - ¡No temas… solo vine a verlo… veo el fuego en su ser… un fuego calmo y poderoso, digno del futuro líder de esta familia!


¿De los Grantz? – preguntó el oji esmeralda - ¿Y los Bielefeld?


¡Cuando tu heredero sea tan impulsivo y ardiente como tú, nacera quien deba ser el señor de Bielefeld… esperaré a este campeón muy pronto en mi templo, para besar su frente y darle mi bendición! – dicho esto el primer rey se marcho… Wolfram sonrió…


¿Qué haces fuera de la cama?... está helando, ven aquí – Adalberto había sentido aquella presencia, intuía a quien pertenecía, pero no hizo referencia a ella… cuando Wolfram se acurrucó en sus brazos todo lo demás perdía sentido y relevancia…


Creo que nuestro hijo solo quería que estemos cerca de él para continuar durmiendo… - susurró el menor colocando mejor a su hijo en sus brazos – Me da miedo ir allá… la última vez, nos causó problemas…


Eso no volverá a pasar… no lo permitiré, tanto tu como nuestro hijo me pertenecen, y no voy a dejarlos ir – hablo firmemente el mayor… - además… tu tío formará parte de esta familia, y ahí si… nada ni nadie atentará contra nuestra familia nunca más.


Hablando de mi tío, tuve una pesadilla espantosa… espero que él regrese pronto – murmuró el oji esmeralda, al notar la mirada de intriga del oji azul continuó – Soñé que alguien lo alejaba de mi… es extraño… pero, era como si eso también me alejara a mí de ti.


Tranquilo, fue solo un sueño – Adalberto acariciaba delicadamente los cabellos de su niño, lo sintio quedarse dormido, y frunció el ceño… lo mejor sería mandar a buscar al noble a Pacto de Sangre, él también comenzaba a sentirse preocupado… “Hablaré con mi padre cuando amanezca… quien sabe que esté tramando ese molesto muchacho”…


Se detuvo a contemplar a sus hermosas joyas, que yacían profundamente dormidas entre sus brazos, su hijo era sin duda el demonio mas hermoso que haya visto en su vida… pero no se esperaba menos de un hijo de Wolfram, sonrió para sus adentros recordando cómo había sido su boda, y aquellos problemas que tuvieron que enfrentar… aun le quedaba pendiente saldar cuentas con el culpable del secuertro de su esposo… pero ya tendría la oportunidad, o quizás el saber que a pesar de sus intentos no había logrado separarlos sea suficiente castigo.

Notas finales:

Espero les vaya gustando... Byeee


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