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La verdad de Tsuna por Anle Ruma

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Notas del fanfic:

Advertencias: es yaoi 1827 y contiene mpreg (que me fascina *o*)

 

Disclaimers: KHR no me pertenece, de ser así la primera generación viviría en la misma época que la décima n.n

 

Aclaraciones: “sueños”

    /pensamientos/

=frase recordada=

 

Hola aquí traigo una historia de lo más loca que se me pudo ocurrir. ^w^

 

Posiblemente los personajes me queden Occ de ser así les pido mil disculpa UU.

 Tambien pido dispculpas por el mi extraño manejo del tiempo n////n

Notas del capitulo:

Espero que les guste, es mi primer fic de esta seria y de esta pareja.

“El día era hermoso en la ciudad de Namimori, el cielo azul gobernaba junto a sus guardianes del sol y la nube.

 

En uno de los pocos parques que se hallan en la ciudad, las personas pasean y los niños juegan, ahí los recuerdos de momentos felices en familia se hacen presentes.

 

Un niño de cinco años se encuentra en aquel parque, balancea sus piernitas en la banca, todo el mundo lo conoce mas no saben mucho de el, ya que siempre lo ven dos veces por semana y que espera a su amiguito.

 

Aquel niño no presta atención a su alrededor, mantiene una tierna sonrisa en su rostro, mientras se imagina que jugara ese día con su amigo, que conociera un año atrás en ese mismo lugar.

 

Lejos de el se encuentra su padre leyendo, el parque es seguro, por lo que no se preocupa de no ver a su pequeño, además si algo malo fuera su hijo iría con el. También en ese parque esta su hermano, pero el no lo quiere, siempre lo insulta, pero no le dice a su padre, para que no se sintiera triste.

 

Alzo la vista para ver a su amiguito aparecer, ese día viste un conjunto café con una pequeña boina, su sonrisa se hice mas grande ya que su amiguito tiene un peinado gracioso que sobresale de su boina; salta de la banca para correr a el y abrazarlo.

 

Alza la vista pero no puede ver el rostro de su amigo, es una sombra, solo distingue el gracioso peinado que tiene, pero no le importa, mantiene su sonrisa. Pero no se percata de que su amigo esta extraño.

 

Se separa para explicarle de un juego que ha inventado mientras lo esperaba, tal vez solo ve una sombra en lugar del rostro sabe que se esta molestando.

 

--Será divertido, vamos a jugarlo—exclama con una sonrisa

--No—es la respuesta contundente y la sonrisa del pequeño desaparece

--Pe… pero dijiste que estabas cansado de jugar lo mismo, por eso lo invente, para que jugaremos algo nuevo.

--He dicho que no, además estoy cansado de jugar son un mocoso de cinco años, ya no quiero seguir haciéndolo, ya no quiero ser tu amigo

 

Le dice mientras lo empuja, dejando al pequeño de cinco años solo.

 

El se sienta en el suelo, mientras pone sus rodillas cerca del pecho, se siente triste, quiere llorar, pero no lo hace, además no es la primera vez que eso sucedes, su hermano lo había hecho días antes de que conociera a su amigo, exactamente un año atrás.

 

Piensa en ir a refugiarse en los brazos de su padre, pero recuerda que el también esta enojado, simplemente quería saber de su mama, fue lo único que quería saber, pero su papa se enojo con el.

 

El siempre tenía una sonrisa en su rostro, era una sonrisa alegre. Pero había días en las que perdía su sonrisa, como ese día, además de que también extraños pensamientos para un niño de cinco años aparecía: todos estarían mejor si el no estuviera en.

 

Ha estado sumido en sus pensamientos que no se percata de nada a su alrededor, un ladrido lo saca de ellos, al voltear se halla con un perro negro, y sin que pueda hacer algún movimiento, ya se encuentra bajo el perro quien ha comenzado a lamerlo.

 

Al principio sintió cosquillas, pero aquella sensación divertida, que su papa le dice que le haga caso, aparece y le dice que el perro es peligroso que se aleje.

 

Intenta separarse, pero el perro comienza a gruñirle, y el miedo comienza a dominarlo y se convierte en pánico al escuchar a un hombre hablar.

 

--Veo que le agradas a mi cachorro—exclama un hombre pelirrojo de ojos verdes y en sus labios una sonrisa malvada aparece—buen trabajo vendetta, aléjate del niño.

 

En cuanto el perro se quita el se levanta para huir, pero el hombre es mas rápido y lo sostiene.

 

--¿A dónde mocoso?—le pregunta mientras lo sujeta fuertemente—no ves que mi cachorro quiere jugar contigo fenómeno.

-N… nooo—comenzó a forcejar, tiene mucho miedo y las lagrimas aparecen en sus ojo y hace lo que todo niño haría--¡Suélteme! ¡Auxilio!

 

Grita esperando que su papa lo escuche y así es.

 

Ve a su papa aparecer con el padre de su amigo, ambos están sorprendidos, también ve como su amigo aparece y ve miedo en sus ojos, además de que esta preocupado.

Pero al igual que a su amigo no puede distinguir sus rostros, del padre de su amigo uno de sus ojos tiene un extraño símbolo, mientras que su padre tiene los ojos azules.

 

--¡Papá auxilio!

--¡Suelta a mi hijo!—exige aquel hombre de ojos azules

--Oh, no puedo creerlo súper papi llego

--No te lo repetiré de nuevo, su-el-ta-a-mi-hi-jo

--¡Suéltame!

--¡Cállate mocoso!—le grita mientras afianza su agarre lastimándolo y el perro que se ha mantenido a su lado gruñe—sabes creo que lo mas correcto que lo mejor es que te despidas de tu papi—le murmura provocándole un escalofrío al pequeño—dile sazonara o mejor en nuestra lengua materna ¡Ciao!

 

Grita mientras lanza una véngala y comienza a correr mientras que al pequeño le pone un pañuelo con cloroformo. El niño cierra los ojos pero escucha a su amigo gritarle…

 

/////

 

El guardián de la tormenta gobierna esa noche en Namimori.

 

Alejada de la ciudad se encuentra una bodega que casi nadie ocupa, dentro de ella, hay una jaula.

 

En aquella jaula se encuentra un niño, en la esquina de la jaula abrazando sus piernas, permitiendo que las lágrimas caigan.

 

No sabe cuanto tiempo ha estado atrapado en ese lugar, solo ve algunas veces a aquel hombre malo que lo alejo de su papa.

 

Tiene miedo, pero no por el tiempo que gobierna, sino de no poder ver de nuevo a su papa.

 

Mira atentamente el broche que su papa le había regalado por su cumpleaños y gracias a ese broche tiene esperanza.

 

Un trueno rugió y la tormenta decide calmarse por completo.

 

El eco de unos pasos resuena por aquella solitaria bodega, y el pequeño cielo, como lo llama su papa, se aferra al broche y cierra los ojos al escuchar como los pasos se acercan y la jaula es abierta.

 

Tiene miedo, pero una tierna caricia llega a su cabeza, al abrir los ojos se encuentra con los ojos azules de su papa que lo miran con ternura.

 

No duda en abalanzarse a los brazos de su padre, quien lo recibe feliz, por que de nuevo lo tiene en ellos.

 

--Papi—murmura

--Tranquilo mi niño, vamos hay que salir de aquí…

 

El pequeño asiente y ambos salen de la jaula con dirección a la salida, pero un trueno alumbra la estancia…

 

--¿Qué se van sin despedirse y agradece?—pregunta el pelirrojo—que malos modales.

--Maldito—murmura el hombre de ojos azule, mientras pone a su hijo tras el—dime ¿Por qué estas haciendo esto?—pero como respuesta se oye un disparo—escóndete

 

Es la orden que le da y el se aleja hasta una viga que lo mantendrá protegido por un tiempo, desde ahí puede apreciar un hermoso fenómeno.

 

Los ojos azules de su padre se vuelven anaranjados y algo nace sobre su frente, eso le sucederá cuando sea más grande.

 

Mira como comienzan una batalla cuerpo a cuerpo, desvía su mirada hacia la salida, sabia que debía salir de ahí y pedir ayuda, pero su graciosa sensación le decía que si salía algo malo pasaría.

 

Pero esa sensación lo confunde esa noche, por que le indica que dentro o fuera algo malo pasaría, pero que es mas seguro para el, en ese momento mantenerse dentro de la bodega.

 

El combate continuo y su padre va ganando, por fin regresara a su casa con los suyos.

 

Pero la sensación se activa…

 

El pelirrojo es derribado y el se aleja de la viga para poder ir donde su papa y poder salir de ahí

 

--Ríndete—escucha que le dice, mientras sus ojos se vuelven azules de nueva—todo ha terminado

--Tienes razón—exclama incorporándose con una sonrisa burlona—todo acabo, pero no para mi—murmura mirando al pequeño, quien al sentir la mirada se paraliza—sino… para ¡tu hijo!

 

Grita…

 

Aquella noche había sido una trampa, un explosivo fue lanzado a la base de la viga que sirvió de protección.

 

--¡Corre!

 

Fue el grito de su padre, quien al estar preocupado por eso, no vio como el pelirrojo se abalanzaba a el.

 

Escucho la orden de su papa, he intento correr pero tropezó, el miedo paralizo por lo que no pudo hacer ningún movimiento…

 

Su padre peleaba para poder liberarse, solo se escucho un golpe seco, y aquel hombre de ojos verdes solo agrando su sonrisa.

 

Empujo al hombre, para incorporarse para ver algo que le partió el corazón y le hacia caer de rodillas.

 

Aquella sensación graciosa que su padre llama intuición y que había heredado de él, tenía razón…como siempre.

 

Al pequeño de tan solo cinco años le dijo que no regresaría a casa: moría aplastado por aquella viga.

 

El padre del pequeño le fue advertido, que ese día u otro; solo o acompañado, la tragedia le llegaría y le robaría su mayor tesoro

 

Dos pares de ojos se cierran, uno esperando la muerte, otro evitando ver aquello.

 

Se escucha una risa cruel y es opacada por un grito lleno de dolor…

 

///////////

 

La nieve cubre la ciudad de Namimori y en un parque se puede apreciar a un pequeño de cinco años en una banca.

 

Las personas que pasan por ese parque dicen que ese pequeño ya tiene dos semanas en el, para todos es un niño de la calle, por como esta vestido.

 

Tiene un kimono y unos tradicionales  getas.

 

Pero tal vez lo más interesante de este pequeño es que siempre se le ve sonriendo.

 

Siempre esta sentado en aquella banca frotándose las manos para entrar en calor.

 

El mira el parque esta vacío, se siente extraño ya que después de mucho esta en el lugar donde lo secuestraron, pero… es diferente.

 

La ciudad donde nació ya no es la misma que el recuerda, pero su graciosa sensación le dice que si es su hogar.

 

Abraza sus piernas, tiene miedo, hay cosas que él nuca había visto, carruajes extraño, que no son llevados por caballos, las personas hablan por cosas pequeñas.

 

Tiene miedo de esos cambios y lo único que desea es regresar a su casa con su papa.

 

No se ha puesto a llorar, por que sabe que hará que su nuevo amigo este triste.

 

Se sumió en sus pensamientos que no se percato de que alguien ya estaba a su lado, alzo la vista ya que sintió un peso sobre su espalda.

 

Sonrío ahí estaba su nuevo amigo, a el tampoco le podía ver el rostro, pero tenia una banda sobre el brazo, decía que pertenecería a un comité o algo por el estilo.

 

--Gracias por la comida—le dijo con su sonrisa.

 

Desde que se hicieran amigos y le contara el porque de su estancia ahí siempre le llevaba comida

 

--Esta noche iras a mi casa—no era una petición, era una orden—ya han pasado dos semanas y tu padre no aparece, si sigues así enfermaras.

 

El pequeño bajo la mirada, su amigo le había pedido siempre que fuera a su casa para que descansara, pero el se negaba, tenia miedo de que su papa apareciera y no lo encontrara, pero tenia razón ya eran dos semanas y nadie de su casa aparecía. Pero ahora estaba su divertida sensación, más no quería desairar a su único amigo, por lo que asintió.

 

Esa tarde después de hacer un muñeco de nieve, fueron a la casa de su amigo, donde la madre de este les saludo.

 

Pero en cuanto entro, el niño de cinco años supo que no era bienvenido en esa casa.

 

Depuse de indicarle de forma cortes que olía mal, lo mando a tomar un baño con su amigo.

 

Se tardaron mucho en el debido a que se pusieron a jugar y después se puso unas prendas que su amigo le prestaba.

 

Entraron a la habitación del niño con la banda en el brazo, ahí pudo ver mas cosas raras. Que miraba con fascinación y miedo.

 

--En verdad ¿no las conoces?

--Ya te dije que en mi casa no hay nada de esto

--Eres interesante, te explicare lo que son

 

Así pasaron dos horas en las que supo de los extraños aparatos que se utilizaban. Por fin fueron llamados a cenar y conoció al padre de su amigo.

 

Ambos padres lo detestaban y el se sentía triste, pero aun así mantuvo su sonrisa, no importaba que a los adultos no les agradara, estaba su amigo con el.

Fue a la habitación de su amigo, donde se sentó en la cama, para esperarlo.

 

Su amigo apareció con dos vasos de leche, que bebieron juntos, después se acostaron.

 

Su amigo le sonrío mientras le acariciaba la mejilla y le regalaba un beso en la frente.

 

Se acurruco a el, se sentía protegido a su lado, lo quería mucho.

 

El sol le dio en la cara, era un nuevo día y despertó descansado.

 

Noto como estaba sobre el pecho de su amigo, sus manos estaban entrelazadas, mientras que la otra de su amigo estaba en su cintura.

 

Sonrío  mientras se incorporaba para darle un beso en los labios.

 

Después de cambiarse y lavar los vasos que usaran la noche anterior, salia de la casa para ir al parque.

 

Pero estaba nervioso, su graciosa sensación le decía que las cosas cambiarían y tenia miedo a ese nuevo cambio.

 

Una hora después el padre de su amigo apareció, le pidió que lo acompañara a un lugar donde lo ayudaría.

 

A pesar de que ese hombre lo detestaba, quería ayudarle.

 

Miro la mano que le era ofrecida y su sensación graciosa, le decía que si la tomaba ya no vería más a su amigo.

 

No ver mas a su amigo le causo miedo y volteo a la izquierda, donde el estaba mirando.

 

Se alejo de la mano, la tomaría, pero antes haría una promesa con su amigo, de volverse a ver en el futuro.

 

--Ve con mi padre, te llevara a donde puedan buscar el tuyo—el asintió y abrió la boca para decir algo, mas no se lo permitió—Ve con el ¡lárgate de mi parque!—le grito mientras le lanzaba un puñetazo que lo tiro y en la mente del pequeño se formo una frase otra vez no— ¡no quiero se mas tu amigo!

 

El hombre que se había mantenido en silencio y alejado, tomo al pequeño del brazo para llevárselo.

 

Se dejo llevar mientras las lágrimas caían, volteo a ver por última vez  a su amigo regalándole una sonrisa… una sonrisa triste.

 

Subió al extraño carruaje que su amigo le dijo que se llamaba coche, escucho como esa cosa sonaba y le pareció escuchar a su amigo llamarlo, pero no miro atrás, tal vez seria su imaginación.

 

Las lágrimas silenciosas caían, estaba solo y perdido.

 

Mientras el coche lo llevaba a su nuevo destino.

 

El coche se detuvo y fue bajado en brazos del padre de su ex amigo, quien simplemente lo dejo en un lugar lleno de personas uniformadas.

 

Las lagrimas que ya caían aumentaron en caer, miraba para todos lados, estaba rodeado de personas uniformadas, algunas gritaban, además habían maquinas que hacían un ruido extraño.

 

Tenia miedo mucho miedo, estaba perdido, no tenia a nadie a su lado, miro un papel con números, por ahí no pasaban muchas personas, podría estar ahí y nadie se daría cuenta de eso, camino pero tropezó.

 

Se levanto de nuevo tres pasos más y volvió a tropezarse.

 

Después de tropezarse todo el camino, llego a donde estaba el papel y se sentó con las rodillas en el pecho llorando.

 

Mientras estaba ahí, comenzó a hacerse preguntas.

 

¿Por qué no tenia amigos? El era como su papa le decía, bueno, valiente además siempre les regalaba a todos una sonrisa, entonces ¿Por qué no podía tener amigos?

 

Tuvo dos, ya que su hermano no contaba, y ambos lo abandonaron.

 

¿Por qué lo abandonaron?

 

¿Que hizo mal para que lo abandonaran?

 

Acaso les fallo, si es así ¿en que les fallo?

 

Tal vez lo que los niños del parque le decían era cierto, que el era un tonto, un inútil, por eso nadie quería ser su amigo.

 

Bueno si nadie quería ser su amigo, el no quería mas amigos.

 

Pero tal vez la que mas le importaba era:

 

¿Por qué su papa se había olvidado de el?

 

Nadie se dio cuenta del pequeño niño que lloraba bajo el calendario.

 

Se percataron de su presencia cuando un despistado pregunto por la fecha y alguien se la dijo. Fue entonces que vieron al pequeño llorando.

 

Mientras los oficiales se acercaban a preguntarle quien era y quien lo había llevado.

 

Escuchaba las campanas de la iglesia replicar junto al gong del templo, mientras escucha los gritos de esas tres personas.

 

¡Tsuna! ¡Tsunayoshi!

¡Tsuna! ¡Hijo!

¡Tsunayoshi! ¡Tsuna!

Notas finales:

Y bien ¿Qué les pareció?

 

Espero que les haya gustado y me dejen comentarios, diciéndome que les parece y si tiene alguna idea o propuesta.

 

Hasta el próximo capitulo. ^///^


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