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Caminos Cruzados por gaby seigaku

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Notas del capitulo:

La idea surgio de una primera pareja que invente en mi mente a la cual le dedicaria su fic unico, pero luego me di cuenta de que ademas de esa historia que ya tenia bien pensada, tenia otra 4 mas dando vuelta por mi cabeza... y no sabia por cual empesar o cual empesar a desarrolar en primera instancia... luego decidi unificar las 5 historias en una sola... este fic atravesara el paso del tiempo a largo plazo... esto quiere decir que el paso de los años se haran muy presentes, mi idea es que todos los personajes esten relacionados entre si, promete ser un fic largo y que contar la historia de 10 personas no sera nada sencillo y llevara su tiempo, por el momento les dejo el primer capitulo... espero sea de su agrado, dejen comentarios, sujerencias, malos comentarios jaja, todo lo que quieran :) Gracias. Gabii ♥

-20 de Septiembre… ese día recibí una carta, la misma venia directo de Japón, hace pocos días había comenzado las clases en el internado aquí en Londres, ahora estoy aquí  21 de septiembre, estoy en un avión  rumbo a Okinawa, mi Padre ha muerto.

 

Creo que siempre me había sentido solo… es decir, mi madre murió cuando tenía apenas 6 años, al día siguiente de su muerte estaba en el mismo lugar que ahora, sentado en un avión directo a otro país, nadie me explico nada, nadie me consoló y nadie me dijo adiós, simplemente me dijeron que volaría al país natal de mi madre y que estudiaría en la misma escuela que estudiaron mis padres…solo eso, es algo gracioso creo, como una primera muerte me saco de Japón hace 11 años y hoy 11 años luego una segunda muerte me lleva directo hacia allí otra vez.

 

Realmente no conozco a mi padre, sinceramente no recuerdo su aspecto, ni su voz… nada en absoluto. De mi madre solo tengo una foto vieja, una foto que me guarde el mismo día que arribe a Londres, algunas profesoras, las de avanzada edad, aún la recuerdan, ellas me han contado algunas cosas de mi madre. Ella provenía de una familia muy adinerada, sus padres habían muerto cuando ella tenía 12 años, según dicen, su familia se apodero de la herencia y ella fue reclutada en ese Internado, en otras palabras solo se ocuparon de su educación, de su buen pasar en la escuela, dicen que ella tenía una templanza única, era un chiquilla muy tranquila y estudiosa, nunca se quejo de nada y siempre fue la mejor de su clase en los años que estuvo en aquel Internado, luego supe que repentinamente a los 16 fue trasladada a otro Internado… no creo que a ella le importara mucho el dinero de sus padres, de haber sido así yo hoy seria millonario, se por mí mismo, y no por lo que dicen, que era muy hermosa, realmente MUY hermosa, era bastante esbelta, la tez de su piel era de un blanco porcelana, su cabello era largo ondulado y de color miel, el color de sus ojos no se alcanzan a ver en la fotografía pero supongo que eran claros, algo así como verdes agua… mis ojos son de un verde amarronado… supongo por lógica que soy una mescla bastante proporcionada de mis padres, de todos modos se tan poco de mis padres, como se de mi mismo, solo sé que me llamo Eita Kimura, tengo 17 años y voy rumbo a Japón, ¿a qué? Bueno… voy a ver muerto al padre que nunca vi en vida.-

 

Bajó del avión, ingreso a la recepción, busco sus bolsos, miro hacia los lados y pensó, ¿a dónde carajo debía dirigirse ahora? Ni siquiera sabía con quien hablar, no sabía si algún familiar de su padre lo esperaba, no estaba exactamente seguro siquiera de estar en Japón… o si todo era un sueño producto de su inconsciente atormentado por haber vivido 11 años prácticamente como un huérfano, el cual ahora si era.

 

Lo buscaba muy atentamente, hasta tenía un cartel que tenía escrito el nombre Eita Kimura, observaba detenidamente a todos los jovencitos que habían descendido del avión, pero ninguno parecía reconocer el nombre, que probablemente les pertenecía en el cartel. Comenzó a ponerse nervioso ¿si el muchacho nunca tomo el avión?, ¿si nunca recibió la carta?, ¿habrá muerto por el trauma de saber que había quedado huérfano?... Cualquier situación era creíble en esos momentos, al menos hasta que el muchacho apareciera, de todos modos Kazumo solo sabia una  cosa, que tenía una misión y era la de encontrar al hijo de Eiji Kimura, porque él antes de morir le pidió que encontrara a Eita.

 

En el momento de la muerte de Eiji, este le pidió como último deseo a su único amigo de la vida Kazumo que encontrara a un tal Eita, ¿Quién mierda era Eita?, ¿Era un hermano al cual no conocía? ¿Un perro tal vez?, ¿Un amante?... la ultima era la menos creíble, pero no por eso improbable, no sabía nada del tal Eita, solo sabía que debía encontrarlo.

 

Luego de la muerte y por consiguiente de entierro, Kazumo se dirigió directo a la casa del recientemente fallecido, revolvió cada lugar, cada cajón, cada armario, cada libro, cada escondite pero… no había nada, absolutamente nada del tal Eita, ni una carta, ni una foto… nada, había revuelto tanto la casa que ya no sabía por dónde volver a empezar a revisar todo de nuevo, solo había una pregunta en su cabeza ¿Quién era Eita? Y ¿Qué era él de Eiji?, luego de revolver unos días  había logrado recabar algunos datos, no de Eita, pero sí de interés y que podrían llevarlo a Él, número de cuenta bancaria, quizás en alguna caja fuerte había algún dato de Él,  y el numero de su abogado. Había decidido dirigirse primero con el abogado, luego de llamarlo y averiguar dónde se encontraba el estudio marcho hacia allí, definitivamente con el abogado había acertado… este le conto todo sobre Eita, el hijo de Eiji, le conto sobre su administración financiera y como todos los meses le mandaba dinero para sus gastos allí en Londres, también que el muchacho ahora tendría unos 17 años y que este no conocía a su padre, Kazumo se encontraba mas que sorprendido, ¿ desde cuándo Eiji había decidido ocultarle la mitad de su vida a Él? ¿Cuándo mierda había tenido un hijo? ¿y por qué carajo estaba en Londres? Nada tenía sentido… pero al menos su búsqueda había terminado, el abogado le proporciono una dirección en Londres, si… la misma en donde Kazumo había recibido sus estudios junto con Eiji. Ese mismo día escribió una carta y en ella adjunto un boleto de avión, la carta no era extensa, pero decía lo justo y necesario

 

“Querido Eita Kimura, con mi más sentido pésame tengo que darte la noticia de que tu padre Eiji Kimura ha muerto, debes volar a Japón, sé que esto es repentino pero esta carta la estarás recibiendo exactamente el 20 de septiembre, el 22 del mismo mes estaré esperando en el primer vuelo que llegue de Londres a Okinawa”.

 

Lo sabia no era la gran carta pero en una carta de ese tipo no podía explayarse demasiado, además era una carta dirigida a alguien que no conocía, era para una persona de la cual no sabía absolutamente nada, además del hecho de que se encontraba bastante herido por que su gran amigo y también su gran amor de toda  la vida al cual nunca pudo confesarle sus sentimientos, y al cual tampoco tenía intención alguna de revelarle sus deseos había muerto, y además le había ocultado algo tan importante como un hijo todo ese tiempo.

 

El muchacho seguía parado junto a la cinta transportadora de equipaje, tenía dos bolsos en las manos, tenía la mirada fijada hacia el frente, -¿esto era un chiste?, estaba en un aeropuerto, solo en un país que no conocía, esperando que por obra y magia del destino un desconocido absoluto se acercase y empezara a hablarme en un idioma de cual entendía pobres frases, no entendía porque, pero ya estaba allí-, pensó, -en algún momento alguien comenzara a gritar mi nombre, o quizás alguien se acercara a mí y me mirara con una cara ridícula para luego preguntarme si soy el tal Eita, o simplemente se cansen de esperarme y se vallan, si sucede algo así al menos tengo dinero para regresar a Londres-, dejo los bolsos en el suelo, se sentó plácidamente, se cruzo de brazos y cerro lo ojos.

 

La multitud comenzaba a disiparse y ahora podían verse mejor los espacios, sus ojos recorrieron todo el lugar, cuando de repente tuvo una visión, era Eiji? ese muchacho que estaba sentado en el suelo, con los brazos cruzados y ojos cerrados, recordaba que su amigo tenia la misma costumbre conjunta de cruzar brazos y cerrar ojos cuando esperaba por alguien, era El, el hijo de Eiji, definitivamente lo era, se acerco lentamente, cuando ya estuvo a dos metros en frente de El dijo.

 

-   Tú debes ser Eita Kimura – el otro abrió los ojos y alzo la mirada, en frente de Él había un hombre, no tan viejo, de unos 30 años quizás, bastante alto, de cabello marrón no tan oscuro y un poco largo que bajaba por su cuello, de ojos pequeños y mirada penetrante, tenía un poco de barba creciendo en el rostro y unas ojeras horribles, se levanto y dijo

 

 

 

-   Oye… ¿no eres un poco joven para ser mi abuelo? – dijo Eita señalándolo con el dedo.

 

 

 

-   ¿Qué?!...- dijo algo exaltado Kazumo, mientras alzaba un poco lo hombros - ¿Quién rayos dijo que sería tu abuelo el que vendría a buscarte?!

 

 

 

-   ¿Entonces eres mi hermano? – Dijo el de menor estatura acercándose un poco más a él.

 

 

 

-   ¿Qué…? No! –

 

 

 

-           eres el fantasma de mi padre – dijo mirándolo fijamente y poniéndose la mano en la barbilla.

 

 

 

-   ¿Esto es un juego?! – dijo alzando la ceja el mayor

 

 

 

-   ¿Acaso parece que estoy jugando?

 

 

 

-   Si no estás jugando entonces deja de hacer… eso…

 

 

 

-   Entonces si no eres mi abuelo, ni tampoco mi hermano, ni un fantasma... ¿quién eres? – dijo el menor cruzándose de brazos.

 

 

 

-   ¿Cómo se supone que te lo diga si estás haciendo todas estas preguntas sin sentido?! – gritó Kazumo, el otro se le quedo mirando un poco perplejo - ¿Qué!, que es lo que te sucede? –

 

 

 

-   Lento… amm lento… – dijo Eita poniendo las manos al frente y balanceándolas, su mirada seguía siendo tranquila y algo despreocupada

 

 

 

-   ¿Cómo..? -

 

 

 

-   Mi japonés no es bueno, habla lento – Kazumo bajo la cabeza, suspiro y dijo

 

 

 

-   Me rindo… - alzo su mirada de nuevo, miro al chico y continuo – Mi nombre es Tanaka… Tanaka Kazumo – dijo para luego extender su mano como un saludo, este le respondió dicho gesto – yo era un muy buen amigo de tu padre – el otro se le quedo mirando un instante para luego decir

 

 

 

-   Yo soy Eita Kimura… y no sé qué hago aquí – dijo para luego girar un poco su cabeza hacia el costado, como si no le importara la situación.

 

 

 

-   Bueno Eita, este no es el mejor lugar para hablar, mejor vamos. – El muchacho giro su cabeza, lo miro un instante, alzo sus bolsos y espero que Kazumo avanzara para luego seguirlo.

 

Salieron del aeropuerto y se dirigieron al estacionamiento, Kazumo tenía planeado llevarlo en primera instancia con el abogado de su padre, este debía leerle el testamento del recién fallecido y además debía hablarle sobre la situación en la que se encontraba actualmente, las noticias no eran nada buenas o al menos Kazumo tenía el presentimiento de que al joven lo le agradarían las novedades, el tampoco estaba al tanto de todos los cambios que ocurrirían pero sabía que el también de algún modo quedaría implicado en esta situación.

 

Mientras tanto el ambiente en el vehículo no era nada agradable, un silencio infernal se apodero del lugar, el mayor sentía muchos deseos de preguntarle una par de cosas al joven, pero este no mostraba interés alguno, nisiquiera por el paisaje que yacía fuera del auto, simplemente iba mirando hacia el frente, como si nada ocurriera, como si no tuviera ningún sentimiento dentro del cuerpo, como si estuviera medio muerto, bueno por un lado le entendía, el chico había sufrido un cambio grande en su vida en cuestión de horas, además de que actualmente él era consiente de que no tenia familia que velara por él, nisiquiera a distancia.

 

Cuando por fin llegaron al estudio del abogado este los recibió sin muchas demoras, a Eita le parecía raro, todo era tan raro en Japón, la infraestructura de las casas, las calles, los autos, las vestimenta de las personas, y de esta observación no se salvo el estudio, era una habitación pequeña, con tan solo un escritorio en frente, un dispenser de agua en el costado izquierdo del lugar, una biblioteca pequeña instalada en una esquina y apenas dos sillas para los clientes, en Londres los estudios eran grandes empresas, con muchísimos empleados trabajando sin descanso, aquí la vida parecía ser un poco pero solo un poco más relajada, al menos así parecía serlo en esa región.

 

-          Tú debes ser Eita – dijo estirando la mano para saludarlo – Yo soy Lee Aiba, y era el abogado de tu padre… – en la cara del muchacho pudo verse un poco de incertidumbre – por favor tomen asiento – una vez ubicados el abogado se dispuso a hablar, este le hablo en ingles a Eita, para que no se perdiece mucho en las partes complicadas – Bueno Eita, primero que nada quisiera darte mi más sentido pésame, y siento mucho todo esto, sé que es muy repentino, se que tu tenias una vida muy cómoda allá en occidente, pero lamentablemente uno nunca sabe cuando la muerte vendrá por nosotros y para eso debemos estar preparados, tal como lo estuvo tu padre… - este escuchaba al hombre sin decir nada, sin siquiera hacer un gesto – EIJI siempre cuido de ti, por más que fuera a distancia, el siempre estuvo pendiente de tu vida y por razones que solo él conocía nunca tuvieron la oportunidad de verse, solo se vieron una vez cuando tú eras muy pequeño, y yo estuve presente ese día… - Eita abrió un poco lo ojos – Eita a mi me corresponde la tarea de contarte una historia – hizo una pausa – tu historia – el muchacho bajo un poco la cabeza, estiro la mano hasta su bolsillo trasero, del mismo saco una billetera, la abrió y de allí saco algo que parecía ser una fotografía y dijo.

 

 

 

-          ¿Sobre mi madre? – le mostro la foto al abogado – ¿me hablaras sobre mi madre? – Lee tomo la foto en sus manos y en su rostro se dibujo una sonrisa casi imperceptible al verla y le dijo al muchacho el cual lo miraba con unos ojos un tanto suplicantes –

 

 

 

-          Si Eita, hablare sobre tu madre también – este le devolvió la fotografía al joven y se dispuso a contar todo – Comenzaremos con la historia de tu madre, ella provenía de una familia inglesa la cual poseía muchos bienes y eran muy adinerados, tus abuelos eran dueños de campos de plantación vegetal, eran grandes productores en su región, si no me equivoco actualmente la familia por parte de tu madre sigue en el negocio, ella al parecer nunca hiso reclamo de su parte de la herencia luego de cumplir la mayoría de edad, ni se hiso cargo del negocio familiar, el cual le pertenecía en totalidad por ser hija única, el cual dentro de un par de años te pertenecerá a ti por derecho y puedes reclamar tus derechos siempre que quieras. Allí en Londres tus familiares no saben de tu paradero actual, tu madre se separo de ellos cuando apenas tenias 2 años de edad y vino aquí a Japón, vino buscando a tu Padre al cual encontró lamentablemente un mes antes de su deceso – Eita escuchaba atentamente la historia, todo parecía una historia de película, solo ocurrían tragedias tras tragedias – a ella le tomo unos 4 años encontrarlo, no podía hacer mucho ya que sufría una enfermedad terminal, su estado no le permitía moverse por muchos meses, esta enfermedad le trajo como consecuencia estar postrada en una silla de ruedas, cuando encontró a tu padre aquí en Okinawa ella tendría unos 22 años y tu padre era un año menor – a Eita todo le parecía ridículamente horrendo, aunque en su exterior no expresaba muchas emociones por dentro se le rompía el corazón a cada segundo solo de saber que su madre tuvo que pasar por todas esas situaciones dolorosas ella sola – cuando ella apareció tu padre no sabía que tu existías, el no sabía porque ella desapareció de su vida cuando apenas eran unos adolecentes, según conto tu padre ellos se conocieron en el internado, y ella fue el gran amor de toda su vida aun luego de haber desaparecido, ellos mantenían una relación oculta, pero eran muy unidos, luego un día tu madre desapareció de la vista de todos incluso de la de él, tu madre fue retirada del internado por sus tíos, porque estaba embarazada de ti, según nos conto, Lucia no quería que tu sufrieras lo mismo que tuvo que sufrir ella, no quería que vivieras entre en interés monetario de tus tíos, ella estaba casi segura que luego de su muerte, sus tíos se encargarían de hacerte desaparecer a ti, porque que a la larga como es sabido tú asumirías el poder en la empresa, es por eso que ella al enterarse de su condición se alejo lo antes posible de Londres junto contigo. – Lee hiso una pausa luego de contar todo aquello, Eita solo miraba un punto fijo en el escritorio, incrédulo… el siempre se sintió perdido por que no conocía su historia pero ahora no estaba seguro de si quería seguir oyendo todo hasta el final, levanto la mirada y dijo –

 

 

 

-          Necesito un poco de aire – el abogado asintió, el muchacho se levanto y salió de la habitación.

 

 

 

-          Nisiquiera yo conocía esta historia – dijo Kazumo al cual le faltaba un poco el aire.

 

 

 

-          No tuvimos mucho tiempo de hablar la otra vez, y solo pude contarle lo mas importante, el hecho de que Eita no podrá regresar a Londres por ahora… no sin su padre cuidándolo, el no puede ser encontrado por su otra familia, no aun – dijo el abogado.

 

Mientras tanto afuera en la calle se encontraba Eita sentado en la vereda, se lo veía un poco aturdido, tenia sus piernas cerca de su abdomen y las sujetaba con sus brazos, todo lo que el siempre había deseado era poder saber un poco más sobre su madre, todo lo que había averiguado hasta el momento solo eran bonitas historias, de lo gran persona y estudiante que era ante los ojos de sus maestros, sabía que era muy hermosa, pero nunca se habría imaginado que todas esas cosas ocurrieron cuando el apenas era un pequeño, la historia le había caído como un balde de agua muy helada, el amaba tanto a su madre, desde siempre recordó amarla tanto que había noches en las que las lagrimas y el llanto se adueñaban de él sin sentido alguno con solo mirar su foto, no sabía por qué en su corazón existía un dolor insoportable, nunca le intereso una mierda sobre su padre él estaba vivo y coleando, el tenia una vida aparte aquí en Japón, ahora le odiaba más que nunca, porque se dio cuenta de que su madre había hecho hasta lo imposible por protegerlo, y lo llevo ante su padre para que este lo cuidara de su nefasta familia, pero él hizo todo lo contrario solo se deciso de él como si de un muñeco se tratase, nisiquiera pensó en el deseo de su madre… lo mando de nuevo a Londres, en donde se encontraban todos los lobos hambrientos listos para desacerse de él, como era posible que ese abogaducho dijera que Lucia había sido el gran amor de Eiji hasta ahora, no era cierto, nada de eso era verdad, el solo quería desacerse de Eita a toda costa sin ningún escrúpulo ni remordimiento, o al menos esos eran los pensamientos que invadían al muchacho en esos momentos, se levanto del suelo entro furiosamente al estudio otra vez, se paro en frente del abogado y dijo.

 

-          Quiero volver a Londres ahora mismo! – Kazumo y Lee se sorprendieron por la reacción de Eita, se veía furioso, en sus ojos había un par de lagrimas por salir, su cara estaba totalmente roja y su respiración estaba descontrolada.

 

-          Eita aun debo contarte muchas otras cosas más sobre tu padre – dijo el abogado intentando calmarlo-

 

-          No quiero oir ni mierda de ese sujeto… no quiero saber nada de el!... solo quiero que me des unos pasajes ahora mismo e irme!

 

-          No puedes irte – dijo Lee muy firmemente

 

-          Porque no puedo irme!?

 

-          Porque ahora deberás vivir aquí… hasta que cumplas las mayoría de edad, tu padre ha designado a tu tutor – Kazumo veía venir algo que venía especulando hace un buen rato, Eiji no era tonto, el confiaba en su amigo hasta la muerte a pesar de no contarle todo lo de su pasado, sabía que desde el momento en el que le dijo busca a Eita, su vida cambiaria por completo.

 

-          Un tutor?... no puede ser – bajo su cabeza un poco, estaba atrapado en ese país del cual no quería saber nada, estaría encarcelado allí un año hasta cumplir la mayoría de edad, nada de esto podía ser cierto, Eita se dio vuelta y miro a Kazumo con unos ojos que irradiaban odio puro y dijo – tu sabias todo esto!... tú eras su maldito amigo! Dime porque mierda me pasa esto! – Kazumo no dijo una sola palabra solo pensaba que estaba metido en un lio de esos, todo gracias a Eiji

 

-          Cálmate Eita! – dijo implacable el hombre detrás del escritorio – Por lo visto no estás con ánimos de continuar con esta conversación, solo te diré una cosa más por hoy y a usted también señor Tanaka… desde hoy en mas y hasta que Eita Kimura cumpla la mayoría de edad usted estará a cargo del menor, disponiendo a sí mismo de la herencia de Eiji Kimura, tal y como está dispuesto en el testamento, el señor Tanaka es el nuevo tutor de Eita Kimura, y es mi obligación hacer cumplir la ley hasta el final-

 

-No podía ser verdad no podía quedarme más tiempo aquí, debía volver a Londres y vengarme de la familia de mi madre, debía hacerlos pagar por el dolor que la hicieron sufrir, esto era una pesadilla, esto era el infierno mismo, estaba aquí atrapado con gente desconocida disponiendo sobre mi vida, esto no se quedara así, sea como sea volveré a Londres así sea escapándome del país.

Notas finales:

Espero les haya parecido una propuesta interesante jaja... enserio los espero mucho, se que al principio la historia avansara un poco lenta, pero tenganlen paciencia lo bueno vendra :) lo prometo si estas interesado en leer una historia muy completa debes seguir este fic de cerquita :) Gracias! :D


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