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Sucesos Extraños Para un Ninja. por zSqut

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Notas del fanfic:

Tras años de pausa en este maravilloso FanFic que comencé con 12 años, he decidido retomarlo tras leer mis historias y sentir una profunda nostalgia e interés por saber qué ocurre a continuación. Espero que os guste tanto la historia como hace tantos años jaja.

Notas del capitulo:

Esta es la reescripción del primer capítulo. Disfrútenlo ♥

En primer lugar, nos situaremos en el tiempo. Era un jueves por la tarde en la Segunda División ninja en la que se encontraba el reconocimiento médico encargado de atender a los heridos en combate. En ella se encontraban muchos ninjas conocidos. Kiba y Neji, entre otros, se encargaban de la vigilancia en el límite de la base ante la habitual entrada del enemigo.

- Tsk, ¡Pero qué aburrimiento! - Exclamó Kiba tras un amplio bostezo.
- Kiba, no creo que delatar nuestra posición de una manera tan absurda sea lo mejor ahora mismo. - Dijo un Neji agotado.
- ¿Absurda dices? Yo pensaba que estaríamos en la acción no aquí, sin hacer nada. – A pesar de que se tomaba en serio este conflicto, horas muertas le mataban.

Justo en ese momento, como caídos del cielo, llegaron los ninjas que les relevarían en la guardia, hecho que aprovechó nuestra parejita para ir a descansar un poco. Estos se levantaron y se dirigieron a su cabaña compartida. La norma general era que todos los ninjas se desplazasen en parejas para prevenir bajas. Ya en la cabaña, se despojaron de sus pertenencias y se pusieron un atuendo más cómodo y mientras Neji acudía al comedor en busca de algo de comida; Kiba optó por quedarse en la tienda. Se acostó en la cama que se encontraba libre, ya que la otra estaba llena de mochilas y pergaminos a medio envolver. Poco a poco se fue quedando dormido presa del cansancio del día.

Neji se encontró con numerosas personas en su travesía hasta el comedor, pero a pesar de ello, siguió su camino. Este hecho no le extrañaba al resto de ninjas pues el ojos blancos no era conocido por ser un gran hablador.

Al cabo de un rato, Neji llegó a la cabaña con algunas bolas de arroz y un par de tés dentro de una bolsa pues a pesar de ser una persona seria, se había preocupado por su compañero. Al entrar en su cabaña se encontró a su compañero durmiendo.

- Ah sí, con lo aburrido que estabas… - Dijo irónicamente mientras colocaba la comida en el escritorio. Al cabo de un momento se dio cuenta de dónde estaba durmiendo realmente Kiba. La única cama libre que en realidad era la suya. – Eh, oye, ¿dónde piensas que voy a dormir yo? – Dijo al acercarse a la cara del pelicastaño y mirarlo juzgante. A pesar de esto, el compañero siguió durmiendo plácidamente. Neji empezaba a encontrarse molesto por lo que le tapó la nariz y la boca intentando que así se despertase. Kiba se despertó al instante y como si de un enemigo se tratase se impulsó ante su agresor haciendo que los dos cayesen al suelo.

- Pero, ¿eras tú? ¿Qué se suponía que pretendías, chiflado? – Preguntó un Kiba confuso posicionado encima de un Neji juzgante.

- ¿Cómo que qué pretendía? ¿No ves que estas ocupando la única cama que tenemos? Que es la mía, he de apuntar. – Replicó mientras apartaba a su compañero e intentaba ponerse en pie.

- Sabes que no fue culpa mía.

- ¿Qué se rompiera tu cama? Claro que sí, ¿a quién se le ocurre ponerse a jugar con un perro enorme sobre ella?

- Estas camas no resisten nada… Seguro que no aguantarían un buen meneo, ya sabes a qué me refiero. – Dijo Kiba mientras se acercaba a Neji y ponía una cara sensual.

- Bueno, eso nunca lo sabremos. – Dijo Neji quitándole importancia al comentario.

- Eso ya veremos. – Replicó Kiba quien se dirigía a la puerta. – Voy a ver si pruebo la resistencia de alguna cama por ahí – Dijo una cara un tanto pervertida antes de salir por la puerta.

- Tsk, ¿dónde se piensa que estamos? Es una guerra. – Se molestó. – Bueno, que haga lo que quiera. Él sabrá. – Continuó sabiendo que en el fondo le molestaba esa actitud de chulería y ligoteo. Desde la infancia tuvo contacto con Kiba y los demás de la pandilla y aunque no tuviesen una relación especial, era de las pocas personas que consideraba más cercanas.

Kiba, por su lado, se juntó alrededor de una hoguera con otros ninjas entre los que se encontraba Shikamaru, Shino y Rock Lee. Estuvieron hablando de temas importantes relacionados con la situación dentro de la división, pero poco a poco la conversación se tornó a algo más coloquial e íntimo.

- Pues yo creo que me he tirado a un rededor de 20 mujeres en lo que llevamos de guerra. – Alegó un ninja del grupo.

- Anda, ¡no seas fantasma! Eres demasiado horrible para eso jajaja – Se burló otro.

- Pues yo he conseguido usar la puerta trasera con 3, ya sabes a qué me refiero – Se enorgulleció otro.

- Y, ¿qué diferencia tiene eso de tirarse a un tío? – Cuestionó otro miembro del grupo. Kiba, quien había participado en la conversación activamente y esperaba la llegada de alguna presa a la que llevarse a la cama; se mantuvo callado. – Shikamaru, di lo que me contaste el otro día, anda.

- Qué problemático. – Se quejó el pelinegro. – No comprendo por qué buscar la diferencia entre unos y otros. Al final todo somos personas de carne y hueso con sangre en nuestro interior. En vez de preocuparos por dónde metéis la polla deberías ocuparos de que esa sangre no sea derramada. – Expuso un ya molesto Shikamaru mientras apagaba el cigarrillo que andaba consumiendo y se ponía en pie. – Ya me he aburrido lo suficiente. – Dijo antes de marcharse.

- Oye, ¿qué mosca le habrá picado? – Preguntó Rock Lee confuso ante la situación recién vivida.

- Pues yo nunca me lo había planteado. – Alegó Kiba mientras alzaba la cabeza pensante.

- Ahora, ¿te vas a cambiar de acera, hombre-perro? – Soltó con tono burlón uno de los ninjas que habían comenzado con el tema.

- Tal vez sí, pero tranquilo, aún bujarra no iría tras tu culo peludo ni embrujado.

            La conversación continuó unas horas más entre risas mientras consumían unas cuantas cervezas a escondidas, pues se suponía que debían tener pleno control de su cuerpo. Cuando Kiba se situó en el espacio fue consciente de que ya era muy tarde, casi las 3 de la mañana, por lo que se despidió de sus compañeros y se dirigió a su caseta. Después de confundirse hasta en dos ocasiones, finalmente encontró su caseta donde se encontraba su compañero dormido, acurrucado con una manta.

- En realidad, ¿podría gustarme un hombre? – Se cuestionó en voz alta. – No me desagrada la idea, ¿no? – Continuaba mientras se quitaba la ropa a la vez que observaba a su compañero. Pronto, una serie de pensamientos cada vez más perversos se apoderaron de su mente. Tal vez fue producto del alcohol consumido pero un Kiba en calzoncillos se acercó a su compañero dormido y tras subirse encima suyo le dio un beso. Neji se despertó y sin comprender esa situación empujó a su compañero. Este le agarró las manos y le dio otro beso. Neji se encontraba desorientado y no supo hacer más que resistirse.

- ¡¿Pero qué cojones estás haciendo?! – Exclamó en un momento que consiguió girar la cara.

- Quería probar una cosa. – Dijo Kiba buscando la mirada de su compañero. - ¿Te ha gustado?

- Debes estar loco. – Dijo volviéndose para vera su compañero. – O más bien… Borracho. – Alegó juzgante.

- Yo n-... – Neji optó por dejarlo K.O. antes de que pudiese terminar su frase. Se sentía terriblemente confuso. Nunca le había pasado algo así.

- ¿Será por mi pelo? – Se cuestionó. – Estaría tan borracho que me confundió comuna mujer, seguro. – Dijo en voz alta mientras miraba a su ya dormido compañero. – Bueno, ignoraré esto. No me afectará, soy un profesional. – Concluyó antes de darse la vuelta y tratar de dormir. No obstante, aquello había sido tan extraño que no podía parar de darle vueltas. Neji no había tenido mucho éxito con sus pocas parejas y el contacto físico aún le resultaba un mundo extraño. ¿Qué mosca le había picado?

            Al cabo de unas cuantas horas, Kiba se despertó con un fuerte dolor de cabeza por lo que fue en busca de una pastilla a su botiquín y al girarse fue consciente de lo que había hecho. Se quedó expectante unos instantes. ¿Forzó a su amigo de la infancia a que le diese un beso? Sí que le había dado fuerte experimentar. No obstante, cuando miró a Neji se dio cuenta de que estaba temblando de frío. La verdad es que a medida que pasaban las horas, la temperatura iba bajando. Kiba no notaba mucho este cambio, pero su compañero estaba al borde de la hipotermia. Kiba optó por encargarse él y se posiciono detrás de Neji y lo abrazó desde detrás. Ante este acto extraño Neji volvió en si y al ver de qué se trataba reaccionó dándole un codazo a su compañero en el costado.

- ¡¿P- Pero que coñ- haces?!- Dijo Kiba mientras se frotaba el pecho.

-¡Eso debería decírtelo yo a ti! ¿A caso sigues ebrio? Te recuerdo que yo no soy una de tus putitas.

- ¿Qué? Yo solo te intentaba ayudar. Estás muerto de frío. – Neji simplemente no dijo nada. Sabía que Kiba tenía razón, pero no estaba por la labor de dársela. No estaba tampoco cómodo con la situación. Tras el forcejeo de antes y que le tenía muy pegado a él, se sentía terriblemente incómodo. Neji se limitó a volver a acostarse y a taparse con aquella mana que apenas le servia de abrigo. - Bueno… Me da igual lo que digas. Yo seré esta noche tu manita- Dijo Kiba con un tono algo chistoso apretando un poco más a su amigo.

- Como sigas en ese plan me iré fuera así me muera congelado. – Dijo un Neji ya un tanto molesto a la par que sonrojado.

- Vale vale, prometo no molestar más hasta mañana. – Replicó Kiba mientras observaba como las orejas de su compañero empezaban a tornarse a rosa. - //Vaya, se está sonrojando// - Pensó. - //Esta situación es peligrosa… Me gusta//.

 

Notas finales:

Espero que les haya encantado. Nos vemos en un par de dias con la continuación~.


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