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Acordes de libertad por andherezu_rosui

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Notas del fanfic:

Hola Gente como saben tengo en proceso un fanfic que lleva por nombre Acorde Gemelo, debido a que me es imposible anidar de manera natural la historia sin que se haga pesada he decidido explicar algunas cosas en un fic alternativo que hablara sobre el pasado que vincula a Fugaku, Mikoto, Minato y Kushina.

Notas del capitulo:

El primer capítulo de este fic lo publique como un anexo en el original pero alguien me dijo que mejor lo publicara como una historia independiente de Acorde Gemelo, pues para eso servían las Series y pues ahí tienen. Aclarando que ya no publicare mas anexos en la historia original.

Capitulo 1: Solo

 

 

-¡ya basta! -gritaba eufórico un hombre de cabellos oscuros y ojos negros tan vacios como la oscuridad de la más terrible noche.

 

Sus ojos no reflejaban luz, no decían nada, ni sentían nada. La mirada del patriarca de la familia Uchiha, Uchiha Madara era de temer cuando no se hacia lo que demandaba, aun con el paso del tiempo su condición como jefe se mantenía.

 

Para Fugaku la mirada que le dedicaba su padre cada vez que tenia la desdicha de toparse con él era despreciable. Odiaba que nunca en todo el tiempo que llevaba de vida su padre le hubiera dedicado alguna palabra de aliento o cariño. Cuando era un niño se esforzó por complacerle, hizo cuanto pudo para ganarse un poco de reconocimiento de su padre pero sus esfuerzos cayeron en un saco roto.

 

La decepción y el odio que se acumulo en él; solo pudo salir cuando descubrió... la música, su mundo gris había cobrado color y le había devuelto el sentido a su existencia.

 

Había comprado una guitarra de segunda mano color ébano y con mucho entusiasmo había aprendido a tocarla; era feliz aun si no tenía el merito de su padre. Pero ahora ese único atisbo de felicidad se veía amenazado pues su padre había descubierto que tenía una debilidad...

 

-No importa lo que digas no me desharé de mi guitarra-dijo con decisión el menor mientras regresaba la guitarra adornada con el emblema de su familia en el centro, a un estuche rígido de color negro.

 

-Fugaku, es lo último que te diré. Ese ruido que llamas música no es de utilidad; para el heredero del imperio Uchiha ¡no seas estúpido!- dijo el mayor ácidamente observando todos los movimientos de su hijo mientras se desplazaba por la habitación que estaba en completo desorden.

 

Este último se dio la vuelta y cargando con una pequeña mochila donde había un par de jeans y una chaqueta en las mano se dirigió a la puerta de la habitación que prácticamente estaba bloqueada por su padre, por un momento titubeo si salía de ese lugar ahora sería imposible regresar.

 

Desde el momento que cruzara la puerta estaría solo....

 

Al notar la breve indecisión en sus ojos Madara decidió lanzar un ultimátum a su hijo; la música le hacía débil.

 

-Fugaku,..-le llamo el mayor-si te vas asumiré que mi heredero ha muerto. –sentencio el mayor.

 

Las palabras duras y frías de su padre le golpearon en la cara, había utilizado la palabra "heredero" en lugar de llamarlo “hijo”; sintió frio y un gran vacío acumularse de golpe en su corazón.

 

Para su padre el lazo roto que compartían no significaba nada…

 

Levanto la mirada hacia su padre desafiándolo por última vez, esperando ver algo en sus profundos ojos negros; como incertidumbre o tristeza, tal vez tan grande como la que él sentía; pero lo único que encontró fue indiferencia, tan hiriente como la mirada desdeñosa que su padre siempre le dedicaba.

 

Se iría, no podía quedarse ahí; no quería perder lo único que tenía sentido para él. Su padre podía meterse por donde quisiera sus palabras. Si iba a ser desheredado no importaba, lo único que siempre necesito solo en la música lo encontró.

 

Pero un último sentimiento insano de esperanza lo hizo probar una vez más.

 

-Padre....-lo llamo temeroso de mirar su rostro a lo que el mayor solo respondió con un mas veneno

 

-No creas que sacaras nada de mí llamándome así, después de que abandones esta casa estarás muerto para mí.-dijo aseverando su rostro más.

 

- ¿Escuchaste bien?- dijo serio al descubrir que era un ingenuo y dolido dijo- esta es la última vez que te llamare así....-hablaba mientras se dirigía a la puerta, al pasar al lado de su padre este le detuvo con la mano sujetándolo por el brazo.

 

-¿Estás seguro?-dijo sin siquiera mirarlo; a lo que el menor apartándose de su agarre contesto:

 

-No espero que llores por el hijo que perdiste, pero yo lo hare por el padre que nunca tuve- dijo casi tan triste que dolía siguió su camino sin molestarse en mirar hacia atrás. Su padre era un monstruo y eso nunca cambiaria.

 

Al llegar a la puerta el grito enfadado de su padre le detuvo brevemente de nuevo.

 

-¡Fugaku! ¡Te ordeno que regreses!- grito haciendo eco en las paredes de la mansión. Desde lo alto del segundo piso su padre parecía insignificante casi… humano. El aludido ni siquiera se molesto en mirar a su padre. Y salió de la casa sin rumbo, sin hogar y sobre todo solo...

 

Divagando sobre lo que haría llego a un parque, que colindaba con una universidad de mujeres. Se quedo mirando el nombre de la escuela largo rato perdido realmente en sus pensamientos, tenía hambre el sonido extraño de su estomago lo proclamaba. No tenía dinero y el olor que sentía de los takoyaki que vendían en un puesto cercano a él; le había recordado que necesitaba comer, reviso su cartera encontrándose con solo unas cuantas monedas y un miserable billete de 100 yen no podría comprar nada con eso, ni siquiera conseguir un lugar para dormir, su estomago protesto una vez mas y no pudo evitar soltar un suspiro de resignación.

 

Estaba seguro que el hambre seria solo el principio de sus problemas.

 

Tan inmerso estaba en sus pensamientos que no se percato cuando las mujeres que salían de la universidad y se dirigían a sus dormitorios le miraban sonrojadas y curiosas, de saber a quien había ido a ver; de quien seria novio, etc.

 

Una joven de cabello negro azulado y mirada esmeralda no era la excepción, le miraba curiosa, y al notar o más bien suponer la situación en la que se encontraba no pudo evitar sentir pena, se dirigió al puesto de comida y compro dos raciones una para ella y otra para el joven moreno que le intrigaba.

 

Mientras se acercaba a el chico se preguntaba cómo darle la comida, parecía solitario y triste pero tenía cierta aura de dignidad que cautivaba a quien mirara demasiado tiempo; pudo notar que era muy guapo, tenía los ojos de un increíble color negro tan sólidos que era imposible no ver en ellos todo lo que soportaba en ese momento, Fugaku ni siquiera noto que se había sentado junto a él.

 

Por un segundo el hecho de que no la notara le había molestado pero pensó que no tenía razones para enojarse era obvio que ese chico estaba lo suficiente preocupado como para prestarle atención, pero tal vez no ignoraría una buena ración de takoyakis, por lo que extendió el plato hacia el obteniendo una mirada crispada por ello.

 

-"lo sabia... Es orgulloso"-pensó satisfecha la ojo claro; al parecer el joven aun tenía una pisca de orgullo a pesar de su aparente situación.

 

-¿Te importaría ayudarme a comer esto?- dijo ella con una despreocupada sonrisa-una amiga me ha pedido que las compre pero me mando un mensaje donde dice que le salió un asunto que atender-mintió

 

-...........-Fugaku  permaneció callado unos segundos mirándola fijamente, tenía los ojos verdes y su cabello era oscuro podía decir que era muy parecido a él, era extraño parecía una familiar y no una extraña vio como ella hacia una mueca de decepción al notar que no tomaba el plato que le ofrecía aun si había mentido tenía hambre y una oportunidad como aquella no podía dejarla ir.

 

Por lo que alargo su mano para tomar el plato y comenzar a comer, ella se sorprendió por un momento cuando le vio comer pero enseguida volvió a sonreír, y ella misma comenzó a comer contenta.

 

-¿están ricas verdad?-dijo ella

 

-si...-fue su breve respuesta

 

-soy Mikoto Haruno-se presento –y ¿tu? -El la miro un momento antes de contestar.

 

-¿porque quieres saberlo?-le interrogo consiguiendo otra mueca de sorpresa de la chica, era raro que se le acercara primero debía saber sus razones para hablarle

 

-yo solamente tengo curiosidad, sabes no deberías ser tan desconfiado-recrimino ella con un puchero

 

-pues para alguien que se acerca con mentiras ese argumento es un poco...-empezó el lanzándole una mirada despectiva

 

-¡¿te diste cuenta?! -se rio brevemente- pero no fue con mala intención te vez como una persona cerrada y si te las diera sin razón seguramente te hubieses ido enfadado ¿verdad?

 

Mientras ella se explicaba, el moreno no pudo evitar darle la razón; aunque ahora que había dejado de ser un Uchiha no tenía motivos para recriminarle nada.

 

- ¿y bien? me dirás tu nombre- insistió al ver que no decía nada

 

-.... Uc...Fugaku...me llamo Fugaku- dijo concentrando su atención en la comida

 

-Fugaku-kun y ¿dónde vives? -comenzó su interrogatorio una vez más la morena- yo vivo cerca de aquí dijo señalando la dirección en la que vivía- Mikoto sonreía y movía las manos mientras hablaba. Aunque él no parecía escucharla no le importo, le conto sobre su trabajo de medio tiempo, de que era huérfana y que vivía sola, también le hablo acerca de su sueño de convertirse en una corresponsal y sin notarlo la noche iba cayendo y junto con ella la lluvia se avecinaba sobre ellos.

 

No fue sino hasta que una gota cayó sobre su mejilla que ella se dio cuenta de que iba a llover.

 

-Será mejor que vaya a casa antes de que llueva mas fuerte- dijo mientras tendía su mano hacia la lluvia-Tu también deberías regresar- le dijo después sin embargo la reacción del joven le decía que eso no era posible.

 

-no es necesario que te preocupes estaré bien....- dijo el moreno sin levantarse de donde se encontraba. Mikoto lo miro un rato y saco su paraguas mientras se despedía del chico, el solo le despidió con una mano sin verla alejarse y minutos después la lluvia cobro fuerza cayendo sin piedad y mojándolo en segundos.

 

Ella se quedo unos momentos parada donde estaba observándolo; era extraño no podía alejarse, aquel chico y ella no eran amigos ni nada pero le recordaba a si misma cuando supo que estaría sola. Bajo la lluvia Fugaku se preguntaba ¿qué haría? Las gotas caían gélidas sobre su rostro; después de todo el invierno se estaba acercando era normal que una lluvia de esas fuese gélida. Se intento abrigar con sus propias manos movimiento que detuvo al notar que las gotas no le mojaban más. Alzo su vista y vio las pálidas manos de Mikoto mientras sostenía su paraguas y como hipnotizado le vio mover sus labios pronunciando las siguientes palabras.

 

-vamos a mi casa....

 

 

Continuara…. 

Notas finales:

Bueno ahí lo tienen el primer capítulo de esta secuela que tal vez muchos de ustedes ya hayan leído, y por volverlo a leer GRACIAS!! Espero y dejen un RR aunque no ù.u se que no puedo obligarles jejeje

Bye y nos seguimos leyendo...


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