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Recuerdalo por darkmiss

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Notas del fanfic:

Epilogo del Fic "Sueños rotos" 

Notas del capitulo:

A petición de La joven poeta, gomen por la tardanza pero no tenia la inspirancion para hacerlo hasta ahora 

Pov. Camus

Aun me duele, me duele mucho mi corazón y no entiendo porque, cada vez que cierro los ojos me llegan sus ojos, la última mirada que me dedico, y aun así me duele mucho, lo extraño mucho, el santuario no es lo mismo después de que te fuiste, los chicos ya no rien como antes, ya no hay la misma felicidad, cuando tu estuviste, es como su la alegría del lugar se ubiera extinguido por tu muerte.

Y a pesar de que pasaron los días de tu funeral, todos parecen en luto como el primer día de esto, ahora comprendo cuando me dijiste que no tenias el valor de confesarte, ahora se lo que sentiste cuando no podías confesarte, y apenas de que todavía salgo con él, ya no siento lo mismo, me siento como alguien que esta vendiendo su cuerpo solo por un poco de calor, ahora comprendo el dicho “Nadie sabe lo que tiene cuando lo ve perdido”

Fin Pov. Camus

Había pasado ya tres meses cuando Milo de escorpión había muerto, y aun así las cosas no volvían a la normalidad, todos los habitantes del santuario, todavía no superaban la perdida, sus camaradas, trataban de siempre tener una sonrisa en sus labios como lo había deseado Milo, pero le era imposible eso y más para Camus de Acuario.

Su relación con Saga después de ese incidente no fue la misma y el gemiciano mayor lo sabía a la perfección, luego de unos días dieron por terminado su relación para volver a ser solo amigos y compañeros de armas,  Camus ahora es encontraba solo, su mente lo atormentaba con la despedida de Milo.

Ese mismo día Kanon les había explicado porque Milo tenía ese anillo, al parecer escorpión había invadido territorio de Poseidón sin darse cuenta, y como castigo se daría la muerte a cualquier invasor, si no fuese porque Kanon intervino a su favor, entonces quedaron con un trato de matrimonio, pero no tenían en mente con que Poseidón le colocaría un anillo del mar, y así tuvieron que estar fingiendo, las exclamaciones no se esperaron, muchos se enfurecían por aquel que hizo que Milo de escorpión perdiera los estribos, ya que rara vez lo había visto así, en cambio Camus, Saga y Aioria eran los únicos que sabia la causa, y solo pudieron retirarse de ahí.

Camus se encontraba acostado en su cama solo, no permitía la entraba de nadie ni de su discípulo que le preocupaba el bienestar de su maestro, sus camaradas le decían que se tranquilizara que lo dejara solo, tenia sentimientos que nunca antes había experimentado y no las podía asimilar y era cierto, para Camus llorar de tristeza, gritas de desesperación, las tristeza por la muerte de su mejor amigo y amor no correspondido eran cosas que a ningún caballero de los hielos eternos se le enseña, había dejado de llorar  había meses, ninguna lagrima le quedaba o eso era lo que pensaba, siempre que recordaba las travesuras anécdotas que pasaban juntos, y ahora que se percataba el también se encantaba su sola presencia, la piel bronceaba que poseía y lo tersa y suave que era, lo hipnótico de sus ojos, los exquisitos movimientos de su cabellos al momento de caminar, eras cosas que nunca antes se había percatado, pero no solo eso, también las cosas que tenía que hacer para sacarle aunque sea una sonrisa, lo brillante que sus ojos cuando se ilusionaba por algo, y que de tras de esa sonrisa tenia los más puros sentimientos que cualquiera de sus compañeros no tenían, acomodándose en su cama, le rogaba a los dioses del sueño a que les brindara un poco de ese consuelo del sueño, pasaron los minutos hasta que poco a poco sus ojos empezaron a caer sobre el efecto soñoliento hasta que cae a los brazos de Morfeo

En una pradera, verde, llena de flores era lo que podía admirar, a un lado estaba su armadura en compañía de la armadura de escorpión ambas estaban entrelazadas por el agujón del escorpión,  tenía una túnica color crema y una corona de flores del lugar, no entendía como había llegado a ese lugar, pero le agravaba la tranquilidad que le brindaba a su corazón, los movimientos de aire le revolvían algunas mechas de su cabellos, pero aun así se sentía tranquilo por la vista que tenia, hasta que alguien lo toma por los hombros, asustándolo por un momentos pero al ver como las largas hebras de su opresor se colaban sobre su pecho, su corazón acelero y volteo para ver el dueño de esos índigos mechones, con una sonrisa en sus labios lo recibió y sin pensar un segundo capturo esos sensuales labios moviéndolos en un beso desesperado y ansioso, mientras este le correspondía el beso al galo hasta que el aire se les acabo y separándose mirándose a los ojos iluminados.

-Camus-

-Milo, eres tú –

-ese mismo- con una sonrisa en sus labios para besarle la frente

-Milo eres tu- abrazándolo posesivamente sin deseo a separase, el griego al ver la felicidad del galo le acaricio cariñosamente lo cabeza aspirando la fregancia de su Camus

-te extraño, Milo, te extraño, no sabes lo infeliz que estoy, te necesito, te necesito-

Milo lo miraba cariñosamente sin imaginarse al vería al gran Camus de acuario así, parecía un niño, con miedo a sepárese de su madre, pero no tenia toda la noche-

-aunque no lo quieras saber, si se todo lo que has sufrido, he visto a todos ustedes chicos como todos me extrañan,  y mas  tú Camus-

-a que te refieres Milo-

-se de cada lagrima derramada, cada grito ahogado, cada gesto que mostrabas, e visto tu corazón de cómo llora, y es por eso que estoy aquí, ya no quiero que me llores, quiero que tu seas feliz, yo aunque no haya sigo tu felicidad en un momento me guardas los momentos mas felices en tu corazón, no quiero ver como llorar por mi de tristeza, quiero que eras lagrimas sena de felicidad, por todas las aventuras que tuvimos en nuestra infancia-

-pero…-

-déjame terminar por favor, tu todavía tiene una larga vida que vivir, yo ya no, y me hubiera gustado tenerla per no se me fue posible y es por eso que te lo pido a ti, que seas tú mi felicidad, esta es tu tarea Camus, recuerda siempre si tu eres feliz y también seré feliz, y siempre te amare tengo en mente Camus-

Mirándose a los ojos ambos trataban de guardarse ese momento, hasta que este capturo sus labios en su ultimo beso

-te estaré esperando Camus y recuerda te amo-

-yo también te amaré, Milo- dijo Camus con toda la seguridad del mundo hasta de que este despertara del sueño, era un nuevo día , se sentía diferente, como si le hubieran quitado un peso en su alma y se sentía muy bien consigo mismo.

En el comedor principal todos los caballeros dorados, estaban en espera de Camus mientras Athena tranquila sin decir nada estaba en espera de su caballeros, las grandes puerta se abran dejando ver al acuariano, con una sonrisa en sus labios, algo que extraño en sus compañeros mientras Athena solo lo miraba con una sutil sonrisa, y así empezaron a desayunas, Camus con una sonrisa en sus labios hablaba animosamente con Shura y Aioria como su fueran amigos de años en cambio ambos caballeros se alegraron por el cambio del caballeros de los hielos recibiéndolo con los brazos abiertos, y  cada vez que desviaba su vista al lugar donde correspondía a escorpión una sonrisa de alegría le invadía, por la promesa que se hicieron de que algún día se verían de nuevo. 

Notas finales:

espero que les haya gustado este último capitulo de Sueños rotos 


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