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Varear por Eruka Frog

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Naruto ni lo relacionado con él me pertenece, escribo esto sin fin lucrativo alguno.

Notas del capitulo:

No sé si lo van a disfrutar, pero espero que sí, aunque sea de una manera retorcida ._.

 

La crueldad, como cualquier otro vicio, no requiere ningún motivo para ser practicada, apenas oportunidad.

Mary Anne Evans

Varear

Por: Eruka Frog

 

I

Culpable de dormir con su rubia cabeza apoyada en el suave pecho de Sasuke. 

 

Culpable de desear ser más fuerte  y estar más llenos de virtudes para continuar amándolo.

 

Y culpable de hacerlo de todas formas.

 

Su tontería había iniciado apenas conocerlo en esa librería. Sasuke apoyaba su cabeza en el respaldar de una butaca  mientras descansaba la vista, sosteniendo expertamente un libro sobre las piernas. La luz era brillante y quizás por eso su piel lucía famélicamente banca y sus pestañas tan negras. Naruto de inmediato se dio cuenta de que ese niño con aspecto cansado, era la persona más increíble del mundo. Lo creyó con tanta fuerza, que ni siquiera cuando supo de sus muchos defectos dejó de creerlo. La primera imagen cuenta mucho en casos como estos, en los que basta ver a una persona que será tu tormento eterno, para saber que es perfecta.

 

Sasuke, cuando despertó y vio el rostro manchado y vulgar de un rubio con pinta de no tener nada especial, con grandes ojos azules que lo observaban  con aprensión, pensó maliciosamente que estaría bien que alguien lo sacara de ahí. Ese lugar era una de las librerías de sus padres y también su sitio favorito; no quería que un mocoso lo despertara con su penetrante mirada.

 

-¿Qué quieres?-interrogó, y de inmediato miró disimuladamente a su alrededor, con la esperanza de que su madre no lo hubiese escuchado contestar de esa manera tan poco educada. Ella estaba por suerte en la bodega indicándole a uno de los empleados como quería ordenar los libros nuevos.  El chico rubio, de quizás nueve años (lo que significaba que él tendría unos ocho) no se sobresaltó ni se ofendió por el tono. No lo sabía entonces, pero pasados unos años se sorprendería usando palabras mucho más furiosas.

 

-Soy Naruto-indicó luego de uno minutos en los que el otro comenzaba a preguntarse si quizás estaría mal de la cabeza-mamá es propietaria de la cafetería de aquí al lado-explicó apresuradamente, mientras con la vista buscaba un sitio en el cual sentarse-me ha dicho que le parecía que aquí había un niño también, y me dijo que sería buena idea si venía a jugar con él-estaba tan animado, que su voz iba subiendo varios tonos conforme hablaba.

 

-A mí no me gusta jugar-sentenció, balanceando el libro para dar a entender que él no estaba para actividades lúdicas propias de gente sin cultura.

 

-A mí no me gusta leer-repuso sin entender muy bien-pero si quieres, podemos jugar un rato y luego leer-

 

-Yo no juego-insistió, esta vez miró sin reparos hacia todos lados, deseoso de encontrar a su madre y sacarse al niñato de encima. Seguramente, Mikoto lo salvaría del apuro indicándole que su débil condición física le impedía hacer ese tipo de cosas. Sin embargo, Mikoto, ahora por desgracia, se encontraba aún en la bodega.

 

-¿Nunca?-preguntó. En dos semanas, Sasuke descubriría sorprendido que Naruto nunca estaba triste; en diez años se enteraría que la primera vez que lo había estado, había sido su culpa. En ese momento, sin embargo, sólo le resultó chocante su actitud animada. Él estaba en clases avanzadas, tocaba el violín, el chelo y el piano,  iba tres veces por mes al médico por alguna nueva dolencia y vivía eternamente melancólico.

 

-Nunca-afirmó, esperando que esa conversación terminara en un futuro inmediato.

 

-No pasa nada-repuso-puedes contarme de qué trata ese libro- si Nauro no hubiese estado lo bastante desesperado por hablar con ese niño, seguramente no habría pronunciado semejantes palabras y ahora tendría posibilidades de recuperarse. Y si Sasuke no hubiese estado deseando por algún tiempo sorprender a alguien mayor con sus sorprendentes conocimientos, no pasaría el resto de su vida enfermo de una avaricia que le iba carcomiendo la mente.

 

La primera foto de los dos juntos fue tomada ese día por Mikoto, que al encontrar una exhalación de salvación en Naruto, se había sentido por completo aliviada de ver a su hijo menor relacionándose con alguien de su mismo rango de edad.  A ella, por supuesto, le llevó más de una década comenzar a sentirse culpable.

 

II

 

Cuando Sasuke cumplió catorce, Naruto comenzó a gustarle de esa manera más precisa que con el tiempo les jodió la vida a los dos.  Hasta entonces había disfrutado mucho de su compañía, había sentido placer infantil al saborear en su nariz su olor de miel y había mostrado ya sus tendencias posesivas. Pero hasta que cumplió catorce y Naruto se quitó la camiseta del uniforme para cambiársela por la del pijama, no era más que una amistad poco definida que caminaba alegremente en un campo de minas.

 

Le gustó su piel suave y tostada, cómo se le marcaba ligeramente los abdominales  y cómo rozó la camiseta del pijama cuando se la echó encima. Naruto tenía 15 años pero era mucho más inocente que él, mucho más bobo y mil veces menos malicioso, y sin embargo se sonrojó al observar cómo era sometido a un escrutinio incómodo y hasta creyó entender lo que los sagaces ojos negros le decían.

 

Fue gracias al nuevo videojuego de estúpidas guerras, que no ocurrió esa noche. A eso y a la enorme almohada que el blondo interpuso entre los dos. No era malicioso, en lo absoluto, pero Sasuke tenía la capacidad de preocuparlo hasta la paranoia. Él no quería que Sasuke se ofendiera, por supuesto, pero no podía evitar sentir que una neblina densa se había apoderado de la habitación.

 

Pero no fue nada comprada a las tormentosas nubes que conquistaron la habitación cuando el menor, mirándolo fijamente mientras él fingía estar perdidamente dormido, comenzó a tocarse.

 

Sasuke nunca tuvo el valor de decirle que el don de fingir no le había sido otorgado nunca.

 

III

A pesar de lo mucho que a Sasuke le gustaba Naruto, no fue él quien cedió primero. Mucho más listo, supo enseguida que sería correspondido por pura lógica. Sucede que cuando se es tan deliberadamente cruel, te das cuenta de cosas que el resto, por ética, no nota ni imagina: él había sido el primero en sentir deseo, pero Naruto había caído en el amor mucho antes, y cuando una persona ama a otra, no es necesario casi nada de esfuerzo para que comience a desear también. 

 

Por eso cuando ambos estuvieron en el mismo nivel de deseo sexual, las cosas ocurrieron con sádica facilidad para el moreno, y con sumisa vergüenza para su compañero.  Esos serían los roles con los que vivirían hasta los 24 de Naruto, año en que todo, de la forma más literal posible, terminó. Naruto estuvo abajo no tanto por el rol impuesto, sino también porque él veía a Sasuke como la persona por la que no le importaría ser pisoteado, y Sasuke lo observaba como el halcón que busca una víctima.

 

-Te amo, Sasuke –suspiró Naruto como loco, una y otra vez hasta que Sasuke le creyó.

 

Sasuke no lo dijo nunca.

 

 

IV

 

Ambos tuvieron novia. Naruto en un arranque de rebeldía fúrica, y Sasuke porque le dio la gana.

 

Hinata era la novia de Sasuke, y era la chica más guapa y tímida que los dos llegaron a conocer en su vida. La muchacha despertaba en Sasuke sentimientos similares a los que Naruto le despertaba, pero en una intensidad menor, así que fue un triunfo pequeño, pero satisfactorio, cuando la chica terminó por suicidarse cuando él, en un arranque de malevolencia, la dejó. Como siempre, el blondo se tragó la culpa y vivió con ella hasta el final.  Sasuke se atrincheró sin dificultad tras una verdad confusa: Naruto la quería, y ser querido por Naruto era un pecado por sí mismo.

 

Sakura se fijó en Naruto por orden de Sasuke. La muchacha lo idolatraba, y el moreno tenía por entonces el gusanito de ver al rubio con el corazón roto. Recordaba que había deseado castigarlo, quizás por cómo miraba a Hinata o quizás porque las lágrimas quedaban muy bien en su cara. La chica terminó enamorada de Naruto y Sasuke saboreó el momento en el que el de ojos azules, llorando, terminó con ella. Sakura amó a Naruto, pero nunca dejó de amar a Sasuke, y verlos a los dos juntos, pulverizó su alma.

 

Sasuke no obtuvo el perdón, porque como era usual, Naruto ni siquiera pudo enojarse con él.

 

Luego de ellas vinieron cuatro más para Sasuke, sin importancia a pesar de que a la cuarte le pidió matrimonio sólo para acostarse con ella. Para Naruto, vino uno más. Uchiha no pudo con los celos y exigió su cabeza en una bandeja apenas lo vio tomándole la mano a Naruto,  pero la venganza es un platillo que se saborea de a poco.

 

No consiguió su cabeza en una elegante bandeja, pero seguramente Gaara lo habría preferido.

 

V

 

Hicieron el amor en cada sitio posible. 

 

No, Naruto hizo el amor.

 

Sasuke sodomizó, violentó y sometió.

 

Sólo hizo el amor una vez, y lo disfrutó tanto que se asustó, porque en ninguno de sus libros había encontrado una sola palabra que describiera ni la mitad de lo que sintió. Ahí fue cuando se cerró, porque las personas como Sasuke  sienten muy fuerte, y por eso se refugian en los corazones de los demás, para mitigar el agobio y la pasión.

 

 

Y Sasuke fue siempre un chico débil y enfermizo, que necesitaba de cuidados y placeres, no de sentimientos asfixiantes que no lo dejaban dormir. Culpó a Naruto de ello y se propuso doblar su voluntad una y otra vez, hasta convertirla en una bonita pieza de origami hecha a su disposición.

 

Porque le gustaba su sonrisa, pero sobretodo le gustaba el contraste que las lágrimas hacían  en sus ojos hechos de felicidad y buenos deseos. Mucho después supo que Kushina, la buena y bondadosa Kushina, podría haberle perdonado todo, menos quitarle la sonrisa a su amado hijo.

 

VI

Muy cerca del final de Naruto, Sasuke le propuso vivir juntos.

 

Minato tuvo un mal presentimiento. Mikoto lo tranquilizó con frases bonitas de madre. A nadie le importó lo que opinara Naruto, porque ya entonces su voz era el eco de la de Sasuke. Vivieron juntos durante tres meses y fue todo lo que necesitaron para que las cosas terminaran como terminaron.  Naruto de pronto un día no fue al trabajo, y Sasuke exigió a sus padres el control de las librerías. Sasuke era su niño milagro, su hijo enfermo y delicado. Itachi se hizo a un lado para cederle su puesto, y entonces se convirtió en el gerente indiscutible de una red de librerías que abarcaban todo el país.

 

Naruto dejó de salir.

 

Dejó de telefonear.

 

Sasuke lucía más saludable que nunca, más feliz de lo que recordaban haberlo visto antes.

 

Mikoto, llorando, se dio cuenta de lo constantemente que sonreía.

 

Itachi, desbordando felicidad, notó cómo hablaba más.

 

Y Kushina encontró el cadáver de su hijo pudriéndose en la habitación que los dos compartían.

 

Sin una nota, sin una frase que pudiera asumir como despedida, sin siquiera un motivo que la hiciera compatar la idea del suicidio con la imagen de su saludable, alegre y joven hijo. Minato no obtuvo un juicio ni un culpable, porque cargaba con el peso de tener el mismo carácter de su hijo, que le imposibilitaba ver la maldad en  quienes conocía, considerándola un concepto ajeno al transcurrir de su vida.

 

Sasuke obtuvo todo lo que Naruto pudo ofrecerle durante los 24 años, dos meses que duró su vida. Una parte de él deseó que Naruto hubiera racionado con mayor inteligencia lo que le daba, porque así el juego habría durado un par de años más, y no habría llegado tan rápido el momento en que Sasuke se dio cuenta de que Naruto estaba completamente seco, y que sólo le quedaba por exprimir una última gotita de él. Resultó, de una forma de lo más graciosa, que esa última gotita de vida, esa última cosa que Naruto todavía no le daba, se trataba de su muerte.

 

Pero no era su culpa, nunca lo era, porque el único que desde el principio había insistido en jugar, había sido el rubio.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Hay personas que saben cómo quitarnos todo, pero sobretodo hay personas mensas que sabemos cómo darles todo. Es horrible, yo personalmente siento que me quedé sin una gota de amor para dar desde que conocí a cierta persona, así que es real.

 

Por ahí me dejen en un mensajito si le han dado todo a una persona y qué es lo que opinan al respecto.


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