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Quemando Alas de Ángel por Hagane Yuuki

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Notas del fanfic:

Es un Incesto SasuNaru es decir ambos tienen la misma sangre. 

Ahora si a leer!

QUEMANDO ALAS DE ÁNGEL

Tenía que mostrarse fuerte y sereno. Calmado.

No era la primera vez que al llegar a casa se encontraba con una visita inesperada, y para nada deseable. No seria la única vez que sucediera, y por eso tenia que mantener su temple tranquilo, para que nadie notara el como se destruía poco a poco por dentro al encontrar siempre en la entrada de su casa zapatillas de diferentes mujeres todos los días.

Suspiro, tratando de relajar los desbocados latidos de su corazón. Se repetía una y otra vez “Estoy acostumbrado, ya no duele tanto” pero no podía dejar de doler menos cada vez que sucedía. 

Entro como otras veces, tratando de pasar desapercibido. Llegar con paso rápido pero silencioso, y dirigirse sin detenerse a mirar a su alrededor. Solo observando con detenimiento su objetivo, la puerta de su habitación.

Eso seria todo, o eso se supondría. No miraría ni la sala ni el comedor. Se dirigiría con paso veloz por las escaleras y una vez arriba se encerraría en su cuarto y no saldría de ahí hasta que oyera la puerta de entrada cerrarse. No vería nada, no escucharía nada gracias a los audífonos de su computadora encendidos a su máximo volumen, y toda su concentración estaría dirigida a Internet, a aquellas paginas de redes sociales o cualquier tontería que se le ocurriera hacer. Comería hasta entrada la noche, cuando sintiera seguro salir. Y regresaría a su habitación a dormir, para la mañana siguiente levantarse muy temprano asearse, cocinar su bento e irse rápidamente de su casa rumbo a la escuela para con lentitud por fin empezar su día, con tranquilidad.  O eso seria hasta que ya no tuviera motivos para no regresar a casa, y repetir lo mismo todos los días.

Deseaba con todas su ganas los fines de semana, esos en que daba gracias a un ente todo poderoso el no tener que estar por dos días en esa casa. Donde con libertad se le permitía no estar ahí  y no volver hasta el domingo en la noche.  Cuando finalmente después de 5 días por esforzarse por no ser notado, se le era concedido el ser él, con toda libertad.

Se supone que esa era su rutina, no tendría por que cambiar. Estaba planeada con precisión para que así sucediese.  Todo meticulosamente organizado para no encontrarse con el otro ser con el que vivía. El que le proveía de techo comida y sustento.  Solo una nota en el comedor en las mañanas, otra en el refrigerador. Y listo, esa era toda la interacción que tenia con aquel con  el que vivía, y eso era suficiente.  Se supone que así seria, como debería suceder. Entonces por que…

¿Por que se encontraba con la escena que trataba de evitar a toda costa?

Apretó con fuerza sus puños, tratando de no rechinar los dientes, mordiéndose el labio inferior. Debía calmarse, enterró sus uñas en sus piernas con fuerza. Inhalo y exhalo todo el aire que era posible, y con todo el orgullo que aun poseía se limito a levantar el rostro.

– Lo siento, no quería interrumpir – Hablo, con voz indiferente – Solo venia por unas cosas que se me olvidaron, me marcharé enseguida.

Si, sabia por que el que su frio y calculado plan se viniera abajo. Era consiente que el que no funcionara esta vez no era mas que causa de su irresponsabilidad, un pequeño momento de estupidez que se aseguraría que no se repitiera.

Un olvido, todo se resumía a eso.

Subió con rapidez las escaleras, entrando a paso veloz a su habitación para tomar aquel estúpido cuaderno de apuntes olvidado.  Que en cuanto lo encontrara lo metería en su mochila y saldría de ahí como alma que llevaba el diablo. 

– ¡¿Donde demonios lo puse?! – No quería desesperarse, pero era consiente de que si permanecía por un momento mas en esa casa sus sentimientos explotarían. Podía sentir sus ojos calientes, a las lágrimas intentar agolparse en sus cuencas añiles. 

Era ridículo el pesar en retirase ahora sin el cuaderno, cuando regreso a casa por haberlo olvidado. Cuando buscando su monedero en la mochila para tomar el tren,  no encontró el cuaderno donde tenía una importante tarea que valía mucho para su calificación. De que servía irse si por el habia visto aquello que mas odiaba, lo que ocasionaba que sus entrañas se revolvieran y quisiera vomitar, golpear y ver sangre regada en el piso.

Cuanto más se odiaba de ser él mismo. De para esa persona solo ser un mero objeto, algo que debía permanecer a su lado por obligación y no por gusto. Una responsabilidad molesta. Cuando él tenia esa clase de sentimientos por alguien que no le valoraba, que ni siquiera le importaba.

Tan patético.

Como deseaba que el fin de semana llegara pronto para poder huir de esa casa.

– Y ¿Quién es el chico? – Escucho,  en un tono meloso y divertido – ¿Es algún familiar tuyo?

– No es algo que te importe.

–Vamos no seas así, dime.

Como deseaba poder salir de esa casa y no volver nunca.

Sostuvo entre sus manos el cuaderno apretando con fuerza hasta lograr doblarlo. No quería escuchar, no quería ver, no quería sentir. Ya no más, estaba tan cansado.

Se sentía incapaz de salir de su habitación. Abandonar aquellas cuatro paredes que le libraban de ver algo desagradable, pero si no lo hacia…

“Ya estoy acostumbrado, no duele tanto” Se repetía como mantra, una y otra vez en pequeños susurros murmurados a la nada.  Huir, y negar era lo mejor que sabia hacer.

Pero la poca determinación que tenia, se esfumaba con aquellos gemidos escapando de la habitación de enfrente.  Tan fuertes como nunca antes los escuchara. Si abría su puerta, sus ojos confirmarían de nuevo lo que los ruidos proferían. 

No se creía capaz de ver esa escena dos veces en un solo día. Ya no soportaba tanto como antes. 

Arranco  los audífonos de su PC y los coloco en su reproductor de bolsillo, subió la música lo mas que ese pequeño aparato le permitía y se enfrasco en un mundo de rock, electro y metal.  Donde aquellos gemidos no lograban alcanzarle.

Cerró sus ojos, cantando para si aquella tonada desesperada, y con una mano en el pomo de la puerta la abrió para salir corriendo de ahí.

Corriendo y corriendo, sin detenerse hasta que la canción seso. Solo cuando el silencio del aparato se hizo presente detuvo sus pies. 

Patético, patético, patético. Era lo que esos sonidos a los que estaba tan acostumbrado a oír decían. 

Tan patético. Burlándose.

Marco el numero uno de su celular, cuando la siguiente canción comenzó a reproducirse.

– V-ven por mí – Imploro con voz temblorosa – Por favor ven. Llévame contigo.

– [No llores, enseguida estaré ahí Naruto. Espérame]

–No tardes por favor, date prisa… Gaara.

~**~

– Sabes que no puedes traerlo así como así Gaara.  Si él se entera que no esta en la escuela, que es donde debería encontrarse ahora, y que esta aquí contigo… ¿Sabes lo que pasara cierto?

– Si.

– Entonces no entiendo por que lo sigues asiendo.

– Si él no quiere que este conmigo, entonces no debería meter todas esas mujerzuelas a su casa. ¡Debería cuidarlo como se debe! Naruto no se merece tener a alguien como él, como…

– ¡Vasta Gaara! ¡Nos meterás en problemas por tus decisiones arbitrarías! Naruto sigue siendo un menor de edad, y aunque no te guste él tiene su custodia. Será mejor que despiertes a Naruto antes de que la escuela le llame y le diga que no esta ahí. ¡Y entonces enojado venga para acá a armar un alboroto como el de la ultima vez!

– No lo hare Temari.

– ¡Gaara!

– Si quiere pelea, entonces la tendrá. Esta vez no le regresaré a Naruto.  Voy a llevarle de comer, no ha querido salir de la habitación desde que llego.

– Gaara una vez te advierto que cuando él venga para acá esta vez no voy a defenderte.

– Lo sé hermana, y te agradezco el que no te metas – Tomo la charola que reposaba en la cocina, para salir de ella y dirigirse a su  habitación.

No discutiría mas con su hermana de si estaba bien lo que hacia o no. Solo él podía tratar de entender al adolecente que dormía en su cuarto.  Los fantasmas y tormentos que pasaban por su mente.  De la misma manera que intentaba comprender a aquel que se decía familiar del rubio.  Y el por que de que solo cuando Naruto pisaba su casa, el mayor pareciera notar la falta de presencia del rubio.

– ¡Te ha ganado esta Temari! Jajajaja – Rio Kanguro.

– ¡No le encuentro lo divertido! ¡La última vez incluso a ti te tocaron los golpes que se armaron! – Grito furica, ¿Por qué nadie trataba de comprenderla?

– Cálmate hermanita, esta vez no sucederá eso.

– ¿Y me pregunto como el señor “Lo tengo controlado” lo evitara?

– Fácil – Extendió una tarjeta de presentación – Marca este numero.

– ¿Dónde conseguiste este numero? – Pregunto sorprendida.

– Contactos, contactos. Pero creo que debimos hacer esto desde hace mucho.

~**~

Deep into a dying day (Sumido en un día agonizante)

I took a step outside an innocent heart (Me alejé de un corazón inocente)

– [Señor, solo le llamábamos para saber por que Naruto no se presento a clases el día de hoy. Estamos preocupados ya que no suele faltar, y como tiene buenas calificaciones que se pueden ver comprometidas por una falta, nos preguntábamos…]

–Ha ha, parece ser que el kitsune se te ha escapado de nuevo.  Creo que deberías el plantearte seriamente el tener que cuidarlo, que no eres muy bueno en eso que digamos. Si tu hermano mayor se entera que se volvió a escapar de casa…

– Será mejor que no termines esa frase si no quieres amanecer en el muelle mañana.

– Vamos, no te sulfures. Que no es mi culpa que el kitsune abandonara el nido… de nuevo. ¿Y sabes donde esta? – Miro con detenimiento la cara de su amigo, y no pudo evitar formarse una sonrisa que termino en carcajada cuando comprendió.

– ¿No me digas que se ha vuelto a ir con Gaara? ¿Por eso manejas como un loco desquiciado que la muerte lo persigue?

– Suigetsu  – Sentencio con voz fría.

– Ya, ya me callo. Pero realmente Sasuke, creo que tienes un problema. Mira que meter zorras a tu casa con tu hermano menor en ella… Mira que lo orillaste a que se refugiara en la casa de Gaara. Pobre Naruto lo que tuvo que haber visto para…

  Suigetsu giro la cabeza, solo por curiosidad. Por ver la expresión de su susodicho amigo desfigurarse por la mención del pelirojo, aquella tan inmutable e inexpresiva, pero lo que vio no pudo más que hacer que un frio recorriera su espina vertical, y no era al único que le paso. Pudo apreciar por el retrovisor como Karin y Jugo les sucedía lo mismo.

Una sonrisa, diferente a aquellas perversas que muchas veces le habia visto…

– Hago lo que se me da la gana con lo que me pertenece. Es mío y como tal no consentiré  que lloré en otro lado, tan simple como eso.

…Era mucho más siniestra que eso.

Prepare to hate me for when I may (Prepárate a odiarme cuando yo pueda)

This night will hurt you like never before (Esta noche va a hacerte daño como nunca antes)

Notas finales:

¡Hi!  Un nuevo fic ha nacido… hahahahaha.

No ya enserio, espero les guste. Las edades: Naruto 14 Sasuke y Gaara 22.

Naruto, Sasuke e Itachi son hermanos de Sangre por lo que  este fic entra en la categoría de: Incesto con todas las letras. Falta decir que es SasuNaru jojojojo.

Mostraré a un Sasuke un poco oscuro y corrompido (Me encanta!) espero no les enoje como Sasuke tratará a Naruto mas adelante.

La canción es de Nightwish “ Wish I had an Angel”  (Uso la traducción sin animo de lucro)

Espero sus comentarios.

Nos leemos pronto.

Les mando muchos besos.


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