[Casa Kagamine]
-¿Len? ¡¡Leeeen!!! ¿Aún no te has arreglado? ¡Se nos hará tarde el primer día! –vociferaba una chica rubia de escasos 16 años.
-¡Ya voy, Rin! –Contestó el anteriormente nombrado- Sólo me falt…
-¡Por Dios! –Se quejó la rubia- Te tardas más que yo en peinarme –afirmó, jugando con el cabello aún despeinado de su hermano.
-¡Rin! ¡Deja de hacer eso! –Dijo, soltándose del agarre de su hermana gemela- Ya casi acabo…
-Deberías cortártelo- replicó Rin- ¡Pareces más nena que yo! –se burló, mirándose al espejo junto a Len.
-¡Rin! –Gritó el aludido- ¡No me digas así! Sabes que me molesta –hizo un puchero.
-Por eso lo hago...ya, está bien… ¡pero apresúrate! –Dijo, mientras salía de la habitación- Te espero abajo.
Len terminó de arreglarse, atándose su cabello rubio en una pequeña coleta, tomó sus cosas, y bajó junto a Rin, encaminándose hacia la Academia de Artes de Tokio.
[Academia de Artes de Tokio]
-Nee, Rin… ¿sabes en qué aula me toca? –preguntó Len, al llegar a la entrada de su ahora escuela.
-Eso deberías de saberlo tú, no soy tu niñera –contestó la contraria con sarcasmo- Estoy en la 2~B, por si te interesa… ¡Hey, Miku! –Le gritó a una linda chica con largo cabello aguamarina- ¡Espérame! –volvió a gritar, alejándose junto a ella.
-“Claro, para ella es muy fácil –pensaba Len mientras veía a su hermana alejarse- Conoce a tantas personas… yo en cambio, siempre he sido el asocial de la familia… ¡Auch! –Un pequeño impacto lo sacó de sus cavilaciones- Lo sient… -Calló.
Acababa de mirar directamente a los ojos azul oscuro más impresionantes del mundo, perdiéndose en ellos una fracción de segundo, para sonrojarse y terminar de murmurar su disculpa.
-¿Estás bien? –Preguntó el dueño de aquellos ojos- ¿Te lastimé? –volvió a preguntar, con una voz que mezclaba la amabilidad y la preocupación.
-Ah… no… yo… estoy bien –se serenó un poco- Pero parece que se te ha caído algo –sonrió- ¿Te ayudo? –sugirió, empezando a recoger algunos papeles que se le habían caído al chocar contra él.
-Ya que insistes… por cierto, mi nombre es Kaito, ¿y el tuyo? –preguntó, con una voz grave que destilaba dulzura.
~Algunos Datos sobre Kaito Shion~
Amaba cantar.
Lo que más le encantaba era escribir canciones.
Tenía un trabajo de medio tiempo y tocaba el violín.
Se enamoraría de un joven rubio de ojos azules.
-Len… mi nombre es Len –Respondió, fijándose en la apariencia de Kaito. Era alto, bastante más alto que él, con una bufanda que hacía juego con sus ojos y su pelo. Era demasiado apuesto.
-Len… Len… espera, ¿Len Kagamine? –preguntó Kaito, con un deje de asombro.
-Sí… si, ¿porqué? – Cuestionó el nombrado- ¿Pasa algo?
-No, no es nada –Rió- Es que… se ha hablado mucho de ti desde las audiciones… dicen que tienes talento.
-¿Es en serio? –se asombró- “¿Hablar de mí? ¡Por Dios, qué vergüenza!”
-¡Por supuesto que sí! –Afirmó el peli azul, con una sonrisa- Además, eres muy lindo –dijo seductoramente, acercándose a Len.
-¿Ah sí? A… arigato… “por favor, sonrojarme no, ¡eso no!” –Pensó inútilmente, pues sintió la sangre arremolinarse en sus mejillas.
-Creo que estás en la misma clase que yo… ¿quieres venir conmigo?- Preguntó, ignorando gentilmente el rubor del rubio, tomado sus papeles de sus manos.
-Claro –Len hizo todo lo que pudo para no gritar de emoción- ¿Llevas tiempo aquí, no?
-Sí, algo… la verdad entré… ~~~~~~~~~ Siguieron hablando ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
*Al llegar al aula*
-Buen día, alumnos, seré su profesora de Dibujo y Pintura, mi nombre es Tsumi Nonosaka [nótese que lo acabo de inventar] Para empezar, pueden sacar un bloc de dibujo, quiero que hagan un boceto a lápiz de lo que prefieran, entonces, a trabajar. –Dijo una mujer alta y delgada, de ojos lilas.
Len sacó lentamente sus cosas, distraído, por mirar de reojo a Kaito, el cual hacía lo mismo, admirando su perfil, y apartando de cuando en cuando la vista, sólo fue cuestión de tiempo para que sus miradas se cruzaran, sonrojándose ambos [¿]
-“No… no puedo dejar de mirarlo… es que él es… tan lindo….” –pensaba el peli azul, garabateando en su hoja- “Creo que… me gusta”
Por otra parte, en la mente del rubio, las mismas emociones se entremezclaban, formando una red de sensaciones confusas, no pudiendo concentrarse demasiado en lo que hacía… hasta que la voz de su profesora lo sacó de sus reflexiones:
-Muy bien, muéstrenme sus dibujos
Ahí fue cuando Len y Kaito reaccionaron, al ver lo que habían estado haciendo, ahogaron el mismo grito. Se trataba de un perfecto bosquejo del contrario, tan exacto que parecía hecho durante horas, con el modelo sentado justo enfrente de ellos… no como si se acabaran de conocer hace algunos minutos.
Ambos, escondieron sus dibujos tras sus espaldas, como un par de niños encubriendo alguna travesura, mientras un suave rubor se apoderaba de sus mejillas.
-¿Y ustedes dos? ¿Acaso no van a mostrarme lo que hicieron? –preguntó su profesora, sopesando si debería ponerse hecha toda una energúmena, o partirse de risa por la expresión de ese par de chicos con la misma azorada expresión.
-Emm… yo… nosotros… -balbucearon ambos, esperando que algo o alguien llegara a salvarlos que su incómoda situación. Ese alguien se llamaba Akaito Shion.
~Algunos Datos sobre Akaito Shion~
Tenía el cabello de un encendido color rojo.
Le gustaba molestar a Kaito, su hermano menor.
Pero lo quería.
Sólo que su forma de demostrarlo era un tanto extraña
A menudo lo agredía física y verbalmente.
Se le daba bien ponerse furioso.
-¿Hay algún problema por aquí? –Preguntó, con su típico tono burlón- Lo siento, profesora, tango que llevarme a este par –Jaló a Kaito del brazo, quien a su vez tiró de Len, empezando a correr, llevándolos en procesión, por varios pasillos del instituto.
-¿Y bien? –Exclamó, con una mano en la cadera, cuando estuvieron bastante lejos- ¿De qué los acabo de salvar?
Ambos voltearon su mirada hacia otro lado, haciendo una expresión bastante tierna/graciosa.
-Por Dios, ¿van a seguir con su expresión de anime shojo? –puso los ojos en blanco- por cierto, no me he presentado –se acercó a Len- Mi nombre es Akaito, soy su hermano mayor –golpeó a Kaito en la cabeza- ¿Y el tuyo es…?
-Len –murmuró, aún sonrojado- ¿De verdad son hermanos? –preguntó, asombrándose por el poco parentesco.
-Sí, lo somos… -empezó a hablar Kaito, antes de que su hermano lo interrumpiese.
Akaito había tomado la barbilla del menor y había levantado su rostro para observarlo de cerca:
-Esto es… ¡lo más kawaii que he visto en mi vida! –Dijo, poniendo una expresión tipo Grell Sutcliff [lo lamento, no supe como describir eso >.<]- ¿Lo has visto, Kaito? ¡Es adorable! –Lo abrazó- Tanto que… - se acercó a su oreja- podría comerte…
Len se separó del pelirrojo bruscamente debido a un fuerte tirón por pate de Kaito, que lo abrazaba en gesto protector. Pero ¿por qué había hecho eso? ¿Celos?
-“Lo acabo de conocer, mi hermano lo abraza y estoy celoso. Buen comienzo, Kaito, buen comienzo…”
-¡Hey! –Se quejó Akaito- ¿Por qué haces eso? –Hizo una pausa- No me digas que… ¿celoso?- se echó a reír.
-No… ¡no es eso! Es sólo que… ¡no quiero que lo lleves a tu mundo de pedofilia y perversión! –Le gritó.
Al parecer se habían olvidado que el causante de esa pelea, Len, seguía ahí, mirando avergonzado esa discusión, esperando que ninguno se arrancara la cabeza, más bien, que a Kaito no le arrancaran la cabeza, no quería perderlo… ¿perderlo? ¡Lo acababa de conocer!
-“Oh, parezco una pequeña chica preocupada por su novio. Lo único que quiero es…” ¡Akaito por favor! ¡Suelta esa raquet… ¡Oh, por Dios, ¿estás bien, Kaito? –inquirió, nervioso, viendo a Akaito alejarse corriendo.
-No te preocupes, no es nada. Sólo debo recordar no meterme con Akaito cuando trae un “objeto contundente” en las manos… lo dijo su psicólogo… Pero, ¿tú estás bien?
-¡Por supuesto que sí! –Sentó a Kaito en una silla- Debes de preocuparte más por ti –dijo, acariciando su pómulo, área donde Akaito lo había alcanzado con la raqueta.
Kaito se estremeció cuando la mano de Len rozó su piel, su corazón empezó a latir a mil por hora.
-“¿Cómo puede ser… que una sola caricia suya me ponga de esta manera?” No debes preocuparte, estoy acostumbrado a esto…
-Pero fue por mi culpa, ¿no es así? –puso una expresión de adorable angustia.
-No fue tu culpa –afirmó el peli azul- Ahora debemos irnos, o no entraremos a la próxima clase. –lo tomó de la mano- ¿Vamos?
-S… sí –murmuró Len- pero antes, déjame curarte esa mejilla- sonrió.
Las clases siguieron su ritmo normal, hasta la hora de ir a casa, Len empezó a buscar a Rin, hasta que le llegó un mensaje de que llegaría tarde, porque iría a casa de Miku, así que empezó a encaminarse a la salida, cuando una cálida voz lo detuvo.
-¡Len! ¿Puedo acompañarte hasta tu casa? –Preguntó Kaito, llegando a su lado.
-¡Por supuesto! [Si no es mucha molestia… ok, no]
De camino, empezaron a hablar de temas triviales, de sus hermanos, de su música preferida, del pequeño cachorro de Len, del esponjoso gato de Kaito, en fin, nada de lo que querían hablar. Hasta que llegaron a la bifurcación que separaba la casa de Kaito con la privada de Len.
-Kaito…
-¿Sí?
-¿Podrías… -bajó la mirada- enseñarme lo que dibujaste en la primera clase? – se sonrojó.
-Con una condición –guiñó el ojo- Enséñame tu dibujo –sonrió.
-De hecho… es para ti –sacó su bloc- ¿Listo?
-Listo –dijo el peli azul, abriendo el suyo- Una…
-Dos…
-¡Tres! –giraron sus cuadernos para mostrar sus bosquejos.
-Soy… ¿yo? –preguntaron al unísono.
-Eres tú –dijo Kaito, acariciando la barbilla del menor- No refleja todo tu candor, pero eres tú –sonrió- Un regalo… de bienvenida.
-Kaito… gracias –levantó la cara- Es… ¡lo más lindo del mundo! Por favor, conserva el mío –se puso de puntillas, y le susurró al oído- Gracias, también por acompañarme. –Le dio un pequeño beso en la mejilla y se echó a correr.
~Definición no hallada en el Diccionario ~
Beso en la mejilla:
Representa cariño, amor inocente.
Es una de las mayores muestras de afecto que se pueden
Dar a alguna persona.
Un “Te quiero” indirecto.
La zona en la que Len depositó ese fugaz beso, comenzó a arder. Después, fueron ambas mejillas las sonrojadas. Kaito se llevó la mano a su mejilla, no sabía si palpitaba debido a ese imprevisible acto cometido por el rubio, o por el raquetazo de Akaito. Sólo sabía una cosa:Quería a ese chico. Se había enamorado de ese pequeño chico de ojos azules.
Continuará…. [Así, como esas telenovelas baratas mexicanas que pone mi abuela]