El Cuervo sobrevuela las cabezas de personas dolosas buscando un único y sencillo, pero secreto deseo; amor. Habiéndose pues, encontrado a la Luna en una noche en que la marejada de personas azotaba, su fatal destino ha comenzado..., ha de sufrir por un amor que es lo que jamás imaginó y siempre soñó, que le arrebatará la vida como sólo el amor sabe hacer. 

En medio de un negruzco bosque, Amaimon ha acorralado a un débil Rin; humano; desprovisto de toda arma y sumido en la más oscura desesperación, únicamente para probarlo de las formas más terribles que el chico pudiese imaginar. 

Bajo la nueva ley anti-tabaco, Hijikata tendrá que encontrar un espacio libre de los prejuiciosos y delicados no fumadores, para satisfacer su adicción, sin embargo, amigo o enemigo, Sougo se acerca a ampararle el día, ¡Con una oferta irrechazable! Sin embargo, terminará aprovechándose para servirse a sí mismo, con el cuerpo de Hijikata, invitándolo a su torreón sadomasoquista personal…