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-Chocolate- por Watermelon4U

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Notas del fanfic:

Empecé este fic con las ganas de hacer uno bieeen largo, ya que usualmente escribo oneshots, así que aunque son capítulos cortos, espero que sea un relato sustancioso. También como siempre, aclaro que es un AU, y algunas cosas no van a coincidir con lo que ustedes saben de Jonghyun y Key. Se acerca la JongKey promise, así que den mucho amor a estos chicos. :)

Notas del capitulo:

Gracias por leer, espero lo disfruten :) (y no me escupan, o algo así e.e (?))

 -Chocolate-

 

I. Desaparición

 

Jonghyun miró con auténtica sorpresa lo que ocurría ante sus ojos. Había caminado como de costumbre, el mismo promedio de pasos desde su casa hasta ese punto exacto de la ciudad. No había variaciones en la hora, ni siquiera en la estación –aunque no es como si eso fuera a cambiar el rumbo del acontecimiento- pero las cosas eran diferentes. Ya no estaba ahí. Su refugio ya no estaba ahí.

 

En los últimos tres años, había existido una constante en su vida. Y ahora esa constante estaba siendo derrumbada. Vale, no había necesidad de ser tan drástico al respecto. Su tienda favorita de discos había sido cerrada. ¿Por qué? No lo sabía.

 

Había pasado una semana desde que la hubiera visto por última vez. De haberlo sabido, se habría quedado mucho más tiempo en ella. Habría, pues, pedido otra taza de café, y escogido más discos que escuchar, mientras hacía garabatos en su libreta, o disfrutaba de algún libro. Habría agradecido al amable dueño, un anciano de bigote espeso con quien formó una silenciosa camaradería, por haber mantenido un local tan sencillo y mágico durante todo ese tiempo. Si, eso habría sido una despedida digna de un lugar como ese. Pero no había ocurrido.

 

Miró al interior del local, que permanecía cerrado. A través del frente de cristal y madera, se divisaban unas mesas pequeñas y redondas de madera oscura y opaca, con dos o tres sillas del mismo color cada una. Al fondo, permanecía el mismo mostrador que había en la tienda anterior, pero había sido pintado para hacer juego con las mesas. La decoración también había cambiado. En las paredes, de un azul cobalto, en lugar de los anchos estantes donde había acomodados cientos de cd’s y libros, se encontraban cuadros de acuarela de suaves colores, y fotografías en blanco y negro de lugares extranjeros. Había también una vitrina, que estaba repleta de pequeñas cajas, de las que Jonghyun no pudo ver el interior. No estaba mal, pero no era lo mismo.

 

Una oleada de nostalgia le invadió. Realmente había tenido buenos momentos en ese lugar. Su primer beso había ocurrido ahí, en una de las mesas de la esquina, mientras escuchaba la suave voz de Nina Simone. También había ido a parar ahí al final de su primer día de preparatoria, algo exhausto pero emocionado, y entonces había escuchado por primera vez a los Stereophonics. La colección de discos que tenía el dueño era por mucho la más grande y variada que Jonghyun había visto en su vida. Le hubiera gustado mucho sacarle un mejor partido, escucharla por tardes enteras.

 

Suspiró, mientras en su mente se despedía de uno de sus lugares favoritos en el mundo. Pasó su mano por el marco de la puerta, que se sentía tan familiar y ajena a la vez, y dibujó una ligera sonrisa en su rostro.

 

En su reloj, las manecillas marcaban ya las 8:05. Había permanecido ahí más tiempo del que notase. Se apresuró para llegar a su clase. No era lo más agradable tener clases en vacaciones, y menos en vacaciones de invierno, donde lo único que deseaba en las mañanas era quedarse en cama, arropado por sus suaves cobijas, y cuando despertase, beber un poco de té caliente, y ponerse a rasgar las cuerdas de su nueva guitarra, un presente de su abuelo, con quien compartía ese amor por la música. Mientras corría, su aliento se transformaba en una nubecilla turbia por el frío, que le helaba los pies y la nuca, que trató de cubrir con una gruesa bufanda gris.

 

Deseó con todas sus fuerzas regresar el tiempo, al menos unas tres semanas, y estudiar como loco para su examen final de inglés, o tal vez unos dos meses, y hacer caso a las advertencias de su profesora, y aplicarse desde entonces en dicha materia. O a cualquier momento que le permitiera cambiar el rumbo de la situación, y que tuviera como desenlace un feliz invierno de holgazanería, días completos en pijama, y bebidas calientes en casa, mientras se entretenía con videojuegos.

 

Soñar era gratis, lo más sencillo del mundo, pero eso no iba a cambiar el hecho de que tenía que atender clases de regularización, por haber hecho el vago todo el semestre. Era lo que le tocaba, ni modo.

 

Cuando llegó a su salón, ya había unas cuantas personas sentadas en las bancas, y la profesora escribía unos ejercicios en la pizarra. Le dirigió una mirada reprobatoria, pero le permitió pasar al aula. Jonghyun tomó asiento, y sacó una libreta y un bolígrafo. Qué fastidio, el inglés se le daba fatal. No entendía porque insistían tanto en que aprendieran dicha lengua extranjera, eran coreanos después de todo, bastaba con que se supieran bien el hangeul, ¿cierto? Lo único bueno era que las clases de regularización duraban sólo 4 horas, a diferencia de las normales, que se extendían a 8 horas. Si, eso era bueno. Tendría el resto del día para hacer lo que se le viniera en gana. Tenía mucho tiempo, pero no un lugar en donde gastarlo. Maldición.

 

Dio una ojeada a los compañeros que estaban en el salón. No conocía a ninguno, así que supuso que eran de otros grupos. Creyó que al menos tendría alguien con quien charlar mientras la profesora no prestara atención, pero se encontraba solo. Podría hablarle a alguno, y tal vez hasta formar una amistad. O tal vez no. La voz de la profesora le sacó de sus pensamientos. Apenas el primer día y ya estaba echándole la bola.

 

-What do you like the most(1)? –Dijo ella, y a Jonghyun le costó un poco entender qué le estaba preguntando. Entendió “gustar”, así que respondió lo primero que se le vino a la mente.

 

-Music(2)...?

 

-Di la oración completa.

 

-Mmm... –Jonghyun buscó en sus apuntes algo que le fuera útil. Una oración para copiar la estructura. –I like music... the most(3)?

 

-Correct, now please pay attention(4). –Le extendió una mirada de advertencia, pero enseguida pasó con otro de los chicos. La había librado.

 

El resto de la clase transcurrió así, lenta, tediosa, foránea. Jonghyun pensó que las siguientes tres semanas serían eternas. Lleno de resignación, se decidió a aprender lo más que pudiera. Sino sería tiempo malgastado. Pero no pudo evitarlo, comenzó a divagar de nuevo. Pensó en todos los discos que no había escuchado, en los libros que no había hojeado, en las bebidas que no había probado, y en todos los momentos que se había perdido. Todo se había ido en una semana. Nunca había notado lo involucrado que estaba con ese lugar. “Cups”, se llamaba. Recordó que ese nombre siempre le había parecido extraño, ambiguo, y al azahar. Pero le gustaba. El nuevo lugar no tenía nombre aún.

 

¿Qué clase de local no tenía nombre? ¿Qué cosas venderían ahí? De seguro sería una cafetería más, con bebidas insípidas, y postres ostentosos. Si algo era seguro era que él no pondría ni un pie dentro, nunca más. Estaba siendo algo irracional, si, pero no le importaba. Habían perdido a un cliente antes de abrir. “Mal por ellos”, pensó Jonghyun.

 

Cuando la profesora anunció que podían marcharse, Jonghyun guardó sus cosas, pero se demoró un poco en salir del salón. Lo más seguro era que terminara yendo a casa. O tal vez debería pasarse por algún centro de recreaciones, jugar videojuegos con algún extraño, o quizás comprar un bollo caliente, y comerlo en alguna de las bancas del parque aledaño. Sin tener muy en claro porque, caminó y caminó, pero terminó parado enfrente del local, justo como en la mañana. Le sorprendió el hecho de que estuviera abierto.

 

Lo miró con desdén indiscreto. Le molestaba todo. La suave música que se alcanzaba a percibir hasta afuera, el olor a muebles nuevos, la falta de todo lo conocido. Se rió un poco de sí mismo, en serio que estaba siendo pueril. Dio un paso hacia el local, pero no entró, al final. No había nada más que lo llamara ahí. Bueno, si, un poco. El local, detrás de la madera oscura, y lo ajeno, y lo fuera de lugar, tenía un olor dulce. Una sensación cálida. Un aire de melancolía.

 

¿Debía entrar? Estaba abierto, si, pero no había nadie adentro, ni siquiera una persona detrás del mostrador. ¿De qué se trataba eso? Jonghyun dio un paso más, hacia adelante, y quedó apenas en el umbral del local.

 

-Tal vez no está en servicio aún...-Susurró para sí, y sin más salió aprisa del lugar.

 

-Bienveni-... -Alcanzó a decir un chico de piel pálida y cabello rubio, quien acomodaba las tazas al fondo, pero nadie permanecía ya en el local.

 

 

 

Notas de traducción:

 

(1): ¿Qué te gusta más?


(2): ¿Música?


(3): ¿Lo que más me gusta es la música...?

 

(4): Correcto. Ahora presta atención, por favor.

Notas finales:

Nos vemos en el próximo capítulo. Los reviews son siempre bien recibidos. Gracias, bye byee C:


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