Capítulo 1
Hunting
KilluaXGon
Si tenía que decir la verdad, la respuesta era simple “Me gusta Gon”. No era muy complicado de entender. El problema contextual radicaba en el peculiar hecho de que, él era Killua. Ser franco no estaba en su naturaleza. Tampoco en sus genes.
No es que tuviera algo en contra de decir la verdad, simplemente así era más divertido. Le gustaba asechar a su presa, mirarla a lo lejos, soltar una que otra señal con cinismo y luego, ¡Bam! Era suya.
Eso era lo entretenido de su juego, le gustaba Gon, y sí, tenía buenas intenciones con él. Pero le gustaba ese juego de darle señales falsas a su amigo, decirle que le gustaba, y luego decirle que como un amigo, darle un beso y luego poner una excusa. Era entretenido cazarlo y ponerle una y otra trampilla absurda. Ganaba caricias y hermosos sonrojos por parte de su amigo. Lo mejor de todo era ver sus grandes ojos cafés prestándole atención solo a él.
La finalidad de toda esa sarta de engaños era ver cuánto era capaz de soportar Gon antes de ir directo a él y decirle que lo amaba – y con loca pasión- por supuesto.
Bien sabía que se gustaban, se había dado cuenta desde que las arañas los habían atrapado. Ese nivel de compromiso, solo lo había visto cuando dos personas dejaban de ser solamente amigos. La cuestión era que, la ingenua, y aún muy joven mente de Gon, no se daría cuenta. Killua esparaba que su amigo lo notara en algún momento, y por eso el juego del acosamiento le gustaba tanto.
Sobre todo en la parte donde respiraba muy cerca de su cuello. Se acercaba a él tan lentamente y silencioso como le habían enseñado. Cuando estaba por detrás hablaba cerca de su oído, susurraba tan suavemente, que solo Gon era capaz de oírlo.
-Basta Killua, me haces cosquillas- ¡Cosquillas! ¿Cosquillas? Killua alzó las cejas u dio tres pasos hacia atrás. ¿Había escuchado bien?
- ¿Cosquillas? – Aun sorprendido, se puso frente a él y lo miro serio.
-Si… mira- la serie de sucesos dejaron temblando al más talentoso de los Zaoldyeck.
Gon Freecks había sobrepasado el límite del aliento sofocante sobre el cuello, había llegado al punto del contacto, posó sus labios tibios sobre el cuello de su amigo y luego beso delicadamente esa piel suave y dulce.
Se había erizado, y justo después había temblado por esa sensación cálida en su piel, esos lindos labios rojos habían dejado su cuello y se había colado hasta muy cerca de sus labios.
Cerró los ojos cuando pensó que, los tersos labios de Gon lo besarían ¡al fin! Su sorpresa fue que el pequeño se separó y le sonrió.
-Cosquillas- Gon habló con su voz graciosa y le dio un beso más en la mejilla. Killua frunció el ceño y supo que ya era suficiente, se daba por vencido. Gon había ganado.
- Tú… eres mio- Killua tomo de los hombros a su compañero y luego de eso, supo que la hora de cazar se había acabado, él era suyo y esos labios eran suyos.
- Ya lo sabía-