Un mundo diferente, un mundo donde todo había cambiado, el hombre había empleado todos sus recursos en hacer una sola metrópoli. Se habían hecho experimentos con los humanos (pobres) y animales así adaptándolos a la nueva vida humana cambiando su apariencia física, nuevamente divididos entre los hermosos y los que no lo son. Los que pudieran presumir de su belleza eran llevados aun en contra de su voluntad al "Harem", a los que se les llamo "Pets", pobres y marginados esperando a un hombre o mujer rico para que se lo llevara, los que no tenían la suerte solo eran enviados a trabajar.
Personas avariciosas y sin escrúpulos, conformaban la otra parte del mundo, se creían por encima de los demás, en Seúl había una rara moda donde se tomaba a los "Pets" como mascotas, no solo domésticamente sino también para otro tipo de actividades, siempre tomando en cuenta que son de una raza "inferior".
Una de la familias más poderosas y ricas del mundo, la familia Kim con su único heredero Kim Jong In, chico que al tener todo, era caprichoso y egoísta, pero frío como el hielo después de perder a sus padres. Con estudios en casa y solo si él quería, sin necesidad de salir por no decir que ni la iniciativa propia de hacerlo. Parecía más un príncipe, no necesitaba mover un solo dedo, tenía más del dinero que podía gastar en toda su vida.
Perdido en la ventana de su habitación, miraba desde ahí el torrencial de gente entrar a su casa mas no conocía a nadie, todo el sonido de por debajo de sus pies no le dejaba pensar, la única razón de todo eso era su cumpleaños.
— ¿Kai, vas quedarte aquí toda la noche? — su mirada se poso en la puerta entreabierta, donde se encontraba una cabellera un poco rizada
— ¿No puedo? — Sonrió ante el gesto puesto por el chico — Baek yo no pedí una fiesta y menos que invitaran a media ciudad...
Baekhyun, su mejor amigo, mas grande que él pero aun así más pequeño de estatura, bastante alegre. Baekhyun era el único que había logrado mantener la calidez de su amistad, por lo que le había pedido que viviera con él en esa enorme y sola casa.
— Baek deben bajar ahora
— Oh! Chan ya vamos — el pequeño sonrío nervioso, el alto se marcho y el moreno se puso junto a él
— Así que ya se llevan de maravilla
Chanyeol invitado o más bien el combo que venía con Baek, un PET comprado por los padres del último como regalo de cumpleaños, según los papeles de Chanyeol este desciende de una manada de lobos local, de las cuales había muchas al estar la casa situada al borde de lo último que quedaba de bosque, al moreno no le agradaba la idea de tener a una persona solo como adorno, no era que Baekhyun le tratara mal, solo no le parecía, era algo... esclavizador.
Miró a Chanyeol que caminaba justo frente a ellos, seguía descolocándole de sobre manera las cosas picudas que salían de su cabeza, sus orejas negras y peludas. Como podían solo tomar dos formas de vida, jugar con ellas y mostrarlas por catalogo al mejor postor.
— ¿Que sucede?
— No es nada Baek.
Tenía un mal presentimiento, llegó a la planta baja vestido de traje para la fiesta, diviso gente tras gente interesada en ponerle las manos encima que se acercaba a felicitarlo, él solo podía sonreír y dar las gracias.
— Mi querido Jong In — su atención se atrajo hacia su Hyung, el que se encargaba de él y asuntos familiares — Hoy te conviertes en un hombre y para ello te he traído un regalo.
El hombre hizo un ademán y unos hombres entraron, a paso entrecortado se abrieron a los lados dejando ver a una hermosa chica, de cuerpo despampánate, y le atrajo de su rubia cabellera lo que sobresalía, le adornaban una orejas redondeadas con manchas negras, su sumisa mirada llegó a los ojos del moreno y sonrío descarada...
— No quiero este regalo — se giro sobre si
— Pero es un espécimen extraño y muy caro Jong In
— Dije que no quiero, es una chica no un objeto.
Molesto y atosigado de tanta hipocresía, salió al patio trasero de la casa, sin prestar atención a lo demás se perdió entre los arbustos de su gran jardín. Pensando mientras el aire movía su cabello cerró los ojos y respiro profundo.
Un sonido brusco y una respiración jadeante lo sacaron de sus pacifico momento, miro hacia el arbusto, espeso y de poca altura, el sonido de la respiración se apagaba poco a poco por lo que decidido se acerco de manera lenta, podía ser peligroso y lo noto más cuando lo que estaba detrás del arbusto saltó contra él.
—AHHHH! — su pecho subía y bajaba sorprendido, pestañeó un poco tranquilizándose era solo, un blanco casi plateado cachorro, ¿si lo era verdad?