Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Hermano mayor. por lovepikahyohyo

[Reviews - 177]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hoooooooooooooooola mis amores, mis vidas y aahhh~ 

Tuve esta idea y me parece buenísima, no la puedo dejar pasar, les prometo que el fanfic estará muy bueno.

Lo hice solo porque aveces no continuo Welcome to the family (Si quieren leerlo, les dejo aquí el link: http://amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=99923&chapter=1 ) y quiero mantenerme activa en mi cuenta, entonces cuando no tenga ideas para el otro fanfic, escribiré en este y cuando no tenga para continuar este escribiré en el otro. 

Ya saben, soy una SUPER FIEL AMANTE del HunHan. Para mí es la creación divina de la naturaleza y... ahhh~ adoro todo lo que tenga que ver con Lu Han y Se Hun. 

Disfruten el fanfic, esta vez me esforzaré más que en el otro, pero considero que también WTTF está muy bueno :)

Es bastante raro que me despierte de buen humor en la mañana, sobretodo si es Domingo. La diferencia de este día, es que ayer mi madre llamó a casa (había salido) para decirme que tenía una sorpresa para mí. 

 

— Mañana, verás algo que estoy seguro te encantará.

 

Exactamente esas fueron sus palabras, causaron una gran emoción en mi ser, ya que realmente lo teníamos todo y nunca había una sorpresa.

 

Provengo de una familia adinerada. Mi madre es muy generosa, humanitaria, pero sobretodo, es muy hospitalaria; y mi padre un hombre lleno de valores y principios, parámetros y moralidades. Crecí con la mejor educación que un chico pudiera tener, los mejores padres y el mejor ambiente en qué desarrollarse. Yo los amaba y ellos a mí, por lo mucho que me han cuidado, incluso teniendo ya 23 años. 

 

Horas mas tarde, me encontraba caminando por el jardín de la casa. Dentro estaba lleno de familiares y socios coreanos de papá, bebiendo vino, tomando té y compartiendo experiencias sumamente bohemias. 

 

— Lu Han, ¿cariño? —Giré mi cuerpo para ver a mi madre, acomodandome la chaqueta. —Ven por favor, quiero que veas a alguien.

 

Así que la sorpresa era un alguien... Cada vez me ponía más curioso. Supuse que sería alguna chica linda con la que mi madre quisiera emparejar mi matrimonio. Sí, seguro eso era.
Caminamos hasta el otro extremo del patio, un chico alto y formal, su cabello estaba muy bien arreglado. Bastante atractivo. Por alguna extraña razón, lo encontraba tan familiar que podía jurar que era alguien cercano, pero no sabía quien era. 

 

— Acercate querido. —Extendió su mano hacia el joven y este correspondió, caminando a mí y mirándome fijo, con una amplia curva dibujada en los labios. — Lu Han, ¿recuerdas a Se Hun?

 

Al escuchar ese nombre,  todos los músculos de mi cara se tensaron, mis piernas flaquearon y aunque no me vi, juro que me puse amarillo. 

 

— Hyung... —Su voz sonaba tan... agg, no lo se. No podía ser él, no. ¿Por qué? ¿Por qué mi propia madre me hace esto?.— Tanto sin verle... Nueve años distanciados. —Extendió su mano a mí y pude notar como me veía penetrantemente, su sonrisa era cada vez más astuta y solo yo podía notarlo. Estaba horrorizado, mi cara lo decía todo. Si a una persona no quería volver a ver nunca era a Se Hun. — No me diga que no me recuerda, me sentiré desdichado. — Bajó su mano y la guardó en sus pantalones al ver que yo no correspondí. Me sentía petrificado. 

 

— Los dejaré solos para que conversen. Se Hun, mi amor, si necesitas algo estoy dentro de casa para atenderte. —Pronunció mi madre, acariciando mi espalda de arriba hacia abajo, aún sin notar mi desagrado por el visitante. 

 

— No te preocupes... —Respondió, observándole de reojo un momento, posteriormente centrandose en mí únicamente. — Si necesito algo te buscaré, omma.

 

Omma... omma... Maldito bastardo. 
Me toqué la frente con la mano temblando, cerrando los párpados antes de que un sin fin de recuerdos vinieran a mi mente...

 

Omma... Esa palabra... omma...

 

— ¡Omma! ¡He llegado del colegio! —Gritó al entrar por la puerta de la casa, haciendo que me asomara por la puerta de mi habitación. Ahora, nuestra habitación.— Oh, Luhan-hyeung —Se detuvo a mirarme, con una amplia sonrisa. Mi pequeño hermano adoptivo, de nombre Sehun. En su país ha pasado una terrible catástrofe y mis padres decidieron traerlo a China a vivir con nosotros para apartarlo del peligro por dos años. Están haciendo eso con muchos niños de Seúl. El lapso se cumplirá en 10 meses. — ¿Está todo bien? 

 

— Mamá no está, sírvete algo de comer y deja de gritar. Enano molesto. —Chasqueé  mis dientes y volví a adentrarme en mi pieza, sin cerrar la puerta totalmente. Tomé la computadora y busqué algunas páginas pornográficas. Se había convertido en mi pasatiempo desde que en el colegio me habían mostrado algo de ello mis compañeros YiFan y YiXing. Este último de un grado inferior. Ya había comenzado a tocarme por encima de la ropa y mi pulso se sentía cada vez más elevado debido a la erección que estaba cobrando.

 

— ¿Qué estás viendo? —No me di cuenta de cuando Se Hun se había adentrado en mi habitación, y al estar detrás de mí, podía observar todo lo que yo. Tiene 10 u 11 años, no debe ver estas cosas. Yo tengo casi 15, es un caso distinto. 

 

— ¡Largate de aquí, mierda! —Apagué el monitor rápidamente y lo tomé de los cabellos, hundiendo su cabeza en una almohada. — ¡¿Qué te dije acerca de entrar en mi pieza sin tocar?!

 

— ¡Hyung, espera! ¡Solo quería jugar contigo! —Intentó defenderse pero no podía, claramente. Soy mucho más alto y fuerte que él.

 

Nadie se daría cuenta de lo que haría. Sehun no hablaría ni podría evitarlo. 

 


Comencé a marearme y tener un terrible dolor de cabeza, las memorias eran tan presentes que casi sentía estarlas viviendo en ese mismo instante. 

 

— ¿Quieres jugar? —Lo solté poco a poco y él solo me miró con curiosidad. Desabroché sus pantalones y al instante se sobresaltó, más no intentó impedir nada.

 

— H-hyung, ¿que haces? Por qué me... ¡agh! —Estaba harto de sus quejidos, así que le apreté el cuello con la mano izquierda. Al estar desnudo del torso hacia abajo, su cara delataba que estaba a punto de llorar, de vergüenza, quizá. Gritó cuando uno de mis dedos se introdujo en su pequeña y bastante cerrada entrada. Sin embargo, ese grito no fue comparación a los siguientes cuando comencé a moverlo en círculos para abrirlo. — ¡Detente! ¡Hyung! ¡Me lastimas! 

 

Sin escuchar ninguna de sus plegarias, le penetré con mi miembro. No estaba exactamente seguro de como se sentía el sexo real, pero esto era mil veces mejor que una masturbación. Sin embargo, él no parecía estar disfrutándolo para nada. Se revolvía del dolor y las lágrimas de sus ojos no paraban de recorrer su rostro. Lo hice rodar por la cama y acaricié todo su cuerpo.

 

— Por qué volviste... —Murmuré tan bajo, que incluso no pude diferenciar aquello de un pensamiento. Fue tan frío e inexpresivo que ni siquiera se apreciaba la entonación de pregunta. 



— Volví para pasar tiempo juntos, como antes, hyung. —Respondió de forma simple y su sonrisa se hizo cada vez más y más ladina. Él sabía lo que estaba causando en mí el solo verle; estaba sudando frío, temblaba y a cada segundo empalidecía más notoriamente. 

 

— Hyung, vayamos a jugar fútbol, ¿sí? —Comentó sonriendo ampliamente mientras me entregaba un balón y se incaba en el colchón de la cama.


— No Sehun, mejor matemos el tiempo de otra forma. —Sonreí y atajé en mis brazos su pequeño y delgado cuerpo, colocándolo encima mío, dejando caer la pelota por debajo de la cama. — Tú conoces cómo divertirme, Sehunnie. 

 

— P-pero... siempre duele mucho. — Ciertamente, estaba en su derecho de tener miedo. Pero no podía contradecirme; no era de su conveniencia. No era normal que le tratara bien, y eso no duraba más de cierto rato.

 

— Vamos pequeño, no me hagas esto.  —Mordió su labio inferior intimidado, pero finalmente asintió. Tomó las orillas de mi pants y lo bajó, quedando sentado justo el bulto, restregandose lentamente. Poco después, también se deshizo de la delgada tela que cubría mi hombría y comenzó a jugar con su saliva sobre el el falo que tenía frente a su rostro, osea el mío.

 


Luego de recordar gran parte de los acontecimientos que le hice pasar teniendo tan solo 10 años de edad, decidí mirarlo a los ojos, realmente enojado. Ya me había arrepentido cerca de una década de mi vida de esa etapa, no podía estar aquí, torturandome, poniendo mi mundo de cabeza.
Aquél pequeño niño del que yo abusaba cuando era totalmente inocente y no tenía noción de lo que estaba sucediendo, ahora era un hombre de 19 años, más alto y fuerte que yo, seguro y rígido. Pero sobre todas las cosas, en este momento estaba consciente completamente de como le jodí la vida y lo asqueroso y mal nacido que fui con él.  

 

— ¿Qué quieres de mí? —Puse las manos en mi cadera, mostrándome en mi faceta más frívola. No estaba en el mínimo derecho de ser yo quien se indignara, pero tenía que sacarlo de mi vida cuanto antes. — Sabes, lárgate de mi casa y no quiero que vuelvas por aquí, nunc... —Uno de sus largos dedos se posó en medio de mis labios, interrumpiendo lo que decía.

 

— Tu querida madre me invitó a venir, pagó mi vuelo y está muy feliz de verme. Tú no eres nadie para sacarme de mi casa. ¿Recuerdas? Esta también es mi casa, tus padres lo dijeron justo antes de devolverme a Corea. —Retiró su dedo y se incorporó, dando un paso hacia enfrente, provocando que yo retrocediera.

 

— Te lo suplico, aléjate de mí. No quiero tenerte cerca, siquiera hablar contigo me ha hecho pasar el peor malestar de toda mi vida. —Y no mentía. Me sentía como la mierda de sólo Mantener esa absurda conversación—. Dime algo... ¿Para qué has vuelto, Se Hun? Solo desaparece, no quiero nada contigo y...  —Antes de concluir con mi frase, volvió a interrumpirme, esta vez con una carcajada que lo hizo doblarse un poco hacia el frente. Pareciese que estaba contando un chiste pero no era así. Arqueé mi ceja diestra, notando como me tomaba por la mandíbula y se acercaba a mi oído, repegando los labios al contorno de la oreja.

 

— Hyung... —Otra pequeña risa salió de sí. — Nunca saldré de tu vida. Nunca. —Su aliento rozó en mi oreja, por completo—. Haré que seas tú el que mesuplique por quedarme. 

 

Me estremecí, después empujándolo con fuerza para que se alejara, sonrojado y furibundo por sus risas extrañamente descaradas. Odiaba que la gente se comportase a sí. Y a él, por el simple hecho de ser él, lo odiaba más que a ningún otro individuo. No era así anteriormente, pero el aparecerse aquí no me pareció para menos.
Pero por ahora, solo importaba mantener su boca cerrada a toda costa. Mi libertad valía más que todo eso. Mis padres y el como me despreciarían, tampoco lo soportaría.

 

— Qué hago para que no hables... —Suspiré, resignado, acercando la mano a la bolsa trasera para sacar la chequera. Creí que querría dinero, ya que mi familia contaba con el suficiente para mandarlo a la mierda que que jamás volviera a molestar. — Si quieres dinero solo dime cuán...

 

— No quiero tu dinero, no me hace falta. —Me cortó, seco. 

 

— ¿Entonces? —Crucé mis brazos y esperé su respuesta. Volvió a acercarse esta vez me estrelló contra un muro cercano, dejándome acorralado para cualquier lado que fijara la vista.

 

— Solo quiero jugar contigo, hyung

Notas finales:

¡Muchas gracias por leer!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).