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Pet por sleeping god

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Notas del capitulo:

No decidia donde cortar este capítulo por eso la tardanza.

 

Dedicado a mi Gloria, cuyo nombre le hace honor a tan hermosa chica.

Le colocan el toque final de la ropa mientras sacan el cabello que ha crecido de debajo del saco, llegándole incluso debajo de la cintura pero llevándolo en desorden.

-tienes un hermoso cabello, Grimmjow.

-gracias, amo-se levanta y Aizen hace lo mismo del banco-¿Cómo has visto a Ulquiorra?

-adolorido.

-eso pensé ¿crees que podrías animarlo? No fue mi intención lastimarlo tanto esa noche-le pide después de que hace un par de noches decidiera no sólo introducir su miembro en el jovencito.

-lo intentaré, amo-se retira para ir al jardín, donde el susodicho descansa bajo la sombra de los arboles-Ulquiorra.

-¿Qué quieres?-dice sin levantar los parpados.

-¿todavía te duele?

-no tienes ni idea-responde, colocándose en los codos mientras permanece acostado en el vientre-si supieras que es este dolor.

-no lo sé. Yo monto, no me montan.

-lo sé-vuelve a recostarse un poco desilusionado-a veces me da envidia.

-¿de qué hablas?-se sienta compartiéndole una sonrisa-todos tenemos envidia de ti por ser el favorito del amo.

-mira a qué precio.

Gira la cabeza sin saber que decirle.

-te traeré la comida aquí-completa, siendo lo único que se le ocurre.

Sonríe un poco a la poca pero sincera ayuda que le brinda su hermano.

-te lo agradeceré.

-¿y por qué ahora no?

-no seas idiota.

Se ríe para ver esa incomodidad en el murciélago, de quererse reír pero nunca hacerlo, únicamente aclarándose la garganta, con su mano hecha puño en la boca y un leve rosa en las mejillas.

 

Con un par de días mejora, sobre todo porque sale una semana su amo, dejándoles con un sujeto de cabello plateado y ojos rojos que no les prestaba la menor atención ya que tenía a su propia mascota, un chico de cabello plateado y ojos azules, apenas un niño.

 

Acabada la semana esperan con ansias el regreso de Sousuke, todos en la puerta, aguardando con alegría contenido. Al entrar lo reciben felices excepto que se detienen cuando pasa otro sujeto. Todos se ponen alertas contra el extraño, interponiéndose entre ese y su amo.

-basta, basta, es un amigo-los calma, haciendo que este hombre enorme, de piel morena llena de cicatrices, cabello oscuro en punta echado hacia atrás y un parche el ojo pueda pasar. Sonriendo sin razón aparente.

Se sientan en la sala y los otros se dispersan según su atención al asunto. Ulquiorra permanece cerca, al igual que Starrk y Nnoitra, pero el resto sale al jardín. Más tarde llaman a Grimmjow a la sala.

-Grimmjow, gatito, quiero que charles con mi compañero.

-claro-dice sentándose en el suelo de la sala.

-los demás, salgan-les pide el amo y obedecen.

-¿Cuántos años tienes, Grimmjow?-pregunta el moreno sin perder detalle del peliazul, tragando saliva a la excitación, le dijeron que era exótico pero jamás imaginó esa dulce y sexy extravagancia.

-tengo 16 años.

-es bastante mayor. Sin embargo admito que es excepcional-le comenta al otro sin ocultar la sonrisa complacida.

-¿te gustan los bosques, el frio…? Tu sabes, lo salvaje-dice esto último con malicia que la mascota no comprende.

-sí, me gusta.

Sin más rodeos se levanta y con malévola sonrisa, declara:

-es un trato, Aizen. Me lo llevo hoy mismo.

El castaño nota la expresión de Grimmjow que no comprende del todo que quiso decir, lo toma de los hombros y le va contando.

-ese hombre tiene una enorme mansión en el bosque, te va a gustar. Quiero que entiendas que todos se marcharan tarde o temprano y debes agradecer que ese hombre te escogiera, sé que le gustaste mucho y sólo debes hacer lo que te diga.

-no entiendo… ¿ya no soy su mascota?-pregunta con pesar y miedo-¿hice algo malo?

-no, no digas eso-le reconforta acariciándole la cabeza-es sólo un cambio necesario…-sin aviso el moreno se aclara la voz, marcando que tiene prisa por llevárselo-adiós, Grimmjow-sin más se despide.

Sin poder decir nada lo llevan a fuera y entra en a un auto con el otro sujeto, sin que Aizen le devuelva  los ojos al rostro triste del felino.

-seré tu nuevo amo-le dice mientras enciende el auto-no tienes nada de qué preocuparte, te daré esto y más.

No comprende, sólo observa su hogar quedar cada vez más lejos.

-Aizen te dejó el cabello largo. Eso me agrada-sin aviso frena y le sujetan una pierna. Atinando a pegarse más al asiento.

-¿Qué haces?-cuestiona incómodo.

-¿eras tú quién embarazaba a las chicas?

-sí-endurece la vista y tensa los músculos. Se siente atrapado e inseguro.

-es una lástima. Bueno, ahora tú serás mi chica-dice con gran sonrisa, disfrutando de los bellos ojos del joven que se muestran necios a complacerlo, deseoso de desaparecer ese brillo lo más pronto posible.

-quiero volver con mi amo-responde, alejándole las manos.

-tu amo ya no te quiere. Te abandonó… no, te regaló para poder tener a chicos más jóvenes.

No entiende, no entiende y no entiende. Únicamente atina a ver el cuerpo musculoso, alto y varonil que desarrollo con los años y preguntarse si ese era el problema.

-¿no… regresará?-vuelve a cuestionar, ahora melancólicamente.

-no, sólo me tienes a mí-le muerde el pálido cuello, sin obtener reacción del muchacho, mete las manos en el saco, acariciando una piel muy suave y cálida.

Grimmjow no puede dejar de pensar en su soledad, sin embargo cuando le ponen una mano en la entrepierna automáticamente lanza un derechazo al rostro, dejando a su nuevo amo sorprendido y sangrando de la nariz con una sonrisa malévola.

-así me gusta-espeta el moreno y se sube encima del otro, aplastándolo de la barriga contra el sillón para meter una mano en el pantalón hasta el trasero.

-¡déjame en paz, idiota!-grita iracundo como hace mucho no estaba.

-tienes una boca muy sucia, eso nos será útil.

Bufa de enojo al sujeto que está tocándolo. En cuanto siente el agarre menos fuerte sobre su tórax toma impulso y se empuja hacia el frente, golpeando al otro hombre contra el parabrisas que le queda una marca como de una telaraña con sangre. Abre la puerta, mirando rápidamente a ese loco ir hacia él aun con la herida. Revisa el bosque oscuro y sin pensarlo entra en él, escuchando los pasos del otro muy cerca, finalmente brinca a un árbol y lo trepa, guardando silencio en una rama.

Pasan unos segundos y escucha:

-¡Grimmjow! ¡Grimmjow! ¡Sal, gato! ¡Sé... sé que no empezamos muy bien pero todo mejorará! ¡Sal de donde estés, gato de mierda!-escucha golpes contra los troncos y uno en su árbol.

Empieza a llover.

Le invade un miedo difícil de controlar pero que guarda dentro para no temblar y caer.

El auto arranca, dejándole abandonado.

Baja de la copa y emprende el camino a ningún lado.

 

Asustado, mojado, abandonado, triste y hambriento, así se describe bajo un árbol a la mañana siguiente mientras la torrencial lluvia cae. Llora un poco y luego duerme. Más tarde escucha unos pasos hacia donde está. Ha dejado de llover. Se pone a la defensiva hasta que una chica con el cabello negro lo encuentra y lo mira extrañada, detrás de ella otra con el cabello largo y anaranjado, esta última sonríe y le dice:

-hola ¿no tienes frio? Estás todo mojado ¡ya sé!-busca en su mochila un suéter pero la otra la detiene antes de acercarse.

-¿Qué pasa, Tatsuki?

-su rostro…

Él sigue mirándolas con desconfianza y listo para atacarlas.

-¿de qué hablas? Sólo esta empapado-se acerca y por la confusión permite que le pongan el suéter en la cabeza y empiecen a secarlo. Eso le gusta y se deja hacer-lo ves, ahora se siente mejor ¿verdad?-lo ve por debajo de la ropa y este sonríe y le lame el rostro a lo que ella grita y cae de la impresión-¡me… me… me… me lamió!

-¡¿Qué diablos te ocurre?!-le grita la pelinegra levantando a su amiga.

-quería darle las gracias-dice retrocediendo un poco.

-¿Qué diablos…? Este sujeto es extraño, será mejor irnos, Orihime-ambas empiezan a caminar para acabar ese paseo al bosque pero él las sigue y cuando se detienen hace lo mismo, cansada de eso vuelve a gritarle-¡¿Qué quieres?!

Se sienta y mira el suelo, dispuesto a volver al árbol.

-hay que llevarlo, Tatsuki. Parece perdido.

Alza la cara y se alegra, llevándolo la pelinaranja de la mano.

Llegan a una casa que lo primero que hace es inspeccionar sin lograr encontrar un jardín que es su lugar favorito.

-ven, te daré ropa seca-la sigue a un pequeño cuarto y le entregan pantalón y camisa-eran de mi hermano, espero te queden-a punto de salir nota la mira confundida de Grimmjow-¿ocurre algo malo?

-¿Qué esperas? Vísteme.

-¿Qué?-se sonroja completamente-es… espera-sale y le dice a su amiga lo que ocurre, entrando ya harta del sujeto fingiendo ser estúpido.

-no le hables de esa manera a Orihime, ella sólo quiere ser amable contigo así que vístete y déjate de estupideces.

-no me hables de esa manera que no eres mi amo. Además ella me dio la ropa y planea que me vista solo.

-¿y?

-¿Cómo que “y”? ¿Cómo diablos se supone que lo haré solo?

-debes estar bromeando-más la cara del hombre no es de burla pues habla con plena seguridad-¿Quién eres?-cuestiona intrigada.

-Grimmjow.

-¿alguien cuida de ti, Grimmjow?

-cuidaban de mí. Ahora se ha ido…-vuelve a entristecerse- y no volverá mi amo.

No comprende nada de lo que dice pero definitivamente no puede desvestir y vestir a un hombre por más enfermo o confundido que este, así que sale y llama a un amigo de hace mucho tiempo.

 

Llega bastante curioso por esa llamada de Tatsuki que no quiso decirle nada hasta que llegara. Al entrar está ella sentada en el sillón.

-¿Qué ocurre?

-encontramos a alguien y parece estar loco o algo así.

-¿de qué hablas?

-ahora está Orihime con él-van al cuarto y la chica esta peinando el largo cabello del sujeto que  disfruta eso.

-hola, Kurosaki-kun.

-ho…-dice a medias porque Grimmjow gira la cara y lo ve-… lo conozco.

-¿lo conoces?-dicen las dos.

-hace bastante tiempo lo recogí en la carretera y lo lleve a su casa… parecía confundido.

-ahora sigue igual-responde la pelinegra.

-¿te acuerdas de mí?-le pregunta una vez dejaron de peinarle el largo cabello azul.

-sí, eres Ichigo.

-¿Qué haces aquí? ¿Y por qué estás tan mojado?

-por eso te hablé. Resulta que no sabe cambiarse solo y ayer estuvo bajo la lluvia.

-¿Cómo que no sabe cambiarse solo?

Encoge los hombros, llevándose a la otra muchacha para dejarlos solos.

Suspira Kurosaki con fastidio.

-¿de verdad no sabes vestirte o es una broma de mal gusto?

-no sé ¿Tú sí?

-¡claro que sí!-se tranquiliza y toma la ropa seca-quítate la ropa.

Con lentitud y torpeza se saca el saco pero el pantalón no lo logra por la cinta. Es entonces cuando Kurosaki comprende que no es un chiste. Le ayuda con algo de vergüenza, más porque no lleva ropa interior. Cierra los ojos sintiéndose caliente de las mejillas, queriendo ignorar que vio un miembro de más de 25 cms colgando frente a él. Toma el pantalón y este levanta la pierna y mete un pie, después el otro y lo sube.

-¿Qué te pasa?-pregunta Grimmjow por verlo color rojo.

-na… na…

-¿Qué?

-¡nada!

-tranquilo. Qué raro eres.

-¡no estás en posición de decir eso!-termina de abrotoñar el pantalón y le pone la camisa que le queda apretada por lo cual debe dejarla abierta-¿y bien? Volviste a perderte de camino a tu casa ¿verdad?

-no, ya no tengo casa porque mi amo me cambió y no quiero estar con mi otro amo-dice naturalmente, inspeccionando la ropa que no es como las demás.

-¿amo?

-sí, mi amo… o bueno, mi ex-amo.

Sin querer indagar más salen del cuarto y se sientan a la mesa a hablar del nuevo pero ese en vez de sentarse en la silla opta por el piso.

-siéntate, Grimm-kun-pide Inoue.

-ya lo estoy ¿Qué no ves?

-¡no seas grose…!- calla Ichigo a Tatsuki con una seña, creyendo ver en ese hombre a una… una mascota… en todos sus gestos.

-se me ocurre algo-dice y trae un plato con leche que deja en el suelo.

-¿Qué intentas?-le dice su vieja amiga hasta que ven al peliazul ir a beber de el-… realmente está enfermo.

-no lo sé-dice Kurosaki-déjame intentar otra cosa-trae una pelota y se la enseña, de inmediato se levanta y se pone atento a ella, la arroja lejos sólo para no poder creerlo.

-es imposible-dice algo trastornado.

-¡es muy lindo!-responde la pelinaranja abrazando al sujeto que se deja acariciar.

-no está bien esto. Debemos hablar-les menciona a las chicas, dejando al peliazul recostado en un tapete del cuarto.

-¿no crees que actué?

-no lo creo, parecía muy sincero con eso de que no sabe vestirse.

-¿Qué haremos?

-no sé qué le harían en una institución mental y ni hablar de regresarlo con aquel sujeto que lo tenía.

-¿llamo a la policía?-pregunta la de ojos castaños.

-no, hay que esperar un poco-responde Ichigo no queriendo encerrar a la mascota-humana- un par de días para decidir.

-tendrás que quedártelo tú, Ichigo-dice Tatsuki pues no dejará que un hombre se quede en casa de su amiga.

Pensaba negarse pero también comprende que eso no es adecuado, por lo cual acepta.

Entra a la habitación y lo encuentra profundamente dormido.

-Grimmjow-dice y ese hace un gruñido-vámonos.

Se despereza y pregunta en un bostezo-¿A dónde?

-a mi casa.

Se rasca el cabello y lo sigue, sin poder fingir una sonrisa de aceptación.

-nos vemos, Grimm-kun.

-nos vemos-responde siguiendo a Kurosaki, sin embargo a una cuadra la mascota entra a un centro comercial.

-¡Grimmjow!-lo regaña por abrir una caja de galletas y empezar a comerlas-deja eso.

-tengo hambre y están deliciosas, nunca las había probado.

Realmente no sabe cómo ver a ese tipo de cabello largo pero con la cara de todo un adulto.

-te las comprare. Dámelas.

Se las entrega al pelinaranja y lo sigue a la caja, sin perder de vista a la cantidad de gente que hay, preguntándose quiénes son amos y cuáles mascotas, además todo le resulta nuevo.

-qué bonito cabello-dice una chica de secundaria agarrándole un mechón, haciendo que este la mire para que le acaricie la cabeza. Ella se sonroja y con duda pone una mano en la cabeza de aquel que la agacho para estar a su altura-jejeje… que gracioso.

-Grimmjow-regaña Ichigo jalándolo con él-no actúes así.

-¿Cómo?

-olvídalo…-no sabe cómo explicárselo por lo que esperara a llegar a la casa.

El camino fue realmente largo, el peliazul se detenía por cualquier cosa, ya fuera que hiciera ruido como un sujeto con guitarra que le hizo girar a los lados la cabeza, un colorido reguilete o una tienda de perfume, sin decir que casi se agarra a mordidas con un perro salchicha que paseaba una niña.

-llegamos, pasa-entra y husmea pero es detenido-ven, sube-entran a la habitación y la cierra con seguro-Grimmjow, tengo muchas preguntas.

-yo también ¿Eres un amo? ¿Tienes más mascotas? ¿Piensas quedarte conmigo? ¿Puedo seguir saliendo?

-cálmate-se sienta a la cama y nuevamente el otro hizo lo mismo en el suelo, diciéndose que era como un perro adiestrado a no subirse a los muebles-¿Quién era tu amo?

-yo hice preguntas y si no me las responder no diré nada-dice totalmente seguro.

-está bien ¿Cuáles eran tus preguntas?

-¿eres un amo?

-eh… nadie… bueno…-se llevó una mano a la barbilla para tratar de responder como se debe-¿cuáles eran las otras?-prefirió pasarla a lo siguiente.

-bueno… ¿piensas quedarte conmigo?-cuestionó con una esperanza difícil de resistir.

-… no lo sé… por el momento sí, te quedarás conmigo-hizo sonreír a Grimmjow, haciendo que Ichigo se sintiera bien consigo mismo-pero respecto a salir… veremos con los días. Ahora es mi turno.

-está bien.

-¿Quién es tu amo?

-se llama Aizen-apunta mentalmente el nombre.

-¿es tu padre?

-no, cuantas veces voy a decir que es mi amo-reniega asomándose a la ventana, viendo casas y casas.

-¿Cuánto tiempos llevas con él?

-toda mi vida hasta ahora.

-¿y cómo te trataba?

-yo era su segundo favorito… después de Ulquiorra, pero no me importaba porque ser el favorito implicaba hacer el amor con él y yo prefería a mis hermanas que huelen bien.

Se quedó impactado, no sólo violaban al chico que vio con él aquel día sino que decía que mantenía relaciones con sus hermanas.

-¿él te obligaba a hacerlo con tus hermanas?

-no, además así es como tendría niños.

-¡¿eres padre?!

-supongo.

-¿Dónde están tus hijos?

-los vendió.

No parecía importarle, de verdad era como un perro con pedigree que realmente no le importaba que le hacían a las hembras y los niños que pasaban frente a él.

-¿eras su mascota?-cuestiona lentamente.

-sí.

-¿todos ustedes?

-sí ¿Por qué tienes esa cara?-pregunta ahora al pálido chico-dijiste que tenías dos hermanas.

Se paralizó a punto de gritarle que no se le ocurra acercarse a ellas pero recapacitó.

-nuestra relación no es así. Grimmjow, tengo que decirte algo.

-¿Qué?

-ven aquí-le señala la cama y con duda se sube a ella-tú no eres una mascota.

-¿de qué…?

-déjame terminar. Eres un humano, igual a mí, a tu amo, a Ulquiorra y a las chicas que te escogieron, nadie es mascota de otro ¿entiendes?

Frunce el ceño tratando de que entrara eso en su mente sin lograrlo, sintiéndolo como si a cualquiera le dijeran que ya no son la raza superior en la tierra.

-seguramente a Aizen lo veías dormir en la cama, conducir, comer en la mesa, vestirse, muchas cosas ¿correcto?

-sí.

-tú eres igual.

-no, no puede ser-dijo bajándose de la cama.

-Grimmjow ¿en qué eres diferente?

-soy su mascota, o lo era.

Lo jala a un espejo y le muestra su reflejo.

-dime en qué eres diferente.

Se observa, ya se conocía pero nunca… nunca se pensó otra cosa que una mascota más. Recordó a su amo y nada de lo que ese tuviera a él le faltaba. Abrió bien sus ojos.

-¿un… humano?-tocó el espejo temblando-¿de verdad?-miró a Ichigo y este afirmó. Tocó la playera y por primera vez intento abrotoñársela él solo, fue difícil pero pudo hacerlo con un botón. Se mantuvo en silencio y luego dijo:

-¿Qué debo hacer como humano?

-… bueno… pues… lo que quieras… o casi todo. Comamos ¿está bien?

Afirmó.

Primero vio que no hubiera nadie en la cocina y después le dijo al otro que bajara. Sirvió algo de estofado, viéndolo sentarse y sonreír como si fuera la gran cosa, pero todo acabó al verlo levantar el plato para beber.

-¡oye, no! Agarra la chuchara, mira, así-le mostró como la sostenía él y luego le ayudó a agarrarla. No era fácil y terminó por arrogarla-te daré yo. Es de mala educación comer de esa manera-le da cucharadas que acepta con una sonrisa.

Al concluir suben a su cuarto y se sienta a la computadora.

-Grimmjow, te tengo que pedir un favor.

-dime-dice sentándose en la cama y luego acostándose.

-nadie debe verte en la casa ¿entiendes? Si descubren que te tengo aquí te van a sacar.

-¿Por qué? ¿Les molesto?

-no es eso, pero por el momento no actúas como un humano “normal”.

-entiendo-se recuesta en la cama y duerme.

Ya en la noche el felino duerme en el armario, sin quejarse de que apenas cabe por considerar al pelinaranja muy amable con él, creyendo aun en su fondo animal que sería quizá no su nuevo amo pero si la persona que lo cuidaría.

Notas finales:

Gracias por leer.


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