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Tiempo De Recuperación por KuroAshi_ZxS

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Notas del fanfic:

Hola a todos! Aqui mi llego de nuevo con otro de mis fics XD *escondida quien sabe donde* xD se que muchos de ustedes me van a querer matar por no actualizar, demo demo QnQ estoy sin ideas y aprovechare que este fic ya lo tengo terminado mientras se me ocurre como continuar cualquiera de mis otros fics QxQ

Bueno, esta historia pueden tomarla ya sea antes o despues del Time Skip XD y no creo que dure mas de cuatro caps, ya veran por que ewé

Espero les guste y un saludo especial para todos aquellos lectores que me han estado siguiendo en todos mis anteriores trabajos o3o/, especialmente Julie chan y a Sofi chan n.n este fic es para ustedes dos x333

Notas del capitulo:

One Piece es propiedad de Eiichiro Oda, si no quien sabe...

Mil disculpas por las posibles faltas ortograficas y espero les guste n.n

Ya había pasado una semana ¡Una jodida semana! Y aún no había mejora alguna. Si no fuese por la culpa de ese maldito cocinero y su maldita gripe nada de esto hubiese pasado. No sé si logre aguantar más tiempo, y aún menos después de la escenita de esta mañana…

Tal vez ustedes se estén preguntando de qué demonios estoy hablando, y es lo más lógico en este caso. Les contare lo que me ha ocurrido, el “infierno” que he vivido desde que ese pervertido que tenemos por nakama cogió una gripe un tanto persistente (seguramente por estar fumando como chimenea, aunque él lo niegue) y, aunque con mucho esfuerzo, Chopper ha logrado retenerle en cama durante esta larga semana.

Y es justamente aquí, donde inicia el verdadero problema. Cuando me refiero a que no ha habido mejora alguna no hablo precisamente de su gripe, sino                que de las reacciones que he sufrido yo por culpa de aquello. Tal vez no lo entiendan ahora, pero luego se darán cuenta de lo que el cocinero ha provocado inconscientemente en mi todo este tiempo…

Este “infierno” personal comenzó la semana pasada, luego de que cejas de sushi le cambiase el turno de guardia a Robin (otra vez), alegando que su belleza se marchitaría si no dormía lo suficiente.

Resultado: el cocinero cogió un resfrío por pasar toda la noche a la intemperie pero, como reitero, al fumar como cosaco termino con una gripe bastante fuerte. Aun así, más persistente y fuerte que la enfermedad misma, el verdadero problema para mí era el cocinero a quien, seguramente, no hubiésemos podido retener en la cama de la enfermería si no hubiese sido por las chicas de abordo.

¿Dónde entro yo en todo esto? Buena pregunta. Los chicos me asignaron (aunque mejor dicho debería decir la “usurera” que tenemos por navegante) que fuese su “guardia personal”, bajo el pretexto de que yo era el único capaz de mantenerle en cama, o en su defecto, al menos en la enfermería. La verdad es que aquella era una excusa por demás convincente, todos sabíamos de lo terco que era el rubio cuando de sus labores y su preciada cocina se trataba.

Durante esos siete días me la he pasado bajando fiebres altas y soportando sus múltiples maldiciones, cada cual más original que la anterior, por no permitirle abandonar la enfermería. He tratado con todas mis fuerzas no golpearle por más que mi paciencia a este punto ya se ha visto sobrepasada, repitiéndome una y otra vez que un guerrero honorable no golpeaba a una persona indefensa, por más que el cocinero de indefenso, no tuviese nada.

Tal vez ustedes en estos instantes se estén riendo de mí, burlándose por no saber cuidar de un simple enfermo, que eso no es cosa de otro mundo. Pero lo que realmente me ha jugado en contra todo este tiempo es el hecho de que al menos, desde hace algunos meses, ese cocinero pervertido me trae loquito por sus huesos.

Lo más seguro es que si alguien de la tripulación me escuchase en estos momentos no podría creerse que me había enamorado de ese rubio de bote, pero a estas alturas ya me es imposible negar que estos sentimientos se han transformado en una necesidad para mí.

Varias veces me desperté agitado luego de alguno de mis ya acostumbrados “sueños para adultos” con el cocinero, después de quedarme dormido al quedarme gran parte de la noche cuidando por sus salud. Otras tantas veces no había podido evitar pensar cosas algo sucias (por no decir muy sucias) al verle sonrojado y jadeante pero, lo que seguramente ha sido la gota que ha colmado el vaso, había ocurrido justamente la noche anterior.

La verdad es que no sé si fue culpa de su estado de delirio, o quizás porque mis defensas habían terminado por caer luego desea semana, pero de lo que estoy seguro fue de haber escuchado susurrar mi nombre mientras dormía apaciblemente. Fue en ese instante en que ya no pude controlarme y, en un impulso, bese sus labios con una calma y una pasión que contrastaban enormemente en mí.

Aquellos fueron los segundos más maravillosos de mi vida, sin dudarlo. A pesar de que en aquellos instantes Sanji se encontraba inconsciente por culpa de la fiebre, correspondió al beso más exquisito y gratificante que he tenido en mi vida.

Pero nada puede durar para siempre, ya que fueron estas mismas causas los que me llevaron a descubrir mi propia fachada esta misma mañana.

Cuando me dirigía a la torre vigía luego del desayuno para hacer un pequeño entrenamiento matutino antes de volver a mi papel de “enfermera personal”, escuche un fuerte ruido en la enfermería seguido por los gritos de renito y de las chicas del barco. Sin pensarlo dos veces me precipite hacia el interior del barco, topándome apenas entrar por la puerta con la imagen más sexy había visto, aun mejor que en mis regulares sueños pervertidos: Sanji se encontraba sentado de rodillas en el suelo a tan solo un escaso metro de la cama, con su carita totalmente sonrojada, jadeando aun por la fiebre y su cabello ligeramente pegado a su rostro.  Usaba una camiseta excesivamente grande en comparación a su delgado cuerpo, dejando al descubierto uno de sus hombros y cubriéndole hasta la mitad de los muslos.

Suspire un poco, intentando calmar mis ideas al darme cuenta que lo más probable es que el terco del cocinero seguramente había intentado levantarse a pesar de las advertencias del doctor y, en consecuencia, había caído estrepitosamente al suelo luego de perder el equilibrio por la falta de fuerza en su cuerpo o por producto de la fiebre.

Repentinamente la expresión de Sanji cambio, fijando su vista en mi cuerpo mientras un sonrojo, al parecer esta vez natural, teñía rápidamente sus mejillas hasta la raíz de su cabello. Extrañado, baje mi vista para averiguar qué era lo  que le había hecho reaccionar así y, al darme cuenta de que era lo que estaba mirando, no pude evitar ruborizarme fuertemente mientras salía corriendo, por no decir huyendo, de la enfermería en dirección del baño.

Sanji no me había podido descubrir en una peor situación que esta, y seguramente los demás chicos también se habrían dado cuenta de mi desliz a juzgar por las expresiones de sus rostros.

Había pasado un bochornoso accidente una y exclusivamente porque “cierta” parte de mi cuerpo había despertado en un momento inapropiado al ver al rubio de aquella forma y ahora, por su culpa, debería tomar una ducha fría para poder calmar aquellos instintos y lograr pensar con claridad…

Tsusuku (o tal vez no xD)

Notas finales:

Espero les haya gustado y sus rew TTuTT cuidense mucho mis lectores ^^

Nos Leemos!!! x33

Kuro-Chan!!!


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