Pov BangCheol
“Un niño sufre en su pobreza mientras
que otro sufre en su mansión. No estás solo, Miru.”
Eso era algo que siempre me decía mi nana para reconfortarme por las noches, cada vez que papá salía con una mujer para buscarme mamá…pero yo solo le necesitaba a él. Una de aquellas tantas citas, se convirtió en una boda sin que me diera cuenta, y en mucho menos tiempo, ya tenía a una “omma” rodeando mi pequeño y delgado cuerpo. No la odiaba, juro que no… aunque me regañaba mucho yo de todas formas la amaba, por el solo hecho de qué quería a papá por como era y no por su dinero.
Un 10 de Marzo del 2001, cuando cumplí 10 años, perdí a mi padre…mientras iba a comprar la cena para celebrar un auto le atropelló….y poco después, perdimos todo. Ya que su banco, se declaro en banca rota y mi madrastra no trabajaba….estábamos solo ella y yo.
Para cubrir la deuda todo se vendió, nuestra casa, nuestros muebles…nuestra ropa, nuestras pertenencias…nuestra vida. Y pronto, tuvimos que vagabundear por Corea. Intentando buscar un techo y comida en vano.
Más de una vez, JungJin (mi madrastra) intento abandonarme mientras dormía o viajábamos de este a oeste. Era una carga, lo sabía…pero…me daba miedo estar solo….” ¡Prometo portarme bien y obedecerte en todo!” “¡Prometo no quejarme tanto y aguantarme el hambre!” pero siempre recibía la misma mirada…Fastidio.
Ella me intento inducir al robo, a él bajo mundo, y a las malas acciones…pero nada más la primera vez que lo intente (entre lágrimas, pues sabía que estaba mal), fuimos atrapados. El panadero nos comenzó a golpear a ambos por intentar robarle, y justo cuando iba a ser mucho más fuerte, otro señor le lanzó un fajo de billetes a la frente, nos salvo…o mejor dicho, salvo a mi madrastra.
Su nombre era Byung Ho, tenía un poco más de cuarenta años para entonces y era dueño de un pequeño restaurant de ramen. Nos dio techo, y un “nombre”, pero…no podía quitar mis ojos de él, pues apenas nos abrió la puerta de su casa tomo a mi madrastra por su cintura…
-Omma…¡Omma! –la llame intentando jalarla hacía afuera. Ella pidió unos momentos a solas muy coquetamente con el caballero y este accedió, haciéndome fruncir el ceño.-
-¿Y ahora que quieres? –Chasqueó la lengua, mirándome enojada.-
-¡Ese señor…t-te toco…!....no me gusta…vámonos de aquí…
-Si quieres vete sólo, yo ya no quiero andar más. ¡Quiero una familia! Un marido que me ame, no un mocoso que no hace más que darme problemas –se zafo de mi pequeña mano y se giro para entrar, pero se detuvo en el marco de la puerta bruscamente…dejando ir un suspiro de sus labios.-…Ven, entra antes de que te enfermes.
Con la cabeza baja entré…resignándome….y desde ese 24 de noviembre del 2001, deje la vida de comodidades y mi infancia, comenzando a trabajar desde corta edad.
10 de Julio del 2010
Ya tenía 19 años, había crecido y era tal vez, muy maduro para mi edad. Debido a mi difícil vida, no viví mi infancia como un niño normal y ni hablar de la adolescencia. Ahora, tenía cuatro trabajos, y además estudiaba, pero en secreto…Visitaba la biblioteca cada vez que podía, para saber lo mismo que los demás, y aunque había perdido las esperanzas de asistir a la primaria y secundaria, no pensaba rendirme con la Universidad. Solo quedaba juntar el dinero para mi ingreso…
-Miru, muchas gracias por tu trabajo…-susurro nerviosa la hija del dueño del minisúper.- Ten, aquí esta tu paga…-me entrego el sobré sonrojada.-
-Gracias, Sulli-Ah –sonreí más que amplió, tomando entre mis manos aquel papel que dentro contenía mi dinero y me despedí de ella.-
Cuando salí de la tienda me pusé el gorro en mis cabellos y unos lentes falsos, pues debía tomar precauciones para pasar desapercibido entre las estudiantes que me esperaban. Tal vez era pobre, pero era bastante guapo y popular…aún así, no me interesaba tener novia aún. Primero, debo estudiar, titularme, trabajar y conseguir una casa y un empleo estable…un buen apellido que ofrecer a la mujer que ame.
-Son 1.100 wons –Me indico el chofer del bus luego de subirme.-
Pagué y le dedique una sonrisa, que por supuesto el ignoro por el fastidió vehicular y siguió recibiendo a los demás pasajeros. Ese día, tuve suerte. No se subieron más de cinco personas en el bus ya vació y este partió desde la ciudad, a las zonas más rurales en Boseong, por lo que tuve la oportunidad de sentarme al lado de la ventana, disfrutando de la vista en los paisajes naturales creados por las plantaciones de Té del país.
-¡Young-sshi! ¡Young-sshi! ¡Mira! ¿No crees que es demasiado? ¡Es un Ferrari!
-No seas tonta, es un mercedes Benz….¡wow! Esos niños de hoy si que tienen dinero.
Todas las señoras del bus se ganaron contra las ventanas del mismo y comenzaron a comentar un auto que probablemente viajaba a nuestro lado. Yo por supuesto no le preste importancia y seguí leyendo mi libro de ingles avanzado, intentando memorizar las reglas de el “Past Simple & Present Perfect”. Con algo de dificultad, iba a seguir con mi estudió cuando el bus freno con mucha fuerza y todos nos fuimos hacía delante, claro que, mi libro se llevo la peor parte, avanzó todo el pequeño corredor entre los asientos y cayó en las escalerillas hacía la salida del vehículo.
-¡A-Aigoo!
Me levante con un poco de dolor en el vientre por el fierro que detuvo un posible y grave accidente a mi cuerpo y corrí a la vista de todos por el bus, bajándome de este y suspirando con alivio al tener ya mi libro (prestado) en mi poder.
-¿Y que pasó…? ¡Ajusshi! ¿Porqué nos detuvimos así? –le pregunte al conductor desde mi posición, y él, nervioso, apunto hacía adelante.-
Fije mi vista hacía donde señalaba su dedo y ahí estaba, obstruyendo a nuestro bus y a todos los autos que nos seguían por el camino de tierra….Un flamante Koenigsegg Agera R rojo, recuerdo haber leído de el solo por algunas revistas, imaginándome en esa poderosa maquina… conduciendo sin preocupaciones y con dinero de sobra, ofreciéndole una vida lujosa a mi madrastra sin la necesidad de que “vendiera” su cuerpo a Byung Ho, aunque ahora parece que realmente lo ama…
Sentí nervios, pero debía volver rápidamente a mi casa, pues iba a llegar tarde a mi otro trabajo como barman en un pub… Así que con decisión, me acerque al dueño del auto deportivo.
-Bájate de mi auto, Hyuna. Ahora. –demando una voz.-
-¡¡Pero amor!! ¿Porqué me haces esto? ¡Solo llevamos una semana! ¡NO PUEDES BOTARME! –Respondió una más chillona, probablemente la de una chica.-
-¿No? Pero si ya lo estoy haciendo –contesto la primera con cierta arrogancia.-
¿Una pelea de pareja?¿En serio? ¿¡Y tenían que detenerse en medio de la ÚNICA carretera rural para discutir!?
-¡Lo que viste con Donghae el otro día no fue nada, solo somos amigos!
-Tsk. Me aburriste. –Finalizo.- Ten las llaves, tómalo como un regalo por la ruptura.
No se que pasó exactamente, pues hubo unos instantes de silenció y el motor del Koenigsegg se apagó, abriéndose la puerta de piloto y de el…descendió un ángel, Y NO EXAGERO.
Era un chico alto, sobrepasaba el metro ochenta. Llevaba gafas oscuras y de estilo aviador, por lo que no le pude ver sus ojos pero sus facciones eran hermosas…perfectas…simétricas. Tenía una piel tan blanca como la nieve, tersa y suave a la vista. Dos carnosos y centrados labios rojizos naturales, y una nariz ligeramente respingada. Sus cabellos pardos relucían bajo los rayos del sol, y se mecían suavemente con la brisa de verano. En cuanto a su vestimenta y caminar era elegante y varonil, y gracias a la musculosa negra que llevaba en el torso, muy muy pegada a este, podía verificar cuan tonificado estaba su zona abdominal….
-Perdona, pero ¿Puedes mover tu auto?
Se volteo a verme y sonrió de lado, quitándose los lentes del rostro…haciéndome sonrojar por su penetrante mirada.
-No es mi auto, es el de ella –apunto con odio a una chica que ahora se bajaba también, muy guapa y sexy.-
-¡¡Lee Chang Seon!! ¡¡No me trates así!! –Sus gritos de odio cambiaron de dirección y me miro con el mismo sentimiento, empujándome.- Y tu no te metas, pobretón. Esto es un asunto entre mi novio y yo.
-¿Tu novio? Hey, Hey…-la alejo casí con repulsión, pero aún así con cuidado.- Yo no te conozco.
-¿Cómo que no me conoces? –Lo fulmino con la mirada.-
-No, no te conozco.
Ahora el chico se acerco hacía mi y me acorralo contra la puerta de su auto, haciéndome retroceder.
-Hey, nerd. Quieres irte a tu casa, ¿Verdad?
-S-Si…quiero irme…-intente parecer decidido y no mostrar debilidad, pero fue casí inútil, su sola presencia me hacía estremecer de una forma extraña.-
Se separo breves segundos de mi y con alivio le mire. Le había quitado las llaves a la chica que las había desechado como si fuesen insignificantes joyas de plástico, y no lo que daba valor a ese costoso auto, para luego entregármelas.
-Pero yo no se conducir…-intente excusarme, poniéndome cada vez más nervioso ante las personas que nos empezaban a rodear, viendo con curiosidad el “drama” que se formaba…¿Cuándo me hice parte de todo esto?.-
-No importa, ahora te enseñaré.
Subí a el auto y seguí cada una de sus indicaciones…primero, colocar la llave en la entrada, girándola y así encendiendo el motor. Luego, quite el seguro de mano y lo subí, finalmente, moví la palanca de los cambios y me dijo que apretará hasta el fondo el pedal izquierdo.
-¡¡Muchacho, no lo hagas!! –Me grito el chofer de atrás, pero fue demasiado tarde…choque contra mi propio autobús.-
No resulte herido, pero cerré mis ojos fuertemente con el choqué. Por unos instantes, mientras abría mis orbes reino el silencio de la naturaleza …pero aquellos momentos se destrozaron por una estruendosa y jovial risa por parte de “Lee Chang Seon”
-HAHAHAHAHAHAHA, ¡Eres un babbo! –comenzó a apretarse el abdomen y arquear levemente su espalda por las frenéticas carcajadas.-
ChangSeon…eres…un maldito….
