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El Rescate por SHUICHI1982

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Notas del capitulo:

Hola espero les guste. Este libro es una adaptacion de libro EL RESCATE escrito por JULIE GARWOOD.

Si alguna persona a leido anteriormente este fic quiero decirle que se corrigieron en la medida de lo posible faltas ortograficas y de relato. Si bien estoy corrigiendo los errores los comentarios se quedaran como estan ya que en su momento tenian su motivo.

 

Muchas gracias.

El Rescate

Adaptado por: Shuichi1982

Autora: Julie Garwood

 

 

Prólogo pate A

 

 

 

Las desgracias siempre llegan de noche.

La madre de Naruto murió durante las oscuras horas de la noche, luchando por traer al mundo una nueva vida. Su joven y aturdida criada, ansiosa por ser la primera en comunicar la noticia, despertó a los dos pequeños para informarles  que su querida madre había muerto. Dos noches más tarde, otra vez fueron arrancados de su sueño  para enterarse que su hermano recién nacido, Minato, así bautizado en honor a su padre, también había fallecido. Su frágil cuerpecito no había sido capaz de soportar el duro esfuerzo de haber nacido con dos meses de antelación.

 

Naruto temía a la oscuridad. Espero hasta que la criada hubo abandonado su dormitorio para deslizarse boca abajo desde su gran cama hasta el frio suelo de piedra. Descalzo, corrió hasta el pasadizo prohibido, un corredor secreto que conducía hasta la habitación de su hermano, y a los empinados escalones que descendían a los túneles situados debajo de las cocinas. Se escurrió por debajo del sillón que su papa coloco frente a la angosta puerta, para evitar que por allí fueran y vinieran continuamente sus hijos. Les había advertido hasta el cansancio que se trataba de un pasadizo secreto solo para ser utilizado en las más extremas circunstancias, y ciertamente no para jugar. Ni sus más fieles sirvientes conocían la existencia de los corredores que comunicaban tres de los dormitorios, y estaba convencido de que quería que las cosas siguieran así. También le preocupaba mucho que sus hijos se pudieran caer por los escalones y romperse sus bonitos cuellos, y solía amenazarlos con una buena paliza en el trasero si alguna vez los descubría allí.

 

Pero aquella terrible noche de pérdida y pesar, a Naruto no le importaba la posibilidad de meterse en problemas. Estaba asustado, y siempre que se sentía así, corría a su hermano mayor, Deidara, en busca de consuelo. Naruto abrió la puerta, apenas una rendija y grito llamando a Deidara,  aguardo a que viniera por él. Su hermano se asomó, le aferro de la mano y lo atrajo hacia sí. Luego, ambos treparon a la cama. Los pequeños se abrazaron bajo las pesadas mantas, llorando, mientras los atormentados lamentos de angustia y desolación de su padre resonaban por los desiertos salones. Oyeron como gritaba el nombre de su madre una y otra vez. La muerte había entrado a su pacifico hogar llenándolo de congoja.

 

La familia no tuvo el tiempo necesario para recuperarse, porque los monstruos de la noche asechaban para convertirlos en sus víctimas. A altas horas de la madrugada, los infieles invadieron su casa, y la familia de Naruto quedo destruida.

 

Minato lo despertó al entrar a toda prisa a su dormitorio, llevando a Deidara en sus brazos. Sus leales soldados, Yayamaru – el favorito de Naruto, ya que solía darle caramelos de miel cuando su padre no miraba-, Inoichi, Baki y Zabuza, iban tras él. Todos mostraban expresiones sombrías. Naruto se incorporó en la cama, frotándose sus ojos con el dorso de la mano, mientras su padre pasaba a Deidara a los brazos de Inoichi y corría hacia él. Coloco la vela que llevaba sobre el arcón situado al lado de la cama, y después, sentándose a su lado, le aparto suavemente el cabello que le caía sobre el rosto.

 

Su padre parecía terriblemente triste y Naruto supuso que conocía la razón.

- ¿Mama ha vuelto a morirse otra vez papá?- pregunto preocupado.

-¡por el amor de….! No, Naruto- le respondió con vos fatigada.

- ¿Ha regresado a casa entonces?-

-ah, mi dulce niño, ya hemos hablado muchas veces de lo mismo. Tu mama no va a volver nunca más a casa. Los muertos no vuelven. Ahora ella está en cielo. Trata de entenderlo.

-Sí, papá- respondió en un susurro.

Naruto oyó el débil sonido de gritos que provenían de la planta baja, y entonces se dio cuenta que su padre llevaba puesta la cota de malla.

-¿Vas a irte ahora a pelear por el amor de dios papa?

-Si-contesto-pero antes debo poneros, a tu hermano y a ti, a salvo.

 

Tomo las ropas que Tente la Nana de Naruto, había dejado preparada para la mañana siguiente, y vistió apresuradamente a su hijo. Yayamaru se acercó, arrodillándose para ponerle los zapatos. Su papa nunca lo había vestido antes y él no sabía que pensar.

 

-Papá, debo quitarme el camisón antes de ponerme la ropa, y Tenten debe cepillarme el cabello.

-Esta noche no vamos a preocuparnos demasiado por tu cabello.

- Papá, ¿esta oscuro afuera?-le pregunto mientras él le pasaba el vestido por la cabeza.

- Sí, Naruto, esta oscuro.

-¿Tengo que salir en la oscuridad?

Su padre detecto el miedo en su vos y trato de calmarlo

- Habrá antorchas para iluminar el camino, no estarás solo.

-¿Tu vendrás con Deidara y conmigo?

Esta vez le respondió su hermano.

-No, Naruto -le grito a través de la habitación- porque papá tiene que quedarse aquí y pelear, por el amor de dios-dijo, repitiendo la expresión frecuentemente utilizada por su padre- ¿no es así papá?

Inoichi indicó a Deidara que se estuviera callado.

-No queremos que nadie se entere de que os marcháis -le explico en un murmullo- ¿puedes ahora estarte callado?

Deidara asintió con la cabeza.

- Si puedo -respondió también susurrando- pudo estarme terriblemente callado cuando tengo que hacerlo y cuando yo…

Inoichi le tapó la boca con la mano.

-Silencio niño dorado.

Yayamaru tomo a Naruto en brazos, y sacándolo de la habitación, lo llevo por el corredor hasta la habitación de su padre. Zabuza y Baki iban delante, iluminando el corredor con varias velas. Sombras gigantescas, que se mantenían a su lado, bailoteaban sobre los muros, y el único sonido que se oía era de sus rancias botas contra el suelo de piedra. Naruto, asustado, rodeo el cuello del soldado con sus brazos, y oculto la cabeza bajo su barbilla.

 

-No me gustan las sombras -llorisqueo.

-No van hacerte ningún daño -lo tranquilizo él.

-Quiero a mi mamá, Yayamaru.

-Ya lo sé, oso meloso.

 

El tonto apodo con el que él siempre lo llamaba le hizo sonreír, y de pronto ya no tuvo más miedo. Vio que su papá pasaba corriendo a su lado, para adelantarse y entrar primero en su alcoba, y lo habría llamado, pero Yayamaru se puso el dedo sobre los labios, recordándole que debía estar en silencio.

Tan pronto estuvieron todos dentro de la habitación, Baki y Zabuza corrieron al gran arcón situado contra la pared, para poder abrir la puerta secreta. Las oxidadas bisagras gimieron y chirriaron como un cerdo hambriento.

Inoichi y Yayamaru se vieron obligados a dejar a los niños en el suelo para empapar las antorchas y encenderlas. En cuanto se dieron la vuelta, Deidara y Naruto corrieron hasta donde se encontraba su padre, que estaba arrodillado en un arcón a los pies de su cama, revolviendo su contenido. Se pusieron uno a cada lado y se alzaron de puntillas, con las manos apoyadas en el borde del arcón, para poder mirar en su interior.

 

-¿Qué buscas papá? -pregunto Deidara.

-Esto -contesto él, mientras levantaba una preciosa caja dorada con pedrería.

-Es terriblemente bonita papá -dijo Deidara- ¿me la das?

-¿Y a mí también? -se sumó Naruto.

-No -respondió él- La caja pertenece al príncipe Hashirama, y yo debo ocuparme de que vuelva a su poder -todavía de rodillas Minato se volvió hacia Deidara y lo tomo en brazos, acercándolo a él a pesar de sus forcejeos por alejarse.

-Me haces daño, papá.

-Lo siento, mi amor-dijo él, aflojando de inmediato el apretón-No quise hacerte daño, pero es necesario que prestes atención a lo que voy a decirte, ¿puedes hacerlo Deidara?

-Sí, papá, puedo prestar atención.

-Eso está muy bien -aprobó él- Quiero que lleves esta caja contigo cuando te vallas. Inoichi te protegerá del peligro y te llevara a un sitio seguro muy lejos de aquí. También te ayudara a ocultar este maldito tesoro hasta que llegue el momento oportuno y yo pueda ir a buscarte, y llevarle la caja al príncipe Hashirama. No debes hablarle a nadie de este tesoro, Deidara.

Naruto rodeo a su padre para ir al lado de Deidara

-¿Puede contármelo a mí papá?

Minato no hizo caso de la pregunta, y siguió aguardando la respuesta de Deidara

-No diré nada -prometió este.

-Yo tampoco diré nada -dijo también Naruto, al tiempo que asentía con vehemencia para demostrar que hablaba en serio. Minato siguió ignorando a su hijo pequeño, porque quería que Deidara comprendiera la importancia de lo que le estaba diciendo.

-Nadie debe saber que tú tienes la caja, pequeño. Ahora observa lo que hago -ordeno- Voy a envolver la caja con esta túnica.

-¿Para que nadie la vea?-pregunto Deidara

-Eso es -susurro él- para que nadie la vea.

-Pero yo ya la vi papá -exclamo Naruto.

-Sé que la has visto -convino Minato. Levanto entonces los ojos hacia Inoichi, al tiempo que decía- Es tan pequeño….Estoy pidiéndole demasiado. Santo Dios ¿cómo puedo dejar que se vallan mis hijos?

Inoichi dio un paso al frente

-Protegeré a Deidara con mi propia vida y me asegurare de que nadie vea la caja.

Yayamaru también se apresuró a ofrecer su compromiso de lealtad.

-Lord Naruto no sufrirá ningún daño -prometió- Os doy mi palabra, Barón Minato ¡lo defenderé con mi vida!

 

La vehemencia de su vos fue consuelo para Minato, quien asintió con la cabeza para que ambos soldados supieran que su confianza era absoluta.

Naruto tiro del codo de su padre para atraer su atención. No quería que lo dejaran al margen. Cuando su padre envolvió la bonita caja y se la dio a Deidara, Naruto junto sus manos expectante, porque supuso que, como le había dado un regalo a su hermano, también le daría uno a él. Aunque Deidara era el primogénito y tenía tres años más que Naruto, Minato jama había demostrado ningún favoritismo. Le resultaba difícil ser paciente, pero lo intento. Observo como su padre tomaba a Deidara en brazos, depositándole un beso en la frete y lo abrazaba con fuerza.

-No te olvides de tu papá -le susurro- no te olvides de mí.

Luego, fue hasta Naruto. Él se arrojó a sus brazos y lo beso sonoramente en la mejilla.

-¿Papá, no tienes otra bonita caja para mí?

-No cariño mío. Ahora debes marcharte con Yayamaru. Dale la mano…

-Pero, papá, yo también quiero tener una caja ¿no tienes una para que me lleve?

-Esa caja no es un regalo, Naruto.

-Pero, papá…

-Te quiero –lo interrumpió, pestañando para contener las lágrimas mientras lo abrasaba fuertemente contra su corazón- Que Dios te proteja.

-Me ahogas, papá. ¿Puedo turnarme con Deidara para llevar la caja? ¿Por favor papá?

 

Danzou, el administrador de su padre, entro en la habitación, agitado. Su entrada sobresalto tanto a Deidara que dejo caer el tesoro. La caja se salió de la túnica que la envolvía y rodo por el suelo de piedra con gran estruendo. A la temblorosa luz de las antorchas, los rubíes, zafiros y esmeraldas que la cubrían cobraron vida, lanzando segadores destellos como si fueran brillantes estrellas caídas del cielo. Danzou se paró en seco, deslumbrado por la belleza caída ante él.

-¿Qué pasa Danzou?-pregunto Minato.

Aunque venía a traer al barón un mensaje de Yamamoto, el comandante en jefe de sus fuerzas, Danzou parecía haberse olvidados de su misión mientras recogía la caja y se la entregaba a Inoichi. Entonces recordando el propósito que lo traía, se volvió hacia su señor.

 

-Milord -dijo- Yamamoto me ordeno venir hasta aquí para deciros que el joven Madara el Rojo y sus soldados han logrado abrir un hueco en el muro de defensa interior.

-¿Vio al barón Madara? -inquirió bruscamente Yayamaru- ¿o sigue ocultándose de nosotros?

Danzou se volvió hacia el soldado y lo miro.

-No lo sé -confeso, antes de volver su atención nuevamente hacia Minato- Yamamoto también me ordeno deciros que vuestros hombres os están reclamando, Milord.

-Iré inmediatamente -anuncio el barón, poniéndose de pie. Hiso una señal a Danzou, para que saliera de la habitación, y luego fue tras de él, deteniéndose en la puerta para contemplar a sus hermosos hijos por última vez. Deidara, con sus bucles dorados y sus mejillas de querubín, y el pequeño Naruto, con sus brillantes ojos azules como los de él y  su hermosa piel canela, perecían a punto de romper a llorar.

-Iros ahora, y que Dios os guarde -ordeno ásperamente Minato.

Se marchó. Los soldados se apresuraron a meterse en el pasadizo. Baki llevo la delantera para abrir la puerta a final del túnel y asegurarse que la zona no hubiera sido ocupada por el enemigo. Inoichi tomo a Deidara de la mano e inicio la marcha por el sombrío corredor con su antorcha en alto. Naruto, iba detrás de su hermano, colgado de la mano de Yayamaru. Cerraba la marcha Zabuza, que volvió a colocar el arcón  frente a la puerta antes de serrarla.

-Papá nunca me dijo que tuviera una puerta secreta -susurro Naruto a su hermano.

-A mí tampoco -respondió Deidara en el mismo tono- Tal vez se olvidó.

Naruto tiro de la mano de Yayamaru para traer su atención

-Deidara y yo también tenemos una puerta secreta, pero está dentro de nuestras alcobas. No se lo podemos contar a nadie porque es un secreto. Papa dice que nos dará una paliza si lo decimos ¿tu sabias que era un secreto Yayamaru? -el soldado no respondió pero él no se dejó desanimar por su silencio- ¿sabes dónde conduce nuestro pasaje? Papá dice que al salir de nuestro túnel se puede ver los peses del estanque. ¿Es allí donde vamos?

-No -contesto Yayamaru- este túnel nos conduce bajo la bodega. Ya nos estamos acercando a la escalera, y quiero que te estés bien callado.

Naruto echo una preocupada mirada de soslayo a las sombras que lo seguían por las paredes. Se acercó a Yayamaru, y luego miro a su hermano. Deidara apretaba la caja enjoyada contra su pecho, pero uno de los bordes de la túnica colgaba bajo su brazo, y Naruto no pudo resistirse a la tentación de asirlo.

-Puedo turnarme contigo para llevar la caja. Lo dijo papá.

Deidara se inclino

-No, no lo hiso -grito, giro el cuerpo hacia Inoichi para que su hermano no pudiera acercarse y se quejó al soldado-Inoichi, Naruto ha dicho una mentira. Papá dijo que yo debía llevar la caja no él.

Naruto no flaqueo en su decisión

-Pero yo puedo llevarla por turnos -volvió a decirle a su hermano, mientras intentaba agarrar de nuevo la punta de la túnica, pero retrocedió cuando creyó oír un ruido a su espalda. Se dio la vuelta para mirar. La escalera estaba oscura como la boca de un lobo y no pudo ver nada, pero estaba seguro que había monstruos acechando en las sombras, tal vez un fiero dragón esperando abalanzarse sobre él. Aterrado apretó con fuerza la mano del soldado y se acercó hacia él.

-No me gusta este lugar -chillo- aúpame Yayamaru.

En el preciso instante en que el soldado se agachaba para levantarlo con su brazo libre, una de las sombras de la pared salto sobre él. Naruto soltó un alarido de terror, se tambaleo y callo sobre Deidara.

-No, es mía -grito su hermano, al tiempo que giraba para evitar chocar con Naruto, mientras la sombra envestía a Yayamaru. El golpe le hizo caer de rodillas y se derrumbó sobre Inoichi. Los escalones estaban resbaladizos debido a la humedad de las paredes, y los hombres estaban demasiado cerca de los bordes para mantener el equilibrio. Cayeron de cabeza en el tenebroso hueco, juntos con los niños. Chispas de las antorchas volaron en todas direcciones, al rodar por los escalones ante ellos.

Yayamaru trato desesperadamente de proteger al niño mientras sus cuerpos caían sobre los afilados bordes de los escalones, pero no pudo escudarlo por completo, y Naruto se golpeó la barbilla contra un afilado canto. Aturdido por el golpe, lentamente se sentó y miro a su alrededor. La sangre empapaba su vestiduras, y cuando vio que también había sangre en sus manos, se puso a gritar. Su hermano yacía a su lado, boca abajo, sin emitir sonido.

-Deidara, ayúdame -sollozo Naruto- ¡despierta¡ No me gusta este sitio. ¡Despierta!

Trabajosamente, Yayamaru se puso de pie con el niño en sus brazos, y apretándolo contra su pecho, corrió con él por el túnel.

-Calla, niño, calla -le decía una y otra vez sin dejar de correr.

Inoichi fue tras ellos llevando a Deidara. La sangre goteaba de la herida que este tenía en la frente.

 

-¡Inoichi, tú y Baki llevad a Deidara hasta el arroyo! ¡Zabuza y yo nos reuniremos con vosotros allí! -grito Yayamaru.

-Ven con nosotros ahora -lo urgió Inoichi por encima de los gritos de Naruto.

-El niño está mal herido necesita que le cosan la herida -Replico Yayamaru- Ve ahora, te alcanzaremos, dios nos dará alas -agrego adelantándose.

-Deidara –aulló Naruto- Deidara, no me dejes.

Al acercarse a la puerta, Yayamaru le cubrió la boca con la mano y le rogo que se callara. Zabuza y él lo llevaron hasta el curtidor, en los límites del muro defensivo exterior, para que Maude, la esposa del curtidor, pudiera coser la herida. La barbilla de Naruto estaba en carne viva, también varias lastimaduras en sus pequeñas mejillas.

Ambos soldados lo agarraron mientras Maude se ocupaba de él. La batalla tronaba peligrosamente cerca, y el ruido se volvió tan ensordecedor que se vieron obligados a gritar para poder oírse.

 

-Termina con el niño -ordeno Yayamaru a la mujer- debemos ponerlo a salvo antes de que sea demasiado tarde. Date prisa -grito mientras salía fuera para montar guardia.

 

Maude remato la costura con un nudo y luego recorto los hilos sobrantes. Tan rápidamente como pudo, vendo el cuello y barbilla de Naruto en un Grueso vendaje.

Zabuza levanto al niño y salió tras Yayamaru. El enemigo, con sus flechas incendiarias, había prendido fuego a los techos de paja de barias de las barracas, y bajo esa brillante luz, los tres corrieron hacia la colina donde los aguardaban sus camaradas.

Se encontraban a la mitad de la pendiente, cuando desde la sima descendió un tropel de soldados, inundando  el lugar. Otro grupo le cerraba el paso desde la retaguardia. Dejaron a Naruto en el suelo, entre los dos, con sus piernas como única protección contra el ataque, se irguieron uno de espalda al otro, alzaron sus espadas, y lanzaron su último grito de guerra. Los nobles soldados murieron tal y como habían vivido, con coraje y honor, protegiendo al inocente.

 

 

Notas finales:

Espero les halla gustado el prologo como verán como es muy largo lo subí como capitulo 1 y 2 simultáneamente para que lo puedan leer completo. Para la semana que viene subo el primer capitulo, sinceramente no quiero hacerlos esperar mucho para seguir leyendo en caso de que les guste la historia.

Espero sus comentarios para saber si estoy haciendo bien esta historia. GRACIAS POR LEER ESTE FIC. Hasta la semana que viene.


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