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Amor Yaoi
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Vivencias de una Fujoshi por Kuroi Aishiteru

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Notas del fanfic:

Creo q no es necesario decir que este fic es de mi completa autoria y no estoy plagiando a nadie, pero de todas formas lo dire: ¡¡¡ESTE FIC ES DE MI COMPLETA AUTORIA Y YO NO ESTOY PLAGIANDO A NADIE!!!

Y ahora, espero y les guste ;D

Notas del capitulo:

em.... aqui mis locuras XD? espero y les guste -w-

Era un día totalmente tranquilo en el hermoso lugar en el que vivo….  ¡Bah! ¡¿A quien engaño?! Era un día totalmente aburrido y mi casa era un constante infierno desde que mi hermana se obsesiono con el Reggaeton. Ese día, justo en esa hora, en ese momento en el que todo parecía perdido cuando vi como mi hermana empezaba a practicar su perreo con la pared se me ilumino el momento. Y hay, entre el gran desastre de libros, libretas, papeles, etc., que era mi escritorio encontré aquel manga Yaoi que mi amigo Hiroto me había regalado en mi cumpleaños. Era un Doujinshi Hard Yaoi de Vampire Knight, me empezó a sangrar la nariz de tan solo recordar un poco de su contenido.

-Jo Jo Jo-dije, imitando a Tanaka, de Kuroshitsuji-pero miren que preciosidad-lo guarde entre mi suéter negro y escape corriendo a la azotea de mi casa-no hay nadie…-reí de nuevo y me escondí a un lado del lavadero, dándole la espalda al a puerta.

Comencé a leerlo. En un momento determinado tuve que poner mi mano en la nariz para intentar parar la hemorragia nasal que me había dado. Reía como una verdadera pervertida.

-Kuroi, ¡¿pero que estás leyendo?!-grito una voz detrás de mi… mi Madre.

-¿Yo?-pregunte haciéndome la desentendida mientras me paraba y ponía detrás de mí el manga.

-si, tu, ¿Qué era eso que estabas leyendo?-pregunto con voz inquisidora y señalando detrás de mi-¿Y por que te tapas la nariz?-me miro eh intento ver detrás de mi, pero se lo impedía.

-nada madre, solo tengo algo de calor, ya vez que me sangra la nariz cuando estoy mucho tiempo bajo el sol-me excuse mientras trataba de salir huyendo.

Pero nada en esta vida es perfecto o bonito, en plena huida mi madre logro quitarme el manga y comenzó a leerlo. Sude frío. ¿Qué aria ella? Me miro seriamente y me jalo de una de las orejas hasta que llegamos a mi cuarto, le grito a mi padre, quien inmediatamente subió y preguntaba que pasaba, escuche el tan aterrador: “Mira lo que lee tu hija, Carlos” y ahí fue cuando comenzó todo.

-¡¿QUÉ ESTAS MAL DE TU CABEZA O QUE CHINGADOS?! ¡¿POR QUÉ LEES PORNO GAY?!-grito exasperado, enojado, furioso, temí por un momento por mi vida, pero conserve la calma.

-¡No es porno gay! ¡Es Yaoi!-aclare enojada también.

-¡ME IMPORTA UNA CHIGADA SI ES CHINCHUNCHUAN O QUIEN SABE QUE! ¡ESTAS CASTIGADA NIÑA! ¡Y APARTIR DE MAÑANA IRAS AL PSICOLOGO! ¡ESTAS ENFERMA!-y después de su habitual numerito, especial esta vez por tratarse del yaoi, salio de mi cuarto, seguido de mi mamá, quien ya estaba llamando a algún psicólogo.

-¿A si? Pues fíjate que me importa tanto como un bledo-masculle al aire.

Estaba enfadada, bastante irritada y juraría que en ese momento habría matado a alguien de no ser por que era ilegal y soy demasiado joven para ir a la cárcel. Pero poco me duro el enojo. Siempre podría… “traumar” a alguien más, no lo se, tal vez ese psicólogo necesite ayuda de alguno de sus colegas después. Sonreí con tanta maldad que cuando mis tortugas me vieron se quedaron congeladas en su pecera.

Me senté en mi cama, saque mi reproductor de MP3 y me puse a escuchar música, tenia que planear que diría mañana, no se, tal vez debería mostrarle mi lado sanguinario, frío y violento para empezar…o, podría enseñarle algunas cosas…

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Y hay estaba yo, encerrada en la camioneta, en el asiento de en medio, mi padre de conductor y mi madre en el haciendo del copiloto. Todo estaba tranquilo, estaba cantando, ya que tenía mis audífonos puestos y mi MP3 tenia el máximo volumen.

-Ni la ciudad, vestida de iluminación, podrá anestesiar mi dolor-cante Meltdown mientras usaba como micrófono el MP3, y debo admitir que canto lindo, pero a veces me da mucha pena-ya son las 2, mi rostro luce pálido, todo cambio tan rápido. Mi encendedor se esta por apagar, y mi interior de nervios se empieza a quemar, si lo real fuera falsedad, seria feliz sin nada a lo cual temer-estire la mano y cerré los ojos, cantando, estaba tan metido y de pronto… adiós audífonos.

-llegamos-anuncio mi padre mientras apagaba la camioneta y nos bajábamos de el.

Entramos al lugar, era algo acogedor, pero demasiado brillante y blanco según yo.

-Señorita, tenemos una cita con el psicólogo-dijo mi madre dirigiéndose a la chica que estaba en la entrada, quien solo asintió y les señalo donde me esperaba ese doctor.

Cuando llegamos lo único que sentí fue una patada en la  espalda, el porrazo que me di al caer de bruces en el suelo y oí como mi padre decía: “Y de hay no sales hasta que estés curada”, “vete a la mierda” masculle mientras me levantaba.

-Buenos Días señorita Plata-saludo amablemente aquel hombre.

Era algo alto, de cabello negro y ojos color chocolate, algo esbelto, con un poco de músculo, unos lentes… se veía tan sexy…

-no me llames así-reclame.

-¿Minami?-negué con la cabeza.

-Kuroi-dije mientras me sentaba en ese sillón raro enfrente de el

-Bueno, Kuroi, yo soy Alan-dijo en forma de presentación.

-y… ¿Eso a mi que rayos me importa?-respondí cortante.

-¿eh? Pues…-empezó a balbucear.

-Pues nada-interrumpí.

-oh bueno…-sentí su nerviosismo- comenzare con unas cuantas preguntas-asentí aburrida-¿Qué es el Yaoi?-lo mire sorprendida.

-¡Inculto! ¡Hereje! ¡Sexy monstruo del mundo normal!-le grite apuntándole con el dedo y escondiéndome detrás del sillón-¡El Yaoi es el más hermoso de los mas hermosos amores que allá existido jamás, a ese romance prohibido entre dos hombres, ¿Qué otra cosa puede ser mas genial?!-lo mire inquisidoramente, vi en sus ojos una chispa de emoción… oh por Kami, se veía tan malditamente sexy

-¿Y que es el Hard Yaoi?-pregunto mas tranquilo tomando nota en su cuadernillo.

-es la muestra de su amor-dije soñada, pero después puse cara de nada-oh como ustedes dicen vulgar y horriblemente, porno gay-dije con simpleza.

A cambio recibí una hermosa sonrisa de esas que si la vez te quedas toda idiotizada, embobada y babeando, claro, como yo soy súper genial me controle y no babee… aun que si me idiotice un momento…

-Oh, Kuroi, me parece que… si, estas loca-dijo riendo un poco.

-¿En serio? Fíjese que no lo sabia…-dije con sarcasmo mientras rodaba los ojos y me acostaba en el sillón.

Bueno, el resto de la sesión habría sido normal si el no se hubiera tomado tantas confianzas conmigo. En algún punto de la platica me deje de sentir incomoda y empezamos a hablar como si fuéramos amigos de toda la vida.

-pues deberías decírselo-me dijo.

-lo se… pero es que es mayor, ¿Qué tal si solo quedo en ridículo?-respondí, haciendo un puchero.

-jaja, se lo que se siente, cuando iba a declarármele a mi novio, realmente estaba nervioso, por que yo era mas grande que el y…-empezó a decir.

-¡¡para el rollo!!-grite-¡¿Novi…?!-y me tapo la boca, oh… así que el sexy psicólogo no le había dicho a nadie…

-shh-me dijo mientras miraba hacia la puerta-lo se, creerás que debía decírtelo, pero aquí soy el psicólogo, ¿Recuerdas?-asentí, molesta.

Sonreí con malicia. ¡Sabia que mis instintos nunca fallaban!

Debo decir que gracias a ese hermosísimo descubrimiento esa fue la primera y ultima vez, por ahora, que pise ese lugar. El les dijo a mis padres que era algo totalmente normal en la adolescencia, la curiosidad y bla, bla, bla… ¡El poder del convencimiento! o soborno, como quieran llamarlo.

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Solté un largo suspiro cuando recordé ese día, de solo recordarlo me sentía soñada. Sonreí involuntariamente mientras sentía como me sonrojaba al imaginarme como se debía de haber visto cuando se declaro, reí tontamente y babee un poco. Un codazo me saco de mis fantasías. Hice un mohín cuando reaccione y me di cuenta de que mi helado se había derretido lo suficiente como para que me manchara la mano.

-Creo que deberías dejar de fantasear tanto-se burlo de mi Alan.

Oh, ¿Qué porque estaba con semejante bizcocho de psicólogo comiendo un helado? Bueno pues, eso es muy fácil de explicar. Como buenos amigos que somos teníamos que salir a algún lado a pasar el rato, ¿Y qué mejor que un parque?

-Hush, cállate psicólogo de cuarta, ¿Por qué no mejor vas y me compras otro en vez de reírte de mis desgracias?-saque la lengua antes de ponerme comerme mi helado.

-mmm… nah-se volvió a reír de mi el muy desgraciado…-como sea, ¿Y cómo te ha ido con quien tu sabes?-le mire asesinamente.

-mal, muy mal, a mí siempre me va mal-respondí resignada- y… ¿Cómo te va a ti con Alex?-pregunte yo haciendo bolita mi servilleta, para después lanzarla a un lado.

Se tenso un poco y soltó un pesado suspiro, rascándose la nuca.

-Pues más o menos… él se la pasa diciendo que lo engaño hasta con la cuchara en la que bebo sopa-hizo una mueca, luchando por no sonreír, caso aparte de mí, que yo si me reí.

-¿En serio? ¡Debes estar bromeando! Si hasta parece…-y me volví a reír al ver su cara de desconcierto cuando un chico de cabello castaño y ojos cafés se le lanzo encima y acabo tirándolo al suelo.

-¡Me estas engañando de nuevo!-me reí mas fuerte cuando le grito acusadoramente-¡Y con esa mocosa!-borre mi sonrisa y lo mire mal.

-Óyeme no, no soy ninguna mocosa-reproche-y no por que seas alguien guapo-como acababa de notar que era…-te la perdono-fruncí el seño.

-Cállate, no estoy hablando contigo-me miro enojado.

-¡Alan! ¡Defiéndeme! ¡¿Dejaras que este mocoso me hable así, como si fuera cualquiera?!-le reproche, fingiendo enojo, porque de verdad estaba divertida con la actitud de ese mocoso, que de mocoso no tenía nada por cierto, el parecía mayor que yo por unos cuantos varios años-¡Como amiga tuya, antes paciente y menor de edad, te exijo que controles a esa fierecilla que tienes por celosa pareja!-exigí señalando a la “fierecilla”, riéndome a carcajadas poco después.

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-Ya veo…-murmuro Alex algo cohibido.

Estábamos en la sala de la casa de Alan, tomándonos un rico café con galletas. Ah… como adoraba ese café, era uno de los mejores cafés que había probado en mi vida, perfectamente preparado, y como buena amante del café estaba más concentrada en tomármelo que en fijarme en las miradas que me dedicaba el bombón de Alex, que eran una mezcla de vergüenza, irritación, miedo y resignación.

-así es… y sabes que yo jamás te engañaría Alex, ¿Cuántas veces tengo que repetirlo?-Alan le acaricio la mejilla con una mano.

Como tenía los ojos cerrados, medio abrí uno para ver tan linda escena. Sonreí mientras dejaba mi taza vacía en la mesita de centro, tome una galleta y los mire fijamente. El primero en reaccionar a mi mirada fue el castaño, que se separo algo contrariado y avergonzado del otro. Solté una risilla y tome mis cosas, levantándome del sillón en donde estaba.

-bien, sexy psicólogo, sensual celoso, me temo que tengo que irme, ya van a ser las cinco de la tarde y a las cinco y media me recogerán en la casa de Litzy-informe mirando mi reloj de muñeca.

-¿De Litzy?-me pregunto perplejo Alan, mientras su novio me fulminaba con la mirada.

-Sí, les dije que estaría con ella… pero eso tiene algo de cierto, ¿Bien?, no les mentí tanto, pasare para que me de los DVD’s que le encargue-les guiñe un ojo y me encamine a la puerta-cuídense… y mas te vale que me cuentes los detalles si hacen cosillas sucias, Alan-solté una risilla y salí corriendo de ahí mientras Alex me gritaba hasta de que me iba a morir.

Notas finales:

espero y les haya gustado la locura q salio de mi cabeza XD si quieren mas solo tienen q comentar, eh? no es mucho, un simple review pude traer un capitulo mas...


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