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JooMir ~ Dame más tiempo ~ OneShot por Stereophonia

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Notas del capitulo:

NOOOOOOOO GENTE, NO ES UNA BROMA NI UN FANTASMA !

HE REGRESADO! jdbsnjdskbnvjdbsnvjb AL FIN LOCOH! Ok, esta vuelta es sólo momentanea :D Un amigo, me prestó su notebook por una semana porque tengo demasiados trabajos para la U y el se apiadó de mi y me lo pasó *O*

Asi que como ven, lo primero que hice fue empezar a escribir otra vez y aqui vengo, con un JooMir. Creo que me quedó extraño... llevo casi 6 meses sin escribir y la costumbre se pierde ):

Creo que el final que le di es algo extraño y rapido pero ya mi creatividad no daba más (?) Osea si, pero no se me ocurrió nada más para ponerle ;A;

Perdón si las decepciono con este one-shot :'c

Pero de todas formas, espero que les guste *O*

Gracias a todas las chicas que cada día me preguntan cuando volveré a escribir fics largos como antes, a las que siempre me dicen que extrañan leer cosas mias, ya les digo... entre este mes y el siguiente me compraré un computador aunque tenga que comer tierra y agua xD

Bueno, ojalá les guste y VAMOS A LEER :D

Si tiene alguna incoherencia, perdón :c

- Diablos, llueve demasiado fuerte – murmuraba Joon mientras estaba sentado en una esquina de una plaza, miró al piso, intentando descubrir que iba a hacer después con su vida. Hacía un rato unos matones le habían propinado una golpiza extrema, al parecer, por las deudas que su padre tenía con ellos.

- ¿Por qué me pasa esto a mi si la culpa es mi padre? ¡AISH! – gritaba moviendo sus pies entre el barro mojado por la constante lluvia. No quería volver a su casa, no quería encontrarse con el culpable de lo que le había pasado ese día.

Se sentía enrabiado con su padre, pero más consigo mismo. ¿En qué momento se había vuelto tan débil que un par de hombres le habían pateado el trasero de esa forma? Vio su orgullo herido y eso fue lejos lo que más le molestó y además, le habían quitado todo su dinero.

- Genial… no tengo donde ir, ni tampoco que comer – murmuró molesto mientras se acurrucaba contra la pared que había a su lado y sin quererlo, se quedó dormido.

No logró dormir mucho ya que el frio se estaba colando por sus ropas, se removió un poco buscando algo cálido de lo que aferrarse pero todo esfuerzo por hallarlo, fue imposible. Se estaba resignando a volver a su casa, cuando alguien se paró en frente de él y le pasó un paraguas.

- ¿Qué haces aquí afuera? – preguntó el chico mirándolo de cerca, Joon de mala gana lo miró y de inmediato quedó embobado con el apacible rostro del chico. Era más o menos alto, delgado y tenía unos ojos castaños grandes y brillantes, el hambre y el frio ya no existían.

- ¿Eh? – respondió Joon con la boca abierta.

- ¿Qué haces aquí? – volvió a preguntar el menor en un tono que Joon jamás había escuchado en su vida, preocupación.

- Nada… sólo me gusta mojarme cuando llueve – Al decir esto, Joon de inmediato se dio un golpe mental ante la soberana estupidez que acaba de salir por su boca. Era un estúpido.

- No creo que esto sea planeado ¿o sí?

¿De verdad cree que estoy así por gusto? -  pensó Joon algo divertido ante lo que estaba sucediendo – No, no es planeado todo esto… Tengo hambre y frio, pero a mi casa no puedo ir.

- ¿Por qué no puedes ir? – El chico puso cara de no entender absolutamente nada.

- Porque… bueno… si… es… ¿complicado?

- ¿Complicado?

- Si… algo así… - Joon volvió a mirar el piso, molesto. Nunca le importó lo que lo que los demás pensaran de él, pero por alguna razón no quería que este fantástico chico supiera cómo había llegado a tan lamentable situación. ¿Qué podría decirle? No quería decir nada que sonara más estúpido que las cosas que ya había dicho, pero cuando levantó la vista vio que el apacible chico ya no estaba allí de pie viéndolo. En su lugar, se encontró con el paraguas y un poco de dinero.

- Tsk… ese niño  - Tomó el paraguas al mismo tiempo en que estaba dejando de llover y sonrió. Ya no llueve tontito – murmuró el chico tomando el dinero dispuesto a comprar algo para llenar su vacío estómago.

Por cierto… ¿Cuál era su nombre? – pensó aun viendo en su mente la cara de aquel chico extraño.

Desde aquel misterioso día de lluvia, Joon no vio nunca más al rubio. Volvió todos los días siguientes al mismo lugar donde se habían encontrado con la esperanza de verlo y darle las gracias, pero nunca más hubo rastro de él, intentó preguntar por alrededor de donde se encontraba pero no sacaba nada, ya que el nombre del chico le faltaba. Claro, como iba a alguien saber de quien hablaba si su nombre no existía.

Así pasaron los años, y el Joon de 16 años se volvió un hombre de 26, adicto a los negocios, dueño de una empresa de préstamos conocida a nivel mundial, el cual era el fondo mayor de las personas que querían algún tipo de préstamo. La empresa era conocida por ser la única que tenía intereses accesibles a todas las clases sociales, daban plazos considerables de tiempo para poder pagar y accedían a casi cualquier petición de prorrogación. Joon se había vuelto en un buen negociante, y vivía pensando en cómo hacer crecer su empresa y que cosas podía adquirir para comenzar la expansión, aunque ese misterioso chico de la lluvia, como le llamaba, seguía rondando por su mente día a día.

~ Baby Say Yes Yes Yes, Baby say No No No No ~

El teléfono comenzó a sonar y Joon se despertó de golpe, otra vez estaba soñando con el chico rubio de aquel día.  Tomó el aparato de mala manera y con voz somnolienta contestó.

- ¿Aló? – murmuró cansado.

- ¡JOON! Y esa voz hombre por dios… ¿Estabas durmiendo hyung?

- ¡YAH! Siempre estás despertándome G.O

- Uy, alguien se despertó de malas hoy – bromeó el chico al teléfono.

- ¿Qué quieres tan tarde? – Joon miró el reloj y éste apenas marcaba las 10 de la noche, pero para el trabajólico Joon ya era demasiado tarde.

- ¿Qué quiero? Joon, no preguntes cosas tan amplias que…

- ¡YAH! ¡EN SERIO!

- Bueno Bueno, ya que insistes… acompáñame a la subasta de esta noche, no quiero sólo y tú eres el único que va conmigo a ese tipo de cosas – dijo el bigotudo muy divertido.

- Nos vemos en 10 minutos donde siempre – diciendo esto, Joon tiró el teléfono lejos y se vistió con un traje negro elegante, tomó sus cosas y salió en dirección al lugar designado. No era que le gustara el panorama que su amigo solía armar por las noches, pero cualquier distracción de aquel misterioso chico para él era bienvenida.

Como casi todas las noches en que G.O llamaba, se encontraba al frente de unas grandes puertas negras, con poca iluminación, perfecto para disimular las barbaridades que ocurrían allí dentro.

Exactamente 10 minutos después de la llamada, apareció su amigo bigotudo vestido de negro también, y unos lentes con los que buscaba ocultar su identidad, claro que para Joon, sólo era un disfraz sin motivo alguno, pues adentro ya todos lo conocían casi de memoria.

- Puntual ¿eh?

- Pues claro cariño, ¿Qué esperabas? – G.O sonrió y tocó la puerta 4 veces y luego otras 2, murmuró algo extraño y la puerta se abrió. Joon no sabía lo que su amigo decía, y tampoco era que le interesara, pero algunas veces se preguntaba qué era lo que decía, pero sólo por mera curiosidad.

- ¿No vienes? – dijo el bigotudo tirando a su amigo del brazo hacia dentro – Wow, ¿Has ejercitado más? Joon… si sigues, no responderé… te lo aviso - Joon sonrió y no tuvo más remedio que seguir el tranquilo pasó de su amigo a través de los pasillos oscuros del local, los cuales sólo estaban iluminados por un par de faroles rojos, dándole un toque muy sensual al lugar.

Al pasar por la ultima entrada, ambos chicos se soltaron del brazo y caminaron con su seguridad característica pasando entre las mesas dejando con la boca abierta a los asistentes. Los chicos estaban conscientes de que todos los presentes los deseaban, y no sólo por su abultadas billeteras, sino porque también ambos tenían cuerpos marcados y una sonrisa deslumbrante, con los cuales sabían que nadie se renegaría si alguno de ellos intentara algo.

- ¡A JUGAR! – gritó GO a la vez que un mesero llegaba con dos copas de vino a la mesa mientras ambos amigos se sentaban casi en las ultimas mesas, tampoco era que les gustara llamar la atención.

Las cortinas se abrieron.

Y el show, empezó.

- ¡DAMAS Y CABALLEROS! ¡HOY TENEMOS UN SHOW BASTANTE ESPECIAL! ¡TENEMOS UNOS ARTICULOS EXCLUSIVOS QUE HEMOS CONSEGUIDO CON ARDUO TRABAJO! – Comenzó a decir el presentador.

- ¿Siempre exagerándolo todo ese hombre no?

- Como siempre bigotón, como siempre.

- ¡Yah! No me llames así que me quita toda mi sensualidad – El peludito hizo un gesto como si estuviera quitándose el pelo de los hombros lo que provocó que Joon riera aún más.

Apenas terminó el presentador de dar la introducción al show, pasó el primer artículo.

- ¡Su nombre es Kevin y como ven, tiene un rostro bastante amigable! – El chico comenzó a caminar por todo el escenario, moviéndose de aquí a allá, tomando el tubo y bailándole encima, parecía un gatito domesticado. Volvió al centro y comenzó a quitarse a camisa al momento en que la mitad del salón levantaba sus manos para poder tener la mejor oferta. Así es, en ese lugar se vendían hombres y, en su mayoría, vírgenes.

- Wow, él está bien bueno ¿no? – murmuró GO mirando atentamente al chico que estaba plantado en el escenario.

- Cariño – dijo sarcásticamente – tu sabes que JAMÁS participaría de esto, sólo te acompaño porque me caes bien – GO hizo una mueca y volvió a centrarse en el escenario. Se sorprendió al ver que fue vendido a una baja cantidad de dinero. Una oportunidad menos.

Al igual que el primero, pasaron varios chicos por el escenario, siendo todos comprados al mejor postor y como cada noche, no había nada del gusto de Joon. Él sólo quería volver a reencontrarse con aquel chico, pero sabía que no estaría en un lugar como ese.

- Voy al baño, trata de no gastar mucho dinero ¿sí? – Joon se levantó y no pudo oír lo que el otro chico le gritaba.

Hasta en un lugar como éste estoy pensando en ti… Sólo te vi una sola vez y me traes atontado… pequeño idiota. – pensaba Joon mientras se mojaba la cara para despertar, sabía que al día siguiente se venía un fuerte día de trabajo y así y todo él estaba a esas horas por ahí.

- ¡JOON! ¡JOON! ¡JOOOOOON! – de la nada apareció GO en el baño y sacó al contrario del brazo casi a tirones.

- ¡YAAAAAAAH! ¡QUE TE PASA! ¡QUE NO VES Q….! – Joon se quedó pasmado ante lo que sus ojos estaban viendo sobre el escenario, no podía creerlo.

- G-G-GO… dime que no es él.

- Al parecer si lo es… encaja perfectamente con tu descripción pero…

- ¡… Su nombre es Mir, tiene 22 años y es lo último que tenemos para presentar el día de hoy! – apareció frente a sus ojos un chico rubio de ojos grandes moviéndose de aquí a allá, al parecer estaba drogado porque sus ojos no lograban enfocar hacia ningún lado. Terminó sentándose en el piso mientras jugaba con su pelo.

Las apuestas no tardaron en hacerse escuchar, y cada vez eran más altas, pero Joon como siempre, no estaba dispuesto a negociar.

- ¡2 MILLONES! – gritó Joon lo más fuerte que pudo

- ¡PUES YO OFRESCO 3! – gritó otro más allá.

- ¡12 MILLONES… DE DOLARES!

Todo el salón se cayó en el acto y Joon por fin pudo centrarse en lo que estaba viendo, era él, el chico de la lluvia, sabía su nombre, y ahora, tenía la oportunidad de pagarle lo que había hecho por él cuando nadie más lo había ayudado.

- Pssss… Jooon… no será… ¿mucho? – murmuró GO sorprendido ya que su amigo nunca había dado luces de que le interesara todo el rollo de comprar gente.

- Por él, pago hasta el triple si es necesario – murmuró aun absorto.

- ¡Y SE QUEDA EN 12 MILLONES AL CHICO DE ALLÁ ARRIBA! Muchas gracias a todos por venir, nos vemos en otra oportunidad… – diciendo esto, las cortinas se cerraron y Joon se sentó como pudo. Aun no podía creer lo que había hecho recién. Él no era conocido como alguien que hiciera las cosas sin pensar y esto que acababa de suceder era claramente algo contrario a lo que siempre había pasado.

Luego, llegaron los hombres, Joon les hizo el cheque pertinente por la cantidad acordada y se sentó a esperar como loco el momento en que le entregaran su paquete. Aun no podía creer lo que había hecho, pero más le costaba el hecho de que después de casi 10 años, se habían reencontrado.

Cuando vio a Mir cruzando por la puerta, se dio cuenta inmediatamente que ese chico no era como 10 años atrás, se veía extraño, ido. Se acercó para mirarle los ojos y confirmó su suposición, lo habían drogado, por lo que no podía mantenerse ni siquiera en pie. Con la ayuda de GO, lo llevaron hasta el auto de Joon y lo pusieron en el asiento trasero mientras Mir iba diciendo una que otra incoherencia dormido.

- Joon… ¿Tú crees que te recuerde después de todo este tiempo?

- Yo no lo he olvidado…

- Pero eso no quiere decir que el tampoco.

Joon dirigió una mirada asesina a su amigo y emprendió el camino hasta la casa de él hablando trivialidades del trabajo, de lo que les esperaba el día siguiente. Mientras GO se lamentaba el no haber comprado ningún ejemplar esa noche, Joon no quitaba la vista del retrovisor donde podía ver perfectamente como Mir dormía completamente recostado en el asiento de atrás. Llámenlo loco pero ver a Mir allí atrás tan indefenso, le hacía sentir una inexplicable necesidad de cuidarlo.

Después de dejar a GO en su departamento, se dirigió al suyo, el cual estaba sólo a 5 minutos desde allí. Estacionó el auto en el aparcadero y, como pudo subió a Mir hasta su departamento. El chico estaba completamente inconsciente y Joon maldijo para sus adentros.

Los encuentro y los mato, como se les ocurre dejarlo en este estado, a él – pensaba una y otra vez a medida que daba pasos cortos con el rubio en brazos. Nunca había pensado lo incomodo que era vivir en el último piso del edificio hasta que entró con Mir en brazos, en su mente trazó una nota diciendo “buscar un departamento más cerca del piso para la próxima”

Apenas entró a su departamento, fue directo hasta su habitación y dejó a Mir en su cama. Aunque se encontrara en un estado de inconciencia, Joon sabía que el chico que él había conocido tiempo atrás seguía allí. Tomó un poco de aire y ordenó el cabello del menor, intentando no despertarlo de su sueño.

Debe estar cansado – pensaba Joon mientras acariciaba el rostro del menor. Lo desvistió como pudo e intentando resistirse le puso una camiseta vieja suya y lo tapo hasta el cuello. Por primera vez en su vida, estaba poniendo a alguien sobre él, y le sorprendió darse cuenta de que ese tipo de acciones lo hacían sentir mejor que siempre ir por sobre el resto. O, ¿sólo era porque Mir era la otra persona? Esa noche, decidió dormir en el sofá y dejar que el chico descansara todo lo que pudiera.

Al día siguiente, Joon se despertó con una sonrisa en el rostro. Se levantó y lo primero que hizo fue ver si Mir ya había despertado, pero el chico seguía atrapado quien sabe en qué sueño. Joon no pudo evitar acercársele y darle un pequeño beso en la frente Exactamente hacía cuanto tiempo había estado soñando con eso, exactamente 10 años. El menor se removió un poco y Joon salió sin hacer el menos ruido de la habitación para que el menor no despertara. Iba a ser extraño para él despertar en un lugar que no conocía y con alguien a quien, posiblemente no recordara.

- GO, mañana no iré a trabajar, creo que cuidaré de Mir por el día ¿sí? – Joon no quiso escuchar las preguntas inquisitivas de GO tan temprano y cortó la llamada tirando el celular lejos.

Puso a hervir su máquina de café para tomar desayuno y extrañamente comenzó a sentirse nervioso, por fin después de 10 eternos años iba a ver a la persona que lo ha traído como estúpido todos los días, pero más que nervioso, se estaba poniendo ansioso.

¿Qué pasa si no me recuerda? ¿Qué haré si él lo olvidó completo? ¿Cómo le explicaré lo que me pasa ahora con él? ¿Será el mismo chico apacible de hace 10 años? ¿Podré decirle cómo lo encontré? ¿Seré… suficiente para él?

- Dis-disculpa… etto…

Joon palideció en el instante en que escuchó la voz de Mir entrando a la cocina, luchó contra sí mismo para no decir nada y se dio vuelta torpemente, dejando ver la inevitable tonta y estúpida sonrisa se le apareciera por su cara. 

- ¡MIR! ¿Ya despertaste? ¿Por qué no seguiste durmiendo? – se apresuró a decir Joon mientras sacaba 2 tazas de café del mueble de abajo, mientras se abofeteaba mentalmente por sentirse así frente a alguien.

- Yo… si… ¿Cómo sabes mi nombre? – preguntó Mir aun desorientado e intentando arreglar su pelo enmarañado.

- Yo… bueno… si – Joon tomó aire y comenzó a hablar aún sin levantarse apropiadamente - ¿Recuerdas algo de lo que pasó ayer?

- Yo bueno… estaba con un amigo en un bar tomando unas copas, alguien me regaló un vaso de no sé qué cosa, lo tomé y ¡PUF! de pronto desperté aquí – admitió el menor moviendo los brazos como si intentara armar una historia con ellos.

- ¿Y PORQUE TOMAS COSAS QUE TE REGALAN? ¡ESO NO SE HACE! ¡NUNCA! – gritó Joon enfurecido, la sola idea de no haber estado allí esa noche, y que otro pervertido lo hubiera comprado le hacía perder el sentido.

- Yo… perdón señor… - Mir bajó la vista cuando se dio cuenta de que no sabía el nombre de quien se encontraba enfrente, o quizás sólo por vergüenza.

- Oh perdón – Joon se limpió las manos y se acercó al menor – Me llamo Lee Joon, pero todos me llaman Joonie o simplemente Joon – sonriente, le estiró la mano al menor y el chico se la tomó de vuelta, lo que provocó que hasta el último pelo de su cabeza se erizara.

- Yo me llamo Mir y bueno, sólo Mir – respondió el chico sonriente.

Joon en su mente rodó y rodó hasta que se le fue la vida, era esa sonrisa la que siempre esperó lograr ver otra vez, aquella cálida demuestra de preocupación, Mir aún era el chico de hace 10 años, algo más grande y más apuesto, pero seguía siendo el chico tranquilo que vio hace 10 años atrás. Joon le tendió una taza de café y le indicó que se sentara en la mesa junto a él a desayunar.

- Joon… etto… ¿Cómo llegué aquí? – murmuró el menor siguiendo los pasos del contrario por el departamento.

- Bueno… no sé si deba decirlo a buenas y primeras pequeño – Joon bebió un sorbo de su café y vio que Mir lo miraba con curiosidad, de verdad no recordaba nada y, pensando en que le hacía un favor le contó lo que sabía, de como lo había encontrado, de lo que había pagado por él, todo. Lo que no pudo anticipar sería la reacción de Mir.

- ¿¡NO TE CONOSCO Y YA TE DEBO DINERO!? ¿CUANTO ES? ¡TE LO PAGARÉ! – gritaba Mir mientras se iba de vuelta a la habitación a buscar su ropa.

- Yaaaaaah, Mir, no es para tanto, además… tómalo como un gracias de hace 10 años – Joon se sonrojó un poco pero al ver el rostro enfurecido y confundido de Mir decidió no decir nada más, quería que el menor recordara aquel mínimo evento por su cuenta, sólo eso.

- Joon, en serio… ¿Cuánto debo pagarte? – Mir se encontraba sólo en pantalones y la vista para Joon era privilegiada desde donde se encontraba.

- ¿Para qué quieres devolver el dinero si aquí tienes todo lo que quieras? – Murmuró Joon arrogantemente

- ¡PORQUE SI! No me gusta estar en deuda con nadie y la sola idea de “ser” de alguien, me da ¡ASCO! – Mir seguía buscando por todos lados su polera sin poder encontrarla.

La palabra asco caló fuerte en Joon y, enfurecido, tiró a Mir sobre la cama y se puso encima de la cintura del menor haciendo caso omiso a cuanto golpe tiraba el chico a su cuerpo. Intentó besarlo, pero no hubo forma, el menor tenía su grado de fuerza también.

- Yo… ¿te doy asco? – murmuró Joon serio.

- ¡SI! – gritó Mir con unas cuantas pequeñas lágrimas en sus ojos.

- ¿Es enserio?

- ¿¡QUE ERES SORDO!? TE DIGO QUE SI – Mir poco a poco fue dejando la resistencia y quedó tendido sobre la cama, sin mirar al mayor encima de él.

- Bueno, deberás pagar lo que me debes. Son – Joon sacó la cuenta mentalmente – Unos 15 millones de dólares más los intereses por todo lo que demorarás en pagarlo con tu escuálido trabajo de medio tiempo.

- Tu… ¿Ya me investigaste? – Mir no daba crédito a lo que escuchaba, lo habían vendido, lo habían comprado, lo habían drogado y ahora tenía que pagarlo 15 millones a un completo extraño. ¿Cómo una noche de alcohol podría haber terminado así?

- No me subestimes, cachorro – murmuró Joon acercándose al menor, quien seguía moviendo su cabeza de lado a lado para evitar cualquier contacto. Joon se hartó y le dio una bofetada en la mejilla al menor para que se quedara quieto. Juntó su frente con la del menor y se levantó de golpe.

- Tienes fiebre – murmuró – recuéstate y cuando mejores puedes irte si quieres.

- ¡JOON!

- ¡NADA DE JOON! ¡TE ACUESTAS HASTA QUE TE MEJORES! ¿¡ESCUCHASTE!? – gritó Joon lo suficientemente molesto como para aceptar un no como respuesta. Salió de la habitación y sonrió al ver de reojo como el rubio le hacía caso.

Al entrar en la cocina intentó ordenar sus pensamientos antes de ver que hacía para el pequeño mejorara un poco. La palabra asco, no le había enojado tanto como ver a Mir pronunciarla. Estaba acostumbrado a escuchar ese tipo de cosas en su casa cuando estaba en la escuela. No sirves para nada, mejor vete de la casa, sólo estorbas, hace algo mejor con tu vida, idiota, pobre tipo, mejor no hubieras nacido eran las cosas que recurrentemente sus padres y todo aquel que era cercano a él le decían constantemente y había creado un escudo para que todo eso dejara de afectarle, pero que Mir le dijera esas cosas, realmente le había cabreado.

¿Por qué duele de esta forma que él me esté rechazando?

Abrió el refrigerador y se encontró con poca comida pero de alguna forma se las arreglaría para hacer una sopa. Casi quema la cocina en el intento de hacerla, pero algo resultó al final. No era la sopa perfecta, pero al menos comida era… si es que podía llamársele así. Luego fue hacia su closet a buscar una pastilla para la fiebre, otro caso perdido, el idiota no sabía si darle la tira completa o si sólo una bastaría, además tenía una variedad considerable de medicamentos y no sabía cuál de todos ellos darle. Diablos, vivir sólo en esos casos era algo horrible. Eligió el ibuprofeno y armó la bandeja junto al intento de sopa, jugo de naranja y la famosa pastilla.

Entró triunfal a la habitación donde Mir estaba recostado, claramente aun enojado por lo que acababa de pasar y no era para menos, hasta él hubiera estado enojado si le hubiera pasado eso mismo a él.

- Mir, come esto y luego tomate esto para que la fiebre baje – Joon dejó la bandeja cerca y se sentó en la esquina de la cama a ver como el rubio tomaba la bandeja con las cosas.

- Gracias – murmuró seco el menor mientras tomaba una primera cucharada. Puso una cara horrible al principio y miró a Joon intentando sonreír, aunque a Mir le hubiera molestado lo anterior, estaba contento de que alguien se estuviera preocupando por él de esa forma.

- ¿Joon? – murmuró el rubio dejando la bandeja a un lado

- ¿Si? – Joon se recostó a su lado mirando hacia el techo, muerto de nervios.

- ¿Por qué pagaste por mí?

- Ya te dije, es un gracias por lo de hace 10 años

- ¿Un gracias? No entiendo.

- Algún día lo sabrás, algún día – respondió Joon – Ahora duerme que debes mejorar, después hablaremos de cómo arreglaremos la deuda.

- No, quiero saberlo ahora… tengo que ir a trabajar más tarde.

- Sólo tienes una sola forma, vive conmigo y compórtate como una pareja durante 1 mes. Sólo así te dejaré en paz – murmuró Joon sin despegar la vista del techo, no sabía en qué momento se le había ocurrido esa excusa.

- Esta bien… sólo un mes ¿cierto? - murmuró Mir algo inquieto

- S-S-S-S-S-S-S-S-S-i – tartamudeo Joon, ¿Era en serio lo que estaba sucediendo? Ni en sus más locos sueños pensó que pasaría esto.

- Ok, por un mes… seré tu novio pero después de eso, no podré verte más ¿sí?– diciendo esto Mir se tapó lo más que pudo y se durmió mientras Joon sólo quería tirarse por el balcón de felicidad, al fin estaba sucediendo, aunque fuera a la fuerza, Mir iba a ser su compañero. Estaba feliz, aun cuando sabía que esa felicidad tenía fecha de caducidad.

Pasaron los días y Mir realmente se estaba comportando como un novio ejemplar, hasta GO estaba sintiendo envidia porque Joon tenía todo lo que quería, trabajaba en lo que quería, sólo lo hacía por las mañanas y por la tarde salía con Mir por ahí a comer o a ver películas. Sorprendentemente, Mir sonreía todo el tiempo y nunca decía que no a lo que decía Joon y eso tenía al mayor obsesivo por el control muy contento con lo que estaba haciendo, hasta que la fecha de caducidad del acuerdo estaba llegando a pasos agigantados, y Joon… no sabía lo que le esperaría.

El día tan poco esperado llegó y a Joon ya se le habían olvidado los 15 millones junto con la deuda, sólo quería un poco más de tiempo con el chico que había hecho de ese mes, algo maravilloso. Pero como Mir había dicho ese día, llegó la fecha dispuesta y no importa cuánto lloró Joon, Mir se fue sin decir ninguna palabra de la casa del mayor y no importó cuanto buscó Joon a Mir, no pudo encontrarlo hasta que GO le dio la dirección del chico. Joon no supo que hacer más que abrazarlo con todas sus fuerzas y corrió como si la vida se le fuera en ello hasta la casa de Mir y se sorprendió cuando su madre abrió la puerta, él dijo que vivía sólo. Allí, todo empezaba.

- Hola… ¿se encuentra Mir? – Preguntó Joon apenas vio que la que debía ser la madre del rubio abrió su puerta.

- Ustedes… ¿Eran muy cercanos? – preguntó la señora indicándole a Joon que tomara asiento

- Bueno… si, la verdad es que si – murmuraba Joon mirando la cantidad sobrenatural de fotos de Mir que habían en la habitación, Wow, ese chico era muy fotogénico y hermoso, por supuesto.

- Ahhh, eres Joon ¿cierto?

- ¡Sí! – Respondió enérgicamente - ¿Mir le ha hablado de mí?

- Si… él me ha contado mucho sobre ti, de lo mucho que… se reían – la señora bajó la mirada hasta el piso, sin dejar que Joon la viera.

- Ohh ¿en serio? Esa es una buena noticia – Joon infló su pecho, más orgulloso de sí mismo no podía estar, si la madre sabía de su existencia, claramente tenía una segunda oportunidad con Mir.

- Bueno, Mir está allí y él, te dejó esto por si volvías alguna vez – dijo la señora apuntando hacia una pequeña salita de estar al lado de donde se encontraban y luego le pasó un sobre rojo con el nombre del mayor en él

- Muchas Gracias – respondió Joon feliz tomando el sobre, sin preocuparse del tono decaído con que la señora le había hablado.

Joon entró a la habitación y no vio nada más salvo una foto de Mir sonriendo como siempre junto a una vasija al lado. El chico no entendió mucho al principio, pero cuando logró darse cuenta de lo que estaba pasando cayó de rodillas al piso sin poder articular palabra.

No, ese de ahí no puede ser Mir

¿Él está por ahí sonriendo como siempre cierto?

No me pudo haber dejado así…

No

No

No

NO

¡NOOOOOOOOOOOOO!

Joon gritó lo más fuerte que pudo a medida que sus lágrimas iban cayendo empapando sus mejillas a la velocidad de la luz, esto no podía estar pasando, la persona que juró proteger ya no estaba, la persona que lo salvó ya no estaba, que iba a hacer él ahora sin él.

Sólo quería un poco más de tiempo.

Como pudo tomó el sobre que la madre de Mir le había entregado y se apoyó cerca de la mesita a leerla.

Carta de Mir.

¿Cómo decirle a quien amas que sólo te queda un mes de vida? Que esperaste 10 años para que apareciera como aquella vez bajo la lluvia, ¿sólo para hacerte ver lo que era el amor?

Gracias al cielo acepté esa ida a beber con mis amigos del trabajo, y también gracias a que acepté esa bebida con droga estoy aquí, en tu habitación, despertando con resaca. Quizás no te acuerdes de que yo siempre te estaba mirando desde lejos cuando ibas al lugar donde todo empezó.

No quería arriesgarme a que todo terminara de forma abrupta, sólo… quería vivir con aquella ilusión un momento más en mi corazón. Aunque fuere sólo una ilusión, yo iba a vivir con ella, de la forma que fuere.

Siempre ibas a comprar café a la misma hora todas las mañanas al café donde yo trabajaba, pero nunca me mirabas, aunque yo rogara cada día que te despegaras de tu celular o tu amigo con bigotes y me miraras, o que simplemente te dieras cuenta de que era yo, que era Mir, el que le tendió el paraguas ese día. No lo sabias, no tenías como. Ese día que nos encontramos habían dado mi sentencia de muerte y yo iba directo a tirarme por el puente, pero verte ahí tan sólo, me hizo querer protegerte… no importara como.

Cuando te vi, fingí no saber quien eras, e insisto, debiste dejar que me fuera cuando te lo dije… ¿Ves que tengo razón de vez en cuando? Todo hubiera sido menos doloroso. Cuando mencionaste lo ocurrido hace 10 años, fingí no saberlo. Para que te lo iba a decir si de igual forma ¿me quedaba algo más de un mes para vivir? Ahora, aquí, me doy cuenta de que debí haber hecho que me miraras en el café, así al menos, podríamos haber tenido más tiempo juntos.

El mes que pasó, fue perfecto para mí, y me gustaría que no estés triste por lo que ha pasado, recuérdame sonriendo como siempre ¿sí? Yo siempre me acordaré de cómo te enojabas cuando no hacía lo que querías que hiciera, tus sonrisas estúpidas cuando me veías al despertar, los desayunos juntos y como no, tus comidas incomibles.

Perdón por no decirte, pero no quería preocuparte más de lo necesario, al fin y al cabo tu vida es muy ocupada y no quería ser un estorbo para ti.

Consigue a alguien que te amé ¿sí? Y tú también idiota, amalo tanto como me has amado a mí, por favor.

Amor, es una palabra curiosa ¿no?

¡Hasta la próxima hyung!

- Idiota, hasta el último haciéndome sufrir – murmuró Joon mientras miraba la gran foto de Mir que estaba en la mesa – No seas idiota y vuelve… ¿sí? Prometo no enojarme nunca más, prometo… no cocinar más en la casa ¿sí? Pero por favor… por favor… no me dejes así, aquí… sólo.

 

Joon se levantó de donde estaba, se despidió de la madre de Mir y se fue directamente a su casa a pensar en todo lo que le estaba pasando, no sabía que iba a pasar con él en ese momento, pero de algo estaba seguro, nunca amaría a otra persona que no sea Mir, no.

Notas finales:

OKEI! SI, EL FINAL ES COMO... "DE DONDE CHUCHA SALIO TODO ESTO?" cierto? Perdón por eso :c

No pensé que volver a escribir despues de tanto tiempo iba a ser tan dificil xD

Espero tener un poco de tiempo entre los trabajos y mi trabajo de tiempo parcial para escribir una que otra cosita loca por ahi...

Espero de todo corazón que les haya gustado ;A; Sino, ya saben, me linchan por twitter [Está en mi perfil] o por RWS ;A; En serio, quiero RWS ;A;

Gracias por darse el tiempo de leer 

Chau :*

 


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