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Descubriendo por earendyll

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Notas del capitulo:

 

Capítulo 2

Era la final de la jornada laboral y como era de esperar estaba como siempre, sentado en su escritorio escribiendo un reporte que había que entregar en pocos días. Tsuzuki lo miraba, podía notar su agitación pululando por el aire. Podía notar como su mirada se prendía de su cara. Podía notar su nerviosismo, tanto como para contagiarle a él mismo. Su corazón comenzaba a golpear fuerte en el pecho cada vez más rápido, maldita sea… se estaba poniendo nervioso, muy nervioso.

Alzó la mirada y sus ojos se quedaron en los amatistas que viéndose sorprendido en su escrutinio apartó la mirada avergonzado.

-          Habla, no soporto esta incomodidad- Quería parecer valiente con sus palabras claras y firmes, y aunque así se escuchó su voz por dentro estaba de todo menos firme

Los ojos de Tsuzuki se volvieron a alzar para observarlo. Su mirada se mostraba segura, nada que ver con la avergonzada de hace un momento. Y no dudó ni un segundo en hablar con voz firme, aun más firme que la de él mismo

-          He hablado con Tatsumi

Vale, eso Hisoka no se lo esperaba del todo y su pose firme y cara neutra estaba costándole trabajo el mantenerla. Su mano comenzó a temblar y tuvo que cerrarla en un puño para que no se le notase ese ligero temblor

-          Y he estado pensando Hisoka… lo mejor será empezar cuanto antes

-          ¿Empezar cuanto antes? –musitó extrañado

-          Con el…”entrenamiento”… ¿Has acabado ya el trabajo?

Y no supo por qué aun no habiendo acabado el trabajo mumuró un si por lo bajo mientras su mirada avergonzada se dirigía a cualquier lugar menos a donde se encontraba su compañero. Si la presencia de Tsuzuki lo descolocaba, no quería pensar en lo que sucedería cuando se encontrasen en la misma habitación.

-          Ven, es hora de irnos

Toda la valentía que sentía se esfumaba como el humo en el viento. Cuanto más avanzaban por la calle más nervioso se sentía, podía escuchar demasiado claramente el golpeteo rápido de su corazón, su respiración ligeramente agitada. Su paso era autómata siguiendo a la figura oscura de Tsuzuki

De repente se vio un relámpago, al poco se escuchó el trueno. La lluvia comenzó a caer.

Corrieron y corrieron y a pesar de todo la lluvia les caló hasta los huesos. Al fin llegaron a la casa de Tsuzuki pero la ropa se les adhería como una segunda piel. Una piel fría y húmeda que les erizaba por completo y que hacía que le castañeasen los dientes. No era invierno, pero aun así Hisoka se abrazaba a sí mismo en busca de calor. Ni él mismo sabía si era por la temperatura o era una forma de infundirse protección y valentía o quizás un “no pasa nada” que le daría las fuerzas necesarias para lo que se avecinaba dentro de un momento.

-          Ten una toalla, voy a buscarte una muda de ropa, seguramente te quede grande pero no puedo ofrecerte otra cosa. Entra al baño…

-          Pero…

-          No te preocupes tanto – la sonrisa afable de Tsuzuki le calmó- báñate y ahora te llevo la ropa

Aun miraba extrañado la toalla celeste que tenía en las manos. Tsuzuki… ¿Por qué siempre era tan amable?, Tsuzuki… ¿Por qué siempre te preocupas por los demás antes que por ti mismo?

Con lentitud fue al baño. Se conocía ese apartamento casi tan bien como el suyo propio.  El cuarto de baño era de un blanco impoluto, eso siempre le extrañó, era bastante impersonal. Ese cuarto de baño le pegaba a alguien como a él no a una persona tan alegre y brillante como lo era su compañero.

Sus ropas caían una a una. Eran pesadas por el agua y allí donde caían las dejaba. Prendió el agua de la ducha. Rápidamente comenzó a salir el agua caliente. Su reflejo en el espejo empezó a empañarse. Dejaría el agua caliente correr por su cuello y hombros, dejaría que su cabello se empapara, dejaría que el agua se llevara todas sus tensiones y que relajase sus músculos.

Al quitarse la última prenda Tsuzuki tocó la puerta. Una voz de alarma se prendió en su cabeza y se apagó como el soplido del aliento en una llama.

-          Hisoka traigo ropa para dejarte

-          Entra

¿Por qué le dejaba entrar en algo que él consideraba tan íntimo? No lo sabía y no tenía tiempo para averiguarlo. Se dio la vuelta y entró en la ducha, no se sentía cómodo enseñándole su cuerpo a Tsuzuki. Siempre había tenido especial cuidado en que nadie lo viera desnudo.

La puerta sonó al abrirse y escuchaba a su compañero colocar cosas de un lado para otro. Lo dejó pululando por el baño mientras él seguía en lo suyo. Necesitaba más agua, que saliera fuerte y arrastrase todo el frio de su piel, así que alzó la mano para darle más fuerte al agua. Con el brazo extendido se miró la piel clara y sin embargo para él tan sucia… sucia por la firma de un demonio. Con la otra mano libre se agarra la muñeca  y se aprieta con saña. ¿Por qué no solo lo profanó? ¿Por qué también lo marcó? Como a un perro…no, mejor dicho, como la firma que se le hace a una muñeca…

Las cortinas de las duchas se abrieron. Sus ojos se abrieron espantados pero ni volteó el cuerpo ni mucho menos la cara.

-          Vamos a ducharnos juntos

-          No

Fue tajante

Lo único que le hacía relajarse era el baño. Era casi una ceremonia que le embriagaba, le embotonaba la mente y era lo único que conseguía calmarlo.

Para él baño no era una tarea simple y rutinaria que carecía de valor. Era en el baño donde se podía quitar la suciedad, la suciedad que estaba tatuada en su piel y en sus entrañas. El agua avanzaba por su piel arrastrando las impurezas y tranquilizando su mente

-          Hiso…

Pero no lo dejó hablar. Sin esperar cogió malhumorado una toalla, se tapó con ella y salió de allí. Se había dejado la ropa que le había prestado dentro del baño, así que se colocó una de las tantas camisas blancas que encontró en el armario

¿Estaba cabreado? Bastante y por eso mismo prefirió marcharse, por no gritarle a su compañero. Sabía que aunque se lo explicase no iba a entenderlo…. O quizás sí. Pero no quería decírselo a él. Sabía lo que le iba a decir “Lo que te hiciera él no es tu culpa” “Hisoka, deja de torturarte”. Ya lo sabía, todo eso lo sabía y sin embargo era incapaz de no llevar a cabo su ritual en la ducha, al igual que era incapaz de no frotarse con saña la piel cuando recordaba al galeno.

-          Hisoka, lo siento…. Yo realmente no sé… no sé lo que te ha pasado

Como era de esperar en menos de 5 minutos ya estaba bañado, arreglado y su mirada angustiada lo turbaba. Los sentimientos de Tsuzuki eran fuertes, poderosos. Sus piernas comenzaron a temblar. La culpabilidad casi la paladeaba. Le invadía el cuerpo tanto como el temor por la perdida. No iba a perderlo a él ¿Por qué temía que lo perdiese? ¿Tan poco confiable era?

Su cuerpo temblaba cada vez más. Su respiración era cada vez más agitada. Le costaba mantenerse firme con las oleadas de sentimientos que le mandaba su compañero. Sus piernas dejaron de sostenerle y calló de rodillas

-          Hisoka!

-          ¡No me toques!

Tsuzuki con su grito se quedó paralizado con los ojos increíblemente abiertos y más brillantes de lo usual. Apartó la mirada de esos ojos tan hipnóticos, esos ojos que por su culpa estaba tan tristes

-          ¡Lo siento!

El grito de perdón fue igual de potente que el anterior

-          Hisoka ¿Qué...?

-          ¡No puedes tocarme! – Tsuzuki calló esperando una respuesta- si te acercas más no sé qué sucedería, ya sabes que estoy más empático que de costumbre… Tus sentimientos ahora mismo me abruman

Se hizo el silencio en la habitación. Y allí seguía Hisoka en el suelo de la habitación. De rodillas, derrotado, con la respiración agitada y con la mirada baja y huidiza.

-          Entiendo

Y dejó de sentir. De sentir temor, de sentir preocupación… todo. Alzó la mirada extrañado. Tsuzuki seguía a la misma distancia y su rostro le hizo sentir remordimientos

-          N-no alces tus barreras yo…

-          Hisoka, ahora no… los reclamos para después – Los ojos de Tsuzuki mostraban una sensación turbia que no sabía lo que significaba- Estaré en el salón cuando te hayas tranquilizado ve allí

El ver como Tsuzuki volteaba y le daba la espalda fue para él como si una puñalada se clavase directa en su pecho. Apretó la mano en un puño al igual que las mandíbulas. No iba a llorar. No iba a llorar. No iba a llorar… y sin embargo su mirada se aguó y una cristalina lágrima surcó su mejilla.

Le había hecho daño, le hacía daño a la única persona que no quería dañar. Se mordió el labio inferior acallando un sollozo. ¿Qué podía hacer? Si Tsuzuki lo hubiese tocado le hubiese herido como ya hizo una vez en el pasado. ¿Por qué era tan inútil? ¿Por qué no podía controlarse?¿Por qué le hacia sufrir así a él?

-          Tsuzuki

Su susurro murió entre aquellas cuatro paredes.

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-          Hisoka…

Pero nada más salió de los labios de Tsuzuki. Miró a su compañero. Nunca lo había visto tan demacrado. Parecía débil, su piel pálida estaba cétrina, las marcas de lágrimas de sus mejillas fue lo que más rápido captaron sus ojos. Su mirada estaba apartada, alejada de él…

-          Hisoka…

Volvió a llamarlo con voz suave, pero siguió allí parado en el marco de la puerta. ¿Había sido demasiado duro con él? ¿Debería haberlo dejado estar y hacer como si nada hubiese ocurrido?

-          Hisoka, ven aquí conmigo…

Acarició un lado del sofá indicándole el lugar para sentarse. Hisoka seguía parado y su mirada seguía baja, sin querer enfrentarse a sus ojos.

Cuando estaba preparado para volver a llamarlo Hisoka comenzó a moverse hacia él con paso trémulo. Parecía que estuviera temblando o quizás era simplemente su imaginación. Cuando estuvo cerca del sofá inspiró fuerte y soltó el aire lentamente. Se sentó en el lado más opuesto al que él se encontraba.

-          Hisoka…

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Sabía lo que iba a hacer, sabía que pensaba, sabía cuáles eran los sentimientos de Tsuzuki en ese momento,  aunque subiera sus barreras era imposible tenerlas en alto siempre y siendo Tsuzuki tan despreocupado lentamente las fue quitando sin siquiera darse cuenta. Sabía que intentaría hacer ahora…reconfortarlo, pero realmente ¿Quién debería reconfortar a quién?

Alzó la mirada para acallar a su compañero. Sus ojos fríos se clavaron como el hielo y volvió a bajarlos una vez entendido su mensaje. Necesitaban hablar, pero primero necesitaba ser oído.

-          Tsuzuki… no tienes que reconfortarme, no tienes que pedir perdón… porque tú no hiciste nada malo. El único culpable aquí soy yo. Lo siento

Necesitaba decirlo, alzó la mirada y Tsuzuki le sonreía de manera cariñosa como dándole a entender que no importaba, que todo estaba perdonado. Pero su mirada seria le hizo borrar la sonrisa al mayor

-          ¿Hisoka?

Estaba confundido, su mirada se lo decía. Ya se había percatado de que no era eso lo único que iba a decirle. Apartó la mirada de esos ojos, no quería mirarlos cuando le dijera lo que había estado pensando hacia un momento y que para él era la mejor situación

-          He estado pensándolo Tsuzuki…quizás deberíamos, ya sabes, darnos un tiempo como compañeros

No le vio la cara pero eso no impidió que una oleada de sentimientos negativos lo invadiera “¿Se ha cansado de mí?” “¿Acaso ya no le importo?” “¿No me necesita?” “¿Por qué ahora?” Todas las preguntas de su compañero  le taladraron la mente. Esta confundido e incluso asustado. Pero no quiso alzar la mirada y verlo. Pero… ¿Desde cuándo era tan cobarde? Había tomado una decisión y debía enfrentarse a sus consecuencias.

Y lo que vio le hizo tambalearse.

La mirada de Tsuzuki estaba rota, las lágrimas corrían por sus mejillas una detrás de otra. Casi no respiraba, casi no se movía. Estaba ahí llorando sin decir nada, llorando en silencio. Y eso hizo que sus lágrimas también salieran de sus ojos

-          Es temporal, no para siempre hasta que…

-          Hasta que qué

Las palabras de Tsuzuki fueron amargas, fueron irónicas. Algo que él nunca hubiera hecho. ¿Tsuzuki?

-          ¿Hasta cuándo Hisoka?

-          ¿Qué? –Preguntó confundido

-          ¡¿Hasta cuándo?! ¡¿Crees que podrás tú solo solucionarlo todo?! ¡Necesitas ayuda! ¡Y quiero ayudarte!

De golpe lo acorralo entre el sofá y sus brazos. Su corazón latía desbocado. El nerviosismo hacia que le hormiguearan las manos y las piernas. Demasiado cerca, su furia, su ira, su impotencia… todo se arremolinaba en su mente confundiéndolo. La cabeza comenzó a dolerle, se retorció intentando pegarse más al sofá para alejarse de su compañero. Tsuzuki se pegó más a su cuerpo. Le hablaba pero no lo escucha, el olor de su piel y del perfume que siempre le había gustado ahora le agobiaba. Sus manos se cerraron en un puño, sudaban. Apretó los ojos fuertemente, su corazón latía desbocado

-          No, n-no…

Solo balbuceos salían de sus labios. Se estaba agobiando, se estaba descontrolando…

Hasta que un tuvo un roce en su hombro y explotó su ki.

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Cuando abrió los ojos se encontraba respirando agitado

-          Lo siento, te presioné demasiado

Su mirada se dirigió hacia su compañero. Estaba contra una pared, le sudaba la frente y no pasó desapercibido como se agarraba el brazo izquierdo y se lo masajeaba. Sus ojos vieron rápidamente la sangre que manchaba su ropa.

-          Lo sabía… sabía que te haría daño…Era por esto Tsuzuki por lo que te dije de separarnos por un tiempo. Yo no puedo controlarme bien y tu… no puedes estar todo el día con una barrera, es imposible

-          ¡No!

Tsuzuki lo miró de manera ruda. Una mirada que no solía estar dirigida para él

-          Yo… ¡Lo siento! Hice que te descontrolaras… ¡Perdóname!

-          Tsuzuki…

Iba a decirle que eso no era verdad, qué no tenía la culpa y sus palabras murieron en sus labios apenas sus ojos vieron otra vez la sangre que le manchaba la ropa. Tsuzuki lo miró, y parecía comprender más de lo que decía.

Lentamente se acercó hasta él. Tan cerca que casi podían rozarse sus pieles. Alzó la mano hasta su mejilla y rozó con las puntas de los dedos su piel. Hisoka no se apartó pero miró con cautela la mano.

-          En vez de separarnos intentemos superarlo juntos… como siempre…

 

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-          Tatsumi-san…

-          Dígame Jefe

-          Lo de Hisoka no lo entiendo realmente, quiero decir lo de la empatía. Lo normal sería que debido a la confianza que hay entre ambos su empatía no fuese… tan problemática, por decirlo de alguna forma

-          Hisoka al que más le tiene cariño es sin duda a Tsuzuki. Pero no sé si se ha fijado…- Una sonrisa ladina apareció en los labios del secretario-Hisoka lleva extraño desde hace bastante tiempo en realidad, un poco antes de que empezara a tener problemas con su empatía

-          ¿Desde antes?

-          Si… en realidad desde mucho antes. Lo llevo observando desde hace mucho tiempo.

-          Yo creía que solo observabas a Tsuzuki…- Konoe estaba extrañado ¿desde cuándo su secretario se preocupaba por alguien que no fuese Tsuzuki? - ¿Acaso le has pillado cariño al chico?

-          ¿Cariño? – preguntó sorprendido – es el compañero de Tsuzuki y no quiero que le haga daño a él, aunque no voy a negar que se ganó mi respeto hace tiempo

-          Aun no me has dicho tu teoría de lo que le está pasando – Konoe prefirió pasar del tema. ¿Respeto? Claaaaaro… era amistad, simple y sencillamente. Ese chico realmente se había instalado en el corazón del Enma

-          Como te he comentado antes, Hisoka lleva extraño desde hace un tiempo. Más pendiente de sus adentros que de lo que ocurría fuera. Y ya se lo que me va  decir Jefe, Hisoka nunca ha sido muy abierto, tampoco elocuente o de personalidad extrovertida, pero si te fijabas atentamente notabas el cambio, al igual que Tsuzuki también lo había notado.

Hace poco el vino a mí, buscando ayuda. El único capaz de controlar la empatía es él y si antes podía y ahora no significa que algo ha debido cambiar. No algo físico, por supuesto, sino algo de aquí – Dijo golpeándose con el dedo índice la cabeza- Algo que lo descontrola, que lo hace inestable.

-          ¿Ese algo… -empezó Konoe a preguntar con cautela - … está relacionado con Tsuzuki?

-          Konoe – la familiaridad con la que le habló le dejó extrañado-  usted también se imagina lo que le sucede, no se haga el tonto, todos aquí nos hemos dado cuenta de ello antes que ellos mismos.

Hisoka se dio cuenta de sus sentimientos por él y no lo culpo, amar a Tsuzuki es realmente fácil y más en la situación del chico. Si usted hubiera sufrido la lejanía, el rechazo, la repulsión de unos padres… y su muerte es lenta y dolorosa a una edad en la que tendrías que disfrutar de la vida… para una persona así, Tsuzuki es un oasis. Al igual que para Tsuzuki el significa la luz a la que seguir, el toque de realidad que lo coloca en su sitio, la persona por la que seguir viviendo…

-          ¿estás seguro de que el chico sabe sus sentimientos?

-          Es empata Jefe, él más que ninguno siente el amor de las personas. Es imposible que no lo sepa. Lo que sucede es que tiene miedo, como todo el mundo cuando tiene un sentimiento que nunca has experimentado en tus carnes y del que no te crees merecedor

-          Entonces no es tan difícil que vuelva a ser el que era. Quitarse este problema

-          Por supuesto que no. Eso queda de mano de ellos – Una sonrisa pícara salió de los labios del secretario. Konoe estaba cada vez más extrañado- Les aconsejé el contacto físico

-          ¡¿Qué?! – Grito Konoe colorado hasta las orejas. Tatsumi simplemente le sonrió

-          La única manera de avanzar es acostumbrándose – Explicó sencillamente- Además es una forma de hacer que se acerquen el uno al otro ya que parece que necesitan algo de ayuda

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-          Ven vamos a la habitación el salón está un poco desordenado

Como para no estarlo, pensó Hisoka. Después del estallido de su Ki había roto algunas cosas, por no decir de las gotas de sangre en el suelo. La sangre de Tsuzuki… y todo por su culpa.

-          Deberíamos recogerlo… la sangre…

-          Después, después…

Y allí estaban. De pie en la habitación sin mirarse ni hablarse. Hisoka estaba nervioso. Aun no estaba seguro ni del porque estaba allí. Al alzar la mirada Tsuzuki ya estaba sentado en los pies de la cama mirándolo de manera gentil y dando golpecitos a uno de sus lados. No sabía por qué pero un cosquilleo le subió por el estómago.

-          Venga Soka, creo que por intentar lo que dijo Tatsumi no nos pasará nada

Ya… solo podía volver a hacerle daño…pero si el contacto no era demasiado prolongado ni intenso y ambos se mantuviesen tranquilos él podría manejar sus sentimientos

-          Es cierto

Estaba de acuerdo aunque no convencido. Aun recordaba la mirada de Tatsumi el día en que fue a pedirle ayuda, y también recordaba la sonrisa que le dirigió. Apenas sus palabras resonaron en su cabeza como el eco lejano decidió apartarlo. No quería escucharlo.

-          Ven acércate. Estas muy lejos

Respiró hondo y se acercó, tan poco se acercó que Tsuzuki rio por lo bajo y fue él el que tuvo que acercarse a su compañero.

-          Así está mejor ¿No crees? – Le preguntó cariñosamente el moreno, aunque realmente no esperaba respuesta

-          Deja de hablar y vamos a empezar

Y si… Hisoka a veces era así de rudo… pero él sabía que le hablaba así para ocultarle su perturbación. Era evidente con ver al más joven que esta situación lo ponía nervioso. Pero para Tsuzuki no importaba las palabras dichas por Hisoka, iría lento, sin presionarle demasiado. Llegaría hasta donde le dejase. Haría lo que él quisiera, simple y sencillamente porque se trataba de Hisoka

-          Pues empecemos, lo importante es comenzar de forma suave ¿No crees?

El asentimiento de Hisoka fue más que suficiente para él. No supo por qué pero se encontraba también nervioso. No era la primera vez que se iban a tocar y sin embargo esa era una ocasión en la que seguramente se acercarían más que nunca.

Sus dedos con cautela avanzaron por las sabanas de la cama hasta rozar con sus yemas la piel tersa del otro. Estaba pendiente de cualquier cambio en su compañero. Apenas sus pieles hicieron contacto algo se formó entre ellos. Una conexión suave y fina. Una conexión que a ambos les gustaba.

Entrelazó su mano con la de Hisoka, la notaba sudada y más que disgustarle le causó gracia que ese simple gesto lo tuviera tan nervioso. Estuvieron un rato así, sin moverse, sin hablar… disfrutando del momento. Con el dedo pulgar acariciaba la piel del otro pero sin moverse demasiado. Para él ese simple contacto era más que suficiente

 

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-          Tsuzuki… - El susurró bajo de su voz  resonó en el silencio

-          ¿Hm?

Su corazón iba veloz ¿Debía decirlo? ¿Debía arriesgarse? Aun recordaba las palabras del secretario… y llevaba razón, él ya sabía la respuesta, pero hacía como que no sabía. Desde hacía tiempo había notado el extraño cosquilleo que tenía en el cuerpo cuando su compañero se acercaba, como cada vez le costaba mantener la actitud seria y fría cuando estaban solos. Era émpata, pero también una persona que no quería ver. Había sentido tantas cosas propias y ajenas, y el amor, aunque nunca lo experimentó en sus carnes, si que había podido hacer suyos esos sentimientos a través de su poder.

Pero a pesar de todo Tsuzuki era una persona difícil de comprender. Él era cariñoso con todos y con nadie, hacía suyos los problemas ajenos y ayudaba a quien fuese necesario. Y eso le hacía pensar… ¿realmente había alguien importante en su corazón? Porque a todo el mundo le daba el mismo trato. Si en vez de él mismo su compañero hubiera sido otro (en vez de Hisoka cualquier otro) estaba claro que Tsuzuki se hubiese portado igual

-          ¿Hay alguien que sea para ti más importante que el resto?

Vió su cara de confusión. No se esperaba la pregunta y se paró a pensarla un momento antes de responderle. Los dedos de Tsuzuki apretaron más fuertemente los suyos

-          No entiendo tu pregunta

-          Es simple… ¿Hay alguien que sea para ti más importante que el resto?

-          No sé qué decirte Soka

Como espera, no lo había. Para él todo el mundo era importante pero nadie especial. Era irónico. Para él Tsuzuki era sin lugar a dudas la persona más importante en su vida.

-          ¿Si yo no estuviera aquí llorarías?

No supo por qué le hizo esa pregunta, pero si al menos no era una personal especial para él quizás sería bueno conformarse con que alguien te quiera lo suficiente como para echar de menos tu ausencia.

-          ¿Qué te pasa soka? Haces preguntas muy raras…

-          Respóndeme – Miró a los ojos de Tsuzuki. No reparó como lo estaba mirando pero seguramente fue una expresión necesitada

-          Por supuesto, no soportaría estar sin ti

Y esa sencilla frase le hizo feliz.

-          Yo tampoco lo soportaría

No dijo más. Notaba los ojos de Tsuzuki clavados en su perfil pero no lo miró. Era hora de acabar con esto. Deslizó su mano por debajo de la de su compañero para quitar el contacto. Y los dedos se aferraron fuertes a él

-          ¿Qué haces? – Los sentimientos turbios de Tsuzuki penetraron como la niebla. No entendía su repentino cambio de humor

-          Es hora de acabar con el juego. Se hace tarde y es mejor descansar

Pero al intentar levantarse la mano de Tsuzuki se mantuvo firme no moviéndose de su sitio, asida a su mano. Así que se volvió a sentar enfadado.

-          No podré irme si me quedo aquí sentado

-          Es tarde

-          No importa

-          Tu ropa esta mojada

-          Soy un shinigami, no enfermaré tan fácilmente

-          ¿No quieres oír mi respuesta?

Los ojos verdes se abrieron sorprendidos. No se esperaba eso. Los jades se prendieron de esas hermosas amatistas engarzadas

-          Me preguntaste si había alguien más importante que el resto. Mi respuesta es sí

Volvió a darle un pequeño apretón en la mano mientras le sonreía con cariño. Hisoka soltó en un jadeo el aire contenido. Los sentimientos cálidos de Tsuzuki lo envolvían. Eran tan hermosos, tan cálidos, tan atrayentes… que sentimiento más extraordinario

-          Hisoka…

El cálido aliento chocó contra su cara. Estaba cerca, demasiado cerca. Un cálido beso se depositó en su frente. Y a pesar de que los labios de Tsuzuki ya no se encontraban en ese lugar aún notaba la calidez de su piel y la suavidad de sus labios.

La mano libre de Tsuzuki (porque con la otra le apresaba fuertemente la mano) fue hacia su mejilla y recorrió con los dedos suavemente la mejilla. Acariciando el contorno de su cara, y tocando con más contundencia sus pómulos y mentón. Hisoka se apoyó sobre esa mano demandando más de su toque.

-          ¿No vas a preguntarme nada más?

No le hacía falta preguntar nada más, con su empatía era más que suficiente. Y pensar que los poderes que tan descontrolados se encontraban hace unos días ahora no le importase, siempre y cuando pudiera sentir esa calidez en su corazón

-          No me hace falta preguntar nada

-          Puedo… dar por hecho… ¿Qué soy correspondido?- Y claro Tsuzuki no era émpata, él si necesitaba de las palabras

-          Puedes darlo por hecho

Y no pudieron evitarlo más. Sus labios se unieron con lentitud, con la plenitud de saber que ambos sentían lo mismo, con el goce de sentir a la persona que amas.

Los brazos de ambos se aferraron al cuerpo contrario, sus manos se perdieron entre las ropas del otro. Sus labios se saboreaban, un gemido al aire, un susurro seguido de un jadeo. Sus labios seguían besándose y necesitaban más del otro, necesitaban mucho más.

En qué momento los besos cálidos pasaron a atrevidos no se sabía. Besos necesitados, llenos de deseo, llenos de lujuria, besos voraces… y sin embargos tan dulces…

Hisoka estaba bajo el cuerpo de su compañero y sin embargo no le preocupaba, dejó de pensar, dejó de importarle su empatía. Dejó que los sentimientos de Tsuzuki se mezclaran con los suyos propios, dejó que le embotaran la mente y le nublaran el sentido. Dejó que el deseo lo envolviera.

La mano de Tsuzuki apresó su muslo y el gemido fue ahogado en los labios del contrario. Y esos dedos continuaron viajando con una caricia contundente. Hacia arriba, más hacia arriba.

Un jadeo de sorpresa salió de la garganta de Tsuzuki. La piel de Hisoka se estremeció y besó con fuerza a su compañero

-          ¿Quién me iba a mí a decir que llevabas la camisa sin nada debajo? –Dijo sorprendido Tsuzuki mientras sonreía pícaramente

-          ¡Urusai! – La mejillas de Hisoka estaban encendidas y sus ojos abiertos de sorpresa

-          Qué lindo…

Y antes de que Hisoka pudiera contestar su boca fue callada de la manera más hermosa…con esos labios cubriendo los suyos

Esa noche sus cuerpos danzaron juntos…no podía ser de ninguna otra manera… Para siempre juntos…

Notas finales:

Despues de un siglo sin escribir aqui dejo el final y la continuación. Hay varias cosas que he querido reflejar, una es la actitud de Tsuzuki, siempre amable, siempre cariñoso pero eso puede ser tanto una virtud como todo lo ontrario porque realmente ¿Hay alguien realmente importante en sucorazon? En este fic si XD pero en la vida real hay gente así, que se escuda tran su sonrisa y palabras suaves. Lo otro que he querido reflejar es simplemente como un poder (la empatía) realmente puede ser a veces buena y a veces ser un calvario, tanto como para desestabilizarte mentalmente y hacer que se vaya de control, pienso que a veces es buno vivir en la ignoriancia y no saber que pasa por la cabeza de todo el mundo jajajajaja

Espero que os haya gustado. Empiezan mis vacaciones y me esperan mas fics por escribir, eso seguro.

Un beso y hasta el proximo


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