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El Novio De Mi Novio por Caballero de la Luna

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Notas del fanfic:

Esta basado en una pelicula que vi en televisión pero a contada a mi propio estilo y con algunos cambios. Espero que esta historia les guste.

Normalmente escribo mis fics en primera persona, pero este decidí narrarlo, si hay algunos errores por favor haganmelos saber ya que no estoy acostumbrado a escribir asi.

Notas del capitulo:

Bueno aquí les traigo el primer capitulo de esta historia, espero les guste, no planeo hacerla muy larga, pero eso ya lo veré después.

CAPITULO 1  - BUSCANDO INSPIRACIÓN

 

Desesperado corrí hasta su departamento, el sudor recorría todo mi cuerpo y el sentimiento de perderlo aumentaba la adrenalina dentro de mí. Con intensidad oprimí el botón del elevador pero parecía tardar horas en arribar; no me quedó más opción que subir las escaleras lo más rápido que pude. Al estar frente a la puerta de su  departamento, toqué tan fuerte que incluso escuché quejas de los apartamentos vecinos. Al abrir me encontré con Kate, su mejor amiga, le imploré que me dejara hablar con Jake, quería confesarle lo mucho que lo amaba; pero la chica me contestó que ya era muy tarde, que decepcionado por lo que yo había provocado, Jake había decidido aceptar la oferta de trabajo en otra ciudad, y ahora mismo se encontraba en el aeropuerto. No la dejé terminar de hablar, salí de inmediato a toda velocidad rumbo a donde mi amado se encontraba; ignorando cualquier regla vial logré llegar, me acerqué a ver los horarios sólo para darme cuenta que su avión ya había partido. Decepcionado y enojado conmigo mismo por haber cometido esa estupidez decidí dar media vuelta e ir al bar del aeropuerto a ahogar mis penas. Al alzar la mirada pude verlo frente a mí. Sin duda era él, sus hermosos ojos azules y ese cabello alborotado y castaño que hacia perfecto con su blanca y suave piel. Soltando sus valijas, me confesó que me amaba y que sería incapaz de irse de mi lado. Una sonrisa de alivio se mostró sobre mi rostro y de mis ojos brotaron sinceras lágrimas de felicidad, como pude, lo tomé entre mis  brazos para luego darle un apasionado beso y…

-¡Aburrido! –Fue lo primero que exclamó la editora luego de leer el final del libro que Matías Romero le estaba presentando. Mientras él nervioso esperaba alguna señal de que lo que había escrito no estaba tan mal. –Cariño, esta es la típica historia de amor gay que hasta una niña de trece años puede escribir y publicar en su página de relatos yaoi. Si quieres ser un escritor de verdad tienes que venir con ideas más originales, el mundo se hunde en historias que han sido explotadas desde que se inventó la escritura.

-Pero yo creo que… -No le dejó explicar nada, aventó el manuscrito y dijo que a pesar de todo, ella creía en él y sabía que tenía el potencial para escribir algo mejor, pero necesitaba sentir que lo que estaba leyendo era real, que los lectores sienten cuando el escritor de verdad expresa el amor, y ella no veía eso en sus palabras. Lo único cierto es que si quería ver su primera historia publicada, tendría que trabajar más duro de lo que pensó.

-Otro punto es que el personaje principal que describes es idéntico a ti. –Lo dijo mirándolo fijamente pues al parecer el escritor se había usado de modelo, y no es a quien normalmente uno desea encontrar como protagonista de novela romántica. –Describes a un chico inseguro, delgado, para nada atlético. Déjame decirte, que los lectores, en especial las mujeres están interesadas es leer sobre protagonistas guapos, fuertes y de un carácter inquebrantable, lamento decirte que aunque me decidiera a publicar tu libro, no vendería ni una sola copia; ellas por más fantasiosa que sea la historia, necesitan ver a un galán que las haga sentir que pueda estar con ellas, es la razón por la que jamás ves actores feos en las películas. Lo siento pero mi decisión ya está tomada.

-Por favor. –Balbuceó temeroso el aspirante a escritor. –Debe haber algo que yo pueda hacer. –La única respuesta que obtuvo es que aún era joven y estaba a tiempo de para pensar en una nueva profesión, luego prácticamente lo echó de su oficina.

Caminando sin rumbo y con el estómago vació, decidió entrar a una pequeña cafetería en la que jamás había estado. Sacó su cuaderno de rayas y su bolígrafo y sin prestar atención a lo demás comenzó a escribir, pero cada párrafo que terminaba, era una más que rayoteaba sintiendo una inmensa frustración.

-Disculpe, ¿está listo para ordenar? – Apareció ante el escritor un mesero pero el chico no parecía prestarle atención. -¡OIGA! –Tuvo que gritarle haciendo que Mat rayará una página completa. –Lo siento, no fue mi intención molestarlo, será mejor que vulva más tarde.

-Espera, ya estoy listo, quiero… -El joven levantó la mirada y vió a un chico de unos veintitantos años, cabello color castaño, piel blanca y ojos marrones. Ante la impresión se le olvidó por completo lo que iba a ordenar.

-¿Es un diario? –preguntó curioso el mesero. Recibiendo una respuesta  sonriente que anotaba sólo unos cuantos de sus pensamientos. –Más vale que no sea nada pervertido, ya el mundo tiene suficiente de gente con ese tipo de pensamientos. –Esta vez ambos. Terminó de comer y cuando estaba por pagar la cuenta e irse, el chico se volvió a sentar en su mesa, sonriéndole y dedicándole un “hola” que respondió con algo de nerviosismo. -¿Hablarás bien de mi?

-¿Cómo dices? –Preguntó nervioso, y le hizo saber que se había dado cuenta que lo había estado observando durante todo el rato que estuvo ahí. –Como te dije sólo son un montón de pensamientos al azar. –Su mirada se clavó fija en el escritor y él desviando la mirada le preguntó. -¿Puedo ponerle tu nombre a un personaje?

-Entonces eres escritor, ¿de eso vives? –A lo que el muchacho contestó que en efecto esa era su profesión pero que de ninguna manera le alcanzaba para vivir. -¿Has publicado?

-Solía intentarlo, pero francamente creo que no es lo mío.

-Debes continuar. –El escritor le contestó que ya era demasiado tarde, que hace una había gastado su última oportunidad. –Debes seguir intentándolo. Si no has logrado publicar es porque no has escrito lo indicado. Debes publicar algo nuevo.

-¿Cómo qué? –Ahora de verdad estaba intrigado.

-Hay un chico, -empezó el mesero a narrar su historia. –entra a un restaurant a tomar un café, es muy lindo pero desesperado. –La última descripción hizo que el de cabello oscuro sonriera. –Es un perdedor. Y está listo para darse por vencido, es en ese momento en que conoce a un chico, el más impresionante que jamás hubiera conocido, y eso lo inspira. Convenciéndolo de no darse por vencido.

-¿Y qué más? –Preguntó ansioso el chico.

-No lo sé. Yo sólo doy ideas. –Recogió los platos de la mesa del escritor y se dirigió a la cocina.

-Oye… -Lo detuvo. – ¿Puedo llamarte en caso de que necesite más ideas?

-De acuerdo. –El mesero tomó una hoja de la libreta que usaba para escribir las órdenes de los clientes y en ella escribió su número de celular. –Pero no soy bueno dando ideas con el estómago vacío, así que cuando llames, procura tener algo de comida.

-Aún no me has dicho tu nombre.

-Andy. –Fue lo último que le dijo para luego volver a su trabajo. El escritor tomó todas sus cosas y salió con una sonrisa de oreja a oreja de ese lugar, tal vez aún no era tiempo para dejar sus sueños olvidados.

Cuando el turno de Andy estaba a punto de terminar, un apuesto hombre de traje gris entró al local, se notaba que trabajaba en una gran empresa y se podría decir que tenía un buen puesto aunque también reflejaba juventud, no podría tener más de 26 años, alto, de piel bronceada, traía una sensual barba que lo hacía ver muy bien, sus ojos color negro intenso se fijaron en el mesero.

-Hola. –Dijo el hombre de traje. –Vengo por una orden a nombre de Connor. –Al decir esto mostró una encantadora sonrisa, dejando al descubierto sus blancos dientes. Andy se ruborizó un poco y fue a la cocina para preguntar por la orden del sujeto. Mientras tanto en la tele del restaurant pasaban un comercial sobre usar anteojos, lo hacía ver de una manera muy cómica, el hombre se le quedó viendo al monitor.

-A mi hermano y a mi nos encanta ese comercial – Volvió Andy con el encargo del ejecutivo. –De verdad es muy divertido.

-¿En serio? –El a sonrisa hombre mostró una sonrisa incrédula. –Bueno, es de hecho mi comercial. –Andy parecía no entender bien. –Bueno fue mi idea, escribo y dirijo comerciales.

-Es impresionante, en serio. Muy buen trabajo. –El mesero no dejaba de alagar al publicista.

-Bueno… -Al parecer algo le molestaba a Connor. –Me siento algo culpable, ayudo a mantener el consumismo de productos que a lo mejor no son del todo de buena calidad. Preferiría trabajar en algo un poco más artístico.

-Los comerciales son arte en la sociedad actual. –Lo animó el mesero, y el empresario se supo sorprendido pues eran las mismas palabras que le decía su madre. –Ahora te recuerdo a tu madre. –Sonrió el mesero.

-Bueno, ella estará contenta de saber que no muero de hambre, luego de decirle que quería ser escritor como que no estaba muy convencida, pero creo que fue la mejor decisión, la verdad me va muy bien en mi carrera en publicidad.

-Aunque no lo hubiera hecho, de seguro su madre lo hubiera apoyado, así son todas las madres. –Andy le entregó el pedido de comida a Connor y este se dispuso a irse, cuando se dio media vuelta.

-Sabes… -Dijo con una interesante mezcla entre inseguridad y convicción. –No soy de esos hombres que le piden teléfonos a chicos que acaban de conocer, pero creo que si no lo hago esta vez, me arrepentiré el resto de mi vida. Además de que tendría que regresar a este restaurant.

-No te recomiendo eso. –Andy sonrió algo apenado. –La comida no es muy buena aquí.

-Y tendré que idear la manera de idear otra nueva conversación con usted, algo ingenioso, como que me de ideas para un nuevo comercial y así no pensará que regresé aquí sólo para hablarle. –Ahora Connor se encontraba con las manos sobre el mostrador muy cerca del rostro de Andy. – Así que, como yo lo veo, si usted me da su número en este momento, me estará ayudando en este asunto.

-Suena como un acto de caridad de mi parte. –Algo inseguro, tomó otra hoja de su libreta y escribió su número de teléfono.

-Gracias, Andy. –Dijo el publicista al ver el nombre y número del chico en el pedazo de papel. –Hizo lo correcto el día de hoy.

Totalmente ruborizado e incrédulo del día que acababa de tener, Andy se quitó su mandil y salió del restaurante a contarle a su hermano el día que había tenido.

 

CONTINUARÁ…

Notas finales:

Bueno, esta historia marca mi regreso al mundo de los fanfics, espero que el primer capitulo les haya gustado.

Como siempre los invito a que dejen sus comentarios que son muy importantes para mi, ya sean buenos o malos, yo les responderé llegando incluso a tener amenas converzaciones.

Si desean leer algo mío pues en mi perfil están todas las historias que he publicado. Y animo para todos los fundashis.


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