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Maestro en fantasmagorías por sleeping god

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Notas del capitulo:

Este capítulo lo subo gracias a la ayuda de de Yoshita. Te agradezco desde el alma que atendieras a mi pedido y a mi impaciencia.

Todas las noches cierro las cortinas para poder despertar hasta tarde, sin embargo esta fue diferente y los primeros rayos del sol me sacan de la inconciencia.

-Mierda…- susurro. De un momento a otro recuerdo porque hay calor corporal a mi espalda y trago saliva.

Por dios.

Me levanto sin voltear a verlo y así sigo al baño para orinar.

Al salir confronto el rostro dormido de Ichigo, está desnudo hasta la cintura que le cubre mi sabana.

Suspiro, y sonrió después, su rostro es bellísimo de esa manera. Me pongo en silencio el pantalón y una playera, igualmente salgo para comprar algo de desayuno.

Cuando regreso se ha levantado y viste únicamente la ropa de abajo. Ambos nos quedamos quietos al vernos. El clima es tenso y temo que sus ojos me causen nauseas, tan es así que aprieto la bandeja de comida hasta que esta truena y parece destruir nuestro estado de pause.

-Buenos días- me dice Ichigo y se ha mantenido en mi estado de paciencia.

-Buenos días- respondo igual, dejando en la mesa todo lo que traje- ven, vamos a desayunar- le digo naturalmente aunque ambos nos movemos como animales listos para atacar y despedazar al otro- traje café negro, con leche, capuchino, moka y té. No supe que te gustaba.

Empieza a reírse y contrario a lo pensaba no me molesta pues me recuerda a la Belleza de anoche, dejándome atontado mientras dice que es un lindo gesto.

-Pásame el capuchino- me pide y así lo hago, igualmente escoge entre la gran variedad de panes que compre.

En realidad hasta ahora comprendo que he buscado complacerlo y sinceramente no me importa haberlo hecho.

-¿Saldrás a trabajar, Grimmjow?- me cuestiona mientras da un trago al café.

-Saldré por la tarde.

-¿En qué trabajas?

Al mirarlo pareciera que le expongo las ganas de no responder, por lo que frunce el ceño y me hace enojar. Él se pone a la defensiva y me obliga a levantarme sin quitarle los ojos de encima. Rápidamente le doy la vuelta a la mesa y lo tomo por los hombros con mucha fuerza.

Ninguno cede y eso hace que me encabrone.

Lo tiro al suelo aun sin golpearle pero no dispuesto a dejarlo de lado.

Odio sus ojos avellana.

-Me emputa como me miras- le espeto cerrando con mayor fuerza mis manos sobre su cuerpo- no me mires así- le ordeno y durante un minuto entero me desobedece, sin embargo relaja su rostro y vuelve a ser Bello.

-Es tu culpa- se defiende con voz ligera que me obliga a liberarle y aun a sentir lastima por las marcas que le he dejado- parece que me atacarás y eso me asusta.

Me cuesta creer que sea el culpable y por un segundo creo que me engaña, mas abandono la idea y me suavizo lo suficiente como para agacharme y besarle sin ningún odio.

-No me enojaré nunca contigo si tú prometes no mirarme así jamás.

-Si tú prometes no enojarte yo no te miraré asustado.

Asustado… creí que era odio.

Acepto, pues no me gusta la idea de que pueda asustar a la Belleza. Lo ayudo a levantarse y me abraza. En mi vida me había sentido tan cálido y vulnerable. Regreso el gesto con ternura.

Más tarde nos bañamos juntos y al salir le presto una playera negra de manga corta que deja ver su delicioso cuerpo.

-¿Te tienes que ir?- pregunto mientras me peino el mojado cabello.

-Sí, seguramente en mi casa se preguntaran dónde estuve toda la noche.

-Que de una vez se pregunten dónde estuviste todo el día- digo encerrándolo entre la pared y mi cuerpo para besarle el cuello.

-Grimmjow… ¿me seguirás buscando cuando salga por esa puerta?- pregunta con una tristeza intensa.

Sonrío frente a su cara, pues a mí me sorprende lo que estoy pensando y que contestaré.

-Sí, te buscaría aunque fueras tú el que ya no me quiera ver.

Enamorado; pensé que sería el único ser humano que jamás podría ponerle esa denominación.

Me sonríe con ternura y antes de marcharse vuelve conmigo a la cama para mostrarse menos sumiso que anoche. Es una bestia que me conquista con su doble cara y la rapidez y extrañeza con la que caímos en el embrujo.

 

Por la tarde todo mi buen humor se ha ido al carajo.

-Esto es una mierda, una verdadera, jodida y puta mierda- espeto rascándome el cabello mientras mi compañero permanece de pie con su admirable estatura.

-Debiste decírmelo antes.

-Estuve ocupado.

-Cogiendo seguramente.

-Con tu hermana- le digo poniéndome de pie y dejando la cerveza ya tibia en el piso- realmente necesito un trabajo que me ponga más dinero.

-Siempre llega un momento en donde te sacan de tu casa ¿Por qué ahora te preocupa tanto?

Doy un sorbo a la cerveza para no sonrojarme al recordar que Ichigo prometió visitarme mañana por la tarde, en esa casa, la casa de ambos.

-Me gustó ese lugar. Yo sé que hay algún trabajo que deja más y no me lo quieres decir- le digo acercándome con enojo- ¡ya, escúpelo!

-Nunca aceptas matar a alguien.

-Siempre son unos imbéciles que no valen mi tiempo, además odio tener a un jefe que joda después.

-Te deja buen dinero.

-Trabajo cuando necesito dinero no cada que un cabrón me necesita. Terminas siendo su puta muy cara.

Suspira el pelinegro y va a la parte de atrás de su casa, luego vuelve con una mochila verde escolar.

-Hace un par de horas debía llegar un sujeto por esto. Ya sabes cuánto cuestan y que si robas producto o dinero te mataré sin dudarlo.

Sujeto la mochila y me voy.

Si quiero estar con Ichigo mañana debo vender todo esto hoy y pagar la renta.

Me coloco a la parte más movida del centro y espero en una esquina, donde vendo pero muy poco, por la cual decido ponerme en riesgo y ofrecer a los jóvenes y los que parece ya conocen.

Por cerca de dos horas tengo mucha suerte y no he ofrecido a alguien que no compre. Reviso uno de los pequeños globos con cocaína y lo vuelvo a guardar. No es que no consuma sino que no me apetece en este momento, además siempre he preferido la marihuana, y sigo bastante torpe por el enamoramiento.

Cercano a la madrugada me queda poco y decido entrar a un antro. Se acaba todo pero el dueño del lugar dice que no me conoce como proveedor así que me saca. No importa.

De una vez paso con mi compañero y recibo mi dinero a cambio, también me advierte que me cuide de Zommari, que es quien debía vender esto. Al regresar busco a Yammy y le pago la renta más la que sigue. Ahora si duermo para esperar a mi chico.

 

Al fin tocan la puerta y apenas la abro salta a mis brazos mientras lo estrujo en su uniforme estudiantil.

Le hago el amor y luego me platica de sus hermanas gemelas y su estúpido padre. Yo le cuento de mi hermano el brillante y petulante Ulquiorra y el padre que me echó de su hogar a los 15 años.

Volvemos a hacerlo y nos decimos cuales son nuestros sueños, a donde nos gustaría ir y, que si tuviéramos la oportunidad, que tipo de casa tendríamos.

No le digo que esto ya parece un sueño, el riendo al costado de mi cuerpo con una sonrisa tan inocente y dulce, aunque sé que está lleno de mi esencia y eso hace que me siga endureciendo para callarlo con un beso y volverlo a penetrar mientras confiesa que nunca le habían hecho el amor como yo se lo hago.

Y a mitad del sexo admite que me ama y ahora siento que la yerba no sirve para nada pues ha logrado llevarme al éxtasis con esa frase. Es mi droga más fuerte y sólo se entrega a mi como su rey.

Hasta la noche se marcha y en mi total agonía de placer tiro toda droga y amapola que pudiera tener. No la necesito más.

 

Pasados los meses tengo un trabajo regular y honrado en una tabaquera como transportista. Eso lo he hecho para tener dinero regular, aunque sea un poco, para pagar lo que gasto en las citas con mi novio. Aun realizo trabajos para Nnoitra sin embargo es sólo un dinero extra.

 

Voy a cenar a la casa de mi pareja, con toda su familia, la cual llevo conociendo una semana y me es sorprendente lo unidos que son y la buena actitud a la presentación del novio gay del hijo gay.

Todo esto es una maravilla, incluso he ignorado por completo las llamadas de mi hermano que restriega su éxito pues ahora me siento más afortunado que él, mientras descanso en la pequeña cama con mi pareja que no ha rehusado hacerlo conmigo aun con su familia cerca, todo por la promesa de no enojarse ninguno de los dos, es decir, cumplirnos todos nuestros caprichos. Contrario a lo que se pensaría es una relación mal sana muy funcional.

Lo único extraño es que yo sienta miedo. Nunca siento miedo y sin embargo en su habitación me paralizo y duermo erizado pegado al cuerpo de Ichigo para negarme girar mi cabeza a mi espalda helada.

Notas finales:

Gracias por leer.


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