Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Tú me obedeces... ¿Pero tu corazón? por E-S-E

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

¡Hoola! Gracias por pasar a leer, espero que les guste.

Tú me obedeces… ¿Pero tu corazón?

 

 

— ¿Me estás queriendo decir qué ese muchacho de ahí será el nuevo?

— S-sí, señor, él es el único hijo del matrimonio Oh, por lo tanto él tendrá que seguir la función que sus padres cumplían en la mansión de su hijo.

— Ese chico se ve muy débil —decía el viejo y arrugado hombre sentado en su casi, trono de oro mirando en dirección a un chico el cual se miraba sin energías, flacuchento y penoso. — No durará ni una semana en la humilde morada de mi pequeño hijo —dijo el viejo poniendo énfasis en la palabra “humilde” cosa que ni siquiera se comparaba con la tremenda casa que le había regalado a su único hijo, Luhan.

— Con todo el respeto que usted se merece, señor, pero el chico tendrá que aguantar sí o sí, como usted bien sabe la familia Oh se ha mantenido siempre bajo las órdenes del amo Luhan, y lo peor de todo es que el amo Luhan no se cómo se enteró que él es el único hijo y por lo tanto el último de los Oh, por lo cual espera con ansias a su nuevo empleado.

— ¿Él sabe su edad?

— ¡Claro que lo sabe señor!, usted hubiese visto como se puso al enterarse que al fin el chico llegaría a su casa.

— Está bien llévatelo a casa de Luhan, ponlo al tanto de todo, y déjale bien clara su posición en la casa de mi hijo. Cualquier cosa me avisas.

— Sí señor. —decía el secretario del padre de Luhan, Kim Minhyun.

 

Una vez el señor Kim salió del despacho de el Señor Xi avisó a Sehun que ya era hora, lo demás que el Señor Xi le había dicho que hiciese no tenía para qué, ya que antes de llegar ahí le había dicho todo muy claro a Sehun.

Cuando llegaron a casa de Luhan luego de un largo trayecto en auto —el cual por cierto fue silencio absoluto— El señor Kim le indicó a Sehun que debía bajar y entrar sólo, a lo que tímidamente Sehun obedeció.

Luego de que el Señor Kim le hiciese una seña para que entrase, éste se marchó dejando a Sehun con una cara de Póker tremenda, ¿Cómo se le ocurre abandonarme en una situación como ésta?

Sehun tímidamente tocó el timbre de aquella GIGANTESCA mansión, segundos después una joven y linda empleada —Según Sehun— abrió la puerta haciendo una venia al instante que la abrió, ruborizándose al darse cuenta del bello muchacho que tenía enfrente.

 

— Bienvenido a la residencia del amo Luhan, ¿Hizo una cita para hablar con él? —preguntó la joven empleada.

— N-no —respondió nerviosamente — Soy el hijo del señor y la señora Oh… —habló refiriéndose a sus padres, a los cuales siempre trató de “señores” —…me llamo Oh Sehun.

— ¿E-eres el nuevo? —dijo la chica ésta vez ruborizada al máximo. — Perdóneme Señor Oh, entre por favor dijo abriendo más la gigantesca puerta e inclinándose para darle el paso a Sehun.

— G-gracias —dijo Sehun respondiéndole la venia, extrañado por el trato que la sirvienta le había dado.

 

Apenas entró quedó totalmente sorprendido, ¡La casa mansión era hermosísima! como si fuese el palacio de un mismísimo rey.

Luego de mirar a los alrededores como un bobo, empezó a buscar con la mirada a la sirvienta que minutos antes lo había atendido, pero ella ya no estaba así que Sehun comenzó a caminar recorriendo ese hermoso lugar.

Cuando llegó a la sala de la mansión, pudo apreciar un cuadro familiar en el cual solo aparecían 3 personas; Una mujer y un hombre ya mayores, el hombre supuso, era el mismo de la mañana pero un poco más joven, también había un chico, un hermoso y bello chico rubio.

 

— Ese de ahí debe ser Xi Luhan. —dijo distraídamente sin darse cuenta que el rubio del que hablaba lo observaba desde las escaleras que se encontraban tras él.

— Claro que soy yo. —habló el rubio, asustando a Sehun quien al darse vuelta para ver quien le hablaba votó el cuadro que había estado colgado ahí durante 5 años, el cual ahora se encontraba en el suelo hecho pedazos.

 

Al instante que el cuadro se cayó aparecieron cantidades de empleados en la sala, ninguno notó la presencia del dueño de la residencia.

 

— ¡Qué has hecho! —gritaba el mayordomo.

— El amo Luhan lo matará —decía la empleada que antes le había abierto la puerta.

 

Ninguno de los empleados dejaba de hablar; El jardinero decía cosas como: “Tiene cara de idiota, era obvio que se mandaría un papel”, dos empleadas decían: “Tan lindo y ahora morirá” mientras la otra le respondía: “Qué lamentable”

 

— ¡Niño quién eres tú! —preguntaba el mayordomo enojadísimo agarrándolo del brazo, para lanzarlo a la calle.

— ¿Qué creen que hacen? —habló al fin Luhan desde las escaleras, en un tono bajo pero aterrador. En seguida todos los empleados hicieron una reverencia de 90º grados en dirección a Luhan —incluso Sehun— y nadie se levantó hasta que él mismo lo ordenó. — ¿Con que tú eres el nuevo chico del personal? —dijo refiriéndose a Sehun.

— S-sí  —tartamudeó Sehun frente a la presencia del rubio, era su primer día y ya la había cagado.

— ¿Si qué? —preguntó con exigencia nuevamente el rubio.

— Sí, amo Luhan —carraspeó el delgado.

— Tú —decía refiriéndose al mayordomo. — Llévate eso de aquí. —esta vez decía refiriéndose al antes cuadro.

— Sí, amo Luhan.

— Ahora tú —miró a Sehun. — Sígueme —fue su última palabra antes de comenzar a subir nuevamente las escaleras.

 

Sehun aterrado siguió al rubio, mientras que los comentarios tras de él continuaban sin cesar, hasta que el mayordomo los calló a todos y los hizo retirarse para seguir con su labor.

Al llegar arriba Sehun, con suerte logró ver en cual de todas las puertas que había se había metido Luhan, se dirigió a ella y pudo notar que era la habitación del rubio. Antes de entrar a esta se quedó parado en la puerta esperando el permiso del mayor.

 

— Veo que tus tíos te han enseñado bien como debes de tratarme. —habló el rubio quien se encontraba cómodamente sentado en un fino sillón de cuero blanco que se encontraba en la mini-sala que estaba dentro de la habitación, al frente de ésta una pantalla incrustada en la pared, como si de un cine se tratara.

— La única educación que me dieron, fue cómo servirle a usted, pero ahora ni siquiera sé qué debo hacer aquí. —habló Sehun desde la puerta.

— Entra —ordenó el muchacho, orden que Sehun respondió inmediatamente, entrando y quedándose de pie al lado del sillón en el que se encontraba Luhan. — Según lo que sé tienes 19 años ¿no es así?

— Sí, amo Luhan.

— No me llames así, ¿Acaso no te enseñaron que los Oh me llaman por mi nombre?

— Eso no lo sabía.

— Claro que no, lo acabo de inventar, pero de todas formas solo dime Luhan. —Sehun respondió con una reverencia. — Antes dijiste que no sabías cual era tu trabajo aquí —habló el rubio con un tono seductor, parándose en frente de Sehun, notando que éste era más alto que él.

— N-no lo sé —tartamudeó el más alto.

— ¿Sabías que el cuadro que acabas de romper es la única imagen que tengo con mi madre? —dijo esta vez Luhan introduciendo sus frías manos bajo la camisa de Sehun.

— Y-yo, yo no lo sabía… —decía el alto sonrojado.

— Ahora lo sabes —el rubio hablaba sobre su cuello mientras lo besaba y mordía, primero despacio, luego más fuerte provocando que el castaño soltara un pequeño suspiro, acción que hizo que Luhan sonriera por lo bajo. — Te mereces un castigo, Oh Sehun… —el castaño sólo se quedaba quieto como sus padres le habían enseñado. — Pero no será ahora, mucho menos hoy. —dijo Luhan deteniendo todo movimiento y saliendo de la habitación dejando a Sehun paralizado en su lugar.

 

La luna comenzaba a hacerse presente y Sehun aún se encontraba en la habitación del mayor, parado, sin saber qué hacer, sus tíos le habían dejado muy en claro: Si Luhan te dice “Hazlo” tú lo haces, sí él no te dice nada entonces no lo hagas.

Al fin lo entendía, su trabajo sería seguir las órdenes de Luhan, nada más que eso…

 

— Señor Sehun —decía un empleado entrando a la habitación — Tiene que bajar a cenar.

 

Sehun sólo asintió con la cabeza y siguió a aquel empleado, pero, si él también lo era ¿Por qué lo trataban con tanto respeto? Otra cosa rara fue que Sehun cenó junto a Luhan los dos solos en la gigante mesa, uno al lado del otro, Luhan en una esquina y Sehun a su lado mientras los empleados estaban parados alrededor de ésta con la cabeza gacha.

 

— ¿Tienes alguna duda? —preguntó Luhan al notar la cara de confusión que tenía Sehun.

— No, yo sólo… miraba —respondió Sehun.

— Como sea. —Luhan sonrió para luego levantarse de la mesa, haciéndole una seña a Sehun para que lo siguiera nuevamente escaleras arriba, mientras que los empleados se encargaban de levantar y limpiar la mesa.

 

Ambos chicos subieron nuevamente a la segunda planta, dirigiéndose nuevamente a la habitación de Luhan.

 

— Cuéntame… ¿Qué te hablaban tus padres o tíos de mí? —preguntó Luhan al mismo tiempo que terminaba de ponerse la parte superior de su pijama, mientras que Sehun lo miraba sentado en la cama, como Luhan le había indicado. Pensando… cosas.

— Me han dicho muchas cosas, tantas, que no creo poder decirlas todas.

— Hmm… —decía Luhan al mismo tiempo que se sentaba en su cama, pasándose las sábanas por encima. — ¿Cómo me han descrito? —preguntó nuevamente.

— Ellos me decían que a pesar de ser extremadamente adinerado, y que podías parecer un chico malcriado, vanidoso y abusivo realmente no eras así. Ellos me decían que eras una persona humilde y de buen corazón, tal cual como tu rostro lo demuestra, a pesar de que tú quieres parecer todo lo contrario. —soltó enseguida Sehun. — También me dijeron que eras increíblemente guapo.

— ¿Y qué piensas tú acerca de eso? —preguntó un Luhan contento por el último comentario del menor.

— Eso es algo que no puedo responder… ya que también me han enseñado que no puedo tener ningún tipo de sentimiento hacia a ti, que no sea respeto.

— Oh… con que te han dicho eso… bueno, será mejor que me duerma y tú —dijo pasando su cara de una amable a un semblante serio. — Vete de mi habitación y quédate a dormir en donde encuentres una cama disponible.

— Sí… —dijo Sehun levantándose enseguida de la cama de Luhan, para luego salir de la habitación.

 

Una vez Sehun salió de la habitación comenzó a buscar dónde dormir, lo cual no fue difícil, al lado de la habitación de Luhan había otra que decía “Matrimonio Oh” Sehun entró en esa habitación y simplemente se acostó a dormir en la única cama que había, con la ropa puesta y todo.

 

 

 

Al día siguiente~

 

Apenas Luhan despertó, se duchó y vistió, bajó a la primera planta y desayunó, solo, como siempre. Luego de eso empezó a buscar a Sehun, yendo enseguida a la habitación continua a la suya, dónde encontró a un Sehun dormido de una forma extremadamente adorable. Lástima que no duraría mucho así ya que se tenía que despertar. Luhan se sentó cuidadosamente al lado de Sehun, estaba tan bien dormido que no le dieron ganas de despertarlo, por lo que lentamente entró en la cama acostándose al lado de Sehun, quien enseguida abrió ambos ojos, lentamente, pero lo hiso.

 

— Buenos días Sehun-ah —dijo cariñosamente Luhan, mientras se acomodaba mejor al lado de Sehun, quién ahora notaba que quien estaba a su lado era Luhan. Luhan estaba sentado en la cama mientras que Sehun recién comenzaba a sentarse.

— Buenos días… Luhan —decía el menor mientras se sobaba los ojos.

— ¿No me preguntarás que hago aquí? —preguntó Luhan sorprendido, por la reacción del menor.

— No. —respondió Sehun enseguida. — Si tú quieres hacer o hacerme algo, hazlo. —finalizó Sehun.

— ¿De verdad? —preguntó Luhan mientras sus ojos brillaban — Espera… ¿Eso también te lo han enseñado?

— Todo lo que tiene que ver contigo me lo han enseñado. Yo sólo tengo que obedecer.

— ¿Y si yo te dijera que sólo tienes que seguir tu instinto y olvidarte de todo lo que te han enseñado? —sugirió Luhan, mientras miraba a Sehun con cara de ruego.

— Entonces haría esto… —dijo Sehun mientras hacía que Luhan quedara acostado en la cama, subía los tapados, y se acomodaba él también. — Tengo mucho… sueño… —decía Sehun mientras abrazaba a Luhan.

— Entonces durmamos. —dijo Luhan, abrazando de igual forma a Sehun.

 

Ya llevaban una hora durmiendo, juntos y abrazados, cuando Sehun despertó nuevamente. Apenas Sehun miró a Luhan recordó el porqué dormían juntos, y es que él había hecho algo que no debía, Sehun no debería haber tomado iniciativa, y es que él solamente tenía que obedecer, no actuar por sí sólo. Sehun intentó no despertar a Luhan, pero eso fue algo imposible, ya que el rubio enseguida lo hiso.

 

— Yo lo siento… —decía Sehun levantándose de la cama para hacer una venia en dirección a Luhan, quien no comprendía por qué el menor se disculpaba. — No debí haber hecho eso.

— ¿Por qué? Fue una pequeña siesta, ¿Acaso no me tienes que obedecer? —dijo Luhan, levantándose también de la cama.

— Sí, pero no de esta forma… yo no debo actuar por impulso propio. Si tú me hubieses pedido dormir contigo estaría bien, pero fui yo quien lo hiso.

— ¿Y eso qué?

— Así no me han enseñado… —susurró Sehun.

— ¿Y qué importa cómo te enseñen? ¡No haces ni la mitad de lo que tus padres hacían!

— Lo lamento. —el menor se disculpaba nuevamente haciendo una venia.

— Ya deja de disculparte, no sirve de nada. —dijo Luhan mientras salía de la habitación

 

 

~

 

 

Ya dos meses habían pasado desde que Sehun había llegado como un empleado más a la mansión de Luhan, o eso es lo que pensaba él, ya que él obviamente no era un empleado más, no para Luhan. Ahora Sehun tenía su cuarto, y es que cómo Luhan no lo dejaba entrar al suyo tuvo que adueñarse del antiguo cuarto de sus padres. El primer mes Luhan ni siquiera pisaba aquella mansión y es que tenía muchas cosas que hacer y también le había prohibido a todo el servicio hablar con Sehun, por lo que el menor se la pasaba el día entero en su cuarto. Pero ahora era distinto, Luhan ahora estaba todo el día en la mansión pero de todas formas no hablaba con Sehun quién ya ni siquiera entendía para qué estaba ahí.

 

— Adelante… —dijo Sehun luego de escuchar cómo alguien golpeaba la puerta de “su” habitación.

— El amo Luhan dice que baje a cenar junto a él. —decía el mayordomo para luego hacer una reverencia y desaparecer tras la puerta.

— ¿A cenar con Luhan? —se preguntó Sehun así mismo, ya que hace mucho tiempo que no hablaba con el rubio. Sehun se levantó de la cama y enseguida bajó.

 

~

 

— Siéntate. —dijo Luhan al notar que Sehun se había quedado parado.

— Está bien… —susurró el menor mientras se sentaba.

— ¿Acaso te tengo que decir todo para que lo hagas? —preguntó Luhan un poco molesto.

— Si tú quieres sí. —respondió Sehun, haciendo que Luhan soltara agresivamente los cubiertos.

— ¡Ya te dije que hagas lo que quieras! ¿Por qué sigues esperando mis órdenes?

— Porque así fue como me criaron.

— Siempre me respondes lo mismo, ¿no puedes ser más original? —dijo el rubio. — Dime, ¿para qué te han criado? ¿Cuál te dijeron que era tu labor aquí?

— Me han criado para obedecerte y mi labor aquí es complacerte. —respondió Sehun.

— Y si te han dicho que me obedezcas, ¿Por qué no lo haces cuando te pido que dejes de hacerlo? —preguntó Luhan.

— Porque eso es algo en lo que no te puedo hacer caso.

— Está bien… —dijo Luhan levantándose de la mesa. — Quiero que sepas que desde hoy dormirás conmigo en mi habitación. —finalizó el rubio para luego ir hasta las escaleras y subir a su habitación.

 

Apenas pasaron 10 minutos y Sehun estaba parado fuera de la habitación de Luhan con su pijama puesto. Golpeó la puerta y con un simple “pasa” Sehun entró, ahí estaba Luhan, acostado en su cama, se veía tan hermosamente adorable, cosa que obviamente Sehun se guardaría para él.

Sehun se mantenía aferrado a la crianza de sus padres o familia, pero quizás, ¿cuánto más podría aguantar no hacer nada con Luhan? Desde el día en que Sehun vio aquel cuadro de Luhan y sus padres colgada en la sala supo que era un chico guapo, cuando lo vio parado en las escaleras sintió una pequeña atracción por él, pero cuando sintió las manos del rubio bajo su ropa, o besarle y morderle el cuello, no pudo evitar pensar en Luhan de otra forma, y tampoco lo podía evitar cada vez que el rubio se le insinuaba, al igual que aquella vez que Luhan se acostó a su lado, Sehun simplemente se puso a dormir con él, cuando lo que realmente quería hacer era besarlo y una que otra cosa más.

 

 

— ¿Piensas quedarte ahí parado toda la noche? —preguntó Luhan al notar que Sehun se quedaba quieto en la entrada de la habitación mirándolo como idiota.

— C-claro que no… —decía Sehun, avanzando un poco. — ¿Dormiremos en la misma cama? —preguntó Sehun.

— Sí, ya es invierno y me da frío dormir solo. —respondió Luhan. — Ven a acostarte, tengo frío. —dijo Luhan con un tono amable.

— Oh… sí. —dijo Sehun y después caminó hasta la cama de Luhan y se metió en ella lentamente, acostándose de lado para quedar frente a Luhan.

— ¿Por qué te sonrojas? —preguntó Luhan con un tono provocativo, mientras tocaba la cara de Sehun.

— ¿Acaso no es algo normal? —se defendió el menor.

Touché… —susurró Luhan. — Sehun… ¿Te podrías acercar más? —preguntó Luhan y enseguida Sehun obedeció, quedando completamente pegado al cuerpo de Luhan, incluso sus respiraciones chocaban.

— ¿Así está bien? —preguntó Sehun, quien aún con aquella oscuridad podía ver de lo más bien la cara y expresiones del rubio, quién del mismo modo podía ver las del menor.

— Sí… así… —susurró Luhan, para luego abrazar a Sehun de la cintura, quién también abrazó al mayor, aunque éste no se lo pidiera. — Buenas noches… —dijo Luhan escondiendo su cara en el pecho de Sehun mientras sonreía.

— Buenas noches…

 

~

 

Al día siguiente Luhan despertó encontrándose con los brazos de Sehun rodeando su cintura y aprisionándolo contra su pucho. Luhan sonrió para sí mismo, quedándose en la misma posición, disfrutando del aroma y contacto de Sehun.

 

Luhan no se podía separar de Sehun, de ese hermoso chico que le robó el corazón a la simple y corta edad de 13 años…

 

 

~

La familia de Luhan era conocida en toda China debido a su gran fortuna y a los hermosos miembros que la componían; El Señor Xi, padre de Luhan. El empresario más afortunado y rico de toda Asia. Un actor que se había retirado para poder heredar todo la fortuna de su ya difunto padre. La señora Xi, la hermosa madre de Luhan. La modelo más codiciada por los hombres de China, una mujer de largas piernas y un cuerpo envidiable por todas. Y por último, Xi Luhan. El único y guapo hijo del matrimonio Xi.

 

El nacimiento de Luhan fue una noticia que se escuchó hasta en los lugares más recónditos de China, luego de 3 años de matrimonio al fin había nacido el heredero para toda aquella fortuna. ¿Pero por qué el matrimonio Xi tuvo que esperar 3 años? Fácil, la madre de Luhan era modelo y no quería perder su hermosa figura.

El padre de Luhan era un hombre de negocios y su madre una mujer de viajes, por lo tanto, siempre estaban ocupados y en sus agendas no había espacio para Luhan. La madre de Luhan esperó hasta que éste cumpliese 3 años y luego volvió a su trabajo con su figura ya recuperada. Pero ahora necesitaba de alguien de confianza para que cuidase al pequeño Luhan.

 

¿Y quién mejor para eso que el matrimonio Oh?

 

El matrimonio Oh, golpeó la puerta de los padres de Luhan rogando por techo, comida y empleo, los padres de Luhan no podían aceptar a ese tipo de gente en su casa, pero luego de que estos hiciesen un pacto de servicio accedieron. Ellos solamente tenían que servir a la familia Xi mientras viviesen y comiesen ahí, lamentablemente Sehun también se vio envuelto en aquel pacto, ya que la madre de Sehun para ese tiempo ya estaba embarazada de él.

 

El tiempo pasó y los padres de Sehun eran de la total confianza para los padres de Luhan.

 

La madre de Sehun ya iba a dar a luz, pero Sehun no podría pasar su infancia con su madre debido a que la familia de Luhan era muy conocida y no podían meter a otro niño a aquel lugar, por lo tanto, cuando el chico nació tuvo que irse a vivir con unos tíos, arrebatándole a su madre por 9 años.

 

9 años después los padres de Luhan aceptaron que Sehun visitase a sus padres, para ese entonces Luhan ya tenía 13 años y Sehun obviamente tenía tan solo 9.

 

Un pequeño niño de tez blanca y hermoso rostro, escondido tras la falda de su tía, frente a él 2 adultos que él no conocía, sumándole a un curioso niño mayor que él.

 

— S-sehun… —dijo la verdadera madre del chico a punta de lágrimas.

— Tía… ¿Es ella? —preguntó Sehun tímidamente saliendo poco a poco de su escondite.

— Sí, Sehunnie. —cuando su tía asintió, el pequeño Sehun corrió enseguida a los brazos de su madre.

 

Luhan se mantenía sentado en las escaleras tras la feliz familia, y estaba viendo todo. Al principio quiso acercarse, pero cuando vio la cara de felicidad y sonrisa de Sehun, su cuerpo se paralizó, cosa que Luhan no entendía ya que su corazón latía a mil por ciento.

 

Ese día Luhan se enamoró de aquel inocente chico.

 

2 años pasaron y Sehun nunca más fue visto en aquel lugar cosa que hacía a Luhan sentirse oprimido. Lamentablemente ese mismo año la madre de Luhan murió en un accidente aéreo mientras viajaba a Japón para una sesión fotográfica, Luhan sufrió mucho y las únicas personas que tenía para consolarlo eran los padres de Sehun. El padre de Luhan sufría en silencio, pero lo hacía. El padre de Luhan dejó a su hijo viviendo sólo en la misma mansión de siempre, ya que él no podía estar ahí, eso le recordaba mucho a su amada mujer.

La muerte de la señora Xi estuvo en las noticias al menos una semana más después de que ocurriese, los medios no hacían más que hostigar y hacer sufrir a Luhan, así que su padre tuvo que interferir, amenazó a toda la prensa advirtiéndoles que los dejasen en paz o las consecuencias serían graves. Aquello funcionó y nunca más se vieron envueltos por aquellos periodistas y ningún medio televisivo.

7 años más y los padres de Sehun fueron esta vez quienes sufrieron un accidente automovilístico. El matrimonio iba a visitar por 5 vez a su único hijo quien cumplía 18, lamentablemente, no alcanzaron a llegar. Ahora quien tenía que seguir con el pacto de servicio era Sehun.

~

 

 

— Con que en esto te has convertido Sehunnie… —decía Luhan mirando hacia arriba para poder ver el rostro de Sehun, quien lentamente comenzaba a despertar.

— Luhan… —susurraba el menor comenzando a abrir lentamente los ojos. — ¿Aún… tienes frío? —preguntó el castaño mirando a Luhan, quien le sonreía cariñosamente.

— Ya no… —respondió Luhan, intentando separarse de Sehun pero éste, para sorpresa del rubio, no lo dejó. — ¿Qué… pasa? —preguntó Luhan sorprendido y un poco sonrojado, ya que había quedado frente a frente con Sehun.

— Luhan… yo aún tengo frío. —contestó el menor juntando su frente con la de Luhan. Ambos mantuvieron el contacto visual.

— Sehun… —susurró Luhan y cuando ya no soportó más tener el menor tan cerca suyo, cerró los ojos y lo besó.

 

Sehun se sorprendió en un principio, pero no intentó separarse, si Luhan lo hacía el solamente debía seguirle la corriente, aunque tampoco podía negar que ya se estaba muriendo por probar los labios del rubio.

Luhan se emocionó al notar que Sehun le correspondía, aunque él supiese que el castaño solo lo hacía por deber, pero a través de aquel beso se podía notar que Sehun también tenía ganas… y muchas.

 

El beso comenzó a hacerse profundo cuando Sehun se abrió paso con su lengua en la boca de Luhan, quien sin perder el tiempo se subió encima de Sehun, colocando ambas piernas a los costados del menor.

 

Sehun enseguida llevó sus manos hasta la cintura de Luhan, limitando con su trasero. Luhan no podía evitar crear un pequeño movimiento en forma fe vaivén sobre Sehun, provocando que cierta parte de su cuerpo reaccionase. Luhan afirmaba el rostro de Sehun con fuerza, provocando que aquel beso aumentara cada vez más su intensidad.

No se separaban ni siquiera para respirar, hasta que sorprendentemente —para Luhan— el menor había dado vuelta la situación, siendo ahora él quien se encontraba arriba de Luhan, entre sus piernas, sin dejar de besarlo en ningún momento.

Sehun comenzó a besar y morder el cuello de Luhan, quien no podía creer las acciones del menor, las manos de Sehun ahora desfilaban por las piernas de Luhan, mientras que el rubio no dejaba de soltar eróticos suspiros debido a las placenteras caricias de Sehun.

 

 

— E-espera… —dijo de repente Luhan, Sehun enseguida se congeló mirando confundido al rubio.

— ¿Qué pasa? —preguntó el menor, sin cambiar de posición.

— Y-yo… yo no quiero que mi primera vez sea así… —le dijo Luhan avergonzado, mirando a Sehun con un pequeño rubor en sus mejillas.

— ¿Tú… p-primera vez? ¿Así cómo? —preguntó nuevamente Sehun, mirando al mayor confundido y sorprendido al saber que esa podría ser su primera vez.

— Quiero que sea contigo, pero… no de esta forma… —Luhan se giró, quedando de lado, aún bajo el cuerpo de Sehun.

— No entiendo… —decía Sehun, buscando la mirada de Luhan, sin quitársele de encima. —… explícame. —se ganó a su lado, afirmándole la cintura, mirándolo a los ojos.

— No quiero hacer esto contigo si tú solo lo haces por obligación… —Luhan puso una mano en la mejilla de Sehun, juntando ambas frentes. —… yo solo… solo quiero que tú también me quieras…

 

Luhan cerró sus ojos, sin soltar el rostro del menor. Sehun estaba un tanto confundido, pero no pudo evitar sonreír. Aquella frase le había hecho feliz. Luhan continuaba con sus ojos cerrados, hasta que sintió como lentamente, Sehun unía nuevamente sus labios con los de él.

 

 

— La verdad es que… —Sehun miró fijamente a Luhan, sin dejar de sonreír luego de haberlo besado. Luhan lo miraba sorprendido y aún más sonrojado. —… yo también te quiero Luhan. —y nuevamente lo besó. Ahora Luhan sabía que Sehun no le obedecía por simple crianza, si no que lo hacía porque él se había enamorado. Al fin y al cabo, era el corazón de Sehun quien obedecía a Luhan.

 

 

De lo siguiente, solo ellos son testigo.

 

 

 

Fin…~

Notas finales:

Gracias por leer... nos vemos...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).