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Lamento de la Sirena por PrincessIce

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Notas del fanfic:

Los personajes no son de mi autoria, solo serán tomados prestados de la obra del señor Kurumada, con fines de entretenerlos con mis humildes relatos.

Notas del capitulo:

Capitulo relatado por Sorrento

~~Sorrento~~

Las olas se agitaban rompiéndose sobre las escolleras llenándome el rostro de esa brisa fresca que podía regresar por segundos la vida a mi alma, desde que su cosmos despareció mi corazón quebrantado no hace más que llorar, sé que no merece mis lágrimas ese traidor, pero… uno no se enamora razonando.

Por un momento cierro mis ojos y puedo materializarlo en mis pensamientos, andando entre los caminos del templo marino, yo camino junto de él sin poder apartar mi vista de su gallarda imagen, impecable y honorable… si, de esa manera es como me gusta recordarlo.

–Sorrento… ya es hora de irnos – la voz de Julián me saca de esa ensoñación que me ha acompañado por meses, volteo fingiendo mi sonrisa de siempre y emprendo la caminata detrás de él.

–Si ya voy, los niños quedaron muy contentos – mencioné recordando esa tarde maravillosa que tuvieron los pequeños del orfanato que era financiada por la familia Solo.

 

–Esa energía que transmiten sus risas son tan apacibles, ¿no es así Sorre? – se detiene Julián para que lo alcance a su paso, palmea mi hombro con fraternidad, después de que el dios Poseidón volvió a dormir en el interior de Julián nuestras vidas se transformaron, quizá el no recuerda todo por completo, menos sabe que de niño me conoció en uno de esos orfanatos y que hasta compartimos algunas veces los columpios, bueno eso ya no importa pues el lazo que se ha formado entre nosotros es de hermanos.

 

–Claro que si Julián – respondo con esa familiaridad de la que él me ha obligado a tratarle, mi misión es cuidarle, resguardar la integridad del cuerpo del emperador de los mares.

Una extraña sensación llegó a mi cuerpo, Julián y yo nos giramos a ver el firmamento que se ilumino dorado por unos segundos que para las personas comunes pasarían inadvertido, por la dirección del haz se trataba del santuario.

–Los trajo de vuelta – susurre más para mí que para Julián, pero extrañamente el cambio su postura…

–Tienes razón, es tiempo de ir a nuestro lugar – la voz de Julián era más determinante, como aquella vez que ayudo durante la pelea contra Hades, caminamos hacia la orilla del mar, concentre mi cosmos para viajar a las profundidades.

…..

Lo miré preocupado, el viaje hacia el templo marino lo hizo desmayarse según yo, lo levante y recosté en sus aposentos, cogí una silla para sentarme al pie de la cama, cuando comenzó a parpadear un par de veces , una vez despierto me apresure a ponerme de pie y hacer una reverencia – Mi señor  – con la cabeza inclinada sentí como me alborotaba el cabello.

–No seas ridículo Sorrento – rio bajito el peliazul por lo que entendí, el señor Poseidón de nuevo había dormido.

–Julián, pensé que eras … – quise explicar pero de nueva cuenta me interrumpió, lo veo levantarse como un chiquillo curioso

–Vaya, ¿Cómo llegamos aquí Sorre? – caminaba hasta llegar a las ventanas maravillado por ese palacio tan antiguo y elegante – ¡Por el olimpo!... es grandioso como se ve el agua sobre nosotros, de hecho ahora que lo analizo, varias imágenes comienzo a recordar – se lleva una mano a la siente preocupándome pues pienso que tiene una molestia.

 

–Parece que Poseidón pidió que vinieras – reí bajito, lo alcance para guiarlo a la cama para que descansara un poco más porque seguro el viaje le resulto bastante pesado. – Descansa y déjame ir a dar una ronda a los pilares – se estaba poniendo necio pero a últimas acepto pues le dolía un poco la cabeza.

 

Me preocupaba esa jaqueca de la que estaba sufriendo mi querido hermanito Julián así que unas horas después volví a sus aposentos con un poco de fruta para ver si con lo dulce se reponía un poco, al entrar coloque la canasta sobre una mesita, me acerque lentamente hasta donde estaba mirando de nuevo el mar, sus ojos mostraban nostalgia, deslizó mi brazo sobre su espalda dándole un pequeño abrazo – ¿Ya te sientes mejor Juli? – mis palabras iban impregnadas de cariño hacia mi gran amigo.

 

–Me siento perfectamente Siren – al escuchar su voz seria supe que con el que hablaba era más bien el señor Poseidón por lo que retiro mi brazo de manera inmediata para no pecar de impertinente. –No te apartes… sé que tienes un cariño especial por el humano – me sentí un poco aliviado al saberme comprendido por mi dios y dibuje una sincera sonrisa.

 

–Si mi señor, es joven Julián es un ser muy noble – le confieso de manera sincera a Poseidón – Fue muy sabio al escoger donde reencarnar – me arrepiento después de decir aquellas palabras sintiéndome haber pasado de confianzudo por lo que internamente me reprocho.

 

–Y que tu hayas sobrevivido mi fiel Sorrento no es casualidad – da un par de pasos hacia mí, yo solo me limito a quedarme quieto – Eres perfecto pequeño .. – me pongo nervioso pues su aliento golpea mi rostro, mi corazón se acelera del propio nerviosismo, toma mi barbilla y comienza a besarme quedándome petrificado.

 

–Mi señor… yo nací para estar a su servicio  como guerrero – interrumpo ese beso cosa que al parecer a Poseidón no le gustó, claramente su ceño se arruga y a mí me levanta presionándome de la barbilla.

 

–¡Calla Sorrento! , tú estas vivo porque eres mío – el pánico me invade al ser arrojado a la cama y ver a Julián sobre mí, sé que el que está haciendo eso es Poseidón pero físicamente es el cuerpo de Julián… mi hermano, no puedo evitar el sentir repulsión por esa acción, pero por más que intento levantarme no puedo, el arranca mi ropa y su boca comienza a recorrer mi piel, mis ojos los cierro con fuerza humedeciéndose con mis lágrimas…

 

–Por favor… mi señor no me haga esto – intento rogar por que no continúe, pero lo único que consigo es enfurecerlo y recibir un par de golpes en mi cuerpo , sin esperarlo un dolor agudo llena mi intimidad – aaggr ~  me duele – doy un quejido pues la invasión que sufro con su miembro me hace partirme en dos, las embestidas eran más dolorosas aun, intentaba centrar mi mente en otro lado , mi cuerpo tembloroso no puede contra ese inmenso poder que me dominaba manteniendo inmóvil, después ya no supe más…

 

Cuando de nuevo abrí mis ojos el cuerpo de Julián reposaba en un sillón de la habitación, yo seguía en la cama de Poseidón envuelto en las sabanas llenas de fluidos y manchas de sangre que provenían de mi intimidad, con lentitud me levanto pues me sentía demasiado adolorido, me coloco mis prendas rotas y retiro las sabanas manchadas, me voy de ese lugar para internarme en la habitación de mi pilar, con el cuerpo y el alma hechas trizas, queriendo enjuagar mi cuerpo sucio con mis lágrimas amargas.

 

No sé si fueron dos o tres días los que transcurrieron sin que fuera a ver a Julián, tenía terror de que volviera a pasar el mismo episodio, el mientras tanto era atendido por diversos sirvientes, me informaban que preguntaba por mí y pedía que fuera cuanto antes, pero yo no tenía ánimos, así que el inesperado día llego, el mismo me fue a buscar…

–Tan ocupado andas … ¿ que ya no puedes ir a verme? – la voz calma de Julián me hizo dar un brinco, ese si era el yo lo conocía perfecto … así que un alivio me lleno mas no duro mucho, tenía aun la marca de los golpes, no quería que me mirara pues me cuestionaría .

 

–Perdóname Julián pero tenía que cerciorarme que todo estuviera en orden, ya ves que estuve ausente mucho tiempo – con la mayor calma que pude le conteste pero sin mostrarme de frente, cogí una franela y me hice tonto limpiando mi flauta.

 

–Mírame Sorre, te conozco, algo te sucede… – me toma del brazo en ese momento para obligarme a mirarle… –¡Por Zeus!  ¿ Quién te hizo eso ? – realmente lo vi alarmado y preocupado por mí al ver los golpes en mi piel.

 

–No es nada, tranquilo… – tantee el terreno, analizando las cosas quería decir que no recordaba nada o más bien no se enteró lo que hizo Poseidón con su cuerpo – Me caí en una de las exploraciones jejeje – hice mi mejor actuación para que Julián no supiera lo que pasó, él era tan bueno que no quería que sufriera por lo que me pasó pues perfectamente sé que no tiene nada de culpa.

 

–Sorrento deberías tener más cuidado, no quiero que a mi hermanito le pase nada – toma mi cara con ambas manos y me da un beso en la frente – Vamos a almorzar, para eso vine, anda – me rodea con su brazo el hombro y me hace que lo acompañe a que deguste con el los alimentos en el templo principal, lo acompañe aunque rogaba por que siguiera el dios dormido dentro de mi amigo.


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