Eran 10 de la noche, mi turno había iniciado a las tres de la tarde y realmente este día estaba muy tranquilo, manejaba mi taxi Volkswagen del año 68, una completa reliquia siendo uno de los pocos autos de ese modelo que aún seguían circulando por la ciudad, pero todavía andaba y me servía para seguir trabajando para poder vivir medio bien con mi pareja, al menos a él no le faltaba nada y eso era lo que me importaba aunque ya de un tiempo a la fecha las cosas no iban tan bien para los dos, eso me tenía un poco deprimido, pero ya empezaba a acostumbrarme a esa monotonía, tal vez ya no le quiera como antes, puede ser que ya no le quiera.
En fin que ya me había aburrido de pasear por mi ruta en busca de algún cliente, pero nada, al parecer nadie requería de mis servicios hoy, raro era el día que la ciudad parecía vacía, uno de esos días era precisamente hoy... Hasta que llegue a una de las zonas donde viven las personas adineradas, un lugar impresionante para personas que vivimos de un sueldo miserable, realmente no sé cómo terminé allí, esa gente tenía mínimo dos autos en casa y posiblemente con chofer incluido, nadie por esta zona necesita un taxi supongo, pero a lo lejos lo vi, un hombre en un traje plateado algo brilloso llamó mi atención, en su mano estaba la señal de pare así que me estacioné frente a la persona, un hombre de estatura algo baja, su cabello rubio con toques negros en las raíces lo hacían ver sensual y llamativo, ese traje destellante ceñido a su cuerpo marcaba su delgada figura dejando poco a la imaginación desde la cadera para abajo, pero su mirada triste y perdida bajo ese maquillaje negro perfecto en él fue lo que más llamó mi atención, sentí pena por él y ganas de protegerlo, hace tanto que no me sentía así.
Él se subió al asiento trasero del auto, cerró la puerta y yo acelere esperando me diera una dirección... No dijo nada, solo maneje hasta el centro pues normalmente para allá van la mayoría de las personas.
Le vi por el retrovisor como una lagrima negra rodaba en su mejilla, la cual murió en su mano al quitársela con rabia del rostro, suspiró pesadamente, fijé mi vista en el camino de nuevo para evitar parecer un acosador, así nos mantuvimos por largo camino.
Ya llevábamos más de treinta minutos en camino, y él no decía nada, de vez en cuando miraba por la ventanilla o suspiraba, yo solamente conducía y me dedicaba a verlo por el espejo retrovisor, en una ocasión lo notó y me miró fijamente a los ojos por el reflejo y me regaló una leve sonrisa.
-me llamo Ruki- dijo aunque podía intuir que ese no era su verdadero nombre.
-Reita- le conteste algo apenado por que me descubrió observándolo, aun así le dije el apodo por el que me llaman mis amigos.
-jeh~ - rio irónicamente y sacó una cajetilla de cigarros Natural American Spirit, sacó un cigarro de allí por lo que le ofrecí fuego de prisa.
Puso el cigarro entre sus labios y me estacioné para prender el encendedor y acercarlo al asiento trasero, él sonrió acercándose al fuego dejando la punta del cigarro entre el calor mientras la camisa que tenía una V en el pecho que se hizo hacia abajo mostrando su blanco pecho y sus oscuros pezones se notaban entre su ropa, relamí mis labios inconscientemente y él se separó dando una calada a su cigarro dejando impregnado en el auto el olor mentolado de su tabaco.
Iba fumando mientras yo seguía confundiendo llevándolo por los lugares que tuvieran mejor paisaje para que él observara, ya no me importaba el que no dijera nada, estaba muy a gusto con Ruki de compañía, él lograba hacer más ameno mi solitario trabajo.
Observe que volvió a bajar la mirada cuando acabo su cigarro así que me animé a hablarle.
-¿porque lloras?- le pregunte sin esperar respuesta o tal vez alguna grosería por ser tan curioso.
-por un tipo, que se cree que por rico... Puede venir a engañarme.- dijo lo último en voz baja.
- no caiga usted por amores, debe de levantarse - le dije - cuente con un servidor si lo que quiere es vengarse.
Me sonrió enternecido y le devolví la sonrisa, no sé porque dije eso, mas fue un impulso pero no me arrepentí y mucho menos que de verlo sonreír de esa manera tan cálida y sincera por lo que parecía.
-no entiendo en realidad, como es que ese idiota puede buscar a alguien más cuando a su lado tiene a una persona además de apuesto se ve que eres una buena persona, realmente un estúpido dejaría de lado a alguien como usted.- me exalte
-no me conoces –contestó frio.
-no importa, es lo que veo en tus ojos aunque los ocultes bajo esas lentillas.
Él sonrió nuevamente tocando mi hombro por encima de mi asiento por unos instantes y con la misma retiró su mano.
- pero ¿estás seguro que te engaña? A veces nos dejamos llevar por los celos y vemos cosas que no son- intenté disculparme por haber insultado a quien era su pareja con una excusa patética.
-lo vi abrazando y besando a un humilde muchacho, es de clase muy sencilla, lo sé por su facha.
Me sonreía y se sentaba de lado dejándome ver sus piernas cubiertas por esa fina tela, yo estaba idiotizado que no me di cuenta que el vidrio se había empañado.
-dobla a la esquina, iremos hasta mi casa- se acercó a mi asiento colocando su manos en mis hombros y acercó su cabeza a la mía y susurró en mi oído- después de un par de tequilas, veremos qué es lo que pasa.
Su voz ronca y sensual me distrajo por lo que la curva la tomé un poco torpe y escuche su traviesa risa a un en mi oído, y seguimos sin que me soltará, de vez en cuando sus manos se paseaban por mi pecho sobre la camisa y su lengua jugaba con mi oído haciéndome suspirar, aquel era uno de mis puntos débiles, me susurró como guiarme a su hogar, llegamos a una enorme casa como esas que muchos sueñan pero pocos pueden tener, nos bajamos del auto y el me guio hasta la entrada la cual abrió con rapidez y jaló del cuello de mi camisa haciéndome pasar, no tuve ni tiempo de ver el interior de su hogar pues sus labios devoraban los míos con habilidad, y no deje que esperara pues le correspondí de inmediato con pasión buscando con mu lengua la del contrario, ambas danzando con fuerza y eróticamente entre nuestras bocas haciéndonos suspirar y que el oxígeno se desapareciera con rapidez, un hilo de saliva nos unió brevemente pero lo deshice con la lengua, él sonrió divertido y me besó repetidamente en el rostro y los labios aleatoriamente por lo cual yo correspondía sus besos con algunas mordidas a su labio inferior haciéndole suspirar, metí las manos entre nuestros cuerpos desabrochando su traje y su camisa negra dejando expuesta su piel que parecía de porcelana por lo blanca sin marcas de sol, solo unos cuantos lunares esparcidos en su cuerpo pero lo hacía tentador.
Mi camisa terminó en el suelo gracias a sus manos, nos dirigimos al sofá pero allí estaba un perro chihuahua durmiendo, estaba por despertarlo pero Ruki me abrazó negando con su cabeza y terminamos en la alfombra, bese su cuello, su pecho su abdomen con hambre, lamia toda su piel y le mordía suavemente para no dejarle alguna marca, no sabía si eso le traería problemas, me senté en sus caderas sintiendo su erección atrapada en su apretado pantalón, y la mía estaba igual, apenas las junte lo escuché suspirar, moví mis caderas friccionando ambos miembros haciéndole jadear, sus suspiros resonaban en aquella solitaria casa, yo encantado pellizcaba sus pezones haciendo que su espalda se arqueara.
Llevó sus manos a mi pantalón abriéndolo, metió su manos buscando mi sexo liberando la punta, me levante de sus caderas y el bajó mi ropa dejándome desnudo ante él, yo saque mis zapatos con los pies, se puso de rodillas y sus manos se colocaron en mi pene sosteniendo la base mientras la punta era besada suavemente entre sus húmedos y enrojecidos labios, hacia círculos con su lengua en la punta y se lo introducía en la boca masturbándome con sus manos haciéndome gemir fuerte.
Aghh! Ruki... Chúpamela toda -le dije entre gemidos, lo estaba disfrutando y mucho, pero necesitaba más.
Quitó sus manos abriendo la boca para dejar mi sexo entero entre su boca, lo lamia y mordía entre veces penetrándose la boca con velocidad, yo gemía y le pedía más tomando sus cabellos sin jalarlo, no quería lastimarlo.
-levántate- le dije tomándolo de la mano.
Un mohín se apareció en sus labios y el besé con cariño, le desabroche su pantalón y quite con prisa, me arrodille quitándole los zapatos y le bese los pies, el me miro sonrojado y le sonreí, se sentó en la alfombra y yo estaba a sus pies, besé su planta y el dorso de su pie, fui subiendo por la extensión de su pierna, besándole hasta llegar a sus muslos donde le mordí fuertemente haciéndole gritar, al parecer era un punto sensible en él, le lamí la piel acercándome a su pelvis y lamí sus testículos.
-Ahhh!... Reita no hagas eso- me pidió entre un gemido con voz ahogada, no sonaba molesto ni nada parecido, al contrario pareció que lo disfrutó.
-¿por qué? - Me atreví a preguntar.
-me harás... Aghhhh -gimió más fuerte al haber repetido la acción. -es demasiado Reita... Ahhhh! Me gusta.
-si te gusta no es malo entonces- le lamí los muslos y los testículos y el gritaba disfrutándolo, baje mi lengua a su entrada lamiéndola con ansia, introduje mi lengua en su orificio haciéndolo gritar.
Le masturbe y humedecía su entrada pero se levantó a medio cuerpo con sus codos.
-¡con un demonio Reita! ¡Méteme la verga ahora o me voy a correr!
Reí con ganas al escucharlo y me posicione entre sus piernas, e introduje con cuidado mi miembro en su ano, Ruki agarró mis hombros enterrando sus uñas con fuerza aguantando mi intromisión hasta lo más que llegué.
Suspiró con fuerza moviendo sus caderas y yo le acompañe con movimientos más fuertes hundiéndome en su cuerpo sintiendo sus calientes y húmedas paredes apretarme deliciosamente.
Arremetía con fuerza contra su cuerpo levantando sus piernas dejándolas en mis hombros, sus gemidos pidiéndome más me hacía embestirlo con fiereza, el arañaba la alfombra.
El tiempo pasaba y nosotros habíamos realizado diferentes posiciones, de momentos lo escuchaba gritar y su cuerpo vibrar, le tenía atrapado entre la pared con sus piernas rodeando mi cintura y ambos jadeábamos cara a cara con sin parar, estaba por venirme, lo sentía en mi vientre bajó por lo que tome su sexo y lo masturbé al mismo tiempo que lo embestía.
-Ahh! Reita…. Mhh…
-Akira… -le corregí-
-Akira me…. ¡AHHHHH! - no pudo decir más pues se corrió fuertemente en mi mano y yo en su interior liberando un alarido tan fuerte como el de él.
Nos desparramamos en el suelo sin importar que nos doliera el impacto, aunque procuré abrazar a Ruki para que no se golpeara contra el piso.
-dime Takanori entonces…
Solo le sonreí y le besé los labios tiernamente.
-No se sienta usted tan solo, yo sufro aunque no es lo mismo, mi pareja y mi horario han abierto un abismo.
-Como se sufre ambos lados de las clases sociales
-usted sufre en su mansión, yo sufro en los arrabales
-no me trates de usted, creo que después de tener sexo ya las formalidades quedaron de lado.
-no quiero crea… -hice una pausa corregirme – creas, que solo quería sexo de tu parte.
-tranquilo, y bueno… ¿no crees será mejor ducharnos?
-¿acaso quieres una segunda vez? –pregunté con tono sugerente.
-acabo de escuchar que tienes pareja, no pienso hacer lo que el idiota de Aoi.
Ambos tomamos nuestras prendas del suelo, él fue a bañarse en su habitación y yo en una habitación para huéspedes donde me dejó una toalla limpia, apenas ambos nos vimos limpios y vestidos yo ya me dirigía a la salida de su hogar pero Ruki me tomó del brazo.
-vente conmigo, que sepa que no estoy solo –se acomodó el cabello y me sonrió, por alguna razón le devolví la sonrisa y nos subimos a mi taxi, esta vez él iba a mi lado escuchando la radio tarareando las canciones que se sabía, yo manejaba a la dirección que me había dado, al parecer era el bar favorito de “famoso” Aoi.
Llegamos al bar, muy elegante por cierto, entré del brazo de Takanori y él sonreía orgulloso, su mirada se perdió en el fondo del lugar, había un hombre peli negro, se veía feliz abrazando a un chico, al fijarme en su pareja solo pude apretar mis puños enterrándome las uñas en las palmas, estaba furioso y a la vez sorprendido.
Mira si es grande el destino y esta ciudad es chica…
Era Uruha, quien en ese momento dejó de ser mi pareja…
Takanori me observó preocupado, solo me sacó del lugar.
-lo conoces ¿no es así?
-si- solo eso le contesté.
Al parecer entendió perfectamente pues asintió con la cabeza, no dijo nada más, solo me tomó de la mano y le llevó hasta el auto.
Que irónico; pensaba, me enojo por saber que Uruha me es infiel y yo no siento ni un poco de culpa de haberme acostado con un desconocido, tome a Takanori de sus mejillas y le besé suavemente, el me correspondió de la misma manera… ambos dolidos, ambos enojados, ambos deseándolo a la vez.
Pasaron los días y yo seguía con Uruha, pero si antes nuestra relación estaba mal, ahora era un tempano de hielo, sabíamos que no iba para más, lo veía ansioso y feliz cuando casi era hora que yo me marchara, yo ya sabía lo que haría y él estaba ingenuo que yo estuviera enterado.
-¿y esa sonrisa? – me preguntó curioso.
Era cierto, tenía una sonrisa de satisfacción en los labios, de solo recordar a Ruki me sentía feliz.
-nada… ¿no se te hace tarde para ir con tu madre?
-ella puede esperar – se acercó a mí y me intentó dar un beso el cual esquive y me levante del sofá en donde estaba sentado.
-me voy, mi turno está por comenzar.
-últimamente se te ve más ansioso por ir a trabajar.
-puede ser, me gusta mi trabajo.
-por eso jamás llegaras a ser alguien más rico Akira.
-eso no me interesa.
Así salí de mi hogar para empezar el trabajo hasta que dieron las diez de la noche, a esa hora no importa donde estuviera, debía ir a buscar a Takanori en el mismo lugar…