Agonía
A el no se le daba bien esto de la soledad.
Más, cuando las cuatro paredes de la habitación repetían aquella última frase que había escuchado de su boca. Y es que no le importaría un comino si hubiese salido de la boca asquerosa de cualquier otra persona. Surtió éste mágico efecto porque lo había dicho él y ¡oh! como le condenó.
El siempre hacía las cosas a próposito. Sabía cómo y cuando hacerlas. Era odioso.
Bostezó echando su cabeza hacía atrás en aquella incómoda y dura silla, si su psiquiatra seguía demorándose tanto no se quedaría a esperarle otro minuto más.
Desgraciadamente la voluptuosa mujer regresó justo cuando se había cargado su bolso al hombro. Fatídico destino.
Había olvidado mi vaso de agua,¿cómo te has sentido últimamente?. Ella preguntó como si realmente le importará. Él estaba seguro de que le importaba más su vaso de agua, al menos le deleitaba la vista con sus grandes pechos.
Como siempre. Fue cortante, siempre lo era. De hecho si su madre no le hubiese enviado a estas estúpidas sesiones estaba seguro de no haber puesto nunca su humanidad ahí.
Ella hizo una pausa en la que lo miró duramente. Su mirada siempre era dura y sus gordos labios rojos siempre estaban tan tensos como una cuerda tirada de ambos extremos. Pues, debes de ser más expresivo conmigo. Él ante tal estamento, suspiró. ¿Qué podía contarle a tal prostituta que se acostaría con él mismo si tan solo se bajara la bragueta de sus jeans?, ¿hacerlo, tal vez?.
Pues, estoy pensando en retomar mis estudios.
Eso fue lo último que dijo. Y ante tu sorpresa, este bastardo no mentía.
Esa noche sin embargo las cosas estaban por cambiar un poco para él. Tan pronto como se pudo acostar en su cama, tomar su notebook y subir el volumen de sus auriculares tan alto que podían provocarle una incisión en el oído, tecleó algo tan veloz que la página web se cargó de un momento al otro.
Él tenía una terapia mejor que la de sentarse delante de una mujer que gana más como prostituta ejecutiva en un centro de enfermos mentales.
Era un foro en Internet. Uno de los tantos que hay, pero no cualquiera al mismo tiempo, un foro en la deep web.
Éste foro tenía una particularidad un poco más retorcida que la de los demás por los que él navegó y es que bastaba con inscribirte, propocionar tus datos personales y a la vez los datos de la persona a la que querías… en esté caso, nuestro amado protagonista quería, acosar noche y día y los administradores se encargaban de dejarte en tu bandeja de entrada las fotos con un pequeño resumen de las hazañas cotidianas de tal y tal.
Él amaba este foro. Y nunca jamás se le ocurrió pensar los metódos que sus administradores usaban.
No le importaba.
Hasta aca no entendes nada. ¿Verdad?, ni porque nuestro protagonista está en tratamiento psiquiatrico, ni porque entra a esá jodida página siempre que puede. Paciencia.
¿Te parece retorcido que te espíen 24hrs. al día y proporcionen tu información personal, la cual manejas ignorantemente a un desconocido?, paciencia, esto se pone peor. La página es mas retorcida de lo que vas leyendo hasta aquí.
Nuestro protagonista se deleito con las imágenes de su castaño preferido. Se deleito muchísimo, mordió sus labios y apretó con fuerza el borde de su notebook, lo suficiente como para sentir las palmas de sus manos ligeramente mojadas <>.
En aquella página había muchos “requests” que hacer a sus dueños para que se las aplicaran a la víctima, pero por ahora, él, estaba bien así. Solo viéndole.
Él ya había elegido a su objeto de fascinación y además ¿por qué mentir que no le divertía chusmear la vida ajena?.
No obstante ya no pudo seguir viendo las fotos de su castaño en la calle, caminando, hablando con otros, en su trabajo en la cafetería, o hasta entrando a su casa. ¿Te parecen fotos normales hasta este punto enfermo, no?, parece un simple acoso… la cosa se pone peor cuando los ojos almendrados de nuestro protagonista se empiezan a engatuzar con las “requests”. ¡Ey!
Todo tiene un precio.
Hasta aquí el servicio es gratis.
¿Vas a comer hoy, hijo? – Su madre dijo desde la puerta de la habitación, gracias a que estaba en el otro extremo de su cama, de lo contrario, la situación hubiese resultado penosa. No. – contestó cerrando la tapa de la notebook. La mujer en cuestión, resultaba un poco irritante de vez en cuando. El solo prentendía fingirse dormido y retomar su tarea.
Ella asintió y cerró la puerta.
Echó su cabeza hacía atrás como en la sala de la psiquiatra. Era una costumbre que tenía. Si tan solo pudiese huir de ahí y…
Aquí tenía recurrentes sueños fantaseos donde huía con el objeto de su fascinación a tener una vida perfecta y abstenta de problemas.
Luego la realidad le azotaba en la cara de nuevo y se sorprendía de lo increíblemente infeliz que era.
Un continuo campaneo le trajó de un azote en sí. Alguien le hablaba en Facebook. Ahora, no me digas que te sorpendiste, cualquier ser humano tiene un Facebook.
Mañana es tu regresó!, ¿estás ansioso?.- leyó con flojera. Mañana, si, empezaría a asistir a clases nocturnas y aunque te sorprendas más, tenía amigos que lo estaban esperando.
Él no siempre fue un psicópta Americano, empezando por el simple hecho de que no era americano. Era japonés.
Notable diferencia.
Su historia empezaba dos años atrás a la fecha actual. 24 de Agosto del 2013. Y creemé es peor lo que viene, que lo que pasó.