Hace poco Gareki había sufrido un robo por lo que Yogi se había preocupado mucho y no dejaba de abrazarlo, a cambio lo único que recibió fue una golpiza de parte del pelinegro, casi lo mismo de todos los días, Yogi lo abrazaba o trataba de protegerlo pero a Gareki eso no le gustaba y siempre terminaba golpeándolo es por eso que Yogi había comenzado a cuestionarse si de verdad Gareki podría quererlo ya que nunca había mostrado ni si quiera un sentimiento amistoso, siempre frio y directo, jamás lo llamaba por su nombre y aquello entristecía mucho a Yogi quien había llegado a la conclusión de que el pelinegro lo odiaba aun así quería seguir como su amigo.
Hoy habría un festival en la ciudad, se podría decir que era uno muy conocido y famoso ya que los organizadores se encargaban de hacerlo de una manera increíble, mostrando magia, acróbatas, etc. Habían también puestos en los cuales se ofrecían premios a cambio de completar un juego, a Yogi le encantaba asistir al festival y raras veces se perdía alguno, decidió invitar a Gareki ya que fue el primero que se le vino a la mente pero debió imaginarse cual sería la respuesta.
--No iré—el pelinegro se mantenía en una posición firme, negándose rotundamente.
--Anda, Gareki vamos—Yogi había comenzado a rogarle más parecía que no tendría éxito.
--¿Acaso eres un niño?,- la pregunta fue obvia, Gareki insinuaba que Yogi era inmaduro.
--¡Soy un adulto! ¡Pero los adultos a veces también queremos divertirnos con los juegos!—los gestos que Yogi hacia mientras hablaba de su adultez eran unos que solo un niño de 4 años haría en el momento de un berrinche, tal vez se veía tonto pero debido a lo molesto que era logro que Gareki lo acompañase.
Tonto—fue la única palabra que murmuro Gareki cuando se encontraban en el festival, Yogi se encontraba maravillado y muy feliz así que jalaba a Gareki por todos lados sin importarle lo que el otro dijese, llegaron a unos puestos en los cuales tenían que disparar en el blanco para poder elegir el premio que anhelaban, el rubio cogió el arma dispuesto a disparar y conseguir el peluche de nyanperona que tanto le gustaba pero su pésima puntería no le ayudaba.
--¿Por qué?, apunto pero no acierto—aquellas palabras eran constantes, aun no se explicaba porque no podía.
--Hay que ver lo idiota que eres—Gareki cogió el arma rozando la mano del rubio el cual se sonrojo rápidamente ante el contacto del pelinegro el cual no mostro ni una sola emoción, Yogi se sintió como un tonto, sin necesidad de mucho movimiento Gareki acertó en el blanco de un solo tiro dejando sorprendido a Yogi.
--Gareki, eres increíble—Yogi comenzó a abrazar a nyanperona mientras sonreía de felicidad, ante sus ojos Gareki era perfecto y cada minuto más que pasaba a su lado se iba enamorando más del pelinegro pero este seguía siendo el mismo, al contrario parecía que era más frio con Yogi o tal vez al estar este enamorado sentía a Gareki más distante, pero hoy se había decidió, le confesaría a Gareki sus sentimientos sin importarle el muy probable rechazo que recibiría de parte de este, lo único que Yogi deseaba era quitarse esa carga de encima.
--Oye, ¿ya podemos irnos?,- las palabras del pelinegro hicieron a Yogi reaccionar el cual respondió inmediatamente.
--Sí, claro,--comenzaron a caminar en dirección a la casa de Yogi pero el silencio que había entre ambos era muy molesto, lo bueno era que ya habían llegado a casa del rubio el cual no dudo en invitar a Gareki a pasar, al principio este se negó pero de todas maneras Yogi lo jalo, una vez dentro el silencio seguía siendo incómodo para Yogui el cual armándose de fuerza decidió hablar.
--¿Yogi estas bien?,--antes de pronunciar alguna palabra se vio interrumpido por la voz del pelinegro pero lo que más le sorprendió fue que este pronuncio su nombre sin dudarlo sonrió y se acercó al menor.
--Ahhh que bueno, como nunca me llamas por mi nombre pensé que me odiabas,- la sonrisa de Yogi era muy emotiva.
--¿Qué?, lo que pasa es que nunca escuchas, además yo no te odio pero eres muy…
--Gareki, ¡yo te amo!—aquel grito sorprendió al pelinegro el cual no pudo terminar de hablar, Yogi dándose cuenta de lo que hizo se tapó la boca con sus manos, aun no podía creerlo pero el enterarse de que el pelinegro no lo odiaba no pudo aguantar más y lo dijo sin pensar.
--Oye… eso… yo… también te quiero,-las palabras del pelinegro y su rostro eran tranquilos pero realmente era sincero, Yogi se sorprendió tanto pero a la vez se sintió tan feliz que no pudo evitar lanzarse a los brazos de Gareki y besarlo de manera tierna para luego acurrucarse en el pecho del pelinegro.
--Que bien, soy tan feliz—La expresión en el rostro de Yogi lo decía todo, Gareki se sentía nervioso por no haber sido el quien tomase la iniciativa así que tomo a Yogi de los brazos y lo beso apasionadamente, el otro simplemente se sorprendió pero al salir de la impresión correspondió el beso, el rubio fue empujado a la cama mientras Gareki se posicionaba encima de él.
--¿Eh?, Gareki, ¿Por qué vas tu arriba?,- el rubio reclamaba haciendo un puchero infantil.
--¿no es obvio?,- la respuesta del pelinegro dejo en duda a Yogi pero este enseguida entendió lo que el pelinegro quiso decir.
--Es porque eres un niño,- esa fue la respuesta de Gareki.
--¡¿Qué?!, ¡tengo 21 y soy más alto!
--Pero a veces, los adultos también pueden ir abajo,- Gareki sonrió mientras decía eso y Yogi solo abrió los ojos sorprendido, no opuso resistencia y sonrió permitiéndole a Gareki hacer lo que este quisiese….