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Lírica y un poco de sal. por Lyon

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Notas del fanfic:

Los personajes pertenecen totalmente a Marvel Cómics. 

Yo solo los tomo prestados.

Notas del capitulo:

La historia es totalmente centrada al Scurt. Que es Scott x Kurt, pero también hay varias parejas secundarias que tendrán que hacer su aparición y tendrán su evolución como la principal.

Ojalá les guste mucho y/o me dejen un comentario :3.

“Tío, Scott.” Suspiró frustrado un hombre de cabello castaño claro. “Mira como la has fastidiado, ¡ella ya no querrá venir más con nosotros!” Se quejó dejándose caer sobre la barandilla oxidada que le separaba a duras penas de caer de un séptimo piso y probablemente morir.

El antes nombrado no hizo nada, ni un sonido, ni soltó ninguna palabra. Simplemente se limitaba a observar como su amigo fingía tener remordimientos, o quizás de verdad los tenía, por una cosa que ambos hicieron tras haber llegado a un acuerdo. “Lo dices tú que disfrutaste también, ¿no?” Argumentó después de pensar las palabras, bueno, no tan pensadas. El joven que estaba apoyado solo rio como respuesta mientras giraba un poco para mirarle por encima del hombro divertido, hoy daba la impresión de que sería una noche muy larga y agotadora.

Había llamado millares de veces a su sobrino, pero no había cogido el teléfono desde la última vez en la que hablaron, más bien discutieron, sobre pasar el verano en su dulce y pacífico pueblo. Por decirlo de alguna manera, era lo que el señorito Summers quería menos, pues había argumentado que sería totalmente aburrido y, por deducción propia de él – que era su tío -, lo había dicho porque no vería a sus amigos ni a su novia. Habían quedado en que vendría, pues los padres del muchacho tenían que irse de viaje por ciertos negocios que los precedían y él no podía quedarse solo en su casa. Realmente, sus padres no querían que se quedase solo: No confiaban en él.

Suspiró colocando con suavidad el teléfono en su sitio para ponerlo a cargar. En un principio se había rehusado a tener un teléfono inalámbrico, pero era tan útil a veces que se había acostumbrado a usarlo. Además de que no tendría que correr con su silla de ruedas cuando sonase ya que lo podía llevar encima. “¿Sucede algo?” Se escuchó tras su espalda una tímida voz que apenas en un susurro se podía notar su acento alemán. El profesor se giró y esbozó una amplia sonrisa al verle por fin con la ropa que le había prestado.

“Te queda bien.” Apoyó ambas manos en sus rodillas y miró directamente a esos ojos amarillos que se entrecerraron por el gesto y por la mirada. “Recuerda que te lo presentaré cuando él llegue.” Pausó un momento observando la reacción del menor, que parecía no querer que ese momento llegase. “Es un buen chaval, tranquilo.” Se había acercado lo suficiente al duendecillo como para poder darle un par de palmaditas en su brazo; solo por parecer que todo iba bien, Kurt sonrió tímido durante pocos segundos.

Cuarta vez que hacía sonar la bocina del coche, pero esta vez durante un par de segundos más. Estaba decidido a salir por la puerta y gritar en la calle a ver si bajaba ya, suficiente era con que le hubiese hecho desaparecer de su cita para ir a buscarle por una supuesta emergencia. Y claro, le había hecho traer el coche de su padre: Error que había cometido, pues su padre era tan egoísta con sus cosas que si hablásemos de él, no compartía ni el mando a distancia de la televisión. Pero qué otra cosa podría haber hecho cuando le había dicho antes de colgar: Trae el coche. Oh si, el coche, Stark, que buena idea, sin permiso, Se había repetido durante todo el maldito trayecto.

“Deberías relajarte.” Sintió el castaño una mano posarse sobre su hombro. Un poco más y se olvidaba de que en el asiento del copiloto se encontraba Loki, uno de sus mejores amigos desde que era muy enano. Tony solo bufó ante la sugerencia de este y volvió a tocar por una última vez la bocina y como si hubiese sido un milagro la puerta negra y metálica del edificio se abrió, mostrando a dos hombres, uno con su pelo descuidado y el otro con unas gafas de sol que… ¿Por qué las llevaba por la noche? En fin.

“¿Suben?” Gruñó molesto y con prisa. “Si mi padre no lo ve en su garaje me mata.” Continuó un minuto después de ver como metían las maletas en su maletero y por fin entraban a los asientos traseros. Scott había accedido ir a la casa de su tío en aquel pueblo perdido en el monte solo porque sabía que Tony, Loki y Todd iban también ahí a pasar las vacaciones ya que el primero nombrado tenía una hermosa casita de verano, tendría distracción al menos y eso le era un poco más liviano para soportar dos meses allí, alejado de la ciudad. ¿Ya había nombrado que odiaba el campo?

“Tan solo arranca, tenemos que llegar ya.” Pero no hubo ninguna risa, sino un tono serio y preocupado, bastante preocupado.

Durante el trayecto apenas se habló o surgió algún tema, por lo menos el ambiente no estaba tan tenso y la música de Stark animaba un poco el ambiente. El paisaje cambiaba poco a poco a uno más rural, alejado de la contaminación de la ciudad y lleno de campo, pasto, plantillas… y bichos. Las carreteras estaban más cuidadas, parecían nuevas en un punto ya que apenas pasaban coches. Ahí nacía la cuestión de Scott de por qué, entonces, habían puesto hormigón. Y ya después de un rato, la carretera no era más que un sendero lleno de tierra, que al pasar el coche por el, levantaba polvo ligeramente.

“¿Estará tu padre en tu casa, Tony?” Preguntó Loki después de bostezar.

“Sí, pero se iba esta noche, por eso que quiero que el coche esté allí ya.” Suspiró respondiéndole sin apartar la vista de la carretera mal iluminada.

Ninguno de ellos había notado lo hermoso que era el cielo aquella noche, cuando no había ningún tipo de contaminación lumínica, ni gases. Cuando una estrella parecía ser un mundo, nadie, excepto Kurt Wagner, que yacía en el tejado de aquella casa de ladrillos y cemento observando maravillado por primera vez, y sin miedo, el cielo nocturno.

“Señor Scott, gracias por viajar con Stark y amigos, esta es su parada.” Frenó de golpe provocando que la mayoría se fuese para delante.

“… Que brusco eres, tío.” Se quejó Todd después de que Scott agradeciese que le hubiese traído y bajase a recoger sus maletas.  Cuando las sacó de allí, le hizo una seña a Tony, probablemente se verían mañana o pasado, por ahora tenía que hablar con su tío. “Adiós, Scott.” Sonrió Todd.

Se acercó a la fachada de la casa, no sin antes echar un vistazo rápido a esta. Seguía igual de vieja y descuidada que desde tenía cinco años, nada había cambiado…  y no sabía si ver algo bueno en eso o solo centrarse en lo negativo. Dos meses sin poder irse a la ciudad, ni ver a su novia, aunque quizás ella si podría venir una semanita o así. Se acercó por el pequeño camino hasta la puerta sin saber que era observado por una cierta criatura curiosa. Se sacudió la camisa y tocó con cuidado. Bueno…, a saber que le preguntaría su tío.

Tras unos minutos que parecieron volverse eternos para Scott, esta por fin se abrió, dando paso a un anciano en silla de ruedas que, hasta que no le vio completamente, cambió su expresión de seria a una más alegre e ilusionada. “¡Bienvenido! Pasa, pasa.” Sonrió, Scott le devolvió el gesto no sin antes volver a coger sus maletas, y se adentró a través del umbral con una fingida molestia  y con frases  ya practicadas para no hacer más difícil esa noche.

Estuvieron hablando después de que dejase las cosas en su cuarto, las únicas preguntas que se habían formulado desde que había llegado era que como le iba en la universidad, con sus padres, y que si tenía novia ya y trabajo. Scott le había respondido a todo. Solo le quedaba exactamente un año para terminar la universidad y sí, tenía una relación estable que había durado once meses y que esperaba que llegase a más. Estaba pagándose los estudios él y planeaba comenzar a trabajar a jornada completa para poder costearse un piso… Y aunque esa no era toda la historia ni casi toda la verdad, fue lo único que le comentó a Xavier. Fue entonces a por un vaso de agua y se sentó  otra vez, tras un pequeño silencio.

“Scott, no pasarás las vacaciones aquí solo.” Se decidió a cambiar de tema por fin creyendo que estaba listo para contárselo al chico de gafas de sol. Este solo ladeó la cabeza sin entender a lo que se refería, era obvio que pasaría las vacaciones con su tío, pero solo él… ¿no? “Quiero presentarte a alguien.” Cuando su sobrino iba a replicar que mejor mañana, este llamó por un nombre: Kurt.

“… ¿Sí?” Se dejó mostrar pasando a la cocina a través del comedor con una mirada tímida y casi susurrando. A Scott casi se le cae el vaso de agua al suelo, no porque el joven tuviese los ojos amarillos. Ni porque su pelo fuese casi azulado… “Y espero que te encargues de él durante tu estancia, Scott.” Por eso fue por lo que casi se le cae el vaso al suelo, sus planes de vacaciones, todo lo que había ideado, al cuerno por ejercer de niñera.

“Claro que sí, tío.” Sonrió fingiendo su molestia. Menos mal que no podía ver sus ojos, porque la mirada no era precisamente agradable. Volvió a mirar al chaval que apenas se dejaba ver completamente y que le observaba en silencio. Quién dijo que la noche sería larga y agotadora, este verano entero lo iba a ser.

Notas finales:

Hacía tiempo que no volvía a escribir un fanfic y... bueno. Adoro mucho a Rondador Nocturno eue. En esta historia tiene los ojos amarillos y es humano {Los ojos porque... vamos, él realmente tiene los ojos amarillos.} Y sobre duendecillo, respecto a su físico, sus orejas son un poco más puntiagudas que redondas, es por eso. ~

Cuidense. :3


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