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De tradiciones y amor está hecho el invierno por HitchNoDanna

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Notas del fanfic:

'Conceptos o frases enfatizadas, así como algunos modismos propios de mi país'

 

Letra de alguna canción 

 

–Diálogos –acciones y narración

 

"Pensamientos"

 

»Carteles, notas, cosas que lean o escuchen los personajes en la radio, TV y otros medios de comunicación, a excepción de conversaciones telefónicas«

Notas del capitulo:

Hola, hola, fans! He aquí les traigo un nuevo fic con motivo de las fiestas decembrinas. El año pasado manejé el tema con los personajes de Naruto, específicamente con la pareja Itachi X Sakura (todavía no lo termino, XD), pero ahora decidí hacerlo con los personajes de Junjou Romantica.


ACLARACIONES Y ADVERTENCIAS:

Igual que en mi fic anterior 'Nada es para siempre en la Tierra... sólo un poco aquí', la historia no ocurre en Japón y tampoco sigue la trama original del anime ni el manga. Igual ocurre en un pueblito cualquiera. En este caso no habrá muerte de personajes.

De igual forma se apegará a las celebraciones mexicanas (en principio quería apegarme a los especiales de Navidad que salen en el manga, pero la neta ya está un poco choteado eso), y un poco a la religión católica por su simbolismo. ADVIERTO: si tienen la mente abierta para este tipo de contenidos, bienvenidos. De lo contrario todavía están a tiempo de darse la vuelta y buscar otra historia porque no aceptaré comentarios ofensivos.

A pesar de lo anterior, imaginen que en este universo alternativo no hay tanta controversia por las relaciones homosexuales.

En esta ocasión los capítulos sólo constarán de una parte, que será tan extensa como dos partes del fic anterior.

Para este primer capítulo no puse notas de autor, debido a que iré explicando todo a lo largo de la historia. Quizá haya confusiones.


Disclaymer: Los personajes de Junjou Romantica no me pertenecen, son de su autora Shungiku Nakamura.

»De tradiciones y amor está hecho el invierno«


I.-

Diez de diciembre. Los copos de nieve caían gráciles y crueles sobre los rojos tejados de las casas, el aire frío enrojecía las narices y las mejillas de los transeúntes que iban de arriba para abajo, arropados con esponjosas bufandas y grandes abrigos. Algunos niños se encontraban corriendo libres en las calles, jugando con la nieve, bajo la luz de las farolas que iluminaban las callejuelas empedradas. Las flores de nochebuena engalanaban las casas con su brillante color rojo, y el aroma a madera quemada, chocolate caliente y pino llenaban el ambiente.

 

Toda esta escena era contemplada con añoranza por un pequeño artesano que miraba desde la ventana. Su nombre, Takahashi Misaki. Sus pequeñas y finas manos modelaban con gran habilidad un poco de arcilla para el pedido que un cliente adinerado hizo apenas ayer: un nacimiento completo.

 

FLASHBACK

 

Era temprano cuando salía de su casa y abría el taller en que él y dos amigos suyos trabajaban con toda clase de artesanías. Como ya empezaban las fiestas decembrinas, el trabajo aumentaba y por ello tenía que iniciar temprano. Como siempre aseó el lugar y encendió los hornos en el que ponía a cocer la arcilla, o bien se fundía el vidrio para la elaboración de esferas y otras cosas, y como siempre sus dos amigos, Takatsuki Shinobu y Kusama Nowaki, llegaban para trabajar. En fin, Nowaki se encontraba en un rincón decorando con gran detalle las esferas de vidrio que terminó de soplar hace una semana, en tanto que Shinobu decoraba con papel de colores una bonita piñata, y él moldeaba un poco de arcilla que más tarde se convertiría en un precioso jarrón. En esas estaban cuando el chirrido de los neumáticos de un automóvil deportivo rojo llamó la atención de ellos y los vecinos. A decir verdad no era usual ver uno de esos en un pueblito tan humilde como ese, y menos en estas fechas, cuando la gente gastaba hasta lo que no tenía en las tiendas de la gran urbe.

 

Del vehículo bajó un apuesto hombre de unos 28 años, ataviado con un elegante traje color gris, zapatos negros, una pesada y costosa gabardina negra, bufanda y guantes color verde oscuro, al parecer todo de importación. Aunque su porte soberbio y refinado ciertamente infundía respeto, también inspiraba desconfianza, pues realmente era raro ver tanta opulencia en una sola persona. En fin, este se dirigía con paso altanero hasta el local de los tres jóvenes.

 

–¿Quién de ustedes es Takahashi Misaki? –inquirió con voz fría y carente de emoción, sin poder evitar mirar con aversión el humilde taller.

–Soy yo –se aproximó un muchacho de unos 18 años, un poco sucio de arcilla– ¿En qué puedo servirle?

–Quiero un nacimiento completo –dijo aquel hombre, inmutable.

–¿Algún material en especial: madera, arcilla, resina, cristal…?

–Aquí tienes las especificaciones –sacó un papel que entregó al joven.

–Pero aquí no dice nada –soltó este en voz baja una vez que desdobló el papel– ¿Cómo se supone que…?

–Lo dejo a tu criterio. Sorpréndeme… y demuéstrame que valió la pena venir hasta aquí –sentenció secamente y sin más se marchó.

 

FIN DEL FLASHBACK

 

"Ni siquiera pude saber su nombre" pensó con cierta tristeza "En fin, ¡daré mi mejor esfuerzo!"

 

–Rayos –se quejó en una especie de suspiro.

–¿Qué pasa? –inquirió Shinobu, que decoraba la decimoquinta piñata de la semana.

–No le pregunté su nombre.

–¿Y para qué quieres saber su nombre?

–Tengo que saber a quién le voy a entregar el trabajo… toma en cuenta que no es el único que tenemos que entregar.

–Buen punto… aunque es raro que una persona tan adinerada viniera hasta acá.

–¿Saben qué es raro? –espetó Nowaki, captando la atención de los otros dos– Que supiera el nombre de Misaki.

–Oye, sí… ¿lo conoces de algún lado?

–P-Por supuesto que no –farfulló el castaño, un poco descolocado por la pregunta– Jamás en la vida lo había visto… hmmm… seguro alguien me recomendó –rio llevándose la cabeza a la nuca.

–Tienes razón.

–En fin, apurémonos o no podremos ir al rosario de Nuestra Señora de Guadalupe –indicó Shinobu.

–Hai.

 

Seis de la tarde. Nowaki terminaba de pintar más de la mitad de las esferas, Shinobu había dejado de lado las piñatas hace una media hora para doblar hojas secas de maíz que más tarde se convertirían en adornitos para algún árbol navideño, y Misaki ponía a cocer en el horno las piezas que terminó de moldear.

 

Mientras recorres la vida tú nunca solo estás,
contigo por el camino, Santa María va.

Ven con nosotros al caminar, Santa María, ven.
Ven con nosotros al caminar, Santa María, ven.

 

Una pequeña procesión de personas cantaba mientras pasaba por esa callecita. Delante dos personas más cargaban cuidadosamente una pequeña mesita de madera con un hermoso mantel de encaje blanco, y la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe. Asimismo otras personas llevaban consigo jarrones con rosas rojas, blancas, alelíes, nube, crisantemos, entre otras clases y colores de flores.

 

–¡No puede ser, ya empezó! –se quejó el ojigris

–¡Pues qué estamos esperando! ¡Vamos! –animó Misaki

 

Unos minutos después recogían todo y cerraban el local para ir a alcanzar a la procesión, que iba entrando a la casa donde se realizaría el penúltimo rosario. A decir verdad hace ya varios días se iniciaron dichas celebraciones, todas de igual forma en diferentes casas, y habían acudido a todas ellas.

 

–¡Uf, justo a tiempo!

 

Se arrodillaron frente a la imagen y luego de hacer la santa señal, se levantaron y en conjunto con sus vecinos le rezaron a la Santa Virgen. Un rato más tarde terminaba el rosario y, por invitación de la familia que recibía hoy a la Santa Virgen, la gente se disponía a tomar un poco de humeante champurrado y un pan dulce. Posteriormente salían de la casa, despidiéndose de los vecinos.

 

–Ya mañana es la fiesta –decía Nowaki

–Lo sé ¿no es emocionante? –espetó Misaki

–Oigan ¿no es ese el 'fuereño' de ayer? –indicó Shinobu mirando algún punto en la calle.

 

En efecto, era el mismo hombre, pero no iba solo. Le acompañaba otro sujeto de unos 28 años, de cabello castaño y ojos color avellana, con un mohín malhumorado.

.

–Déjame entenderlo –decía el castaño– ¿La tal Misaki Takahashi resultó ser hombre, y no conforme con eso, es un simple artesano que sólo tiene dieciocho años?

–Así es.

–Creía que era alguien con más categoría… pero por algo lo recomendaron ¿no crees?

–Por esa razón pedí el nacimiento completo.

–¡Y dale con eso! –increpó el castaño con tono exasperado, para luego agregar con un tono más calmado: –Akihiko, acéptalo, el chico que te dio esa pieza se ha ido… no puedes ir persiguiendo un recuerdo por siempre.

–Tal vez tengas razón –suspiró con tono melancólico– Hiroki… es mejor que volvamos, está haciendo frío.

–Hai

 

Los dos hombres iban caminando, pasando de largo a los tres artesanos, sin percatarse de que uno de ellos miraba con ojos casi soñadores al castaño de ojos color avellana.

 

CONTINUARÁ…

Notas finales:

De momento es todo por ahora. Las fechas de publicación quizá sean irregulares, pero trataré de actualizar en toda esta temporada decembrina. Chaito.


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