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Dos estaciones. por E-S-E

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Notas del fanfic:

¡Holaaaa! Espero que sea de su agrado y les guste mucho... Es como un especial navideño, inspirado en Miracles in December.

Parte I: “El comienzo de la nieve… Termina con el brote de las flores.”

 

No se habían visto durante dos años y si es que, por cosas del destino, se volvían a ver quién sabe si se reconocerían entre ellos o no. ¿Quién sabe si el destino quería ser amable con ellos y juntarlos nuevamente? ¿Quién sabe si las casualidades existían y por obra de éstas mismas se miran la cara nuevamente?

La primera vez que se volvieron a ver, fue a principios del invierno, estaba nevando, pero el frío se podía soportar. Habían pasado ya dos años de su separación, pero para uno de ellos, las cosas no habían cambiado. Él, seguía igual de enamorado que siempre. Por parte del otro, no se sabía.


Y entonces…


¿Quién dice que la vida no puede llegar a ser tan cruel como para volver a juntarlos, en el mismo lugar, en la misma ciudad y en el mismo país en el que se conocieron hace cuatro años atrás?

— ¡Luhan! —gritó Sehun girando al rubio del brazo luego de haber corrido para poder alcanzarlo. — ¿Qué haces aquí? —preguntó intentando regular su respiración. El otro lo miraba molesto.
— ¿Cómo que qué hago aquí? —dijo soltándose del agarre de Sehun. — ¡¿Acaso la cuidad es tuya?! —preguntó alterado, dispuesto a seguir con su camino, queriendo no volver ver a Sehun. El castaño lo giró nuevamente del brazo.
— ¿No que te irías a China? ¿No que no tenías pensado volver a Corea? ¡¿Por qué estás aquí?! —preguntó de un grito, afirmando con fuerza el brazo de Luhan, éste se quejó.
— ¡Suéltame! —reclamó soltándose nuevamente, Sehun lo miraba con ira mezclada con sorpresa y despecho. — Me tengo que ir. —dijo girándose nuevamente.
— No te irás hasta que me respondas. —dijo Sehun girándolo por tercera vez, ésta vez lo agarró de la muñeca. — ¿Qué haces en Corea? —Luhan soltó una pequeña risa irónica.
— ¿Qué? ¿Tanto te sorprende verme aquí? ¿Realmente me creíste cuando te dije que no volvería? Siempre fuiste tan iluso. —dijo burlándose del menor, el cual a pesar de serlo, era considerablemente más alto que Luhan. — Te mentí, ¿De acuerdo? ¿Ahora estás feliz? —dijo intentando soltarse, Sehun lo apretó aún más. El alto miraba el piso.
— ¿Otra vez? —susurró débilmente. — Me mentiste de nuevo… cuando me habías prometido no hacerlo. Supongo que esa vez me mentías otra vez. —dijo soltando la muñeca del mayor.
— Sí… ¡También te mentí esa vez! ¿Y qué harás, eh? —le gritó en la cara. Sehun no lo soportaba, no lo soportaría más. Así que tomó a Luhan de la cintura y lo besó. El rubio quedó impactado, de todo lo que Sehun le pudo haber hecho después de aquello, lo último que se imaginó era que el menor lo besara.
— Adiós. —susurró luego de separarse del rubio, para luego soltarle la mano, pasar por su lado e irse. Luhan se quedó mirando la trayectoria de Sehun con lágrimas en sus ojos.
— Adiós… —dijo Luhan débilmente, para luego darse la vuelta y seguir caminando hacia su destino.


No se habían vuelto a ver durante semana y media. Uno de ellos extrañaba al otro… del otro, no se sabe. ¿Quién sabe si es que el destino puede llegar a ser tan amable para querer darle una vuelta a esa relación? ¿Quién sabe si de casualidad volvían a verse frente a frente una vez más?


La segunda vez que se volvieron a ver, estaban en pleno invierno, el frío calaba por los huesos de la gente pasando de largo por aquellos gigantescos abrigos que se usaban para combatirlo. Sehun entró a una cafetería acompañado de su mejor amigo; Baekhyun. Ambos habían quedado en ir a tomar un café luego de no haberse visto durante un mes debido a un viaje que tuvo que hacer Baekhyun. Ambos se fueron a sentar en una mesa, se quitaron sus pesados abrigos y ordenaron algo para comer, una vez su orden se encontraba servida en la mesa, comenzaron a hablar acerca de sus vidas. Pero Sehun no notó que alguien los miraba desde otra mesa.

Sehun y Baekhyun no hablaban de asuntos personales en lugares públicos, mucho menos después de lo que había pasado, por lo que simplemente hablaban de lo que habían hecho aquel último mes. La persona en la otra mesa miraba atenta, pero sin lograr escuchar nada. Eso, sin duda, lo inquietaba.


La persona en la otra mesa, era Luhan.


— ¿A quién miras tanto? —preguntó su acompañante.
— A Sehun, está sentado junto a Baekhyun en unas mesas más allá. —indicó Luhan apuntando la dirección con su dedo índice.
— ¿Sehun? —preguntó el chico mirando en aquella dirección, comprobando que Sehun estaba ahí. — ¿Con… Baekhyun? —preguntó nuevamente, mirando con distracción a aquella mesa. Luhan soltó una pequeña risa irónica.
— ¿Me dices que deje de aferrarme al pasado, pero tú no puedes olvidar a Baekhyun? —preguntó con molestia. — Vaya, eres peor que yo. Aunque lo tuyo fue una estupidez, no debiste haber dejado a Baekhyun y mucho menos por seguirme a otro país. ¿Sabes? Tú no me gustas para nada. —confesó, el otro chico no hizo, ni dijo nada.
— Ya lo sé, nunca debí haber tomado esa decisión. Pero así es la vida, no puedo volver el tiempo atrás. —dijo con tristeza, Luhan lo ignoró.
— Como sea, iré al baño. —decía Luhan al mismo tiempo que se levantada de su asiento.
— ¿Qué harás, Luhan? —preguntó nuevamente su acompañante, el rubio le sonrió traviesamente.
— Solo le daré un pequeño recordatorio a mi Sehun. —luego de decir eso, Luhan caminó en dirección al baño, ya que de camino a éste, se encontraba la mesa en la que estaba sentado Sehun junto a Baekhyun, conversando muy animadamente.

Cuando Luhan iba pasando por la mesa de Sehun y verificó que éste aún no se daba cuenta de su presencia, sonrió con malicia, siguió caminando y con una perfecta actuación fingió su caída y aterrizó sobre las piernas de antiguo novio; Oh Sehun.

— ¡Oh! Lo siento, me tropecé con esa silla y… —continuó con aquella perfecta actuación y se calló justo en el momento adecuado, Sehun lo miraba sorprendió y Luhan también fingió estarlo. El rubio aún se encontraba sentado sobre sus piernas.
— L-Luhan… —eso, fue lo único que Sehun alcanzó a balbucear antes de que Luhan se pusiera en pie.
— Lo siento, no fue con intención. —se disculpó el rubio, refiriéndose a su “caída”, pero sonó como si se disculpara por otra cosa. — Entonces… me voy. —dijo Luhan, para luego seguir su camino hacia el baño con una sonrisa —que Sehun no notó— plasmada en su rostro.
— Baekhyun, ¿Puedes volver solo? —le preguntó Sehun más que nada rogándole con la mirada, el bajo asintió.

Sehun se levantó rápidamente de la mesa y se dirigió al baño. Notando la situación, el acompañante de Luhan, también se fue. En el interior del baño para hombres de aquella cafetería, se encontraba Luhan, mojándose y mojándose la cara en el lavamanos. Primera vez luego de dos años que actuar —o mentir— se le hacía tan difícil. De repente, Sehun entró al baño, encontrándose a su hermoso Luhan apoyado sobre el lavamanos.

— ¿Acaso pretendes ahogarte? —preguntó sehun, parado al lado de Luhan.
— ¡Mierda, Sehun! —gritó de un salto, se había asustado de verdad.
— Dime porqué volviste Luhan. —pidió el más alto, arrinconando al rubio contra una pared, mientras que posaba su mano derecha en la cintura de Luhan y la izquierda la dejó en la nuca del rubio, impidiéndole escapar.
— Ya te lo dije, ni el país, ni la cuidad te pertenecen. ¿Qué te importa si estoy aquí o no? —dijo Luhan evitando la mirada del menor, sin preocuparse de si entraba alguien o no, él sabía que Sehun había asegurado la puerta.
— Me importa, Luhan, y mucho. —susurró, mientras aprisionaba más al rubio contra su cuerpo cada vez que éste intentaba escapar. — Así podríamos volver a comenzar. —susurró sobre los labios de Luhan y cuando éste lo miró, se perdió nuevamente en los ojos de Sehun. Después de todo lo que había pasado, ¿El menor estaba dispuesto a una reconciliación tras dos años sin verse la cara?
— ¿Lo… harías? —preguntó Luhan inconscientemente, sin darse cuenta de que, prácticamente, estaba aceptando el hecho de empezar de nuevo junto a Sehun.
— Luhan… tú sabes lo que siento por ti. —susurró el castaño, acercando sus labios en busca de los de Luhan, queriendo besar nuevamente aquellos tentadores labios. Sus labios se rozaban y justo cuando Sehun iba a profundizar el roce, Luhan giró su rostro, provocando que Sehun le besara la mejilla. Luhan se tensó enseguida y sintió un su piel entumecer contra su voluntad. Luego, empujó a Sehun y gracias a la distracción que al castaño le había causado aquel rechazo, Luhan se pudo liberar de sus brazos.
— ¿Sentimientos, eh? —dijo Luhan sonriendo con melancolía. — No recuerdo haberte escuchado decir, aunque fuese una vez, lo que sentías por mí. —dijo alzando la mirada, enfrentándose con la de Sehun, éste parecía querer decir algo, pero nada salía de su boca. Al final, se rindió y optó por decir algo distinto.
— Puedo decírtelo ahora, nada ha cambiado desde ese entonces. —dijo Sehun, acercándose al rubio intentando tomar su rostro, Luhan se alejó.
— Ya es muy tarde, Sehun. —y dicho eso, Luhan se fue.

 

Y entonces…


¿Quién dice que la vida quiere tener parejas perfectas y que duren por toda la eternidad, parejas que pasen el día entero juntas, que vivan juntas, que duerman juntas y que estén siempre juntas?

 

La tercera y última vez que se volvieron a ver, durante esa estación, fue cuando el frío se iba y las flores querían comenzar a brotar. Al parecer Luhan no se quedaría permanentemente en Corea, ya que Sehun lo vio, de casualidad, entrando en un hotel. El menor lo siguió. Luhan se acercó a la empleada que atendía la recepción y comenzó a identificarse, Sehun a la distancia lo escuchó todo. Luhan solo se quedaría un par de semanas y se hospedaría en la habitación número 122 la cuál quedaba en el séptimo piso. Sehun sabía que Luhan sufriría viviendo tantos días en un lugar tan alto, Luhan en vez de irse por ascensor, caminó directo a las escaleras y comenzó a subir, en eso, Sehun tomó el elevador. Evadiendo a todo aquel que le preguntaba; ¿Qué haces aquí?

Luhan ya había llegado al séptimo piso, muerto del cansancio, pero no le importaba le servía como distracción. Pero nunca pensó que después de todo, haber subido siete pisos a pie, había sido tan solo una pérdida de tiempo. Sehun se encontraba apoyado en la puerta de su habitación; como si lo estuviese esperando, y así era.


Otra semana y media pasó, ya no se sabe muy bien, quién extraña a quién. Quizás uno de ellos continuaba extrañando al otro, pero del otro, aún no se sabe. ¿Quién sabe si es que esta vez el destino quiere probar suerte e intentar volverlos a juntar nuevamente? ¿Quién sabe si la casualidad se confabula con el destino e intentan juntos volver a hacer feliz a esta… pareja?


— Muévete, quiero entrar. —le dijo Luhan, saltándose la parte en la que le tocaba preguntar: ¿Qué mierda haces aquí?
— Me moveré con una condición. —dijo Sehun. Luhan estaba cansado, él solo quería tirarse sobre su cama y no despertar hasta dentro de tres días más.
— Está bien, habla. —respondió queriendo que el menor se fuese de ahí, pero la condición de Sehun era todo lo contrario.
— Espera, espera. —dijo antes de hacer su petición. — ¿Cómo se que no me estás mintiendo y luego de que me mueva cumplirás el trato? —dijo. Luhan suspiró con pesadez.
— ¿Qué? ¿Quieres que te firme un contrato? —preguntó irritado. Sehun simplemente rió, no conocía ese lado de Luhan.
— Un simple apretón de manos me basta. —le dijo Sehun extendiéndole la mano. — Sé que tu palabra no vale nada, ¿Pero tampoco puedes ser tan falso? —dijo más como una pregunta que como una afirmación.
— No soy falso. —dijo seguro de sí mismo. — ¡Venga que cumpliré lo que digo! —gritó aún más irritado al notar sobre él la mirada dubitativa de Sehun. El castaño tomó la mano de Luhan y cerraron el trato, luego de eso, si no fuera por un tirón de Luhan, Sehun no lo hubiese soltado.
— Entonces, mi condición es que cuando me mueva y te dé el paso, me dejes entrar. —le dijo con una sonrisa. Luhan pensó que fue un idiota al aceptar, justo cuando lo único que quería era dormir un par de horas, se le aparecía tal molestia.
— Maldita sea. —susurró entre dientes. ¿No caería tan bajo como para no cumplir tan insignificante trato, o sí? — Ah… —suspiró. — De acuerdo, te dejaré entrar, ahora muévete. —indicó y Sehun con una sonrisa de oreja a oreja obedeció. En efecto, Luhan sí lo dejó entrar.

Una vez Sehun le dio el paso, el rubio se paró frente a la puerta de su habitación, pensando en sí abrir o no. Tuvo la llave un par de minutos frente a la cerradura, hasta que al final decidió introducirla y girarla lentamente, hasta abrir la puerta. Luhan no alcanzó ni siquiera a sacar la llave de la cerradura, cuando Sehun pasó por su lado y rápidamente entró, dudando de que si no lo hacía Luhan le cerraría la puerta en la cara.

— Vaya que me tienes confianza. —musitó Luhan, cerrando la puerta tras sí, luego de haber entrado a aquella hermosa y —notable a la vista— cómoda habitación.
— De qué te quejas si sabes que no. —dijo Sehun, instalándose cómodamente en la única cama que se encontraba en aquella espaciosa habitación.
— Quítate de ahí, quiero acostarme y dormir. —dijo Luhan en un tono molesto, Sehun se estaba tomando muchas libertades, en un lugar que él pagaba.
— Entonces hazlo. Yo solo estoy sentado. —le dijo con una sonrisa en su rostro.
— Déjate de estupideces y dime qué es lo que quieres. —habló Luhan con un tono lleno de molestia y enfado por la actitud del menor. Luhan se paró enfrente de Sehun.
— ¿Que qué quiero? —dijo Sehun con un tono puramente de seducción, mientras se paraba frente a Luhan y lo tomaba del rostro. — Te quiero a ti, Luhan. —le susurró para luego besarlo, sin darle al rubio la oportunidad de evadir el beso. Pero eso no evitó que Luhan empujara a Sehun hacia atrás, y éste cayese de golpe en la cama. Luhan se le subió encima.
— ¿Me quieres a mí? —susurró Luhan, para luego ser él, quien besara a Sehun, ésta vez de una forma más agresiva y demandante, Sehun respondía gustoso.

Volver a sentir aquellos labios corresponderle, sentir las manos de Luhan paseándose por su torso bajo la ropa, sentir su cadera moviéndose en forma de vaivén sobre el miembro de Sehun, sentir como su lengua invadía el interior dentro de su boca peleando contra la lengua propia. Sentir las lágrimas de Luhan caer sobre sus mejillas… no, eso no se lo esperó.

— ¿Quieres mi cuerpo verdad? —susurró Luhan aún rozando sus labios contra los de Sehun. — Confórmate con eso… porque a mí, nunca más me tendrás. —Luhan juntó nuevamente sus labios contra los de Sehun, creando un inocente beso. — Sehun… —dijo separándose de los labios del menor. — Te entregaré mi cuerpo por última vez esta noche, luego de eso… tienes que prometerme que olvidarás todo lo que pasó entre nosotros.
— No lo haré. —dijo Sehun evitando la mirada de Luhan. — No te prometeré nada.
— ¡Tienes que hacerlo, Sehun! —dijo Luhan alzando la voz, mientras se quitaba todas las prendas que llevaba puestas en la parte superior de su cuerpo. Sehun cerró sus ojos, no quería tentarse. — ¡Mírame Sehun! —dijo nuevamente sonando, incluso, desesperado. Tomó la cara del menor con ambas manos y obligó a éste a mirarlo. — Hazme el amor Sehun. —Luhan lo besó y obligó al menor a poner sus manos en su cintura. — Hagamos el amor… aunque tengas que fingir que me amas. —y nuevamente lo besó, ésta vez obligando a Sehun responderle.


Lo que pasó a continuación, fue algo mutuo.


Y entonces…


¿Qué pasa si la vida decide que es hora de que el invierno acabe y de que llegue la primavera?


Él dice que aún lo ama, y que aunque se odie por aquello, lo seguirá haciendo. Mientras tanto, el otro… ahora ni siquiera él mismo sabe si es que lo que siente es amor o no.

 

 

«Comenzamos a salir a principios de un hermoso invierno,
Sin saber que nuestra relación terminaría al final
De éste tan solo dos primaveras después.»

 

— Entonces, ¿Cuándo volverás? —le preguntaba Sehun a Luhan, el rubio le había dado la triste noticia de que volvería a China.
— Yo… no volveré Sehun. —respondió el chico de cabello color miel, con lágrimas en sus hermosos ojos.
— ¿Q-qué? —preguntó el chico de cabello castaño claro, ambos eran casi del mismo porte, pero Sehun era 2 o 4 centímetros más alto que Luhan. — ¿C-cómo que… no volverás? —preguntó contagiándose de las lágrimas del mayor mientras lo tomaba del rostro, las lágrimas de Luhan bajaron por sus rostro hasta parar en las manos de Sehun.
— Yo… yo q-quería quedarme pero, mi familia… tiene problemas y es mi deber como… hijo… ayudarlos. —decía Luhan, desesperándose al pensar que no volvería a ver a Sehun.
— Pero… los problemas monetarios se arreglan, Luhan. Después puedes volver, yo te ayudaré… —hablaba Sehun acariciándole el rostro, Luhan negaba con la cabeza.
— Sehun… por favor… entiéndeme. —decía el mayor mirando a Sehun a los ojos, el castaño no quería dejarlo ir. — Le he fallado a mi familia toda la vida… no puedo seguir haciéndolo ahora que puedo ayudarles… —decía Luhan intentando convencer al más alto, ahora era Sehun quien negaba con la cabeza. — ¡Sabes que por eso vine a estudiar a Corea! ¡Para serle más útiles a ellos! —comenzó a alzar la voz al notar que Sehun no escucharía palabras.
— ¿Y qué pasará conmigo? —preguntó Sehun, llevando sus manos a la cintura de Luhan, éste le tomó el rostro. Sehun, también lloraba.
— Buscarás a una linda chica que te ame. —susurró Luhan, alzando su rostro para besar a Sehun en los labios.
— No necesito el amor de nadie más… —dijo el más alto abrazando a Luhan por la cintura, mientras que este rodeó con sus brazos el cuello de Sehun.
— Te amo Sehun… —le susurró Luhan al oído mientras continuaban abrazados.
— Te voy a extrañar mucho… —dijo Sehun, una respuesta completamente diferente a la que Luhan se imaginó.
— Y-yo… yo también. —susurró descontento.

 

 

«El comienzo de la nieve…
Termina con el brote de las flores.»

Notas finales:

¡Gracias por leer! Espero dejen sus comentarios para así poder subir la parte dos.

 

Gracias.

 

-HSM


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