Buenas noches a todos mis lectores. Primero que nada lamento haberlos dejado tanto tiempo, pero en el último mes no recibimos ningún caso que mereciese la concentración de Holmes.
Hasta esta mañana. el inspector Lestrad toco a nuestra puerta.
-buenos días sherlock- dijo sin reparar en mi. Mi compañero que estaba enfrascado en un interesantísimo experimento químico, solo le mostro una leve mirada pasajera.
-sale de Baker street, camina dos calles a la derecha, da vuelta, otras tres calles y llegara a scotland yard. Ya se lo dije detective, no esta perdido, y no me necesita para llegar a su oficina.
El policía puso mala cara, odiaba los chistes de mi amigo.
-tómese el asunto con seriedad señor, he venido a traerle un caso en el que, por desgracia necesitamos su ayuda- dijo, extendiendo un folder amarillo, Holmes no tenia intensión de tomarlo así que yo lo recibí, en el se leía:
El cadáver se ha encontrado en la esquina de las calles…, el cuerpo no presenta anomalía alguna, murió por apuñalamiento, 17 puñaladas en la espalda y el vientre. Junto a él se encontró un anillo de lapislázuli.
-un muerto- informe a mi compañero. perezoso pero intrigado tomo el folder, una sonrisa se dibujo en su rostro.
-¿ya saben de quien es el cadáver?- pregunto divertido.
- Johan Miller.
Los ojos de mi compañero se iluminaron, tomo su gabardina, su bufanda y salió corriendo del departamento.
-watson- escuche mi nombre desde las escales.
Tome mi bastón y Salí en su búsqueda.
Al llegar al crucero de las calles, el cadáver seguía intacto. Sherlock atravesó la redada de las cintas amarillas y corrió junto al cadáver, estaba emocionado, demasiado emocionado, se acerco y con su lupa de bolsillo examino centímetro a centímetro el cuerpo inerte y sin vida, seguido, busco huellas en los charcos de sangre y midió la longitud y posición de las gotas con una cinta métrica que siempre lleva en el bolsillo.
-¡brillante! -exclamo- este caso pinta para bueno mi querido Watson.
Un caso tan ordinario no llamaría jamás la atención de sherlock Holmes, el debe de ver una intriga que no se ve a simple vista, pero me limito a preguntarle hasta estar fuera de las líneas amarillas.
-¿Qué es lo especial?
-acaso no lo notas Watson. Entre mas simple el caso mas complejo, ya te lo he dicho antes, los casos mas difíciles a simple vista son los mas sencillos. En cambio y por lo tanto los mas difíciles son los sencillo. Ahora vamos mi querido amigo, tenemos mucho que investigar… llama a wigins que reúna a las fuerzas especiales, los necesitaremos.
Esa tarde Holmes se paso el día frente al computador, indagando la biografía del fallecido en google. Por la noche escuche las cuerdas de su violín que trinaban entre la oscuridad en una melodía agitada y enredada, estaba excitado, este caso realmente prometía.
A la mañana siguiente encontré a Holmes dormido en el sillón como era su costumbre, lo llame a desayunar pero en un aparente estado de coma no contesto. Le deje dormir hasta pasadas las 5 de la tarde, solo dios sabe a que hora durmió la noche anterior. Cuando despertó, con energías renovadas me pidió le acompañase al centro de la ciudad, se cambio, se baño y se arregló de una manera muy peculiar, su ropa era raramente ajustada en informal, pero no olvidó su gabardina y su bufanda tan características.
En completa ignorancia yo lo seguí por media ciudad, en taxi claro, hasta la fachada de un edificio enorme y de carácter victoriano, con ligeros relieves en el pórtico.
Con cuidado toco la puerta, y espero pacientemente.
-buenas tardes- saludo un caballero con traje. se sonrió ante Holmes- por dios, si es sherlock Holmes. -Me miró- y usted es el doctor Watson. Leo sus blogs a diario, espero que tengan una buena historia entre manos porque la espera ya ha sido demasiada.
-hemos venido a dar el pésame por el señor Miller.
El portero nos mira con cariño sonrojado.
-¡oh! –Exclamo sorprendido- ¿lo conocían?.. Entonces deben ser… pero pase, pase señor Holmes una celebridad como usted siempre es bienvenido, en especial con un novio tan guapo.
-oh no. Nosotros no somos… -Sherlock me tapa la boca.
-perdónelo aun no lo admitimos frente a la prensa, mi novio y yo somos un poco reservados -Mis ojos se agrandaron como platos “novios”, ¿que significaba eso? Me tomo por la solapa del saco y me susurro al oído- sígueme la corriente. No temas querido, aquí todos nos aceptan como somos. Dice pasando su mano alrededor de mi codo.
Incomodo y consternado por mi nueva adquisición de pareja, camino sin prestar atención, la sala era blanca, similar a una de órgano de gobierno, los pisos de imitación de mármol y las paredes blancas daban un aspecto de clínica o asistencia social, los pasillos estaban repletos de hombres, que vestidos de negro, lloraban amargamente la perdida de un ser querido. Por obvias razones no había un féretro ni un ataúd, en su lugar una enorme foto ocupaba el espacio central de un podio. Entonces lo reconocí era Miller, johen Miller, me aferre al brazo de Sherlock.
-buenas tardes, gracias a todos por venir –dijo un muchacho de no mas de 19 años, que recién había subido al podio- unos cuantos chicos de la casa de asistencia han venido para dar su pésame personalmente, Alex- llamó al muchacho con la mano. Un chico pequeño si tuviese los 16 cumplidos seria mucho.
-quiero darle las gracias al señor Miller –comenzó, rompiendo en lagrimas- por ayudarme… ayudarme a aceptarme como soy, y por darme la oportunidad de ser feliz, sino fuera por el ahora mismo estaría sin hogar, sin familia, y… y… no habría conocido al amor de mi vida. Otro joven de una edad temprana lo abrazo y deposito un tierno beso en los labios, dándole apoyo y seguridad.
- ¿a ustedes también los ayudo?- pregunto el señor que nos había conducido hasta ahí
-si..- dijo con voz melosa mi compañero, vaya que era un gran actor- a aceptar lo nuestro, en especial a Wats… a John. El lo tubo mas difícil, por la milicia y eso.
Los ojos se enfocaron en mi, sonrojado desvié la vista
-si nos disculpa- señale- debemos irnos. La noche es larga y el camino tedioso.. vámonos “amor” –dije con sorna- debemos llegar a casa.
Apenas saliendo del edificio lo tome por los hombro con brusquedad.
-Explícate- le exigí