Capítulo II: La llegada del tutor
Aparentemente el primer día de su segundo año en la secundaria de Kokuyo, iba a ser completamente aburrido, ni siquiera había tenido ganas de golpear al atolondrado que había tenido la desfachatez de chocar con él, un claro suspiro salió de los labios de Mukuro.
Mukuro, comenzaba a aburrirse y pero aun así no dejaba de mostrar aquella sonrisa juguetona en su rostro, en ese momento se encontraba en la sala del consejo estudiantil, acompañado por sus subordinados, primero se encontraba el imperativo Ken Joshima, rubio de cabellos alborotados y de ojos color café. El que actuaba como niño pequeño, asegurando que se encontraba aburrido. Y por último tenemos al chico con gorro, llamado Chikusa Kakimoto, el chico era serio y antipático pero eficiente, su cabello de color negro como el ébano y de ojos de color azul, Chikusa tenía un tatuaje en forma de código de barras ubicado en su mejilla izquierda, mientras acomodaba sus lentes por el puente, le leía a su líder los planes para el día de hoy.
— Por último. —Se escuchaba la voz de Chikusa— se rumora que el siguiente líder de Vongola está viviendo en Japón, la información aun no es cien por ciento confiable.
— Interesante —dijo Mukuro— tendremos que investigar que tan confiable es esa información. ¿Algo más que sepas Chikusa?, —pregunto el chico con peinado de piña.
— Si al parecer enviaron al mejor hitman del mundo a entrenarlo.
— Te refieres al arcobaleno del sol, si no me equivoco. —Dijo Mukuro pensativo mientras en su rostro se dibujaba una clara sonrisa, aquellas sonrisas que se aparecen en los rostros infantiles cuando van a cometer alguna travesura.
— Sí, aunque según los rumores se dice que la maldición que yacía puesta sobre los arcobalenos fue rota, y han dejado de tener la apariencia de bebes. —Dijo rápidamente Chikusa— además, se desconoce como son los arcobalenos en su forma original antes de romper la maldición.
— Kufufu, parece que será divertido. —Sonrió Mukuro.
*** *** ***
La secundaria de Kokuyo era completamente diferente a como se la había imaginado Tsuna, aparentemente todos en Kokuyo estudiaban arduamente, eran vándalos y estudiosos era una rara situación. Cuando pregunto el motivo por el cual se esforzaban estudiando, simplemente contestaban: — Si obtenemos bajo índice de aprendizaje, Mukuro-sama, nos matara.
Ahora que Tsuna, lo pensaba detenidamente, no sabía cómo era el tal Mukuro. Aunque en su loca imaginación se imaginaba a Mukuro como alguien serio y despiadado. Tsuna, solo había escuchado los rumores acerca del gobernador de la secundaria de Kokuyo, cabe destacar que algunas de las invenciones de los alumnos eran demasiado fantasiosas y un tanto poco creíbles, pero Tsuna a veces o mejor bien dicho casi siempre era ingenuo y crédulo.
*** *** ***
Mientras tanto en la actual residencia Sawada, el hombre de fedora se encontraba frente a la residencia actual de la familia Sawada, toco el timbre y espero un par de segundos hasta que escucho unos pasos ligeros acercarse a la puerta, y entonces ateniendo el llamado a la puerta acudió Nana Sawada.
— ¡Buenos días! —saludo de manera cordial la castaña.
— ¡Boun giorno! —respondió el extraño.
— Es extranjero. —Pregunto la castaña, al escuchar aquellas palabras — es francés, —pregunto Nana.
— Sí soy extranjero, y no soy francés, soy italiano.
— Ara, y ¿qué es lo que se le ofrece?, —pregunto amablemente la mujer.
— Soy el nuevo tutor de su hijo… —Respondió el hombre con simpleza, — déjeme presentarme mi nombre es Reborn.
— Ara, pero yo no solicite ningún tutor, —dijo confundida la castaña.
— Perdone, se me olvido decírselo me contrato su esposo Iemitsu. Aquí le entrego la carta que me encargo su esposo. —Dijo el hombre de fedora mientras le extendía una carta a Nana.
El sobre era blanco, e inmediatamente Nana, noto la letra de su esposo sobre la carta, ciertamente era la caligrafía de Iemitsu, sin dudarlo Nana abrió el sobre y comenzó a leer la carta.
Querida Nana:
Espero quete encuentres bien, mientras tanto yo me encuentro en la Antártica investigando acerca de un posible deposito petrolero. Espero que Tsuna y tú se encuentren bien, por cierto le comente a mi jefe espero que aún lo recuerdes, lo lleve una vez a comer a casa, Tsuna aún era muy pequeño, recuerdas que lo llamaba abuelo, pues veras querida Nana, le conté a Timoteo acerca de que Tsuna necesita un tutor con urgencia, y e me sugirió contactar con Reborn es el mejor tutor del mundo. Afortunadamente Reborn acepto e cuanto de lo pidió mi jefe…
Por cierto Reborn, se quedara a vivir con ustedes… Espero que se lleven bien…
“Besos y abrazos Iemitsu”
Atte. Iemitsu.
Posdata: Te extraño Nana, a la menor brevedad regresare a casa…
Después de leer la breve carta, Nana invito a Reborn a pasar a casa, el hombre de las patillas risadas lo siguió Reborn solo llevaba una maleta, con él y al parecer a un pequeño camaleón el cual se encontraba sobre su fedora. De inmediato Nana guio a Reborn a la sala, la castaña lo invito a sentarse en la sala mientras ella se dirigía a la cocina a preparar algo para ofrecerle a su invitado, mientras Reborn se sentó en el sillón, miraba la casa la cual era acogedora, se notaba que el lugar había sido completamente decorado por Nana.
Un par de minutos después regreso Nana, con una bandeja sobre en las manos, en la cual traía un cafetera acompañada de unos pequeños aperitivos, a Reborn le llego el agradable aroma de aquel café, ni muy dulce ni muy amargo justo como le gustaba tomar el café a Reborn.
*** *** ***
Mientras tanto en ese mismo momento, solo que en la secundaria de Kokuyo, se encontraba Tsuna comenzando a bostezar durante la clase de matemáticas, comenzaba a cabecear cuando de repente el profesor lo llamo para que pasara a resolver un ejercicio en el pizarrón.
— Sawada —llamo el profesor un tanto molesto al ver que su alumno no le prestaba atención, — Sawada. —Volvió a repetir el profesor más molesto, ¡Sawada! — dijo el profesor con voz alta, haciendo que Tsuna se levantara de golpe, mientras los demás sonreían con burla por la torpeza del castaño.
— ¿Qué ocurre? —dijo totalmente desconcertado el castaño.
— Sawada, pasa a resolver el ejercicio. —Ordeno el profesor.
Sin más remedio que obedecer las órdenes del profesor, Tsuna se acercó al pizarrón totalmente temeroso, miro el ejercicio el cual prácticamente parecían jeroglíficos, no entendía ni “jota” de lo que se trataba el problema en cuestión.
— ¿Y bien? —pregunto el profesor, ya impaciente al ver que Sawada no comenzaba a escribir nada en el pizarrón.
— Es que no entiendo en problema. —Contesto Tsuna totalmente nervioso.
— Acabamos de resolver un ejercicio muy similar a este, Sawada, pero me imagino que no has prestado atención suficiente, y te parecen tan aburridas mis clases que prefieres dormir. ¿O me equivoco?
— Perdón. —Fue lo único que se excusó a responder Tsuna.
— …….. —El profesor suspiro frustrado. — Regresa a tu asiento Sawada.
El resto de las clases transcurrieron de manera normal, y cuando las clases se dieron por finalizadas el primer día, Tsuna agradeció a todos los kamis habidos y por haber, bueno tal vez el castaño estaba exagerando un poco en realidad su primer día en Kokuyo no había sido tan terrible como lo había imaginado. Para empezar cuando llego a se tropezó con alguien, quien amablemente lo había casi ignorado, después tuvo que comprar el almuerzo algunos de sus compañeros del salón, en las clases hubo muchas cosas que no comprendió pero bueno, ahora regresaría a casa en una pieza completa.
Tsuna iba caminando por los pasillos de Kokuyo, suspiraba con algo de pereza y cansancio, después de todo el primer día de clases siempre era agotador, y en especial cuando es una nueva escuela, caminaba cuando de pronto se detuvoal observar hacia donde se encontraba reunidas muchas alumnas y alumnos, Tsuna dirigió su mirada desde la ventana después de todo se preguntaba qué es lo que los alumnos veían con tanto ahínco, y ahí fue cuando lo vio a un hombre de apariencia sospechosa, en realidad parecía un yakuza y al mirar a aquel sujeto no le dio un buen presentimiento, miro un poco más detalladamente al sujeto, claramente pudo observar aquellos cabellos negros que se encontraban bajo ese sombrero de aspecto mafioso, vio los afilados ojos cafés aquellas patillas rizadas, sin duda presentía que algo malo ocurriría pronto.
Cuando Tsuna llego la entrada principal de Kokuyo, el hombre comenzó a caminar en su dirección, el castaño fingió demencia y comenzó a caminar a pasos apresurados y torpes, el mayor se dio cuenta de que su presa se estaba alejando y sonrió con malicia.
— Sawada Tsunayoshi —dijo aquel hombre ocasionando que el castaño se detuviera en seco.
Tsuna, se dispuso a ver a aquel hombre, en definitiva le daba miedo aquel sujeto, además de que se preguntaba “¿Cómo era posible que aquel hombre supiera su nombre?”
— Sí..ííí—dijo Tsuna mientras las rodillas le temblaban, y su voz se entrecortaba— ¿En qué puedo ayudarlo?
— De hecho es al revés —dijo el hombre de traje con total calma y voz clara y concisa— mi nombre es Reborn y soy el mejor hitman del mundo.
— ¿Hitman?
— No preguntes lo que te estoy diciendo, he sido enviado por el noveno líder de la familia Vongola.
— ¿Vongola?, ¿es una clase de almeja?—cuestiono el castaño.
— ¡Qué no repitas y cuestiones lo que dijo dame-Tsuna ¡la familia Vongola es la principal familia mafiosa de Italia, y me han enviado para que te conviertas en el futuro líder de Vongola!.
— Sí, es una broma paso, además porque tendría que ser un líder mafioso. Soy una persona común, ni siquiera me gusta la violencia, si esa es tu oferta te diré que la rechazo así que puedes regresarte a Suiza o donde quiera que seas que hayas venido.
Reborn, suspiro, por lo menos el Décimo tenía algo de determinación, pero él era Reborn era tan temido como respetado, aunque claro le gustaba ser más temido al hitman. Tomo al pequeño camaleón que se encontraba sobre su fedora, instantáneamente aquel pequeño ser verde se transformó en un arma, Tsuna se preguntaba si aquel era un loco sueño, posiblemente estuviera soñando puros disparates, por lo que comenzó a caminar, hasta que sintió como algo rozaba su mejilla derecha, cuando regreso su mirada hacia el susodicho Reborn, pudo notar como de la pistola aun desprendía un poco de humo “Una bala”, fue lo que pensó Tsuna, y su mejilla dolía “Diablos este o era un maldito sueño” concluyo Tsuna con terror mientras miraba al hombre de la fedora sonreír de oreja a oreja.
— Escúchame bien dame-Tsuna, porque solo lo repetiré una vez, no me interesa que te niegues a convertirte en un líder mafioso, porque a mí me enviaron a que te convirtiera en uno así tenga que obligarte, número dos se hace lo que yo dijo, y por ultimo tu no me ordenas nada, al único al que obedezco es al noveno a Vongola Nono. —Dijo amenazante Reborn, mientras Tsuna estaba en un mutismo total.
— Pero yo no estoy relacionado con la mafia, ni siquiera soy italiano. —Dijo titubeante el castaño.
— Mira esto. —El hitman le extendió un trozo de papel a Tsuna.
Tsuna miro el papel de aspecto viejo, ya que el color amarillo de aquel pergamino, comenzó a leer con dificultad aquel trozo de papel antiguo, sin duda alguna era “un árbol genealógico”, leyó claramente los nombres de sus padres y bajo el de estos aparecía el suyo.
— Imposible, —murmuro para sí el castaño.
— Así es dame-Tsuna, eres el descendiente directo de Ieyasu Sawada, el fundador de Vongola. —Dijo Reborn mientras sonreía.