La nevada de la noche había cubierto la mayor parte de la ciudad. El bonito paisaje blanco se divisaba desde la ventana del joven recién levantado, quien dejaba sus cobijas y se ponía de pie.
Un golpe sordo lo terminó de despertar.
-Ichi-ni, Rukia está en la puerta buscándote, viene con Grimm.
-Diles que entren.
-Ya entraron- gritó Karin desde la planta baja.
-Mierda. Yuzu, espérame abajo.
-¡Si!- le sonrió a su hermano y bajó dando saltitos.
Se vistió con lo primero que encontró: un pantalón negro, una camisa de cuadros azul y negro y sus eternos zapatos azules.
Bajó corriendo, trastabillando y jadeando llegó a la sala, donde lo esperaban sus mejores amigos... Bueno, su mejor amiga y su eterno enamorado.
-¿Qué Ichigo? ¿Nervios por los muérdagos?
-Muérete Rukia.
-¿Qué hay, idiota?
-También me da gusto verte, Grimmjow.
-Listo, ¿no?
-Casi, me falta desayunar.
-Ichi-ni, tu desayuno está en la mesa.
-Gracias Yuzu.
Se sentó en la mesa y comió apresurado para poder ir con ellos a... Donde sea que fuesen. Terminó y dejó los platos en la cocina. Subió a su habitación por dinero para comprar la comida de año nuevo, mientras tanto Grimmjow y Rukia lo esperaban en la puerta.
-Entonces... ¿Cuántos trajiste?
-Tengo cinco, el maldito de Ichigo no se puede escapar.
-Recuerda que una vez uses uno no lo puedes volver a usar, pierden la magia.
-¿Vienes tu a hablarme de magia?
-¿No crees en ella? Entonces dámelos...
-¡No! Mis muérdagos.
-Bien.
-Listo- cerró la puerta de su casa al tiempo que Grimmjow guardaba los muérdagos en su bolso- ¿nos vamos?
-Si, Renji nos está esperando con Ishida e Inoue.
-Y Chad, ¿no va a ir?
-Llega después, apurémonos- la chica empujó a los muchachos fuera del porche y los enterró en la nieve. Caminaron por el andén disfrutando de la nevada. Tarde Rukia se dio cuenta. -Ichigo, tu suéter hace juego con los ojos de Grimmjow- anotó ante el color de la prenda. Se tornó rojo do pena.
-¡¿Qué dices...?! ¡Mierda! ¡Es cierto!
-Idiota.
-¡No te burles Grimmjow, tu bufanda es naranja y tienes un collar de fresas!
Dejó de reír y burlarse para darse cuenta que era cierto. Maldición.
-¿Y qué?- respondió intentando retarle.
-Pues... ¿Para qué quieres eso si puedes tenerme?
-¿Qué?- cuestionó Grimmjow.
-¿Qué?- se defendió Ichigo.
-¿Qué?- añadió Rukia.
-No me diste tiempo de pensar algo lógico.
-Dejen así. Llegamos.
-Ah- Grimmjow suspiró- demos inicio a esto.
1. Acto uno: usualmente se sostiene en la mano, ¿no?
La salsamentaria era enorme y miles de hileras de neveras contenían tantas variedades de jamones que Grimmjow no cabía en si, saltaba y babeaba como gato que era.
-Grimmjow, compostura.
-Calla Ichigo- lo que en realidad intentaba ocultar tras su cotidiana actitud era su devanar de sesos mientras buscaba un lugar para besar al tonto fresa que tenía al lado.
-Kurosaki-kun, Grimmjow-kun, Kuchiki-san necesita preguntarles algo.
-¿Rukia? Vamos.
Siguieron a Orihime por los pasillos y llegaron donde Rukia y Renji discutían sobre un jamón.
-Ustedes, qué dicen, ¿cordero o cerdo?
-Toda la vida cordero- murmuró Renji.
-Cerdo- dijo Rukia con doble intención- ¿y...?
Los chicos se miraron y sonrieron.
-Ambos- y voltearon para seguir mirando.
Los pasillos se alargaban y se juntaban todos en una pequeña plaza decorada con un árbol grande en cuyo tronco falso se enredaban nimias luces de colores y de las ramas caían bolitas de vivos colores. Se acercaron y Grimmjow vio su oportunidad. Sacó un muérdago y lo sostuvo tras la espalda.
-Ichigo- lo llamó y el interpelado volteó, se detuvieron bajo el árbol. Grimmjow alzó la mano y colocó el muérdago sobre sus cabezas- ¿sabes qué es esto?
-No soy imbécil- susurró alzando su rostro y empinándose para alcanzar los labios del pantera, quien se agachaba para alcanzar los de Ichigo.
-¡Ichigo! ¡Grimmjow! ¿¡Holandés, mozzarella o doble crema?! Uy... Mierda, lo siento- Rukia se dio la vuelta y se fue como si nada. Pero paró y lo miró- recuerda que ya no sirve.
Grimmjow dejó caer el muérdago y suspiró.
-¡Maldita enana desgraciada!- y persiguió a esa ratona que cargaba quesos con ganas.
2. Acto dos: ¿y si lo cuelgo?
La cava olía a vino por todos lados. Renji llevaba el carrito donde habían echado las bolsas de la salsamentaria y metían las botellas.
La decoración del sitio del llamaba la atención al ser hilos de los cuales pendía un gancho en el cual se colgaban las botellas de vino.
Grimmjow tuvo una idea y bajó una botella, dejando libre el gancho, donde puso el muérdago y le hizo señas a Rukia que ella entendió. "Accidentalmente" empujó a Ichigo al lado de Grimmjow, quedando ambos bajo el muérdago, de nuevo.
-¡Beso!- les gritó la enana.
-Si será...- susurró Ichigo mientras, de nuevo, acercaba sus labios a los del pantera.
Grimmjow posó sus brazos sobre los hombros de Ichigo, aun con la botella entre su mano derecha.
-¡Ponga ese vino en su sitio si no lo va a llevar!- les gritó el dependiente tras el mostrador de quesos extranjeros, deteniendo el beso.
-¡Me lo voy a llevar!
-¡Entonces pague!
-¡Mierda!
-Yo no fui...- le susurró Rukia mientras se acercaba con la botella y sacaba la billetera.
3. Acto tres: que me ayude.
-Rukia, tienes que hacer algo. Tienes que ayudarme.
-Deja pienso.
-Gracias.
-Oye Grimmjow, ayúdame con esto- Renji traía varias bolsas con fruta- deja esas ahí y ve a ayudar a Ichigo que trae mas.
Se encaminó donde estaba Ichigo, con Ishida e Inoue, ¡no necesitaba ayuda! Pero aun así, como buen chico que quería ser pero no lograba, le ayudó.
Una melodía de jazz con swing comenzó a invadir el ambiente y Renji y Rukia comenzaron a bailar de manera teatral. En un momento dado, Renji alzó a Rukia por la cintura y ella, como bailarina, levantó sus brazos y piernas y en su mano derecha extendió el dichoso muérdago entre los chicos.
Se sonrieron y se acercaron.
-¡Hime!- Chizuru se lanzó cual cohete sobre Orihime, llevándosela al suelo junto con Ishida, quien la tomaba de la mano, cayendo sobre Grimmjow, Ichigo, Renji y Rukia. Chad llegaba detrás de la causante del desastre, junto con Tatsuki.
-Perra...- susurró Grimmjow mientras intentaba reprimir sus deseos carnales al tener a Ichigo de manera sugerente sobre su cuerpo.
4. Acto cuatro: mío.
Después de haber almorzado siguieron su camino hacia un café cercano para tomar un postre y descansar.
Se sentaron en el sofá y con la vieja técnica de los brazos sobre los hombros, pasó uno sobre los de Ichigo y con la otra mano por encima de su cabeza, alzó el muérdago. Lo situó un medio de ambos y... Desapareció.
-¡Mío!- gritó Chizuru corriendo con el muérdago en las manos, persiguiendo a Orihime.
-Perra- susurró de nuevo, persiguiendo a la pelirroja.
5. Acto cinco: lo tenía.
Ya se estaba desesperando. Había perdido cuatro de los cinco muérdagos que había conseguido y no había logrado besar a Ichigo.
La tarde caía, la tarde del último día del año. Lo pasarían en casa de Rukia. Irían todos, incluso la familia de Ichigo.
Byakuya había llegado luego de que salieran del café.
-Nii-sama, hemos acabado las compras- le sonrió con picardía.
-Gracias Rukia.
-¡Byakuya!
-Kurosaki Ichigo, no aprendes, ¿verdad?
-¿Qué hay?- le palmeó la espalda Grimmjow mientras lo saludaba.
-Y tu menos...- retiró la mano de Grimmjow de su hombro.
-¿Qué? No tienes espíritu, flacucho escuálido.
-¡Grimmjow!
-¿¡Qué?! Es la verdad, por favor Ichigo, míralo, ¿qué mierdas le vio Renji?
-¿Qué le viste a Kurosaki Ichigo?- le susurró en el oído al pantera y se alejó.
-Maldito...
Ichigo lo miró pero no dijo nada.
Grimmjow miró a su alrededor y se fijó que los habían dejado solos así que aprovechó.
-Ichigo, yo quería...- metió la mano en su bolsa para encontrarla vacía- ¡¿ahora donde está?!
-¿Grimm?
-¡Mierda! ¿Dónde...?- miró a su alrededor y vio a Renji, quien le llegaba por la espalda a Byakuya y le deslizaba el muérdago restante sobre su cabeza. También vio como Byakuya sacudía la cabeza y sonreía imperceptiblemente y finalizó por besarle, tomando su cuello y enterrando sus dedos en su pelo.
-Maldito sea...- cerró sus puños y se fue al baño para calmarse con algo de agua fría.
6. Acto seis: lo que importa es "muérdago".
Había acompañado a Ichigo a su casa para recoger a su familia y llevar algunas cosas faltantes. La tarde caía en picada y Grimmjow buscaba desesperado una manera de besar al chico que caminaba despreocupado a su lado. Para él mismo era sabido que estaba enamorado por completo de Ichigo, pero su inseguridad era palpable y ¡mierda!, que no sabía que hacer con ello, por eso había buscado los muérdagos, la simple palabra le hacía pensar en besarle... ¿Palabra? ¡Eso era!
-Ven- lo tomó de la mano y lo metió al parque por donde iban pasando. Cogió una piedrita del suelo y rayó un tronco- ahora si- lo miró- lo importante es "muérdago", ¿no?
-Si- miró la palabra garabateada y se puso en puntitas.
Se besaron sonrientes y cuando se juntaron, soltaron una tenue carcajada que logró relajar mas el momento. Grimmjow tomó la cintura del chico y lo atrajo a si, mientras que Ichigo abrazaba su cuello y alcanzaba mas sus labios.
Consumaron un te quiero escondido bajo una sola palabra: muérdago.
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