FELIC NAVIDAD BOCCHAN
CIEL POVE
Es una mañana fría, la puedo sentirla a pesar de que estoy metido en mi cama, y que la ventana este cerrada. Encojo mis piernas a mi pecho para tratar de darme un poco de calor pero es inútil.
Siento como abren la puerta, y sin temor a equivocarme sé que es Sebastian que viene a despertarme, siento su mirada sobre mí, pero el frío es mayor y no quiero moverme y menos aún levantarme.
- Buenos días Bocchan, es hora de levantarse – me dice acercándose a las cortinas y abriéndolas con un sutil movimiento
- …- no respondo el frio ha aumentado, solo atino a tiritar
- Vamos bochan sé qué hace frio pero debe cumplir con sus obligaciones, recuerde que hoy es navidad y que hoy más que nunca necesita usted estar al frente de la compañía – responde con su tono de responsabilidad
- Ya oí Sebastian – le dijo para al fin levantarme
- Feliz navidad Bocchan – me dice acercándose a mí, rodeando con sus manos mi frio cuerpo
- Feliz navidad Sebastian – le respondo a su abrazo buscando su calor
- No me va a dar mi beso de los buenos días – pregunta con esa estúpida pero sensual sonrisa
- Cállate Sebastian – le digo mientras me libro de sus brazos – ya te lo he dicho, el hecho de que me ames, no significa que yo te voy a corresponder
Así era la situación, hace unos días Sebastian se me había declarado, sin embargo yo no sentía lo mismo, no era que lo odiara, pero simplemente no podía quererlo de la manera en la que él me quería, y eso se había puesto algo molesto. Ahora Sebastian se la pasaba casi acosándome cuando puede, y esto realmente me está molestando, pero no quiero que Sebastian se aleje de mí, lo necesito a él para cumplir mi venganza, por ello, no lo he rechazado como es debido, y por lo tanto el aún tiene la esperanza (si es que los demonios la tienen) de que aún le pueda corresponder.
Veo que esta triste, lo sé pero no puedo hacer nada
- Lo se joven amo – me responde, Dios esto es demasiado molesto
SEBASTIAN POVE
- Lo se joven amo – respondo. Lo amo tanto, y tengo aun la esperanza de que me corresponda, pero a este niño, que ha perdido el amor desde pequeño cuando perdió a sus padres, aun no es como hacer para que él también me ame. Nunca había estado en esta situación, nunca me había enamorado, es más, estaba convencido de que los demonios no podíamos sentir ninguna clase de sentimientos, y menos amor. Pero este niño, mi niño, porque ahora es mi niño, me tiene como un joven enamorado por primera vez… aunque no soy un joven en edad, es mi primer amor. Y lo que más deseo es probar sus labios, pero no quiero que solo sea un beso sin nada de sentimientos, por ello primero hare que me ame y después esos labios serán míos
- Sebastian despierta – me dice con su habitual voz, al parecer me ha estado llamando desde hace un tiempo, ya que veo un ligero fruncimiento en su cara
- Lo siento joven amo, me distraje – se sorprende, puedo ver su reacción
- Sebastian, escucha, no puedes faltar a tu condición de mayordomo perfecto y “distraerse” no puede ser algo que te vuelva a suceder, entendido – me dijo seriamente, se bajó de su cama ya cambiado y se dirigió al comedor – espero que al menos mi desayuno esté listo
- Claro que lo esta joven amo, y disculpe la distracción de esta mañana, no volverá a suceder Ciel – digo su nombre, me encanta su nombre, pero veo como se tensa, no le gusta aquella confianza
- No te tomes la confianza Sebastian – veo como reanuda su caminar
CIEL POVE
Desde cuando se toma tanta confianza este maldito, aunque mi nombre en su voz no queda nada mal, pero no, no puedo permitirlo.
Sigo caminando llegando a la mesa, me siento en la silla y comienzo a desayunar, esta delicioso, me encanta su comida, y lo sabe, trato de disimular poco la delicia que me preparo pero el lee mis movimientos.
- Me alegro que sea de su agrado – me dice con esa estúpida sonrisa fingida
- Quita tu sonrisa Sebastian, que bien sabes que no me gusta que sonrías fingidamente – le dijo – sé que te burlas de mi
- Claro que no joven amo – se escusa con desesperación – solo me hace feliz que a usted le guste lo que le preparo
- Obvio menso, eres un demonio, cocinar es cosa simple para ti – le dijo algo molesto, no me gusta la situación
- No era esa mi intención – veo su tristeza tratada de ser disimulada
- Lo siento, gracias por el desayuno Sebastian, en verdad estaba rico – le dijo seriamente, veo como se sorprende y me iba a decir algo para molestarme y lo interrumpo – no, y no te estoy mostrando mi debilidad, solo es gratitud
- Como diga joven amo – me responde con sinceridad y larga una sonrisa, lo sé porque no hay gota de burla en su voz
Subo a mi despacho para hacer algo de trabajo, Sebastian tenía razón, en navidad siempre los papeles aumentaban, era como si todo el mundo esperara a esta fecha para acumularme le trabajo, pero bueno al menos me puedo distraer de Sebastian un poco, o al menos eso pienso, pero oigo la puerta
- Adelante – respondo
- Bocchan llegó una carta de la reina – me dice estirándome una bandeja de plata con una carta en el medio
- Ábrela Sebastian – toma la carta en sus manos y con el cuchillo especial la abre y empieza a leer
- Pues Bocchan – me dice con una cara realmente normal – al parecer solo es una carta para desearle feliz navidad y para invitarlo a usted al baile anual de la nieve
- Uhmm… no tengo muchas ganas de ir – le digo con una mirada de fastidio
- Ah, es cierto a usted no le gustan esos eventos… o será que no quiere que nadie vea su gran habilidad para el baile? – me dice con tono de burla
- Sebastian respétame, y no es por eso, el hecho de que no sepa bailar no es la causa importante en esto, so-solo no tengo ganas- le digo escondiendo mis ojos entre mis cabellos y girando mi silla para evitar su mirada inquisidora
- Oh, sí como diga, pero… - se calla y rápidamente se pone a mi lado – yo podría enseñarle a bailar, usted sabe que yo más que nada quiero ayudarlo Bocchan – me responde con sus ojitos como rogándome que aceptara, odio esa mirada es ridícula pero me enternece en él.
- Diablos, está bien – acepto poniéndome de pie
- Es que Bocchan, realmente no puede soportar mi mirada – me dice soltando risitas
- Cállate Sebastian – le dijo completamente rojo – antes de que me arrepienta – el solo rió
AUTORA POVE
Sebastian tomo de una mano a Ciel mientras que la otra la ponía en su cintura, Ciel estaba rojo, y poniendo su mano en el hombro de Sebastian, empezó la música
- Eres muy alto – le dijo el menor tratando de seguirle el paso
- Es que usted es muy pequeño joven amo – le dijo el ojirojo
- Sebastian deja de molestarme con eso – le dijo el menor ya cansado que siempre su mayordomo se fijara en el porte, apenas tenía 12 y ya igual seguiría creciendo. Ciel se quedó estático, dejo de bailar
- Joven amo.. – trató de decir Sebastian
- Si tanto estas desconforme con mi estatura, porque te enamoraste de un “enano” como yo, ahora entiendo que no es cierto tu amor hacia mí – le dijo el menor soltándose del agarre y dirigiéndose a la puerta
- Joven amo, espere – le tomó Sebastian por el hombro evitando que Ciel se marchara
- Aun no acabas de burlarte? – le dijo con sarcasmo el menor
- No, Bocchan no fue esa mi intención por favor no este triste – respondió el mayor haciendo que Ciel girara. Sebastian creyó que su amo iba a tener su carita triste y eso lo hacía sentir mal pero eso no fue lo que esperaba
- Triste tu abuela Sebastian, porque voy a estar triste por los comentarios de un estúpido mayordomo? Ja, estás loco – le respondió con orgullo
Sebastian estaba que no encajaba en esa reacción, sin embargo le molesto un poco el comentario de su joven amo, pero no podía reclamarle, había sido su culpa
- Perdone joven amo – le dijo el mayor para soltarle el agarre
- Si como sea – continuo Ciel con su camino dirigiéndose al jardín
- Por cierto, Sebastian, no pienso ir a ningún baile – le dijo desde el pasillo
- Eh? pero por qué? – le dijo el mayor dándole alcance
- Porque prefiero quedarme aquí en casa, la noche de noche buena – le dijo con indiferencia
- Pero debe haber alguna razón – pregunto el mayor con curiosidad
- Es que no puedo quedarme en navidad en mi casa, junto a ti y mis sirvientes?, algún problema con quedarme en mi mansión? – le dijo el menor molesto
Para Ciel simples palabras pero para Sebastian una verdadera alegría, el que Ciel quisiera celebrar navidad con sus sirvientes era un gran avance
- De todos modos pienso agradecerles por su arduo trabajo y que mejor con una reunión entre mmm… no puedo decir familia porque no lo son pero digamos entre personas allegadas?, si eso podría ser – Sebastian era feliz y gustoso se dirigió a preparar algo para esa noche
Después de varias horas, la mansión estaba decorada con bombillos, cintas, luces, un árbol gigante con miles de adornos y regalos a sus pies. Sebastian se dirigió al cuarto de Ciel
- Bocchan, voy a cambiarlo – le dijo el mayor entrando por la puerta y encontrándose con Ciel envuelto en un lazo azul por todo el cuerpo, y con su camisa desabotonada y desarreglada. Evitó carcajearse, se veía adorable – pero Bocchan que trata de hacer, mire como quedó
- Cállate Sebastian y ayúdame a quitarme esta cinta – le respondió al borde de la locura, parecía que mientras más se zafaba mas se enredaba
- Tranquilo joven amo – respondió el mayor acercándose
- Es-espere… Jo-joven amo… no si es....no se mueva … joven… amo si se sigue moviendo… nunca… no espere… no nos lograremos desatar – Sebastian tratando de ayudar a Ciel, y tratar de desenredarlo, él termino enredado también en la misma cinta
- Sebastian, tenía que desenredarme no enredarte conmigo – le dijo el menor divertido
- Lo se joven amo, pero es que usted se mueve demasiado – le dijo el mayor con el mismo tono divertido
- Mooo, Sebastian, haber jala de ahí – Sebastian hizo caso a lo que su Bocchan decía, pero el pedazo de cinta que jalo era el que estaba enredado en el pie de Ciel, por lo que al jalarlo Ciel perdió el equilibrio y cayó al suelo jalando a Sebastian con él – auch
- Lo siento joven amo – dijo el mayor tratando de levantarse pero no podían, esa situación se estaba enredando más
- Jajajajajajaja – si aquello que se oía era la risa de Ciel, Sebastian abrió más su ojos al oírlo, era hermoso, Ciel reía encantado, Sebastian no quería arruinar el momento, por lo que solo sonrió, y espero a que el menor se tranquilizara
- Que es tan divertido Bocchan? – Sebastian uso de nuevo su habitual voz
- Jajaja, lo siento Sebastian es que fue gracioso eso, jajaja – le dijo el menor – pero ya levántate – le dijo el menor viéndolo directamente, recién allí se daban cuenta de la cercanía en la que se hallaban y ante eso Ciel se tenso
- Por si no se ha dado cuenta joven amo, he intentado levantarme pero al parecer no puedo mover mi pierna ya que al hacerlo su brazo se levanta, lo ve – en efecto, era como decía Sebastian, y con ese comentario Ciel se relajó un poco
- Y ahora como nos zafamos – dijo el menor
- No se mueva joven amo y cierre sus ojos – le dijo el menor acercándose un poco
- No… espera Sebastian, que haces, no aléjate – le grito y giro su rostro hacia otro lado
- Bocchan no es lo que piensa, así que no se preocupe, nunca haría algo que usted no quisiera – le respondió el mayor – lo amo tanto que no quiero hacer nada para que me odie
- Sebastian – susurró el menor
- Así que confié – el menor hizo lo que el demonio le pidió, en un 2 x 3 ambos estaban sin cintas. Ciel abrió sus ojos y se encontró con la mano de Sebastian extendida, la tomo y se levantó
- Bueno ya está – dijo el menor
- Pero Bocchan aún no lo entiendo, porque estaba luchando con una cinta – le pregunto el mayor subiéndolo a la cama y vistiéndolo para la cena
- Bueno es que trataba de envolver regalos y todo termino mal – le dijo el menor con un lindo puchero
- Bocchan perdóneme que lo diga, pero usted es adorable
- Cállate Sebastian! - sentencio el menor con un ligero sonrojo
CIEL POVE
Siento algo en mi interior, pero no sé qué es.