Estaba allí, en el balcón de mi gran casa mirando la puesta de sol mientras que por la gran puerta principal entraban los invitados vestidos de gala, con lindos antifaces y brillantes vestidos, yo vestía un traje negro con detalles en blanco que mis hermanas hicieron para mí. Estaba perdido ante la hermosa vista hasta que alguien llamo mi atención.
-Señor, sus hermanas están buscándolo para dar inicio a la fiesta, por favor baje al salón. –Dijo Haruka, un sirviente fiel de la casa.
-Ya voy, ya voy… haaa… -Suspire mientras adelante a Haruka y me dirigía al salón.
Al bajar vi a mi hermana mayor bailando con uno de los invitados, parece que la fiesta ya había comenzado, camine entre la gente saludando de vez en cuando a quienes conocía que no eran pocos. Llego el momento en el que me sentí solitario entre tanta gente, ¿irónico no?, fue en ese instante en el que mi mano fue tomada por sorpresa y levante mi mirada para cruzarme con unos ojos violetas muy hermosos.
-Nagisa Hazuki… ¿Verdad? –Dijo aquel chico al cual no conocía, pero al parecer el si me conoce.
-Sí, ¿Quién eres tú? –Pregunte curioso, el dueño de esos ojos violeta solo rio levemente, casi como si se estuviera burlando. –Rei Ryugazaki, es un gusto conocerlo. –Seguía sin soltar mi mano, yo me sentí algo nervioso. – ¿Le gustaría bailar conmigo esta pieza?
No supe que decir, solo afirme con la cabeza mientras lo tomaba del brazo, el me guio a la pista de baile, justo en el centro comenzamos a danzar. Mi corazón latía de manera rápida y no lo comprendía del todo, a penas lo conozco y ya provocaba estas sensaciones en mí… Es extraño. El baile acabo y Rei tomo mis manos sonriendo, beso mi mejilla provocando un sonrojo en mi rostro, seguía sin entenderlo.
-Te veré mañana, golpeare la ventana de tu balcón y saldremos a pasear… -Dicho esto se aproximo a mis labios y los roso solo un poco dejándome con ganas de sentir aun mas esos labios, me sonrió y se fue así como llego, de la nada…
Al día siguiente espere ansioso, mirando por el balcón hacia el horizonte esperando que el llegara, la puerta de mi habitación fue tocada y apartando la vista del balcón fui a abrir.
-Señor, ya es hora de cenar, sus hermanas lo esperan. –Dijo Makoto, otro fiel sirviente.
-Ya voy, solo espérame un poco más y estaré allí. –Dije volviendo a mirar hacia el balcón. –El vendrá en cualquier momento…
La puerta se cerró delicadamente y mirando al horizonte otra vez pude divisar un caballo blanco acercándose, mi corazón salto de alegría, no evite sonreír y finalmente lo vi, el estaba allí montado en aquel caballo blanco.
-Nagisa, ven aquí y te llevare a pasear. –Me dijo con una sonrisa, yo corrí por unas sabanas y las amarre al balcón con cuidado. –Tenga cuidado, no quiero que se lastime.
-¡No te preocupes, estaré bien! –Le grite mientras bajaba del balcón y por fin podía acércame a él, Rei bajo del caballo y rodeo mi cintura con cuidado. –Rei… te estuve esperando.
-Lamento la tardanza, pero ahora todo mi tiempo es para ti…
Me ayudo a subir al caballo y juntos fuimos al inmenso bosque que se encontraba por allí. Así fueron todos los días desde que lo conocí, escapaba junto con él al bosque donde pasábamos nuestro tiempo juntos, disfrutando del otro y de esa forma nació el gran amor que sentía por aquel hombre. Pero un día fui descubierto por mi hermana mayor, ella me prohibió seguir viéndolo y entre lágrimas le dije aquella noticia.
-Mis hermanas no quieren que nos veamos mas, no quieren que estemos junto… -Dije mientras me abrazaba a él tratando de que no se alejara.
-Nada será capaz de separarnos Nagisa, lo que siento por ti es mucho mas fuerte… -Tomo mi rostro entre sus manos con cuidado y me beso. –Volveré por ti mi amado Nagisa…
Y dicho esto se fue en su caballo, yo aun no dejaba de llorar y volví a mi habitación donde llore por no poder estar con él como quería…
Pasaron los días y mi Rei no volvía, ‘’¿Acaso me abandono?’’ Pensaba, me habia cansado de esperarlo por tanto tiempo, aun sigo pensando si vendrá algún día o no… Mis esperanzas se desvanecen cada dia mas y me asome al balcón con alguna esperanza.
-Rei por favor sálvame, sácame de aquí me siento tan solo… -Dije al viento mientras el sol se ponía en el horizonte.
Baje mi mirada decepcionado, hasta que escuche a alguien gritar, volví a levantar la vista y lo vi corriendo hacia mi balcón. Mis ojos se llenaron de lagrimas y como pude salte del balcón, sin importar que mi ropa se ensuciara un poco corrí hacia el abrazándolo con fuerza, tan feliz de que por fin viniera por mí.
-Estas aquí… te espere por tanto tiempo, me sentí tan solo… -Dije entre lagrimas sin soltarlo de aquel abrazo, pero él se separo dejándome sorprendido, se arrodillo y ante mi saco un anillo.
-Nagisa, cásate conmigo, nunca volverás a estar solo si aceptas, te amo y es lo único que realmente se. –Quede en shock, mi corazón no dejaba de latir y mis labios no paraban de sonreír.
-¡Acepto! –Dije mientras lo abrazaba, el puso el anillo en mi dedo y me beso con ternura, estaba viviendo una hermosa historia de amor…
-¡Nagisa-kun! Nagisa-kun despierta. –Mis ojos se abrieron lentamente dejándome ver a Rei-chan frente a mí, algo irritado. –Te dormiste toda la hora de literatura, ¡Nagisa-kun eres un irresponsable!
-¿Dormido? ¿Fue un sueño? –Dije mirando a mí alrededor, ya nadie estaba en el salón de clases. –¡Waaa… fue realmente lindo! –Dije apoyándome otra vez en la mesa
-Deberías prestar más atención a las clases, puedes reprobar. –Me dijo aun regañándome. –Vamos a casa, ya es tarde.
-Rei-chan… -Tome su mano y lo mire sonriendo. –¡Tengamos una historia de amor!
-¡Que cosas dices Nagisa-kun! ¡Ya muévete y vamos a casa! –Me dijo sonrojado mientras me tironeaba para que me levantara.
Yo solo reí y camine a su lado para volver a casa, aun pensando en aquel sueño tan bello que tuve…
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